Bienvenidos a mi primer capitulo traducido de Past Sins, propiedad de Pen Stroke. Esta traducción surge como una continuación a las traducciones de AByC, quién realizó un muy buen trabajo traduciendo todos los capitulos anteriores. Los animo a leer la historia desde el principio si no lo han hecho, utilizando el siguiente link: s/8749812/1/Past-Sins-Traducido-al-español. Deben anteponer a ese link el dominio de la pagina fanfiction, ya que yo no puedo ponerlo aqui. Espero que disfruten de mi trabajo. Cualquier duda o sugerencia pueden dejarla en los comentarios.
"Alegría perdida"
"Soy una yegua adulta, Nexus, ¡Explicame como esto es siquiera posible!" gritó Nightmare Moon, terminando lo que había sido una cansada rabieta de media hora. Era la mañana siguiente después de que ella se había visto forzada a encarcelar a sus viejas amigas en el calabozo. Y la última noche de insomnio había reducido su paciencia.
"S-su Alteza, estoy seguro de que hay una explicación de porqué usted no tiene su cutie mark," le aseguró Spell Nexus, en un intento de reducir la ira de su reina. "Quizá usted simplemente no ha dado con su talento para gobernar."
"¿¡Ser reina no es suficiente!?"
"Debería serlo, y si yo tuviera la magia, forzaría a su cutie mark a aparecer," dijo Spell Nexus. "Por favor entienda, usted ha estado preocupada con tareas más importantes que las responsabilidades de gobernar un reino. Quizá, ahora que su reino está establecido, y no hay nadie que compita por su trono, usted pueda descubrir su talento al realmente gobernar Equestria."
Nightmare Moon se recargo en su trono, no muy convencida. "Quizá. ¿Qué sugerirías, Nexus?"
"Hay muchas cosas, Su Alteza," respondió ansiosamente. "Si me permite ser tan impertinente como para hablar de su predecesora, la Princesa Celestia supervisaría la redacción de nuevas leyes y haría apariciones públicas. Ella recibiría a los dignatarios y regularmente tendría audiencias públicas donde los solicitantes harían peticiones al trono."
Nightmare Moon movió sus alas en señal de irritación. Ella había tenido poco interés en leyes, dar discursos, o hablar con dignatarios que estaban muy ansiosos por complacerla. La sola de idea de tener una audiencia no tenía ningún atractivo, y eso solo porque era la más simple de las tareas.
Tener una audiencia era algo que ella al menos podía verse haciendo, pero se sentía extraño incluso considerarlo. Un gobernante tenía audiencias y así sus súbditos podían hacer peticiones acerca de cosas que ellos querían, cosas que los hacían felices. En todos sus recuerdos ella nunca había estado preocupada por la felicidad de Equestria, solo por la suya. Quizá Spell Nexus tenía razón. Ella nunca había tenido una audiencia pública, así que si tenía un talento para eso, sería incapaz de notar dicho talento.
"¿Crees que mi cutie mark aparecería si tuviera una audiencia?" preguntó Nightmare Moon.
"Bastante seguro, Su Alteza." le aseguró Spell Nexus.
Nightmare Moon asintió firmemente. "Entonces anuncia que estaré teniendo audiencias todos los días, desde que el castillo abra en la mañana hasta que cierre en la noche. Déjales saber que será de esta forma hasta que considere lo contrario o hasta que mi cutie mark aparezca."
Nightmare Moon se acomodó en su trono justo antes de que la audiencia pública estuviera a punto de comenzar. Pegasos mensajeros habían volado el día anterior, llevando su proclamación hacia cada rincón del reino, y la respuesta había sido más grande de lo que ella podía haber anticipado. Ponis, envueltos en ropa de invierno para defenderse del frío, habían formado una línea fuera de las puertas del castillo que se extendía hasta Ponyville. Habían venido desde cada rincón del reino para verla, y, por el momento, ella se permitió sonreír.
El sonido de cascos y voces más allá de la puerta del salón del trono alertaron a Nightmare Moon de que su audiencia estaba a punto de comenzar. Apresuradamente, ella se acomodó la armadura, arreglo sus alas en caso de plumas fuera de lugar, y realizó cualquier preparación de último minuto que se le pudiera ocurrir.
Los relojes alrededor del castillo marcaron la hora, y con el último repiqueteo, las puertas del salón del trono se abrieron. Nightmare Moon observó cómo sus sirvientes guiaron rápidamente el frente de la fila dentro del salón, contemplando a los muchos ponis visitantes mientras lentamente se formaban. Aquellos lo suficientemente valientes para mirarla la observaban con enormes ojos, y todos los demás ponis mantuvieron sus cabezas agachadas hacia el suelo.
A la señal de los sirvientes, el primer poni en la línea dio un paso adelante y se acercó al trono. Era un granjero que Nightmare Moon encontró vagamente familiar. Su cutie mark constaba de muchas zanahorias que yacían de costado. Él había entrado usando un gran sombrero, pero rápidamente se lo quito una vez que alcanzo los pies del trono.
"Es un honor estar en su presencia, Su Majestad," el poni granjero se las arregló para no trabarse al hablar. "Soy Danver, y mi familia maneja una granja de zanahorias justo a las afueras de Ponyville."
"Danver… sí," Nightmare Moon meditó cordialmente. "¿Ustedes son vecinos de la familia Apple, correcto?"
"Sí, Su…uh," Danver miró alrededor nerviosamente, tartamudeando. Algunos sirvientes lo miraron, y un guardia comenzó a acercarse antes de que él apresuradamente forzara un "Su Majestad Gloriosa."
Nightmare Moon arqueo una ceja pero no hizo ningún otro movimiento. "¿Y qué petición has traído a esta audiencia?"
"Yo-yo-yo," Danver tartamudeo ante la constante, expectante mirada de Nightmare Moon. "¿Podría por favor elevar el sol, Su Alteza?"
Nightmare Moon frunció el ceño, y habló con tanto resentimiento que sus palabras parecían llenas de veneno. "¿El sol?"
Danver hizo una mueca y dio un paso hacia atrás. "M-mis cosechas están marchitándose, Su Alteza. Sus sirvientes vinieron a ayudarme a replantar, p-pero no podemos simplemente replantar todo tan pasado el verano. Las zanahorias no estarán listas a tiempo para la cosecha, y-y solo puedo imaginar que tanto aumentará el frio cuando llegue el invierno. Solo necesitamos unos pocos meses más de sol para poder hacer crecer suficiente comida para el i-invierno."
Nightmare Moon golpeó el suelo con el casco. "¡Así como mi gobierno sobre este reino, la noche será eterna! ¡Tu petición es denegada!"
Danver no discutió ni protestó. En vez de eso dio media vuelta y salió corriendo del salón del trono, como si permanecer un momento más hubiera sido un suicidio. Su rápida salida hizo que muchos ponis en la fila se movieran inquietos. Todos ellos se quedaron, aunque muchos se veían mucho más asustados que lo que habían estado momentos antes.
Después de darse un momento para calmarse, Nightmare Moon le hizo una seña al siguiente poni en la fila para que avanzara. El semental parecía ser un poni de negocios y estaba vestido con una corbata, cuello y puños. Hizo una reverencia y se presentó casi de la misma forma que como lo había hecho el granjero. Nightmare Moon solo podía suponer que sus sirvientes habían dado instrucciones a los solicitantes sobre cómo hablar con ella.
Y tanto como su presentación había sido similar, también lo fue su petición. Pidió que se elevara el sol. Sus razones eran muy diferentes a las del granjero, pero aun así su petición hizo a Nightmare Moon rechinar los dientes en señal de enojo. Ella le negó la petición al semental y rápidamente llamo al siguiente poni en la fila.
Poni tras poni se acercaba a ella, y cada vez Nightmare Moon escuchaba la misma petición. Ellos querían el sol, querían el día, y, aunque ninguno se atrevía a mencionarlo, ella podía decir que querían algo más. Ellos querían a las Hermanas Reales de vuelta. Ellos querían que Equestria regresara a como era antes, pero estos se verían decepcionados. Ella era reina ahora, y no renunciaría tan fácilmente al trono.
