Los personajes de RK no me pertenece sino que son propiedad de Nobuhiro Watsuki

Aviso este fic es algo extraño, romanticote y esas cosas si te da un coma diabético me mandas la factura del hospital que estoy asegurada a todo riesgo . No más paranoias a disfrutarlo

---

La niebla inundaba todo el valle y una fina pero constante lluvia mojaba a las pocas personas que se encontraban allí de pie, mientras se escuchaban de fondo las palabras de aquel viejo monje las lagrimas silenciosas de la gente se mezclaban con la lluvia en la cara de aquellas personas. Un joven de apenas 17 despedía a sus padres, sus enormes ojos azules estaban secos ya no podían derramar una lagrima mas; detrás de él un hombre mayor aguardaba que el joven se despidiera de sus padres para llevárselo lejos de allí; el joven se dio la vuelta para marcharse de allí con la única familia que le quedaba, pero fue detenido por alguien que le tiraba de la manga de su Gi, se dio la vuelta y allí estaba aquella pequeña niña con sus impresionantes ojos verdes mirándolo; con una expresión que jamás había visto en ella dolor, compasión, tristeza todo se mezclaba en aquella impresionante mirada esmeralda. La niña levanto la mano y le entrego una hermosos flor violeta, cuando el la cogió la pequeña salio corriendo para agarrarse a la mano de su madre que la estaba esperando conmovida por la acción de su pequeña.

Habían pasado diez años desde que dejo aquel lugar, había recorrido Europa y Asia; los años le hicieron madurar rápidamente, pero también lo habían transformado en un frío y cruel asesino, esos largos años le pesaban demasiado, había visto demasiadas guerras, hambre, sufrimiento, muerte, y ahora necesitaba un destino diferente, buscaba la paz que se le había negado de adolescente y sabia perfectamente donde encontrar esa paz que tanto anhelaba, debía volver a casa. Allí podría ser simplemente él: Shinomori Aoshi.

Subido encima de un corcel negro cabalgaba por aquel estrecho camino en dirección a la que había sido su casa; se cruzo con unas señoras que se dirigían al río cargadas con cestos de ropa para lavar, al fijarse en el joven comenzaron a cuchichear entre si; a el no le molestaba ya estaba acostumbrado. Por fin llego a su destino una pequeña casita de piedra medio derrumbada, el tejado estaba parcialmente caído y se notaba que el interior estaba quemado.

De repente vio como un niño castaño salía corriendo del interior de la casa y choco con él noto como algo le impactaba en medio de la cara y le hacia caer de su montura, lo ultimo que escucho antes de desmayarse fue una voz dulce y chillona que provenía detrás de la casa, que dijo: 'Bien'.

Despertó aturdido en medio de un lugar que no conocía con un trapo húmedo en la cabeza, a su lado vio a tres personas, bueno solo eran sombras ya que aun estaba muy aturdido, uno de ellos le ayudo a levantarse, cuando consiguió ver bien se fijo en aquel tipo era mucho mas bajo que él, tenia el pelo largo sujetado en una coleta, el extraño empezó a reírse a darle palmadas en la espalda, como si le conociera.

¿??: Te encuentras mejor Shinomori? – pregunto con una hermosa sonrisa

Aoshi: Quien... quien...

¿??: No me digas que no te acuerdas de mí. – dijo extrañado. – Amigo la de veces que jugábamos de pequeños a Samuráis y ninjas...

