Tsunayoshi Sawada suspiro cansado, había estado firmando papeles desde temprano en la mañana y todavía le quedaba mucho por hacer. Sus grandes ojos cafés se dirigieron a la gigantesca pila a su lado, fastidiado y cansado se desplomo sobre su escritorio, esperando que mágicamente todo desapareciera. Desde que había sido nombrado Vongola Decimo pasaba la mayor parte del tiempo detrás de un escritorio, y aunque normalmente tenía mucho papeleo, el hecho de tener a unos guardianes tan destructivos no lo mejoraba. Finalmente resignándose, se volvió a levantar, para seguir con su tarea.

-Alianza, factura, propuesta de matrimonio, factura, amenaza de muerte, factura, reunión escolar, factura, a…. ¿Reunión escolar?- Vongola Decimo miro el sobre curioso, creyendo que era algún tipo de trampa pero al ver el tan conocido sello de Nami-Chuu decidió abrirlo.

Tsunayoshi Sawada

Esta cordialmente invitado a la reunión escolar de la clase 2B, para recordar historias y buenos momentos con sus antiguos compañeros, además de actividades y un banquete al final, lo esperamos.

Por favor confirmar asistencia.

Cordialmente, Aoi Akabashi. Director de Nami Chuu

"¿Buenos recuerdos?" Pensó Tsuna irónico. No tenía ningún buen recuerdo que no involucrara a las personas con las que convive día a día. Sin pensarlos dos veces tiro la carta, igualmente estaba demasiado ocupado para ir.

Un niño de unos diez años, usando un traje negro y un sobrero del mismo color, entro al despacho de uno de los hombres más respetados del mundo de la mafia, solo para encontrar a dicha persona dormida en su escritorio.

Con una sonrisa malévola se acercó al joven, con un gran martillo verde en su mano. Parándose frente a él, le propino un buen golpe, despertándolo inmediatamente.

-¡Reborn!- Gritó el Vongola, sobándose lo que seguramente sería un futuro chichón. -¿Por qué fue eso?- El jefe dirigió su mirada al joven, que ahora solo sonreía inocentemente.

El niño abrió la boca para hablar, pero antes de hacerlo un pequeño sobre llamo su atención. Miró sospechosamente a su alumno antes de recogerlo. Segundos después volvió a levantar la mirada, Tsuna conocía esta mirada y esa sonrisa demasiado bien, significaban… problemas.

Los siete guardianes Vongola estaban sentados (O en el caso de Hibari, parado en la esquina más oscura de la habitación) en la sala de reuniones, esperando a su jefe. Uno creería que después de diez años, hubieran madurado un poco, y puede que fuera verdad…

- -Ven aquí niño vaca! ¡Te daré tu merecido!-

- Ma ma Gokudera calmate.

- -Ven por mi Estupidera.

-Kufufufu igual de infantiles que siempre.

- - Hnm, pelea conmigo,herbívoro cabeza de piña.

-¡Pelea al EXTREMO!

Oh… no.

Tsunayoshi Sawada abrió la puerta a la sala de reuniones, encontrándose a un peli-plata tirando bombas hacia un adolecente vaca y este devolviéndole granadas, a un joven con una cicatriz en la barbilla riendo alegremente, evitando o cortando las bombas, a una joven mujer con un cabello violeta viendo preocupada hacia un lado del salón, en donde se encontraban dos hombres peleando a muerte.

Tsuna cerro lo ojos, tratando de calmarse pues hoy no estaba de humor y no se quería desquitar con su familia. Sorpresivamente cuando los volvió a abrir todos los guardianes estaban sentados, totalmente en silencio, como si nada hubiera pasado. Tsuna soltó una pequeña risa casi inaudible. Aun así, sus guardianes la oyeron pero no se movieron ni un centímetro, ni siquiera el temible presidente del comité disciplinario. Incluso Hibari prefería no enfrentar la furia del Vongola, y hoy parecía que en sus ojos no estaba ese brillo calmado, amable y paciente.

El joven jefe camino hasta la silla en la punta, su capa moviéndose elegantemente con cada paso. Finalmente se sentó, y poniendo su cabeza sobre sus manos, cerró los ojos.

