Disclaimer: One Piece pertenece a Oda.

Personajes/Parejas: Pudding!centric. Sanji/Pudding.

Extensión: 434 palabras.

Notas: Estoy muy oxidada con One Piece, hace mucho que no escribo para el fandom, pero me puse al día con el manga, vi a Pudding y me enamoré completamente de ella. Por supuesto, como ya estoy enamorada de Sanji, imaginarán que la ship me llegó de lleno. Solo por eso me vi en la necesidad de escribir algo referente a ellos, por escueto que fuera.

Advertencias: Spoilers.

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Uno entre mil.


Decenas de personas había visto pasar por las puertas del castillo, decenas de hombres y mujeres había visto desposar a sus hermanas y hermanos. Tantas personas, tantas personalidades. Desde pequeña no dejó de pensarlo, ¿cómo sería el hombre que tuviese que casarse con ella?

Pudding apoyaba los codos en la mesa y pensaba, soñaba con que quizás no fuese tan malo. Algunos habían sido malos, sí, algunos habían golpeado a sus hermanas y otras habían abusado de sus hermanos. Pero quizás con ella no fuese tan malo, quizás tuviese suerte y fuera de hecho agradable. ¿Y si era amable? ¿Y si era caballero? ¿Y si era, incluso, como un príncipe? De ser así, se preguntaba, ¿le gustaría ella, siendo como era?

Muchos solían decir que su destino ya estaba escrito, pero ella creía que no estaba escrito del todo. Aún había una posibilidad de que, al final, fuese como en un cuento de hadas.

—Señorita Pudding —llamó el guardia que la cuidaba, avisando que él finalmente había llegado.

Finalmente iba a conocerlo. Emprendió camino a través de los dulces pasillos rumbo al jardín, con cada uno de sus temores y sueños batallando en su mente, con sus ilusiones y desesperanzas luchando en su corazón. ¿Cómo sería el hombre que tuviese que casarse con ella?

Se encontraron, él la miró y ella por unos instantes temió, al ver sus ojos de corazón, que no fuera el caballero que tanto había anhelado. Pero luego vinieron las rosas y fue como si el mundo hubiese escuchado todas sus suplicas.

—Es un placer conocerla, mademoiselle.

Era. Tal como lo había imaginado: caballero, elegante, amable. Incluso le apasionaba la cocina, tal como a ella. Además resultaba ser fuerte y aventurero, capaz de protegerla. Era todo lo que había anhelado en esos años de incertidumbre, la prueba de que su destino no tenía por qué ser uno trágico. Pero...

—Aunque me encantaría casarme contigo, no puedo.

Pero tal como había temido alguna vez, no todo podía ser como soñaba.

—Mis amigos me están esperando.

De seguro ella no le gustaba realmente, pensó. De seguro, tal como había imaginado, no era lo suficientemente bonita, asumió. Aunque aún podía conquistarlo, se dijo, dispuesta a intentar que fuera posible.

Hasta que conoció a su tripulación y comprendió que no era, de hecho, posible. Hasta que los conoció y su negación tuvo sentido. No era ella, no era él, eran ellos. Sanji no se casaría con ella porque eso sería renunciar a sus amigos, y entre ellos y el mundo los elegiría siempre a ellos.

Era «no», porque ya había alguien en su corazón.


En fin, ojala esto me ayude a retomar el fandom.

Nos leemos. Bye.