Después de pasar horas escuchando a los ponis pedir el regreso del sol, Nightmare Moon había oído suficiente. Se levantó de su trono y extendió sus alas. "¡Que se sepa que el siguiente que pida que levante el sol será encerrado en el calabozo! ¡Nunca levantare el sol! ¡He decretado que Equestria vivirá en una noche eterna, y este decreto permanecerá! Ahora, todos aquellos que tengan una petición para elevar el sol deberían irse… ¡Ahora!"
Todos los ponis en la fila se dieron la vuelta y salieron huyendo, muchos gritando de pánico mientras salían corriendo del salón del trono. Esto solo pareció incrementar la ira ardiendo en el pecho de Nightmare Moon, pero ella no persiguió a estos ponis. Estaba contenta de que se hubieran ido, contenta de librarse de sus caras de amantes del sol.
Primero que nada, ella podía decir que su talento especial no era tener una audiencia. Ninguna cutie mark saldría de esto, y la frustrante indignidad de ser un adulto con el flanco en blanco, aunado con la falta de respeto de los ponis, tenía furiosa a Nightmare Moon. Ella volteó su cabeza hacia abajo, mirando hacia el suelo alrededor de su trono mientras debatía que parte de este aplastaría con su casco.
Tan pronto como Nightmare Moon había elegido que parte del suelo iba a ser la victima de su enojo, escuchó un par de pasos haciendo eco desde el vestíbulo. ¿Aún había solicitantes quienes tenían una petición no relacionada con el sol, o solo eran tan estúpidos como para volver a insinuarlo?
Preparándose para hacer una buena amenaza, Nightmare Moon se puso de pie en su trono y miro a dos ponis atravesando las puertas de su salón del trono. Era un par de unicornios, una yegua y un semental. Ambos tenían constituciones físicas bastante comunes, al menos para ponis de su edad. El semental tenía pelaje blanco, crin café y un prominente, casi distractor mostacho. La yegua tenía pelaje rosado, y llevaba su crin morada levantada en un estilo de avispero que fácilmente agregaba otros 15 centímetros a su estatura de pie. La yegua, a diferencia del semental, también usaba ropa. Una camisa rojiza-naranja con un cuello holanudo y pantalones blancos.
Solo los pantalones hicieron a Nightmare Moon arquear una ceja mientras el par se acercaba a su trono y se inclinaban. Ella no podía evitar tener una persistente sensación de que reconocía a esos ponis. No podía recordar de donde o cuando, pero los conocía de algún lugar.
"Es un honor estar en su presencia, Su Majestad," dijo el semental. Él se enredó al hablar como si tuviera una pequeña esfera en su boca, y una vez más Nightmare Moon tuvo la molesta sensación de que conocía a esos ponis de algún lado. Sin embargo, hizo su mejor esfuerzo para dejar de lado ese molesto pensamiento. Ella endureció su expresión y bajó la mirada hacia el par.
"¿Y ustedes qué quieren?"
"Bueno, Su Alteza, si no le importa, nos gustaría saber…" el semental se ahogó en sus palabras, como si el aire en sus pulmones hubiera sido succionado por la mirada de Nightmare Moon. Aun así, tomo fuerza y preguntó, "nos gustaría saber si nuestra hija puede venir a casa."
El grito que Nightmare Moon había estado preparando en respuesta a otra petición por el sol murió, y su voz se volvió débil, casi temblorosa. "¿Su hija?"
"Nuestro pequeño panquecito, Sweetie Belle, Su Alteza."
Nightmare Moon sintió que el corazón le daba un vuelco en el pecho. En ese momento se dio cuenta porque el par le era familiar; eran los padres de Sweetie Belle y Rarity. Los había visto solo de paso, cuando ella y las otras Crusaders fueron a su casa. Incluso empezó a ver las semejanzas. Rarity había heredado, al menos en parte, la crin morada de su madre, y tanto Rarity como Sweetie Belle tenían un pelaje blanco como su padre. Sí, su pelaje tenía una pequeña diferencia en el tono blanco en comparación con el de Rarity o el de Sweetie Belle, pero la semejanza aún estaba ahí.
Después de escuchar su petición, Nightmare Moon casi deseaba que hubieran ido a pedir que el sol se elevara como todos los demás ponis. Necesitó de toda su fortaleza para no apartar la mirada cuando respondió, "Me temo que no puede irse."
La madre de Sweetie Belle tropezó mientras avanzaba, su anteriormente solemne y respetuosa mirada se hizo añicos y fue reemplazada por los asustados, suplicantes ojos de una madre. "Por favor, Su Alteza, ¡mi pequeño panquecito no pertenece a un calabozo! Lo que sea en que ella se haya equivocado, estoy segura de que no tenía ninguna intención de hacerlo. Por favor, Su Alteza, es solo una pequeña potra. ¡Necesita estar con su familia!"
Nightmare Moon cerró los ojos y sacudió la cabeza. "No puedo liberarla."
Estas palabras fueron suficientes para quebrar el pequeño control que la madre de Sweetie Belle tenía sobre sí misma. Rompió en llanto y colapsó en el suelo. Comenzó a rogar, a suplicar, diciendo mil cosas diferentes tan rápido como podía para intentar convencer a Nightmare Moon de que debía permitirle a Sweetie Belle regresar a casa. El padre de Sweetie Belle puso su caso en el hombro de su esposa, intentando tranquilizarla, pero ella lo apartó y continuó con sus lamentos y suplicas.
Mientras esto pasaba, Nightmare Moon estaba haciendo un gran esfuerzo para no llorar. La culpa que ellos le estaban haciendo sentir se clavó en su interior, y, cuando ya no pudo detener los lamentos, hizo la única otra cosa en que podía pensar. Primero, sin decir palabra, hizo una señal a sus guardias para que se fueran. Entonces, una vez que estos salieron, el salón del trono fue cerrado una vez más, dejando a Nightmare Moon sola con los padres de Sweetie Belle.
Sin ojos curiosos que vieran lo que estaba a punto de hacer, Nightmare Moon se levantó de su trono y se acercó a los padres de Sweetie Belle. Ambos la miraron con miedo, indudablemente asustados ellos habían exigido demasiado de su nueva reina y ahora estaban a punto de enfrentar las consecuencias. Nightmare Moon, sin embargo, no alzó la voz ni movió un solo casco para dañarlos. En vez de eso se agachó, poniéndose al nivel de su mirada.
"Lo siento. Nada me gustaría más que permitirle a Sweetie Belle ir a casa con ustedes, pero ella debe enfrentar las consecuencias de sus acciones," les dijo Nightmare Moon en un tono de disculpa. "Ella, Apple Bloom y Scootaloo entraron ilegalmente en mi castillo, y fueron extremadamente afortunadas de encontrarme antes de que los guardias las encontraran. Prometo que las dejaré ir muy pronto. Yo solo... no puedo hacerlo ahora."
"¿Pero cuándo? ¿Cuándo puede volver a casa?" presionó la madre de Sweetie Belle.
Nightmare Moon suspiró, le dio la espalda a los padres y comenzó a caminar de vuelta a su trono. "Soliciten una audiencia conmigo de nuevo en unas pocas semanas. Mi consejero debería estar satisfecho con el castigo para entonces. Entonces seré capaz de liberar no solo a Sweetie Belle, sino también a Scootaloo y Apple Bloom."
Nightmare Moon volvió a sentarse en su trono, y bajó la mirada hacia los padres de Sweetie Belle. "A pesar de lo que ustedes puedan pensar de mí, sepan que no encuentro gozo en castigar a mis viejas amigas. Aun así, ellas deben aprender que soy Nightmare Moon, y que ya no puedo ser la amiga que alguna vez conocieron. "
Los padres de Sweetie Belle asintieron y, a diferencia de los solicitantes anteriores a ellos, se inclinaron ante Nightmare Moon por segunda vez. "Gracias, Su Alteza, y estaremos seguros de regresar en unas pocas semanas. También le daremos estas noticias a las familias de Apple Bloom y Scootaloo," aseguró el padre de Sweetie Belle antes de mirar a su esposa. "Vamos, querida."