-¿Pasa algo, Decimo?- Gokudera le pregunto preocupado a su jefe, pues pocas veces lo había visto así. Tsuna se mantuvo callado. Esto llamo la atención del resto de los guardianes.

Finalmente después de unos minutos de silencio, Tsuna lanzó tres cartas como la de él, cada una parando frente a un guardián. Gokudera, Yamamato y Chrome leyeron el contenido, antes de lanzarle una mirada preocupada a su amado jefe.

-¿Qué está pasando al EXTREMO? ¿Qué son esos intercambios de miradas?- Dijo Ryohei, confundido por la actitud de su familia.

-Es una reunión, de ex-alumnos de Nami-Chuu.- Tsuna respondió en un susurro, pero con la voz firme que lo caracterizaba hacía ya unos años. Después de esta simple oración hubo un absoluto silencio, pues todos sabían lo que había sufrido su jefe durante la secundaria y ninguno quería traeré ese tipo de recuerdos.

-Vamos a ir.- Fue lo último que dijo el Vongola, antes de caminar hacia la puerta.

-¿Por qué?- Fueron las únicas y extrañamente serias palabras del guardián de la lluvia.

-Reborn.- Fue todo lo que necesitaron los guardianes para entender lo que pasaba.

La familia Vongola había viajado a Japón dos días antes de la reunión, los cuales aprovecharon para reunirse con familiares y amigos, fueron los dos días más calmados que habían tenido en mucho tiempo. Lastimosamente su paz no duraría mucho, pues esa tarde era la dichosa reunión.

-Tsuna-kun ¿Qué estás haciendo?- Pregunto una hermosa mujer de cabello castaño con una mirada dulce y tierna pero que en este momento mostraba su confusión.

El anteriormente mencionado alzó la mirada de la pila de papeles que tenía, regalándole una dulce sonrisa a la mujer que lo crio.

-Trabajo Kaa-san.- Fue la simple respuesta del joven mafioso, devolviendo su atención a los papeles que tenía enfrente.

-Moo Tsuna-kun ¿No ibas a descansar?- Dijo su madre con un puchero, pues en verdad quería pasar más tiempo con su hijo, pero el Vongola se mantuvo en silencio.

-Es verdad Dame-Tsuna, son un par de días de vacaciones, ¡Disfrútalos!- Reborn apareció de la nada, el sobrero tapándole los ojos, por lo que lo único que se distinguía era su malévola sonrisa.

Tsuna le dedico una mala mirada. ¡Pero si era culpa de ese niño que tenía tanto papeleo! ¡Si tan solo no hubieran venido a esa estúpida reunión! Pero nooo, él tenía que ir, obligado por su espartano maestro del cual todavía no sabía las intenciones.

-Dame-Tsuna ¿Que te pondrás para la reunión?- Preguntó Reborn, la verdad es que si tenía un poco de curiosidad.

-El traje más barato que tenga, supongo.- Les respondió su alumno mientras firmaba papeles. De repente el aura alrededor del ex – arcobaleno se volvió oscura. Tsuna levantó finalmente la mirada y trago saliva notoriamente. Su súper- intuición le decía que huyera de su horrible maestro, pero el sabia, también como todo el que conociera al Hitman, que no había escapatoria.

En la escuela de Nami-Chuu, que normalmente estaba desolada a esa hora, se podía escuchar a lo lejos la música, risas y conversaciones de jóvenes adultos que estaban reunidos en el aula 2B.

Los hombres estaban todos vestidos con elegantes trajes y las mujeres tenían hermosos vestidos con joyería que mostraba lo bien que les había ido en la vida. Un hombre de cabello blanco entro en el salón y sonrió con nostalgia al ver a todo los presentes.

-¡Nezu-Sensei!- Grito una mujer cuando vio al recién llegado. Esto capto la atención de todos los alumnos que segundos después le sonrieron a su antiguo maestro de ciencias. El hombre les devolvió la sonrisa, antes de intentar poner una mirada severa, pero fallando completamente.

-¡Todos a sus asientos! No crean que por haber crecido un poco no recibirán un castigo.- Se escucharon risas por todo el salón antes de que los ex – estudiantes buscaran el asiento que no habían usado en 10 años. Después de unos minutos finalmente todos estaban en sus respectivos asientos.