Aoshi: Himura? – preguntó aún aturdido por el golpe

Kenshin: Ese soy yo, aquí hay alguien que quiere pedirte perdón – dijo sin parar de sonreír obligando a una pequeña chica a salir detrás suyo y poniéndola enfrente de él. Vamos Misao que querías decirle

¿??: Lo...Lo siento Shinomori-sama – se disculpo haciendo una pronunciada reverencia

Aoshi: Misao? – pregunto sorprendido, parece ser que los años no solo habían pasado por él, la niña que dejo no se parecía en nada a esta muchacha, aunque estuviera cubierta de barro hasta la punta de la nariz, con la trenza que le sujetaba el pelo medio desecha y su ropa fuera la de un gamberro callejero tenia cierto encanto, un encanto que no había pasado desapercibido

¿??: Es imposible creer que este marimacho sea una mujer verdad? – ironizó un joven que se puso al lado de ella, dándole una palmada en la espada

Misao: Seta Sojiro prepárate para morir esta vez no te atacare con una piedra... – dijo con ira persiguiéndolo hasta desaparecer de la vista de aquellos hombre. – ...esta vez te matare con mis propias manos. – se escuchaban aun los gritos de Misao por todo el valle.

Kenshin: Vamos esta noche dormirás en mi casa hasta que consigas arreglar este sitio

Aoshi: Vale – consiguió decir aun aturdido

El joven pelirrojo llevo a su amigo hasta su humilde hogar era una casa pequeña pero acogedora, allí lo esperaban su esposa con su hijo en brazos, ella reconoció a Aoshi en seguida, y le dio un fuerte abrazo que logro hacer ruborizar al joven; habían pasado tantas cosas en esos años, estuvieron hablando toda la tarde; aunque Aoshi omitió ciertas cosas de ese pasado no quería entristecer a sus amigos, sobre lo cruel que le había resultado la vida y mas ahora que los veía tan felices. Kenshin era su mejor amigo cuando eran niños, verlo casado con un hijo le hacia pensar que a lo mejor si no se hubiera marchado, si no hubiera huido ahora también tendría una familia propia; seria un pobre campesino seguramente pero seria feliz.

Cuando el sol se puso se dirigieron a la plaza del pueblo allí se estaba celebrando una gran fiesta. En el centro había una gran hoguera con comida de tono tipo cocinándose, había cuatro grandes mesas rodeando hoguera pero dejando espacio suficiente para que la gente bailara, las sillas que se habían colocado alrededor de las mesas estaban casi todas desocupadas porque la mayoría de la gente estaba bailando, vigilando la comida o charlando de pie. Aoshi decidió sentarse en una de las sillas hasta que una jovencita lo saco a bailar, casi a rastras, empezaron a bailar pero tropezó con otra pareja tirando a la otra joven al suelo, el se quedo de pie mirándola, llevaba un hermoso vestido verde clarito, su pelo negro tenia unas cintas en el pelo y sus ojos verdes brillaban intensamente a la luz del fuego, Aoshi le dio la mano para levantarla.

¿??: Misao mira que eres torpe – dijo su pareja de baile.

Misao: Sojiro!!. - le riño, pero se dio la vuelta y se dirigió hacia Aoshi en un tono mas dulce y suave a modo de disculpa. Lo siento, Shin...

Aoshi: Desde cuando me llamas así? – pregunto interrumpiéndola

Misao: Aoshi, te acuerdas de mí?

Sojiro: Como olvidarse de ti pequeño marimacho

Aoshi: Ven... - dijo cogiéndola del brazo y llevándola hacia una de las mesas, la obligo a sentarse; a veces podía resultar ser demasiado brusco sin darse cuenta.

Misao: Que quieres? – pregunto muerta de miedo

Aoshi: Me gustaría hablar con tu padre – dijo esbozando una sonrisa nostálgica. - Hace años que no nos vemos. Podrías llevarme hasta donde están no los he visto en la fiesta

Misao: Si claro. – dijo agachando la cabeza. - Necesitaremos tu caballo

Aoshi: Caballo? – pregunto confundido. Os habéis mudado

Misao: Vamos – contesto cogiéndole de la mano y tirando de el para que se levantara.