La madre de Sweetie Belle asintió, y, aunque algunas lágrimas aun resbalaban por sus mejillas, ella logró esbozar una pequeña sonrisa, esperanzada en que pronto vería a su hija de nuevo. Juntos, el par dejó el salón del trono. Al mismo tiempo, los sirvientes y guardias volvieron encontrando a Nightmare Moon sentada en su trono, con los ojos cerrados y el ceño fruncido.
"¿Hay algún otro solicitante?" preguntó Nightmare Moon.
"No," respondió uno de los sirvientes.
Nightmare Moon asintió débilmente. "Entonces termino las audiencias por hoy. Notifica a los guardias en la puerta y déjales saber a los ponis de Equestria que deben solicitar una audiencia privada si desean hablar conmigo. Déjales saber que no volveré a tener una audiencia pública. "
"Entendido, Su Majestad."
A pesar del fracaso al tener una audiencia, Spell Nexus continuó ofreciéndole tareas reales a Nightmare Moon. Ella probó todos los aspectos de gobernar un reino, desde dar discursos hasta ayudar a redactar leyes. Nightmare Moon incluso estuvo en una absolutamente aburrida reunión sobre impuestos, pero, a pesar de las continuas promesas de Spell Nexus, su flanco permaneció en blanco.
Después de una semana de fallos intentando tareas reales, Spell Nexus comenzó a proponer talentos relacionados con el cielo nocturno. Él sugirió convertir la noche en su tapiz. Le dijo que ella debería "llenarla con tanta belleza que toda Equestria querría que la noche durara para siempre, aunque solo fuera para que nunca tuvieran que estar alejados de su arte en el cielo."
Aun así, cuando Nightmare Moon hizo un intento moviendo las estrellas, rápidamente se arrepintió. Su mente se llenó de recuerdos sobre proyectos de arte en la clase de Cheerilee. Algunos de sus compañeros eran muy talentosos en tales actividades, pero sus imágenes siempre resultaron ridículas. La única forma que ella conocía sobre como dibujar un poni era por una figura de madera. La única poni menos hábil que ella en el arte era Sweetie Belle, y eso solo porque esta seguía olvidando lavar su pincel entre colores cuando estaba pintando.
Así, en cualquier cambio que Nightmare Moon hizo en el cielo no había progreso. Intento hacer constelaciones, pero había una sutileza en los diseños de Luna que ella simplemente no podía igualar. Las constelaciones tenían vagas semejanzas con las criaturas que se supone que debían ser, pero podían ser interpretadas fácilmente. Todo el tiempo permanecían escondidas dentro de la mucho más grande imagen del cielo. Solo sobresalían cuando uno las buscaba intencionalmente.
Esto era un contraste absoluto con cualquier cosa que Nightmare Moon intentó. Las constelaciones que ella hizo destacaban como pinceladas ásperas y desordenadas. A pesar de intentar crear su propio cielo docenas de veces, lo único que Nightmare Moon logró hacer durante toda la noche fue incrementar su frustración. Su cutie mark alguna vez había sido la luna en contraste con la noche más oscura. Supuestamente ella debería tener un talento especial para esto, para encargarse del cielo nocturno. Pero, en todo caso, sus acciones eran equivalentes a las de un potro que estaba desfigurando una obra maestra con pinturas hechas a casco. Un reloj cercano repiqueo indicando la hora de la mañana, y Nightmare Moon finalmente admitió su derrota. Con un pisotón de su casco, usó su magia para limpiar su último fallo al pintar el cielo. Entonces se convirtió en humo, y como una serpiente enojada, regresó a través del aire hacia el balcón de su recamara. Una vez ahí, se rematerializó y dio un pisotón al atravesar la puerta abierta.
Nightmare Moon se dirigió directamente a su espejo y contempló el reflejo de su aún muy vacío flanco. Ella lo miro fijamente, intentando forzar su cutie mark a aparecer usando solo su fuerza de voluntad. Cuando eso no funcionó, Nightmare Moon cerró los ojos con fuerza y peleó contra el deseo de romper su espejo de nuevo.
¿Qué era diferente? ¿Por qué su talento no era el que solía ser cuando ella y Luna eran una y la misma? ¿Había algo que la hiciera única más allá de ser una reina que todos temían, despreciaban, y deseaban que fuera exiliada de regreso a la luna?
Abriendo los ojos de nuevo, dejó que su mirada furiosa fuera de su flanco en blanco a su armadura. En ese momento, su armadura solo era una burla tanto como lo era su ausencia de cutie mark. Ella no era una poni de guerra o un terror quien derribaría a aquellos que se cruzaran en su camino. Una armadura era algo usado por un asesino o un soldado, y ella tampoco lo era. Sin siquiera pensarlo, Nightmare Moon uso su magia para quitarse la armadura y arrojarla a una esquina causando un gran estruendo.
Su sombra de ojos era lo siguiente en irse, otra cosa que Nightmare Moon se había cansado de ponerse. Ella lo había usado para cumplir con las expectativas de Nexus y los Hijos de las Pesadillas, pero estaba cansada de eso. Un trapo mojado removió cada rastro del maquillaje, y una vez más Nightmare Moon se veía a sí misma como una simple yegua negra.
Que apropiado era su pelaje negro. Alguna vez no fue más que una sombra, veneno, una infección de pensamiento y celos que había tomado como rehén a la verdadera guardiana del cielo nocturno. Incluso la cutie mark que alguna vez había poseído solo era una retorcida sombra de la de Luna. Habían sido el talento de Luna para el cielo, los celos y el odio de Luna, y el deseo de Luna los que habían formado y le habían dado propósito a Nightmare Moon.
Ahora que ella estaba separada de Luna, convertida en una yegua con su propio cuerpo, ¿Qué le quedaba? Los deseos que Nightmare Moon recordaba, que alguna vez ardían dentro de ella como fuego, habían sido enfriados y permanecían solo en su memoria. Se sentía como si ella no tuviera sus propios anhelos y deseos, como si estuviera vacía. Estaba comenzando a temer que ni siquiera tuviera un talento especial o una cutie mark.
Incapaz de seguir observando su reflejo en el espejo, Nightmare Moon se dirigió de nuevo al balcón de su recamara y miro a través de Equestria con ojos cansados. Por dos semanas la noche se había mantenido, y los efectos eran visibles. Las plantas se estaban marchitando a lo largo de todo el reino; incluso el firme y resistente Bosque Everfree se veía enfermo. Los pocos ponis que se encontraban fuera tan temprano estaban totalmente cubiertos como si fuera el final del invierno, cuando se suponía que era verano.
Nightmare Moon observó Sweet Apple Acres en el otro extremo de la ciudad y pensó en la familia de Apple Bloom. Las huertas parecían débiles; ¿Cuánto tiempo más podrían sobrevivir los árboles? ¿Qué pasaría con la familia Apple y con Ponyville cuando fracasara la cosecha? ¿La ciudad sobreviviría el invierno sin la cosecha usualmente generosa de la huerta?
Nightmare Moon sacudió violentamente la cabeza. ¿Por qué se preocupaba por esto? La Nightmare Moon que solía ser sólo se habría reído de la dificultad y se habría deleitado con el sufrimiento. Nunca solía preocuparse por los ponis de Equestria. Todo lo que solía importar era que los ponis vieran su, o mejor dicho de Luna, cielo nocturno y apreciaran su belleza.
Nightmare Moon miró hacia arriba al cielo. Buscó consuelo en la belleza que se suponía que debía tener, pero, después de mirarlo toda la noche, sólo le disgustó. Estaba cansada de la luna y las estrellas. Estaba cansada del frío y la oscuridad de la noche. Ella estaba... cansada de todo y quería ver algo más. Quería algo más que la noche.
Había, sin embargo, solo otra cosa más.
Arrugando la frente, Nightmare Moon miró hacia el horizonte. Lo miró fijamente mientras sus pensamientos se arremolinaban como una bola de nieve al girar. Los pensamientos se convirtieron en un deseo, un deseo que ella no debería haber sentido. Ese deseo, sin embargo, sólo se hizo más fuerte, y pronto Nightmare Moon comenzó a hacer lo único que había jurado que nunca haría.