-Esperemos no haber perturbado la paz con todo el ruido, puede que aparezca Hibari-san y nos muerda a todos hasta la muerte- Comento un hombre, y aunque hubo unas cuentas risas todos sintieron un escalofrió al escuchar el nombre del demonio de Nami-Chuu.

-Bueno chicos, tomare asistencia.- Nezu-sensei hablo, sacando a los jóvenes adultos de sus recuerdos.

- Yukiko Kitaki.- Nezu recordaba a la chica, había sido una estudiante promedio, pero siempre muy hermosa. La había visto desde hace ya un par de años en muchas revistas de modelaje.

Una mujer de cabello rojizo alzo la mano, una hermosa sonrisa decorando su cara. "Presente" le respondió a su antiguo profesor.

-Kenta Miyamori.- Un joven que vestía un muy elegante traje iba a responder, pero un ruido afuera de la escuela lo interrumpió. Segundos después había muchas personas pegados a la venta, curiosos de que pasaba. Y vaya sorpresa la que se llevaron.

Afuera de Nami-Chuu había una fila de camionetas negras y en el centro de estas una limosina. De las camionetas se bajaron muchos hombres grandes, serios y con trajes, un aura que gritaba "PELIGRO" los rodeaba. Los hombres se pararon en hilera, haciendo un camino desde la puerta de la camioneta hasta la entrada de la escuela. Uno de los guardias abrió la puerta de la limosina y haciéndose a un lado dejo salir a las personas dentro del vehículo.

El primero fue un joven peli-plata, llevaba un traje que parecía fácilmente costar todos los trajes y joyas de cada persona en el salón, juntos. Tenía una camisa roja con una corbata negra, al igual que el traje. Curiosamente para todos, empezó a mirar alrededor, parecía estar verificando que no hubiera peligro. Luego se hizo a un lado, dejando salir al siguiente. Un hombre alto con una gran sonrisa salió de la limosina, con un traje igual al de su compañero. La única diferencia era que el llevaba una camisa azul en vez de roja. En su espalda cargaba una espada de bambú. Y aunque de lejos no se notara, si veías suficientemente cerca podías ver un poco de oscuridad en esos alegres ojos y al igual que su compañero miro a su alrededor, antes de apartarse, dejándole el camino libre a la siguiente persona. El próximo en salir, aunque estuvieran de lejos, todos lo pudieron identificar. Hibari Kyoya salió del auto, vistiendo un traje igual que los otros dos, pero con una camisa violeta, hizo lo mismos actos de los anteriores, antes de extender su mano para ayudar a la siguiente persona. Para sorpresa de todos, la próxima en salir fue una mujer de cabello violeta, llevaba un traje al igual que sus compañeros, pero a diferencia de los demás, además del color de su camisa tenía una falda en vez de pantalón. Hibari rodeo a la mujer de la cintura y parándose a un lado dejo salir a la última persona. Los ex – alumnos se pegaron un pocos más a la ventana, ansiosos de saber quién podría ser el jefe del demonio de Nami-Chuu. Lastimosamente para ellos, lo único que vieron fue una cabellera café, pues apenas salió del auto los guardias y los que habían salido de la limosina antes que él, lo rodearon, tapándolo de la vista de cualquiera.

Nezu, aunque igual de curioso que sus estudiantes, sabía que tenía que mantener el orden. Carraspeo la garganta intentando llamar la atención del resto, sin ningún éxito. Trato un par de veces más, hasta que ya cansado de ser ignorado, dijo lo más alto que pudo para su anciana voz.

-¡Todos a sus asientos! En minutos sabremos quién es, así que por favor tranquilícense.- Todos miraron a su antiguo maestro, antes de asentir y sentarse. Aun así el único tema de conversación era el misterioso grupo que había llegado.

-! Stupido Geek baseball, arrivato in ritardo a causa di voi! - Una fuerte voz grito en el pasillo. Inmediatamente toda conversación en el salón desapareció.

-Ma ma Gokudera, calmati. Non è colpa mia se Tsuna aveva molto lavoro di ufficio – Una voz alegre le respondió al que parecía un "poco" enojado. Entre los estudiantes se oían susurros como "¿Qué idioma es ese?" o "No recuerdo a ningún compañero que fuera tan rico" Entre otros.

