Hellow everypony. Lamento si les parezco demasiado monotematica; siempre que escribo alguien sale malparado (primero Draco,luego Pansy y ahora mi querida Astoria). Lo siento,en serio. Complaceré a cada lectora con este fic a su debido tiempo,pues este no será un one-shot. Subiré el siguiente cap pronto,i promise.
_
Mini-Greengrass se levantó de especial buen humor.
Era San Valentín,y planeaba darle unos chocolates al chico que le traía suspirando desde hacía ya tiempo,el popular príncipe de la casa Slytherin,aprovechando que éste llevaba tiempo soltero. Había despachado a Pansy hacía unas dos semanas,cansado de ella. ¿Y cómo no sentirse de esa manera,cuando Parkinson parecía más una acosadora que su propia novia?Era su oportunidad de oro y no pensaba dejarlo escapar.
Después de todo un día,aguantando como sus amigas hablaban de sus novios o de sus planes románticos para pasar aquél bonito día,siguiendo distraídamente las clases y soñando despierta con Draco,por fin llegó la codiciada noche. Para entonces su plan estaba totalmente trazado,y siguiendo éste al pie de la letra,bajó las escaleras de los dormitorios de chicas y entró en la sala común de Slytherin,con la caja en forma de corazón en sus manos. Había tenido suerte,no había nadie,y posiblemente se encontraría sola con el joven,pues normalmente éste siempre era el último en quedarse en la sala. Su plan no falló,para desgracia de la pequeña castaña,que pudo observar como "su" rubio besaba con pasión a otra chica.
Astoria pudo escuchar como su corazón se rompía en miles de pedazos,al igual que sentía como sus grandes ojos verdes se llenaban de lágrimas. Salió corriendo sin mirar atrás,dejando la caja de chocolates en cualquier lugar,sin prestarle más atención a esos malditos chocolates. El torbellino de emociones dentro de ella iban desde la tristeza más absoluta a la indignación,pasando por el desprecio y de nuevo la tristeza.
Se acostó en su cama y se arropó sin cambiarse el pijama,aún con el pecho lleno de suspiros. Aún con el rostro lleno de lágrimas supo cómo moverse sin despertar a nadie.
Y así es como Astoria terminó su día de San Valentín,con el corazón roto y mojando la almohada de lágrimas.