Con su melena revoloteando y sus ojos brillando de blanco, Nightmare Moon extendió su magia hacia el cielo. Sin una advertencia a ningún poni abajo, la luna comenzó a correr a través del cielo. En cinco minutos había llegado al oeste y empezó a meterse más allá del lejano horizonte, pero Nightmare Moon no observó cómo se escondía la luna. En lugar de eso, su mirada se mantuvo enfocada hacia el este.
Un poco de rojo comenzó a mezclarse con el oscuro azul y negro de la noche. Al principio solo fue un resplandor, pero creció. Las franjas rojas fueron empujadas más lejos en el cielo por un tono naranja, y el naranja empujó más alto mientras una esfera amarilla brillante comenzó a aparecer sobre el horizonte.
Esto iba en contra de todo lo que se suponía que ella debía representar, todo lo que se suponía que quería. A pesar de esto, Nightmare Moon no pudo evitar sonreír. Ya podía sentir algunos de los rayos dorados del sol chocando con su pelaje y llenándola de calidez. Sus ojos se movieron hacia el cielo, y ella lo vio cambiar del negro más oscuro a un brillante, alegre azul, mientras que, al mismo tiempo, las estrellas se desvanecieron lentamente de la vista.
Por primera vez en dos semanas, el sol se había levantado sobre Equestria.
Dejando atrás su armadura, Nightmare Moon se encaminó hacia el salón real del trono, curiosa acerca de cuanto tiempo tomaría antes de que algún poni llegara corriendo, buscándola con pánico.
"¡Mi Reina, tengo noticias terribles!" gritó Spell Nexus mientras irrumpía en el salón del trono. Unos cuantos soldados siguieron a su paso, pero su pánico fue recibido por un par de ojos fríos y una pequeña sonrisa de Nightmare Moon, que estaba sentada tranquilamente en su trono.
"¿Solo diez minutos? Estaba segura de que les tomaría más tiempo" pensó Nightmare Moon.
Nexus y los soldados se detuvieron al pie del trono, con la confusión pintada en sus caras. "¿Mi Reina?"
"No es nada. Ahora, ¿qué asunto tan urgente tienes que te hace sentir que puedes irrumpir aquí y armar semejante alboroto?"
"Su Majestad, la luna se ha puesto y el sol comienza a levantarse. Celestia obviamente ha escapado de su encarcelamiento, y es sólo cuestión de tiempo antes de que ella se una a la rebelión de la Princesa Cadance y venga a derrotarla. Ahora, ya he alertado a la guardia aquí y he enviado un mensaje a Shining Armor para hacer lo mismo con la Guardia de Canterlot. Ambos castillos se preparan para defenderse, y dentro de una hora estaremos listos para—"
"Eso no será necesario," interrumpió Nightmare Moon. "No hay nada que temer."
"Su confianza es refrescante, mi Reina, pero ahora Celestia tiene la ventaja de la sorpresa. No sabemos cuándo ni cómo va a atacar. Podría estar planeando algo incluso mientras hablamos."
Nightmare Moon asintió con la cabeza antes de dejar escapar otra sonrisa. "Sí, eso sería cierto si Celestia hubiera escapado del sol, pero, te lo aseguro, sigue atrapada."
"Pero... pero entonces por qué... ¿por qué está saliendo el sol? Seguramente no es usted—"
"Sí Spell Nexus, yo soy la que bajó la luna, y es por mi voluntad y poder que el sol sube al cielo".
Nexus solo pudo mirar a Nightmare Moon en shock, con la boca abierta. "P-p-pero... pero Su Alteza, ¿Por qué terminaría su propia noche? ¿No es su más profundo deseo tener a Equestria bañada para siempre en la gloria de la luna y de las estrellas?"
"¡No seas tonto!" gritó Nightmare Moon. "¿Alguna vez has sentido lo frío que está fuera del castillo? ¿Has visto siquiera que las plantas comienzan a marchitarse? ¡Es un milagro que Equestria haya sobrevivido dos semanas de noche constante, pero esperar que este reino sobreviva una eternidad es absurdo!"
Nexus, tembloroso, dio algunos pasos hacia Nightmare Moon con ojos suplicantes. "Mi Reina, si esto es sobre nuestro progreso transformando Equestria, le aseguro—"
"Que tus renovaciones llegarían demasiado tarde. Su progreso en la replantación es lamentable en el mejor de los casos, y las lámparas de calentamiento que prometiste que mantendrían cálidas las partes pobladas de Equestria no se han instalado en la mayoría de las ciudades. La mitad de Equestria se moriría de hambre y el resto se congelaría hasta la muerte para cuando ustedes terminaran.
"Hablando de la noche, ya no hay razón para que dure para siempre. Las cosas no son como eran hace mil años, Nexus. Ahora hay ponis que viven y trabajan durante la noche. Hay ponis que aprecian su belleza, pero hay belleza que se encuentra también en el día y la luz solar.
"Belleza que yo he decidido dominar," continuó Nightmare Moon. "He decidido que mientras yo sea la única gobernante de Equestria me encargare del sol y la luna yo misma. Haré lo que Celestia hizo durante mil años, y seré mejor que ella. Tendré dominio sobre los dos orbes celestiales y seré el proveedor de su belleza no sólo por mil años, sino por toda la eternidad. Seré la eterna reina de la noche y el día."
Nexus abrió la boca para continuar su protesta, pero Nightmare Moon lo mantuvo en silencio con una sola y dura mirada. Eventualmente, se inclinó, al igual que el resto de los soldados. "Como desee, mi Reina. ¿Hay algo más que quisiera que yo supiera?"
"Sí. Me daré un descanso fuera del castillo hoy," contestó Nightmare Moon a Nexus mientras se levantaba de su trono.
"Por supuesto, Su Majestad. Enviare a algún poni a que busque su armadura y—"
"No, saldré así como estoy ahora."
Nexus miró a Nightmare Moon como si se hubiera vuelto loca. "Pero su Alteza, realmente pienso—"
"¡Yo decidiré que vestir y que no!" gritó Nightmare Moon. "¡Ahora piérdete!"
Nexus no se demoró un momento más. Él y los guardias salieron disparados de la habitación tan rápido como sus cascos pudieron llevarlos. Nightmare Moon esperó a que estuvieran todos fuera del alcance del oído antes de dejar escapar un suspiro irritado. Salió de la sala del trono y, en pocos minutos, llegó a uno de los muchos balcones del castillo. Miró al sol y al rico cielo azul con una sonrisa, como si estuviera saludando a una amiga que había perdido hace tiempo.
Una ráfaga de viento llevaba consigo los sonidos de los aplausos y lo que Nightmare Moon creía era música. Volviendo los ojos hacia la fuente del sonido, miró a Ponyville. Ponis de todo el pueblo se precipitaban por las calles, muchos reunidos en la plaza del pueblo.
Sus súbditos, los súbditos "no bendecidos", estaban tan contentos de ver el sol como ella. Se regocijaban en su luz y calor. Por un raro momento, Nightmare Moon se sintió feliz. Ella no trató de explicar ni se preguntó el por qué. Ella solo abrió las alas y voló hacia Ponyville mientras sus plumas y pelaje absorbían el calor del sol.
Ponyville nunca había sido rebasado por la celebración tan rápidamente. Pinkie Pie estaba trabajando con varios pegasos, incluyendo al veloz rayo Rainbow Dash, montando a toda prisa decoraciones para una fiesta que podría decirse ya había comenzado.
Un DJ local ya estaba tocando discos de vinilo y llenando el aire de música mientras los ponis gritaban su alegría hacia el cielo. El calor ya estaba llenando el aire, alejando el largo y persistente frío de la noche extendida. Los ponis que estaban totalmente cubiertos ahora estaban tirando botas, chaquetas de invierno y bufandas para tomar el sol.
