Autora: Chizuru/Death Hime
Boyband/Género: U-KISS
Parejas: OT8 (UKISS&you)
Personajes: Integrantes actuales de U-KISS, OFC, OC's.
Rating: K+/PG (Cualquier cambio será debidamente anunciado)
Tipo: Hétero, RP, AU, AR, songfic, fantasy, romance, amistad, angst, H/C, WAFF, drama, etc.
Disclaimer: Lamentablemente los integrantes de UKISS no me pertenecen (si me pertenecieran cuán feliz sería) El uso de sus nombres e imagen no implica sus deseos o pensamientos~ Y no persigo lucro ni fama (puede que un poco de fama ewe) al publicar este relato.
N/A: Este fic ya había sido antes publicado, pero no completo, la idea es aquí mostrarlo en su totalidad~
~Enjoy it!
Neverland ~Memories are not returnable~
Capitulo 1: "Rescate"
La vida no tiene demasiado sentido, todo va y todo viene, lo que amas desaparece y lo que odias te persigue. Así ha sido para mí siempre, cada mañana al despertar me pregunto, ¿por qué sigo aquí?
Nadie me necesita y yo no los necesito, no hay amigos o personas especiales para mí, ni siquiera mi familia es capaz de llenar ese vacío. Sigo pensando en cuando moriré, cuando acabará esta existencia sin cambios.
Los ruidos a mi alrededor son molestos, voces, risas, gritos, motores, ruedas rozando el piso. Me coloco mis audífonos a todo volumen. Siento un pequeño murmullo al que no le hago caso y sigo mi camino.
Entonces lo siento. Un golpe en mi cadera, fuerte y certero. Rápido y frío me obliga a despegar mis pies del suelo, siento el viento rozarme con más fuerza, los auriculares vuelan de mi cabeza, caen, y unos metros más lejos caigo yo.
Me azoto con fuerza sobre el asfalto, mis ojos se cierran antes de sentir un nuevo golpe, primero mi columna, luego mi cabeza.
Escucho voces, hablan todas a la vez, "¡Cállense ya, estoy bien!" desearía gritarles, pero la voz no sale y entonces comienzo a sentir el dolor.
Cualquier movimiento es una tortura, por lo que prefiero mantenerme en mi estado petrificado, mis labios tiritan, intentando modular alguna palabra sin lograrlo.
- Por Dios, no lograran nada solo viéndola, llamen una ambulancia rápido.- Instruye una dulce voz masculina a mi lado.
- Ya hemos llamado, pero no se sabe nada.- Respondía alguien más.
Que divertido. Me gustaría poder reírme, hace solo unos minutos seguía deseando mi muerte y cuando consigo acercarme a ella alguien busca salvarme, "Déjame en paz", quisiera decir a aquel chico, pero no puedo.
- Si no vendrán la llevaremos nosotros, chicos vengan a ayudarme.- Dijo antes de que un par de brazos me tomaran y me llevaran a un desconocido destino.
- Ten cuidado no sabemos que lesiones pueda tener.- Instruía otra voz.
Aquellas primeras voces llenas de preocupación me llenaban de preguntas y gritos. Solo una susurraba para mí, parecía a pesar de toda la preocupación, más tranquilo que los otros.
- Todo estará bien, podrás salvarte, verás que si.- Susurraba con esperanzas.
"No me salves"
- ¿Sabes? Si te hubiera conocido en otra situación, tal vez te hubiera invitado a una cita.-
¿Ese chico se insinuaba a una moribunda? Quisiera darle un golpe. Mi interior se ríe un poco de ese gesto.
Siento los sonidos clásicos de un hospital, pero de pronto todo se pone negro, los sonidos se distorsionan y dejo de percibir lo que ocurre. ¿He muerto ya?
Las cosas se mantienen en un vacío por mucho más, parece una eternidad. ¿Con que esto es morir? Maldición, no es tan distinto a vivir. No hay otra opción, un infierno hubiera sido mejor.
- Despierta.- Dice una voz susurrante.
- Déjala dormir, ya sabes cuanto demoran en despertar a veces.- Le recriminaba alejándose otra.
- No quiero seguir esperando.- Respondía-. Abre los ojos.- Seguía pidiendo.
Tenía curiosidad de que estaba al otro lado de este muro que formaban mis parpados, con todas mis fuerzas traté de seguir aquella orden que se repetía y repetía "Abre los ojos"
- Wah!- El dueño de aquella susurrante voz, ahora vocifera sorprendido, alejando su rostro del mío, reacciono del mismo modo.
Es un chico, joven, guapo, de cabello oscuro y algo alborotado, ojos color chocolate y una expresión dulce, viste completamente de blanco. Al igual que yo, ahora que lo noto.
No puedo recordar por qué estoy aquí, todo a mi alrededor es desconocido. Blanco, puro, estoy recostada sobre algo suave y espumoso, pero a la vez muy firme. Me reconforta.
Pestañeo unas cuantas veces tratando de asimilar las cosas. No hay nada en mi mente. Me pregunto que es este lugar. ¿El cielo quizás?
- Hola, ¿cómo te sientes?- Me pregunta el chico, acercándose nuevamente, a medida que me levanto.
- ¿Sentirme? Ehhh… ¿Dónde… yo?- Digo confundida con mi mano en la cabeza.
- ¿Te duele?- Se acerca un poco más, colocando dos de sus dedos junto a los míos.
- No… solo…- Los aleja.
No sé exactamente que decir, estoy tan confundida. Tengo conocimientos y nociones, pero no recuerdos. Quiero correr y gritar, pero hay algo que me calma y me obliga a solo estar sentada aquí.
- ¡Kevin! ¡Ha despertado!- Grita el chico a alguien a mis espaldas, me giro para verle.
Es otro chico vestido completamente de blanco, su cabello es claro y desordenado, sus ojos son oscuros y dulces y su sonrisa me impresiona, es simplemente brillante.
Definitivamente estos seres solo pueden ser ángeles. Si es que los existe.
- Bienvenida, ¿cómo te sientes?- Dice acercándose alegremente.
¿Bienvenida? Con que es mi primera vez aquí. El chico se acerca y se arrodilla junto al otro que expectante me mira con una sonrisa en sus ojos y tensión en sus labios.
- ¿Ustedes…?- Susurré.
- Ah… Estás confundida aún, ¿no quieres descansar un poco más?- Propuso.
- No… Yo… Estoy bien…-
Ellos solo me miran mientras hablo, con esas permanentes expresiones de eterna alegría, no puedo decir nada de este lugar, además de que es un profundo blanco sin fin. Al parecer el resto de mis días, la eternidad la pasaré junto a este par de inusuales y preciosos seres que me han dejado sin habla.
Dda-dda-dda-ddaraomyeon
alge dwae yaksok
Bo-bo-bo-boyeojulge
hwansanggateun donghwa sok (come here girl)
