Disclaimer: Kuroshitsuji es propiedad de Yana Toboso.
El gato negro
Por: The WhiteBird
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"No estoy loco. Mi realidad es diferente a la tuya"
—Cheshire/ Alice in Wonderland
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Era una noche tormentosa en la mansión Phantomhive, Ciel yacía en su habitación lejos de la presencia tenebrosa del mayordomo negro. Había sido un día demasiado ajetreado.
La respiración tranquila sin denotar ningún rastro de agobio demostraba que el menor ya se encontraba en alguna de las fases del sueño. Un estrepitoso relámpago le hizo reincorporarse con brusquedad, pestañeo varias veces intentando recobrar el sentido. Sus manos se habían aferrado a las sábanas que le protegían del frío. Si tan solo Sebastian pudiese ver la fragilidad en la que Ciel había sido acorralado.
Tan solo, tan frágil, como la oveja que sería devorada por el lobo.
Oscuridad, por supuesto.
Estando entre penumbras no podía vislumbrar su contexto.
Otro relámpago azoto ferozmente el cielo. ¿Cómo era posible que algo tan insignificante como una simple tormenta fuera capaz de inquietarle? ¿Qué sucedía con Ciel Phantomhive en esa noche? Era ese absurdo temor, debía de serlo, seguramente.
Sueño, el magnífico Morfeo comenzaba a clamar por él. Sus párpados comenzaban a pesar lentamente. Escuchó un suave maullido tan imperceptible para el oído humano, sus ojos se abrieron en búsqueda de aquel felino atrevido, busco entre la oscuridad hasta que finalmente aquellos celestes se encontraron con una profunda y enigmática mirada, aquellos ojos le hicieron cavilar. Era una mirada espectral y llena de tinieblas, no lo pudo explicar de una forma coherente.
Rubíes contra zafiros, su piel se erizo. La alergia no aparecería esta vez, aquel gato estaba a las afueras, en pleno ventanal; frente a frente. Su acosadora presencia le inquieto, no era la tormenta ni mucho menos la noche misma que encandilaba la oscuridad.
El infierno parecía estar en su mirada.
Buenas noches…joven amo— el viento frío le pego en su oído como un fino susurro de buenas noches, suavemente se dejó caer hasta que al fin Morfeo declaro su victoria.
No cabía duda, esa misma noche el demonio le hizo compañía, en silencio, velando por el sueño de su joven maestro. Pobre alma que fue encaminada a su propia perdición de la manera más cruel existente en la faz de la tierra.
Un gato negro cesó la inquietud de aquel niño.
Nota de la autora:
Espero que el escrito haya sido de su agrado, hace tiempo que no volvía escribir algo de Kuroshitsuji. Escribí esto teniendo en mi regazo a mi Lucky Lu, mi linda gatita negra (?) ¿Casualidad de inspiración? No lo creo, tal vez sí. Hasta luego, bombones de chocolate.
TheWhiteBird off