Los ponis estaban tan fascinados con su celebración que no notaron la nube índigo que permanecía en las sombras de los árboles cercanos. Nightmare Moon los miró y habría estado sonriendo de oreja a oreja si en ese momento no hubiera sido una masa flotante de energía mágica.
Ahora esto se sentía bien y correcto. Ponis riendo y jugando bajo el sol, rebosando de alegría sin preocuparse por el mundo... esto era lo que Equestria estaba destinado a ser. Esta era la Equestria que Nightmare Moon había visto a través de jóvenes, inocentes ojos, y no era una Equestria condenada a una noche eterna.
Spell Nexus podía ir a comer heno podrido. Así era como Nightmare Moon iba a gobernar, y esto era lo que la hacía feliz. Movería el sol y la luna como lo hizo Celestia y dejaría que los ponis de Equestria tuvieran tanto el día como la noche.
Mientras la celebración cercana continuaba creciendo, la mente de Nightmare Moon empezó a volar lejos de ella. Los ponis estaban tan felices, tan contentos de ver el sol, que tal vez ahora no la mirarían con miedo. Tal vez incluso le agradecerían por traer de vuelta el sol. Sí, ella se presentaría delante de ellos, y en vez de temblar, la mirarían justo como solían mirar a Celestia.
Ya podía imaginarlo. Ella se revelaría ante ellos y sonreiría. Ella haría lo que Celestia hacía y los llamaría cariñosamente "mis pequeños ponis". Ella hablaría con la voz más dulce y suave que pudiera manejar. Les mostraría que nunca debían temer otra noche eterna, y la alabarían igual que alababan a sus predecesoras.
Nightmare Moon fue sacada de su sueño por aclamaciones cercanas. Unas pocas yeguas y sementales se habían trasladado al lado de su escondite y llevaban consigo una mesa cargada con un cuenco de ponche y tazas vacías. Tan pronto como pusieron la mesa en el suelo cada uno tomó una copa. Uno de los sementales se rio y levantó su copa. "Propongo un brindis, por el sol."
"¡Por el día!" añadió otro en el grupo.
"Por la verdadera realeza de Equestria!"
"¡Por Celestia y Luna!"
El corazón de Nightmare Moon se hundió en su pecho como una piedra en el océano. Los ponis... estaban celebrando su derrota. Pensaron que la salida del sol significaba que Equestria era gobernado otra vez por las Hermanas Poni Reales.
En un instante, Nightmare Moon sintió el impulso de traer de vuelta la noche. Comenzó a elevar su magia al cielo con toda la intención de robar el sol hasta que los ponis pudieran apreciar la noche, pudieran apreciarla a ella. Sin embargo, antes de que Nightmare Moon pudiera llevarse el sol del cielo, su determinación flaqueó. Habían sido dos largas semanas de noche, y estos ponis estarían bastante desconsolados cuando supieran que sus queridas princesas no habían regresado.
Preocupada en el suelo, la nube que era Nightmare Moon se colaba entre los cascos de los ponis y se alejaba de la fiesta. Ella les dejaría tener su día, que tuvieran su celebración, pero no se quedaría allí a verlos.
En las afueras de Ponyville, donde la fiesta y su música no eran más que tonos agobiantes en el viento, Nightmare Moon se posó en la hierba. Encontró refugio en uno de los parques exteriores de la ciudad a la sombra de un sauce llorón. Las largas y colgantes ramas la escondían de cualquier poni que pudiera pasar por el camino, asegurándose de que tenía la intimidad que buscaba.
Le dolía el corazón. La felicidad que había surgido a la vida cuando levantó el sol había sido asesinada a sangre fría por los ponis de la celebración. Lo peor era que había probado esa felicidad. Era como darle un sorbo de agua a un poni perdido en un desierto. Había sido un breve momento de refresco que, una vez pasado, sólo dejaba al alma deseando más.
Pero ¿Por qué? ¿Por qué sólo había sido feliz entonces? Cutie mark o no, ella tenía todo lo demás que siempre había querido. Ella era reina. Ella desterró a Celestia y Luna al sol y la luna. No había nadie para desafiar su reino. Entonces, ¿por qué sólo había sido feliz cuando levantó el sol, cuando pensó que los ponis de Ponyville ya no la temían?
¿Qué la había hecho feliz en el pasado? Ella sabía que no siempre había sido así, y, recordando, las memorias que Nightmare Moon había tratado de enterrar comenzaron a salir a la superficie. Sabía lo que la había hecho feliz en el pasado, y no era poder o una corona. No era un objeto o una baratija.
Eran los ponis.
Eran ponis como Twilight Sparkle, Cheerilee, y Twist. Eran ponis como Apple Bloom, Sweetie Belle, y Scootaloo. Eran todos los residentes de Ponyville quienes alguna vez la habían mirado con una sonrisa y rostros felices, justo como a otra ciudadana de su humilde y pequeño pueblo.
Nightmare Moon gimió cuando puso la cabeza en el suelo y cubrió sus ojos. Con determinación comenzó a repasar sus pensamientos. Estaba cansada de la incertidumbre, cansada de lo desconocido. Ella sabría por qué esos cortos meses que pasó como una potranca eran más importantes para ella que el resto de sus recuerdos. Ella no estaría atormentada por esto un segundo más.
Concentrándose, Nightmare Moon pensó en su memoria más antigua, la primera que compartió con la Princesa Luna. Era sólo algo vago, pero, a medida que lo captaba, el recuerdo comenzó a tomar forma. El vago recuerdo era de cuando ella y Luna habían sido una y la misma. Ella no recordaba el acontecimiento o la fecha, pero los detalles importantes de la memoria sostenían la verdad.
Celestia había estado rodeada de ponis felices, cada uno elogiándola por un hermoso día. Ella y Luna habían observado esto, y, en la boca de su estómago, los celos se habían retorcido en ella. ¿Por qué Celestia recibía todo el elogio? Ella sólo levantaba el sol. Ella no llenaba el cielo con un tapiz de estrellas mientras que también elevaba la luna. Celestia sólo ponía la mitad del esfuerzo, en el mejor de los casos, y sin embargo los ponis la amaban diez veces más.
En aquel antiguo recuerdo, Luna había deseado esa admiración, y ella, Nightmare Moon, había compartido ese deseo. Esa sed, esa hambre, había sido el combustible de su existencia hasta que los Elementos de la Armonía las separaron. Era el núcleo de todo lo que una vez había deseado. Su deseo de la noche eterna, su deseo de ser reina, todo provenía de esa única cosa.
Ese único deseo, ese único anhelo, ser… ser…
Amada.
¿Amor? ¿Era eso? ¿Era eso todo lo que ella realmente quería? Nightmare Moon sacudió la cabeza con incredulidad, tratando de negarlo, pero no pudo. Incluso después de haber sido separada de Luna por los Elementos de la Armonía, esa verdad central había permanecido. Había sido un pensamiento simple, tan arraigado en su existencia compartida que ni siquiera la magia más poderosa de la existencia podía borrarla.
Y ella había sido amada como Nyx. En aquel entonces, Twilight la había amado, y su amigo también la había cuidado. Ella había sido feliz, pero entonces lo arruinó todo. Lo había tirado todo para perseguir viejos recuerdos y deseos que nunca habían sido suyos. Había dejado que Spell Nexus y los Hijos de las Pesadillas la convencieran de ser un monstruo y una tirana. Había encarcelado a sus amigas y... a la yegua que había llamado Madre.
Era exasperante, pero Nightmare Moon no gritó de rabia. En cambio, ella, la Reina de Equestria, lloró. No se lamentaba, no gritaba, pero, en la sombra protectora del sauce, no podía contener las lágrimas que corrían por su rostro.
Por un largo rato, eso fue todo lo que Nightmare Moon hizo. Se permitió llorar, ignorando el mundo entero a su alrededor. No sabía ni le importaba cuanto tiempo había estado escondida bajo la sombra del árbol, pero su llanto fue abruptamente interrumpido por una pequeña voz.
"¿Estás bien?"
Nightmare Moon levantó la cabeza en shock y se secó los ojos apresuradamente. ¿Quién se atrevería siquiera a acercarse a la reina cuando obviamente estaba de mal humor? ¿A quién incluso… le importaría?