-Se non aveva distrutto l'edificio sulla vostra ultima missione non avrebbe scartoffie- Una dulce y tímida voz femenina hablo por primera vez y seguido de ella se escuchó un "Hmn" en señal de que concordaba con la mujer.

-Tecnicamente è colpa di tutti. Se non fosse distrutto tre imbarcazioni, due edifici, un villaggio e la base di una famiglia alleata, non avrebbe scartoffie. Ora è tranquillo, se non si vuole pagare la paperor ed ogni danno che fate, sto anche seriamente pensando di lasciare loro duerante missioni di un mese , così almeno poteva riposare.- Una voz masculina dijo, la voz era dulce y cariñosa pero al mismo tiempo autoritaria y seria. Después de eso el pasillo se quedó en total silencio, y lo único que se oía eran los pasos que se acercaban.

Finalmente la puerta se abrió, dejando ver tres hombres y una mujer. Ahora que los veían de cerca los podían identificar fácilmente. El peli-plata era Gokudera Hayato el genio delincuente de la clase, Yamamato fue fácil de identificar por su gran sonrisa, aunque muchos de preguntaban por qué la estrella del baseball cargaba una espada de bambú y no un bate y finalmente a la mujer la identificaron como Chrome Dokuro, una chica tímida que estuvo con ellos sus últimos años.

-Ciao! Ci scusiamo per il ritardo.- La misma voz de hace unos minutos hablo desde atrás de sus ex – compañeros. Inmediatamente los que estaban en la puerta se hicieron a un lado, dejando ver al castaño cuyo pelo desafiaba la gravedad. Todos lo miraron con un signo de interrogación estilo anime en su cabeza.

- Gomen Gomen, me acostumbre demasiado al italiano. Konichiwa! Es un gusto verlos de nuevo.- Todos quedaron impresionados al ver a la persona que tenían en frente. Era cierto que el resto de los guardianes eran muy guapos pero él era como un ángel caído del cielo. Llevaba un traje que parecía costar el triple del de sus acompañantes, además de una capa que le colgaba de la espalda, su sonrisa era sincera y aunque en sus ojos se veía la felicidad y bondad también había sabiduría y madurez en ellos además de que si mirabas muy de cerca podías ver la advertencia que te daban y el dolor y sufrimiento que prometía si traspasabas los limites. Y aunque era más bajito que el resto de sus compañeros, se podía ver que también era fuerte.

-Disculpa… Pero ¿Quién eres?- Por la cara del moreno se pudo ver desconcierto y confusión, antes de que con una sonrisa entrara al salón y mirando a todos los presentes hablo.

-Soy Sawada Tsunayoshi-

Traduccion:

Stupido Geek spada, arrivato in ritardo a causa di voi: Estupido friki de espada, llegamos tarde por tu culpa!

Ma ma Gokudera, calmati. Non è colpa mia se Tsuna aveva molto lavoro di ufficio: Ma ma Gokudera, calmate. No es mi culpa que Tsuna tuviera tanto papeleo.

Se non aveva distrutto l'edificio sulla vostra ultima missione non avrebbe scartoffie: Si no hubieras destruido ese edificio en tu ultima mision no tendria tanto papeleo.

Tecnicamente è colpa di tutti. Se non fosse distrutto tre imbarcazioni, due edifici, un villaggio e la base di una famiglia alleata, non avrebbe scartoffie. Ora è tranquillo, se non si vuole pagare la paperor ed ogni danno che fate, sto anche seriamente pensando di lasciare loro duerante missioni di un mese , così almeno poteva riposare.: Técnicamente es culpa de todos. Si no hubieran destruidos tres barcos, dos edificios, un pueblo y la base de un aliado de la familia, no tendria tanto papeleo. Ahora bien, hagan silencio, si no quieren hacer todo el papelo que falta y pagar cualquier daño que hayan hecho, ademas de que también estoy considerando seriamente no darles misiones duerante un mes, así que al menos podria descansar.

Fue hecho con traductor Google, asi que lo mas posible es que este mal, lo siento .