Aoshi y Misao llegaron hasta junto su caballo, el puso su mano para intentar ayudar a Misao a subir al caballo pero ella rechazo su ayuda, fue hacia la cara del animal le acaricio suavemente el morro y comenzó a susurrarle algo al oído; Aoshi nunca había visto nada parecido porque Kuroneko (N/A: =P) nunca dejaba que ningún humano que no fuera él se le acercara; entonces el caballo comenzó a agacharse hasta quedar a una altura suficientemente baja como para que la chica subiera al animal, después de quedarse mas de diez minutos pasmado Aoshi montó, detrás de Misao con sus brazos rodeándola cogiendo las riendas, la joven puso sus manos encima de las de Aoshi para indicarle el camino, ante este gesto tan inocente el jinete se sonrojo notablemente, menos mal que ella no podía verlo. Tardaron mas de media hora en llegar a un pequeño lago al norte del pueblo, ella de un salto desmonto y comenzó a caminar hasta detenerse en un enorme sauce a pie del lago; él la siguió.

Misao: Aquí es donde descansan. – susurro mientras se arrodillaba. - Los hice enterrar en el lugar en el que se conocieron, mis padres. – continuó mientras acariciaba una inscripción en el tronco. (Hannya y Sae, ni la muerte pudo separarles); (Yahico Omasu Okon, vuestra corta estancia entre nosotros nunca será olvidada).

Aoshi no pudo emitir una palabra comprendía el dolor de la joven, porque eso le había pasado también a él, pero había algo que los diferenciaba el dolor de la perdida lo había transformado en un monstruo mientras a ella no la había alterado seguía siendo la misma niña alegre que vio nacer y crecer.

Misao se levanto el vestido hasta las rodillas se sentó en una enorme piedra que había a la orilla del lago y puso a remojo las piernas y comenzó a moverlas de arriba abajo. Aoshi la siguió y se sentó a su lado; permaneció allí sentado mas de media hora sin decir nada.

Misao: Porque no me preguntas. – corto el silencio

Aoshi: No creo tener derecho a hurgar en una herida tan dolorosa – respondió apesadumbrado

Misao: Bien, como es mí herida yo si tengo derecho verdad?. – pregunto, a lo que el respondió con un simple gesto de cabeza. - hará unos 8 años más o menos, después de la muerte de tus padres el pueblo, seguía pidiendo a gritos libertad pero necesitaban un líder; mi padre se sintió obligado por lo que te había sucedido.

Misao: Misao no hace falta... - interrumpió a la joven viendo que le costaba, ella negó con la cabeza y continuo

Misao: Todo sucedió en verano un día muy caluroso, papá nos iba a llevar a todos de pesca pero Yahico se puso enfermo esa mañana mamá se quedo cuidándole y Okon y Omasu no querían venir dijeron que eso era para críos así que se quedaron en casa; yo estaba muy contenta me encantaba cabalgar con mi padre... - cogió de nuevo aire con un largo suspiro. Cuando llegamos a casa, desmonte de un salto y salí corriendo hasta casa para enseñarle a mamá la enorme trucha que había pescado, abrí la puerta y... - paro su relato ya que no podía mas comenzó a llorar desconsoladamente, se agarro fuertemente a Aoshi y continúo llorando para no parar hasta que se quedo dormida en sus brazos.

Aoshi la cogió en brazos y la llevo lentamente hasta casa de Himura, ellos la llevaron hasta la habitación que ocuparía Aoshi y la acostaron. Cogió del brazo a su amigo y lo llevo hasta la cocina

Aoshi: Que les paso? – pregunto con miedo

Kenshin: Misao que te contó?

Aoshi: Solo que Hannya fue el sucesor de mi padre

Kenshin: Recuerdas a la familia Yukishiro

Aoshi: Si

Kenshin: Enishi, nos delato, sabían que Hannya intentaría continuar con lo que dejo a medias tu padre así que decidieron que su castigo sirviera de lección a todos

Aoshi: Pero...

Kenshin: Yahico fue el que menos sufrió – continuo con tristeza. - Le atravesaron su corazoncito con una daga, murió al instante. A las pequeñas las ataron una al lado de la otra, a Okon le cortaron el cuello y las tiraron juntas al rió, Omasu aun estaba viva. Y Sae, a Sae la obligaron a ver lo que les pasaba a sus pequeños después la torturaron y la violaron, dejaron que muriera muy lentamente, pero murió en los brazos de su marido.