A Nightmare Moon le tomó un momento para localizar la fuente de la voz. Su dueño se había retirado fuera de las ramas caídas del sauce llorón. Sin embargo, después de unos momentos, el poni se atrevió a empujar su cabeza a través de las ramas colgantes una vez más.
Era una potranca aproximadamente de la misma edad que las Cutie Mark Crusaders. Tenía un pelaje de color crema, cabellos rojos y rizados, sin duda unas tontas gafas púrpuras, y una cutie mark de dos bastones de caramelo cruzados en forma de corazón. Era una poni que Nightmare Moon conocía muy bien, después de haber pasado tiempo con ella en la escuela.
"Yo… lo siento, Su Alteza," se disculpó Twist con su seseo nasal. "Yo solo escuché a alguien llorando mientras iba de regreso a casa por unos palitos de menta. Yo…la dejaré sola si usted—"
"No," dijo Nightmare Moon antes de que ella pudiera siquiera pensar acerca de lo que estaba haciendo. "Por favor, ha pasado mucho tiempo, Twist. No tienes que irte si no quieres."
"¿Cómo sabe mi nombre?" preguntó Twist con unos enormes e incrédulos ojos.
Nightmare Moon levanto un casco hacia su pecho y se señaló a sí misma. "S-soy yo, Twist. Soy Nyx."
Con la mandíbula colgando, Twist se acercó unos pasos. "¿Nyx? Mi madre dijo que te habías vuelto mala y que tú eras la que hacía que estuviera oscuro todo el tiempo. Le dije que no era cierto, pero... Supongo que tenía razón."
La verdad en estas palabras dolía, pero Nightmare Moon no se permitió gritarle a Twist, y tampoco intentó defenderse. "Lo siento por hacer eso, Twist, pero prometo que nunca lo hare de nuevo."
"La verdad es que al principio era algo divertido. Nunca antes había podido jugar afuera después de que oscureciera. Jugué algunos juegos muy divertidos de buscar y encontrar." El rostro de Twist se iluminó y dio unos cuantos pasos. "Oye, ¡deberías venir a la fiesta en el pueblo! Todos están fuera, bailando y jugando."
Nightmare Moon hizo una mueca ante la invitación y negó con la cabeza. "Me… me gustaría, Twist, realmente me gustaría, pero no creo que pueda. Estoy muy ocupada," mintió.
La sonrisa que había florecido en el rostro de Twist se desvaneció. "Eso es lo que Apple Bloom siempre decía antes de que se fuera a visitar a su familia."
¿Visitar a su familia? Una mentira blanca que, Nightmare Moon podía imaginar, le habían dicho a Twist y así ella no sabría que Apple Bloom y las otras crusaders estaban encerradas en el calabozo del castillo. Aun así, Nightmare Moon no prestó atención a eso. Ella no quería darle a Twist una razón para que la odiara… no ahora.
"¿Por qué Apple Bloom siempre dice eso?" preguntó Nightmare Moon, esperando llevar la conversación en otra dirección.
"Porque ella siempre está siendo una Cutie Mark Crusader," contesto Twist. Ella le dio una patada a la tierra con el casco delantero. "Estoy feliz de tener mi cutie mark, pero, desde que la obtuve, Apple Bloom sólo quiere jugar con Scootaloo y Sweetie Belle. Cada que trato de jugar con ella, siempre está demasiado ocupada."
Twist pateó la tierra de nuevo. "Casi deseo que mi cutie mark no hubiera aparecido."
"Oye no digas eso, Twist," le dijo Nightmare Moon, intentando hacerla sentir mejor. Una que pequeña sonrisa apareció en sus labios. "Dime, ¿puedes esperar aquí por un minuto? Necesito correr y traer algo, pero prometo que volveré."
"Claro, solo no tardes mucho. Necesito volver a la fiesta," respondió Twist.
Nightmare Moon asintió, y, en una espiral de nubes color índigo, desapareció. Esto dejó a Twist sentada y esperando a la sombra del sauce, pero no tuvo que esperar por mucho. En menos de un minuto, Nightmare Moon reapareció del remolino de su melena de humo, y se recostó en el pasto.
"Muy bien, quiero que cierres los ojos. Tengo una sorpresa para ti," dijo Nightmare Moon con una cálida sonrisa.
Twist rebotó en sus cascos. "¿¡De verdad!?"
"Sí, pero tienes que cerrar los ojos, y no mirar," le dijo Nightmare Moon, y Twist estaba más que dispuesta a obligarse a hacer caso. Ella apretó los ojos y, en el proceso, estrujó su cara en una expresión tonta.
Nightmare Moon tuvo que sofocar una pequeña risa ante lo que veía, pero siguió su trabajo de todos modos. Sacó algo de su melena mágica y, con un toque delicado, usó la magia de su cuerno para colocarlo cuidadosamente sobre la espalda de Twist. Sólo cuando estaba segura de que el objeto no iba a caerse, Nightmare Moon detuvo su magia. "De acuerdo, puedes mirar ahora."
Twist abrió los ojos y una sonrisa explotó en su rostro cuando vio que una capa roja con un familiar emblema azul y amarillo estaba ahora colgando a través de su espalda.
"Como la Reina de Equestria y una miembro de las Cutie Mark Crusaders, por el presente mandato te declaro una Crusader oficial. Ahora puedes jugar con Apple Bloom, Scootaloo, y Sweetie Belle todo lo que quieras," le dijo Nightmare Moon.
"¿De verdad?" preguntó Twist, incrédula. "¿Incluso cuando ya tengo mi cutie mark?"
"Ser una Crusader no es solo acerca de encontrar tu propia cutie mark," le dijo Nightmare Moon. "Es sobre ayudar a un amigo a encontrar su talento especial, y ¿Quién mejor para ayudar a un amigo a encontrar su cutie mark que una poni que ya tiene la suya?"
Twist saltó de la emoción. "Oh, ¡no puedo esperar hasta que Apple Bloom regrese! Apuesto que podría mostrarle a ella, Scootaloo, y Sweetie Belle como hacer un dulce, y entonces tal vez ellas podrían tener una cutie mark como la mía."
"Estoy segura de que Apple Bloom estará de vuelta más pronto de lo que crees," dijo Nightmare Moon, aun incapaz de decirle la verdad a Twist.
"Gracias, Nyx. ¡Esto es tan dulce! No puedo esperar para mostrárselo a todos," exclamó Twist antes de que una expresión de darse cuenta de algo apareciera en su cara. "Oh, lo olvidé, estaba llevando de vuelta algunos de mis palitos de menta a la fiesta."
Nightmare Moon levantó un casco y lo usó para empujar suavemente a Twist. "Bueno, entonces será mejor que corras."
A pesar del estímulo de Nightmare Moon, Twist se volvió para mirarla. "¿Estás segura de que no quieres venir a la fiesta?"
"Lo siento, Twist, pero realmente no creo que deba ir."
"Está bien" contestó Twist, pero no antes de buscar en sus alforjas y sacar uno de los palitos de menta. Estaba envuelto en papel colorido y un gran lazo rojo. "Toma, al menos deberías tener uno de mis palitos de menta. Los hice esta mañana."
Los ojos de Nightmare Moon se suavizaron al ver el pequeño regalo. "Oh Twist, no, no podría."
"Te hará sonreír," le aseguró Twist con una voz cantarina después de colocar el bastón de menta en el suelo.
Era demasiado para Nightmare Moon tener que soportarlo. Recogió el caramelo con su melena como si fuera un vaso frágil y sonrió un poco mientras lo colocaba frente a sus ojos. "Gracias, Twist."
"Está bien, mejor me voy... pero, Nyx?"
Nightmare Moon volvió su mirada hacia Twist. "¿Sí?"
"¿El sol saldrá mañana? ¿O estará oscuro de nuevo?"
"Haré un trato contigo," dijo Nightmare Moon mientras se acercaba a Twist. "Si tu prometes no decirle a ningún poni que me viste o que yo fui la que elevó el sol hoy, haré que el sol se levante de nuevo todos los días."
"¿Tiene que ser una Pinkie Promesa?" preguntó Twist, nerviosa.
Nightmare Moon rio entre dientes, recordando el día en que se habían encontrado con Pinkie Pie después de que la broma de Diamond Tiara había salido mal. "No, no lo es."
"Bien, lo prometo, Nyx," Twist respondió con una sonrisa, "pero espero que cambies de opinión. La fiesta va a ser muy divertida. Aun así, si no lo haces, te veré más tarde, ¿de acuerdo?"
Nightmare Moon asintió y observó cómo Twist se deslizaba por debajo del follaje del sauce llorón. Entonces, utilizó un toque de su magia para empujar algunas de las ramas colgando, para que pudiera ver a Twist rebotar hacia la ciudad. Una vez que Twist había desaparecido de la vista, volvió su atención al palo de menta. Lo sacó de su envoltorio de papel y lo puso en su boca. Era dulce, sabor menta, y, en ese momento, muy delicioso.
Nightmare Moon permaneció donde estaba hasta el final del día cuando las celebraciones habían acabado y el sol se acercaba al lejano horizonte. Ella ocultó el sol y alzó la luna desde su lugar escondido bajo el árbol, y ahí se quedó un poco más antes de atreverse a dejar el lugar.
Ella atravesó Ponyville como una sombra mística, encaminada a su destino: la Biblioteca Golden Oaks. Aunque Nightmare Moon estaba feliz de darle a Twist la nueva capa Crusader que ella había recibido de Sweetie Belle, pronto se vio arrepentida de lo que había hecho. Se dio cuenta muy tarde de que ella quería la capa, para tenerla como un recuerdo, pero, al mismo tiempo, sabía que no podía quitársela a Twist.
Eso dejó a Nightmare Moon queriendo la capa hasta que recordó que había una capa crusader más en el mundo. Había una capa que ella podía quedarse, la cual realmente ya le pertenecía. Era su primera capa, la que ella había recibido durante su año en la escuela, y sabía exactamente dónde encontrarla.
Recordando la época cuando ella era conocida simplemente como Nyx, un poni regresó a la biblioteca un libro dañado. Un buen número de páginas se habían rasgado y muchas otras estaban manchadas con agua. El libro estaba simplemente arruinado, y Twilight se vio forzada a tirarlo. Al mismo tiempo, sin embargo, Nyx había estado leyendo una historia donde el personaje principal escondía cosas dentro de un libro hueco.
Después de pescar el libro de la basura, Nyx lo convirtió en su mejor sitio para esconder cosas, algo de lo que ni siquiera Twilight sabía. Ella le hizo un hueco al libro y entonces lo escondió debajo de su cama con otros libros de cuentos. Era un lugar escondido del que ella había estado orgullosa. Encontrar un único, pequeño libro debajo de la cama de una potra en una biblioteca sería como encontrar una aguja en un pajar… a menos que supieras donde buscar.
La nube que era Nightmare Moon se acercó a la biblioteca en ese momento, y ella se vio sorprendida por una pequeña sensación de déjà vu mientras se acercaba a una de las ventanas. En el pasado, ella se había acercado a la misma ventana y había observado a Twilight Sparkle y las otras cinco ponis, que usarían los Elementos de la Armonía contra ella aquella fatídica noche, cuando ella y Luna eran una y la misma.
Y, al igual que esa noche, Nightmare Moon se asomó a través de la ventana de la biblioteca, solo para encontrar una escena muy diferente de la que recordaba.
"¿Estás seguro de que estarás bien aquí tu solo, Spike? Eres más que bienvenido para seguir quedándote conmigo," ofreció Rarity. Ella estaba parada en el centro del cuarto, mirando a Spike mientras él estaba apurado limpiando. Owloysius también estaba ayudando, usando las plumas de sus alas para limpiar el polvo de los estantes más altos. Peewee estaba sentado en su nido en el alféizar de la ventana, pero el fénix bebé recibió en su nido a otro de su clase. El ave fénix de la princesa Celestia, Philomena, había llegado a la biblioteca buscando refugio cuando los Hijos de las Pesadillas habían intentado capturarla como un premio para Nightmare Moon.
"¡De ninguna manera! Necesito estar aquí y asegurarme de que la biblioteca esta en las mejores condiciones para cuando Twilight vuelva. Quiero decir, ¡Tú lo viste! El sol salió. Eso significa que la Princesa Celestia regresó, y si ella está de vuelta, no pasará mucho tiempo antes de que ella derrote a Nightmare Moon. Entonces ella liberará a Twilight, y no quiero que regrese a una biblioteca sucia."
"Eres realmente su asistente número uno, ¿no es así?" elogió Rarity con una sonrisa.
Spike detuvo su limpieza y golpeo su pecho con orgullo. "Puedes apostar que lo soy."
"Bueno, no te entretendré más, pero, si te da hambre, quiero que vayas a la boutique. Aunque no puedo prometerte gemas, eres siempre bienvenido a compartir la cena conmigo. Oh, y no te quedes despierto hasta muy tarde," finalizó Rarity antes de girar hacia la puerta. "No querrías estar cansado cuando Twilight regrese, ¿o sí?"
Nightmare Moon se encogió, ocultando su cuerpo nebuloso en un arbusto cercano mientras Rarity salía de la biblioteca. Rarity dio un adiós final a Spike antes de partir, y sólo cuando esta había desaparecido cerca de una esquina lejana, Nightmare Moon se atrevió a mirar por la ventana de nuevo.
Spike había terminado de quitar el polvo de los últimos estantes de la biblioteca y se había trasladado al escritorio de Twilight. Empezó a limpiarlo como había limpiado todo lo demás, pero pronto hizo una pausa para recoger una foto cercana.
Era una foto de él y de Twilight. Los dos estaban posando para la foto, indudablemente una imagen de un anuario escolar o algo asi, del tiempo cuando Twilight asistía a la Escuela de Celestia para Unicornios Superdotados. Ambos se veían más jóvenes en esa imagen, en el tiempo cuando él apenas comenzaba a actuar más como el asistente de Twilight. Era una foto que trajo una sonrisa al rostro de Spike, y él se tomó un momento para abrazarla en su pecho.
"Vuelve a casa pronto, Twilight."
Hasta antes de que Spike dijera esas palabras, Nightmare Moon tenía toda la intención de esperar hasta que él se hubiera quedado dormido antes de escabullirse escaleras arriba para recuperar su libro del tesoro. Ahora, sin embargo, se escabulló de la ventana y dejó que su forma de nube comenzara a regresar al palacio.
Spike se quedaría despierto toda la noche por Twilight, y, con cada hora que pasara, su esperanza de que ella sería liberada por Celestia disminuiría. Pronto se daría cuenta, como todos los demás en Ponyville, de que era Nightmare Moon quien había levantado el sol.
Y Nightmare Moon no tenía ningún interés de esperar en la ventana si eso significaba que tendría que ver como las esperanzas de Spike sobre el regreso de Twilight morían en su pecho.
La espera fue insoportable. Nightmare Moon había regresado al castillo y había ordenado a sus guardias traer el libro del tesoro en el momento en el que Spike dejara sola la biblioteca. Había permanecido en su trono desde entonces, sin querer moverse un centímetro y arriesgar a perderse el regreso de los guardias.
Ella había hecho sonar al libro como algo mucho peor de lo que era. Ella tejió una historia sobre como el libro contenía sus grandes planes para Equestria, y Nexus estaba más que ansioso por creerle. Él incluso se ofreció como voluntario para ir a tomar el libro con sus propios cascos para asegurarse de que nadie lo abriera.
Fue una oferta a la que Nightmare Moon no se negó, aunque ella insistió en que Spike tenía que estar fuera de la biblioteca. Cuando Nexus preguntó por qué, ella le dio la simple explicación de que ningún poni o dragón en Ponyville tenía que saber que el libro existía siquiera, y eso pareció emocionar aún más a Nexus. Él probablemente habría esperado por años a que Spike dejara la biblioteca antes de asegurar el libro.