Aoshi: Que paso con Hannya? - pregunto

Kenshin: Hannya obligo a Misao a salir de la casa y se suicido, se clavo una kunai en el corazón. Escucha puede que sigamos bajo el poder de un gobierno corrupto que no hace más que oprimirnos, pero hemos aprendido a vivir así, ahora vivimos tiempos de paz.

Aoshi: Enishi... – dijo con ira el asesino que aun llevaba dentro; de repente noto como ese ser frío y despiadado despertaba en su interior un sentimiento de venganza

Kenshin: Si vienes a continuar lo que dejo tu padre... - le dijo pero fue interrumpido por Aoshi que le coloco una mano sobre el hombro y negó con la cabeza

El joven estaba muy confuso, el quería vivir tranquilamente sin tener que luchar pero tampoco podía dejar al margen lo que le habían hecho a su mejor amigo; Hannya y el apenas se llevaban cuatro años, eran mas que amigos eran hermanos. El y su esposa se casaron con apenas 15 años; y pronto nació su primera hija Misao Makimachi, dos años después nacieron sus gemelas Omasu y Okon, Aoshi no llego a conocer personalmente al pequeño Yahico porque cuando nació ya no estaba en el pueblo.

Aoshi: Como pueden permanecer impasibles a todo lo que estaba sucediendo a su alrededor – se pregunto sin darse cuenta de que lo hizo en voz alta

¿??: Por que son solo campesinos... – contesto una voz detrás de el. Aoshi se giro y allí la vio descalza con su vestido azul clarito manchado de barro. Ella se acerco y se sentó a su lado. -... pequeños comerciantes, ganaderos

Misao: Tu padre era un guerrero y aun así murió; mi padre también... - dijo con decisión intentando parecer fuerte. - ... creía que la opresión a la que estábamos sometidos era injusta intento luchar y perdió todo lo que amaba.

Aoshi: Que ejemplo le estáis dando a vuestros hijos? – le cuestiono con ira

Misao: Que por su supervivencia y su bienestar somos capaces de vivir oprimidos

Aoshi: Pero Misao... - le recrimino

Misao: Deja las cosas como están. – dijo poniendo un dedo sobre sus labios. - Puedes quedarte y ser uno mas no intentes cambiar las cosas, pero te advierto que lo único que puedes hacer aquí es trabajar la tierra.

El decidió quedarse, arreglo la casa de sus padre y comenzó a trabajar los campos que habían pertenecido a su familia, iba muchas veces a casa Kenshin y allí coincidía con Misao; Aoshi se entero que ella y Sojiro vivían juntos en la casa de el, pero no había nada entre ellos se trataban como hermanos.

Aquel invierno fue especialmente duro pero aun así los vecinos se apoyaban unos en otros y consiguieron salir adelante a pesar de los fuertes impuestos. El invierno dejo paso a la primavera, y una gran noticia recorrió las calles del pueblo, pronto celebrarían una boda, al parecer el joven Shinomori había decidido declararse de una vez por todas. En la casa de los Himura Kenshin por un lado y Kaoru por otro hablaban con el futuro matrimonio por separado.

Kenshin: Felicidades – le dijo delante de una taza de te

Aoshi: Gra... gracias

Kenshin: Parece ser que es verdad que has vuelto para tener una vida pacifica – dijo orgulloso de su amigo

Aoshi: Si ya te lo dije – respondió con los ojos cerrados disfrutando de una caliente y humeante taza de te

Kenshin: Necesitas algún consejo? – pregunto con un tono pícaro

Aoshi: Ehh!!! – abrió los ojos sorprendido de esa pregunta tan rara

Kenshin: Si ya sabes para la noche de bodas

Aoshi: No – dijo en un tono frío y muy serio

Mientras en la habitación de al lado

Kaoru: Ya se lo has dicho

Misao: No

Kaoru: Pero Misao... tiene derecho a saberlo

Misao: Pero y si se lo digo y no quiere saber nada mas de mi

Kaoru: Entonces es que no te merece – le respondió mientras la acariciaba el pelo protectoramente