Afortunadamente, solo había tomado algunas horas. Poco tiempo después de que saliera el sol al día siguiente, Nightmare Moon escuchó las puertas de su salón del trono abrirse. Nexus asomó la cabeza cuando la abertura fue suficientemente grande, y llevaba una enorme sonrisa.
"¿Tuviste éxito?" preguntó Nightmare Moon, aunque podía ver que sí lo había tenido. Mientras ella se levantaba de su trono y cruzaba el salón para encontrarse con Nexus, él camino hacia ella con el libro levitando junto a su cabeza.
"Por supuesto, mi Reina. El libro estaba justo donde usted dijo que estaría, y el bebé dragón se encontraba fuera yendo por su desayuno. También nos aseguramos que los fénix y el búho estaban durmiendo en los cuartos de arriba. Nadie nos vio entrar o salir, y nadie ha siquiera rasgado la cubierta de su libro. Ha permanecido firmemente cerrado desde que lo removimos de su lugar escondido, como usted lo ordenó."
"Excelente," dijo Nightmare Moon alegremente mientras tomaba el libro con su propia magia.
"Lo has hecho bien, Nexus."
"Me honra, Su Alteza. Aunque, si me permite el atrevimiento, ¿Qué exactamente contiene este libro? Usted ha hablado de él como si contuviera algo de inconmensurable importancia, pero me pregunto cómo un libro que parece tan simple podría contener algo tan—"
"¡¿Cuestionas mi palabra, Nexus?!" siseó Nightmare Moon, inclinándose hacia él y mirándolo fríamente.
Nexus tragó saliva nerviosamente, tratando de quitarse el nudo que se había formado en su garganta. "No… ¡Nunca, mi Reina! ¡Desaparezco ese pensamiento!"
"Entonces confiarás en mi palabra. Este libro es importante, pero su contenido es solo para mis ojos. Ahora, me iré a mi dormitorio y estaré ahí toda la mañana. Es de extrema importancia que nadie me moleste."
"Sí, mi Reina," contestó Nexus. Se inclinó una vez más mientras Nightmare Moon caminaba a su lado, y esperó hasta que ella hubiera dejado el salón del trono para gritarles sus órdenes a los guardias.
De vuelta en su dormitorio, y sin su armadura ni su maquillaje, Nightmare Moon se recostó en su cama con el libro gentilmente sostenido con su magia. Le había costado cada gramo de su fuerza de voluntad no abrir el libro antes de que hubiera llegado a su cama. Aunque ahora que estaba ahí, ahora que tenía privacidad, y, después de lamerse los labios, abrió la cubierta.
Dentro del libro se encontraba un hoyo rectangular que había sido cortado en las páginas manchadas, y dentro del agujero estaba lleno de objetos que hicieron que el aire se quedara atrapado en los pulmones de Nightmare Moon.
Recostada en la esquina superior derecha, y ocupando una gran parte del interior del libro, esta su capa original de Cutie Mark Crusader. Estaba deshilachada en algunos bordes y tenía una mancha en una esquina, pero el color rojo era todavía fuerte y vibrante. Incluso el emblema del poni erguido que tenía era justo como Nightmare Moon lo recordaba.
Cuidadosamente, ella quitó la capa y la cubrió con la cubierta del libro mientras miraba los otros artículos dentro. Ella encontró su cinta azul del Día de Aprender y Jugar y otras pequeñas baratijas que había recogido de sus muchos intentos de encontrar una cutie mark. Canicas, monedas viejas... el libro estaba lleno de cosas que no tenían un valor monetario significativo, pero, para ella, no tenían precio.
Antes de que pudiera detenerse, Nightmare Moon se encontró buscando con su magia uno de los objetos: su kazoo. Ella retiró la barata, pequeña cosa que había ganado junto con la cinta azul del enfrentamiento de jalar la cuerda en el Día de Aprender y Jugar y, antes de que pudiera detenerse, colocó el juguete contra sus labios.
Se sentía mucho más pequeño ahora, como si pudiera romperlo con un simple mordisco. Aun así, Nightmare Moon tomó el kazoo con cuidado, y sopló. El kazoo dio su nota, la cual retumbo contra las paredes de su dormitorio.
La única nota, que Nightmare Moon esperaba le traería de vuelta una fracción de la felicidad que una vez conoció, sólo dejó el sabor amargo de plástico en su boca. Tan pronto como su magia lo permitiera, volvió a guardar todos los tesoros en el libro y lo escondió en el cajón de una cómoda. Luego se dejó caer sobre su cama, una vez más se encontró mirando su reflejo en su espejo de vanidad.
Cuando Nightmare Moon miró su reflejo, las palabras de Luna se elevaron y quemaron en su mente como fantasmas enojados. "No será mi pasado el que te persiga, sino el tuyo."
Luna tenía razón. Ella había sido Nyx, y podría haber permanecido como Nyx. Las Hermanas Reales le habían ofrecido una oportunidad de detenerse, pero ella había sido una tonta perdida en el pasado. Había escuchado a Spell Nexus, a los Hijos de las Pesadillas, y a sus propios recuerdos. Ella se había concentrado en ser la yegua que alguna vez había sido, y en el proceso había destruido todo lo que alguna vez tuvo.
Sí, ella había sido Nightmare Moon, se había convertido a sí misma en Nightmare Moon, pero ahora no quería ser eso. No quería ser un monstruo que los potros y potras temieran que los viera desde las sombras. No quería ser una reina tirana, pero ya no podía echarse para atrás. Había ido muy lejos. Ninguna cantidad de disculpas la salvaría de lo que había hecho. Si liberaba a Celestia y Luna, ellas la desterrarían a la luna por mil años, si no es que más.
Ella estaba... atascada— simplemente atascada. No podía regresar, pero no podía seguir adelante. Ella era, en todos los sentidos, su reflejo en el espejo. Ya no podía ser Nightmare Moon, revestida con su armadura mientras inspiraba el miedo en los corazones de los ponis. No podía volver a ser la pequeña, inocente potra Nyx tampoco. Era la flanco en blanco, adulta yegua que estaba atrapada en el medio, ¡y no podía soportar más su propio reflejo!
Con un agravado resoplido, Nightmare Moon se dejó caer sobre su cama. Le dio la espalda al espejo y buscó en el otro lado de su habitación algo que la distrajera. Miró a su escritorio y los papeles en la superficie, pero entonces su mirada fue atraída por un púrpura familiar.
El purpura pertenecía a un objeto que estaba tirado debajo de su escritorio en el mismo lugar donde ella lo había tirado en un arranque de ira semanas antes. Era una cosa que tomó con su melena mágica y lo acercó a la luz.
Nightmare Moon volvió a ver el muñeco de entrenamiento de Twilight Sparkle que había destruido el día en que llegó al castillo. Ahora tenía una pequeña capa de polvo que cubría sus rasgos, y había perdido más de su relleno mientras permanecía olvidado. Aun así, el parecido que el muñeco compartía con Twilight Sparkle fue tan llamativo como cuando Nightmare Moon lo vio por primera vez.
Era tan parecida a Twilight que Nightmare Moon no podía evitar acercarse al muñeco y dejar que su magia fluyera a través de él. Las rasgaduras y las partes rotas comenzaron a arreglarse, y pronto el muñeco de entrenamiento se veía como nuevo. Ella, sin embargo, no se detuvo allí. Nightmare Moon siguió usando su magia en el muñeco, y cambió la áspera tela en algo suave y afelpado.
Bajo la influencia de la magia de Nightmare Moon, el muñeco de entrenamiento se convirtió en una muñeca, y la recientemente transformada muñeca de Twilight Sparkle pronto encontró un lugar en el pecho de Nightmare Moon. Ella abrazó la muñeca con sus piernas, y, por un momento, se atrevió a fingir que la muñeca era el verdadera Twilight.
"¿Qué hago ahora, Twilight?" preguntó Nightmare Moon, rogando porque la muñeca de verdad pudiera responderle.
"¿Qué hago ahora?"
Traducido por Reader107
My Little Pony, Friendship is Magic © Hasbro
No soy dueño de la propiedad intelectual en la que este Fan-fiction está basado.