Cuando acabaron su reunión Aoshi intento acompañar a la joven a casa pero esta se negó, lo arrastro hasta su propia casa y le hizo entrar hasta la habitación, una vez dentro lo sentó en la cama y se puso enfrente de él, hecho sus manos hacia atrás y comenzó a desabrocharse el vestido, al ver esto Aoshi se levanto para detenerla, Misao puso una mano sobre su pecho y lo hecho hacia atrás. Se quito el vestido y quedo completamente desnuda delante de su futuro esposo. No podía creer lo que estaba viendo, se acerco a ella mientras ella lloraba

Misao: Lo... siento.... – sollozo. - ...no fui... sincera... contigo. Si no te quieres casar conmigo lo comprendo

Aoshi la miro de arriba abajo aquella enorme cicatriz le cruzaba en diagonal desde la ingle hasta el hombro derecho, tenia una gran quemadura en el hombro izquierdo que le llegaba hasta el codo, y en la espalda tenia marcas de numerosos latigazos. El se agacho y cogió el vestido de Misao, lo levanto y la ayudo a ponérselo

Aoshi: Nunca en mi vida he visto una mujer mas hermosa que tu

Misao: Pero mi cuerpo...

Aoshi: Sh... - siseo mientras la abrazaba. Cuando quieras contarme lo que te paso te escuchare – le dijo mientras le ayudaba a vestirse muy lentamente

Misao: El día que murieron...

Aoshi: Estas segura? – pregunto interrumpiéndola

Misao: Si. – suspiro profundamente. - Cuando vi aquello fui corriendo quería venganza salí en dirección al bosque y allí encontré a aquellos soldados estaban burlándose de lo que habían hecho riéndose de mis hermanos y de mi madre; no pude contenerme y salte sobre uno de ellos, yo llevaba un cuchillo en la mano y se lo clave en el corazón pero ellos eran mas y me castigaron; no recuerdo nada de lo que paso – siguió relatándole lo sucedido agarrándose cada vez mas fuerte a su brazo. - Me encontró So 2 días después estaba colgada a la rama de un árbol de las manos; casi me muero pero sobreviví no se porque durante años me cuestione la razón por la que yo estaba aquí y ellos se marcharon para dejarme tan sola.

Aoshi la abrazo mientras relataba aquello tan espantoso y en un momento dado el joven se sentó en la cama apoyándose contra el cabecero, Misao estaba media tumbada abrazada a su pecho y el le acariciaba el pelo para que se tranquilizara

--

En la taberna del pueblo cuatro personas festejaban el futuro matrimonio de sus amigos

¿??: Tsubame-chan trae más licor

Tsubame: Enseguida Sagara – dijo la camarera

Sanosuke: Así que la comadreja se casa oye Sou-chan ¿no estás celoso?

Sojiro: Celoso yo porque

Sanosuke: El gran amor de tu vida se casa con otro hombre

Sojiro: Misao no es el gran amor de mi vida – respondió lanzando una mirada furtiva a la barra

Kenshin: Vamos por Misao y Aoshi – dijo levantando la copa

Todos: Por Misao y Aoshi

---

La sirenita no podía apartar sus ojos del barco ni del hermoso príncipe, los faroles de colores se habían apagado, no volaban más cohetes y el cañón no hacia fuego, pero el mar se agito y una especie de lamento pudo oírse bajo las olas... – Aoshi, que permanecía sentado en la cama leía en voz alta, las paginas de aquel viejo y gastado libro, mientras Misao seguía tumbada contra su pecho y le acariciaba la mano que le quedaba libre. - ... al cabo de un rato las velas se desplegaron velozmente y el noble barco continuo su rumbo, pronto las olas volvieron a elevarse, las nubes ensombrecieron el cielo y se vislumbraron relámpagos en la distancia, la temible tormenta se aproximaba, una vez mas las velas volvían a plegarse y el gran barco continuo su curso y avanzo con valentía a través... – mientras continuaba leyendo Aoshi bajo la mirada hasta su amada y al verla profundamente dormida, detuvo su lectura y comenzó a acariciar sus cabellos, deseando tenerla eternamente entre sus brazos. Comenzó a cerrar sus ojos azul hielo hasta que sucumbió ante el poder del manto de Morfeo.

A la mañana siguiente Misao llamo a Kaoru y quedaron en su habitación para hablar le contó lo sucedido la noche anterior, ella solo podía mirarla con una sonrisa en la cara se alegraba tanto por su amiga. Ella cogió un vestido que había dentro de un baúl y se lo enseño a su amiga

Kaoru: Es muy hermoso Misao-chan – dijo acariciando la tela de aquel hermoso vestido

Misao: Si, pero me gustaría saber si se notan los arreglos que le hice – respondió ruborizada

Kaoru: ¿Que arreglos? – pregunto mirando con detención la prenda

Misao: Veras yo soy mas baja que ella... – dijo mientras le enseñaba el bajo del vestido. - Y mas delgada no se me da bien la costura ;;

Kaoru: No se nota nada. Misao que te parece si vamos buscar unas flores para el pelo

Misao: Si vale – dijo colorada

Al día siguiente todo el pueblo estaba esperando la aparición de la novia, especialmente el novio, se había decorado aquella plaza con farolillos y guirnaldas de colores. Había una mesa a modo de altar, sobre sus el se había colocado un arco con flores; el monje y Aoshi esperaban en el la llegada de la novia. Aoshi noto como la gente había formado un pasillo desde la casa de Himura hasta el, se abrió la puerta de la casa y de ella salio el pequeño Kenji lanzando flores por el corredor y detrás Misao con un hermoso vestido blanco, llevaba el pelo suelto y en la cabeza una corona de flores blancas y rosas, de ella salían unas cintitas que le caían en el pelo, caminaba, lentamente, cuando llego hasta junto de él se miraron fijamente a los ojos con una enorme ternura y gran cariño después miraron al monje y comenzó a oficiar la ceremonia.

Después de la ceremonia todo el mundo se puso a bailar para celebrar el feliz acontecimiento. Aoshi se acerco a la gente para saber si se divertía, mientras su joven esposa estaba con Kenji en brazos hablando con Kaoru; cuando Aoshi se giro y la vio así, deseo verla con un hijo suyo entre sus brazos, pero por desgracia no todos los deseos se hacen realidad. Sojiro se acerco a Misao, le quito al pequeño de entre los brazos y se la llevo a bailar, estuvieron bailando, riendo y hablando como lo hacían de pequeños.

Sojiro: Nunca creí que tú te casarías antes que yo – dijo sonriendo

Misao: No lo haces porque no quieres – dijo mirando hacia atrás

Sojiro: Yo...Yo...

Misao: Crees que no me he dado cuenta como la miras – dijo con picardía

Sojiro: Solo... solo es una niña... - respondió intentando escabullirse del tema

Misao: Si... si, fíjate en Aoshi y yo no importa la edad vamos So-chan

El sonido de los cascos de diez caballos hizo que la música se detuviera; los jinetes se acercaron al bullicio de la fiesta, y cinco de ellos bajaron de los animales.

Kenshin: Enishi – soltó incrédulo

Enishi: Himura – saludo un hombre con el cabello blanco. Tenía una expresión altiva y orgullosa.

Kenshin: ¿Que haces aquí Enishi? – pregunto enfadado

Enishi: Vengo a reclamar mi derecho a la Prima Nocte, como señor de estas tierras bendeciré este matrimonio llevándome a la novia a mi cama en la primera noche de su unión

Aoshi: Por Dios que no lo harás – dijo enfadado enfrentándose a uno de los guardias.

Aoshi, Sojiro y Kenshin intentaron hacer frente a los hombres de Enishi pero no pudieron, en un momento Aoshi estaba rodeado por tres hombres armados con una daga al cuello; Misao se acerco lentamente por detrás con un movimiento suave y lento aparto el brazo de uno de los atacantes; después cogió el filo de la daga con su mano y la aparto del cuello de su marido, miro a los ojos a aquel guardia y se echo para atrás; la joven se acerco a su marido y le susurro algo al oído, muy lentamente le dio un suave beso en los labios y se subió al caballo de Enishi

--------------------------------

Aoshi se encontraba sentado al lado del sauce donde descansaba la familia de Misao, tenia la mirada perdida sobre aquel lago y los recuerdos de ella se amontonaban desordenadamente en su cabeza lo que le destrozaba

Flash Back

Misao se estaba bañando en el lago cuando una voz masculina que procedía detrás del árbol la llamo.

Misao: Aoshi – le saludo levantando la mano sin darse cuenta de que estaba desnuda. Salio del lago y se abrazo al joven

Aoshi: Mi...Misao – tartamudeo – estas des...desnu... da – continuo mientras se volteo y le dio su ropa

Misao: Lo siento te resultara muy horrible ver esto – respondió tapándose sus cicatrices.

Aoshi: Misao te quiero – soltó de repente levantándole el mentón para que le mirara a los ojos. – ¿como quieres que te lo demuestre? – pregunto apretándola fuertemente contra el

Misao: Yo...··

Aoshi: Ya se – se respondió a si mismo en voz alta para después besarla, le quito las prendas de la mano, la agarro fuertemente por la cintura y le dije apresuradamente – Quiero tenerte esta noche

Misao: Pero si mañana nos casamos

Aoshi: Yo no puedo esperar mas – respondió para a continuación comenzar a morderle el lóbulo derecho después sus besos comenzaron a bajar por su cuello sus hombros su pecho

Ella le cogió la cara con las manos y le obligo a subirla hasta que quedo a la altura de su cara, se acerco a ella tanto que sus mejillas se tocaron siguió moviendo la cara hasta que sus labios se acercaron a su oreja y le susurro...

Fin Flash Back

Aoshi: Misao – dejo escapar un leve susurro y después hundió su cabeza entre sus rodillas,

¿??: Shinomori-sama – le dijo una voz conocida por detrás

Aoshi: Como sabias que estaba aquí

¿??: Porque te pasas las horas muertas aquí desde hace tres años – respondió

Aoshi: Cuando Misao vuelva a casa yo también volveré Kenshin

Kenshin: Escucha Aoshi ella no va ha volver

Aoshi: QUE? – grito desesperado. QUE QUIERES DECIR QUE ME HA ABANDONADO? – dijo cogiéndole por el cuello de la camisa

Kenshin: No simplemente que el no la va dejar marchar

...

Aoshi: Vete Himura si ella no esta a mi lado nada tiene sentido para mi

N/A: Hola que tal; aclaremos algunas cosillas, este fic esta ambientado el la edad Media así que podéis imaginaros las ropas de los personajes, recordad que son campesinos a si que visten con telas sencillas y poco extravagantes; en el lugar en el que viven están gobernados por un régimen feudal los campesinos deben pagar a sus señores para poder cultivar la tierra.

El padre de Aoshi encabezo una 'guerrilla' para que el pueblo fuera libre pero murió, al morir este, el padre de Misao continuo donde este lo había dejado pero fue castigado por ello (la familia Yukishiro lo delato para subir de status social) los campesinos temerosos de las represarías simplemente no hicieron nada. Aoshi viajo con su tío por medio mundo pero después de ver tanta guerra y destrucción decidió volver a casa

Misao no sabe leer ni escribir (normal solo es una campesina)y Aoshi le esta enseñando, por eso la escena del cuento, él muchas veces se queda en su casa para leerle antes de dormir (tenia el día sensible y me dio por escribir esta cursilería a quien le hayan entrado ganas de vomitar sorry) Es un fragmento de la Sirenita (no la de Disney)

Puede que deje este fic en un solo capitulo según mi estado de animo; si os gusta y creéis que debo continuarlo decírmelo vale