HOLA A TODOS! PUBLICO NUEVAMENTE ESTA HISTORIA REEDITADA, ESPERO QUE ESTA VEZ SEA DE MAYOR AGRADO Y LOS ESTARE VIENDO PRONTO.
Todos los personajes pertenecen a Masashi Kishimoto
PROLOGO
3000 mil años atrás
Un pequeño grupo de personas se estableció en un pueblo llamado Konoha. Los nuevos residentes sin dar mucho de qué hablar, poco a poco se fueron situando en la diminuta localidad. Lo único que no sabía la gente del pueblo era el secreto que escondían sus nuevos habitantes. Un secreto manchado de sangre, guerra y violencia…
Al pasar los años, esta comunidad llego a habitar gran parte del territorio del pueblo, que progresivamente también fue creciendo, convirtiéndose en una de las ciudades más sofisticada de todos los tiempos. Este clan consiguió sus propias residencias y logró participar en distintos mandos políticos de la ciudad, pero dentro de la comunidad de este clan, la vida era completamente distinta.
Se regían por la jurisdicción de uno de los dos hijos legítimos de los primeros habitantes de este clan. Era el mayor de los dos hermanos. Este, convivía con su familia en una de las principales residencias del clan. Un hombre quien gobernaba su clan con paz, equilibrio y armonía. Era un hombre venerado y respetado por casi todos los de su raza, pero era secretamente envidiado por unos cuantos que no se sometieron a convivir bajo sus leyes, uno de ellos era su hermano menor, quien en silencio cargaba la envidia, el odio y la rabia por ser la sombra de su consanguíneo mayor.
A pesar de que su hermano mayor siempre lo protegió y le entregó su incondicional amor, él nunca lo estimó por eso. Más bien confabuló varias veces en su contra, tratando de acabar con su vida y queriendo obtener su poder, pero ninguno de sus ataques dio resultado, por suerte todo fue llevado a cabo con estricta cautela y su hermano mayor nunca creyó que fue el quien arremetió varias veces en su contra.
Al pasar los años su hermano mayor procreo una hermosa familia. A los tres años tuvo su primer heredero. Una niña, la cual se volvió la luz de sus ojos de su vida. Se encariñó tanto con su pequeña hija que sus oídos se volvieron sordos ante el resto del mundo. Su hija era lo más preciado en su vida. El tiempo transcurrió y su adorada pequeña creció. Intentó varios años atrás tener más hijos, pero una desgracia llegó a su puerta al ver a la madre de su hija morir en sus brazos por una grave enfermedad de la cual nadie supo de que se trató.
En cambio su hermano menor, procreo varios hijos. Los cuales, en la mayoría engendro la ambición y la envidia.
Los hijos de ambos crecieron y cada uno fue formando su propia familia. La única que faltaba era la hija del líder del clan por casarse, ya que al ser la heredera principal su deber era de gobernar a toda su raza y continuar con el linaje.
Ella debía contraer matrimonio y procrear con los de su misma especie. Su padre y su tío habían arreglado la ceremonia con uno de sus primos. Su tío estaba seguro que este enlace lo ayudaría a conseguir el tan anhelado poder, pero las cosas habían cambiado.
La joven tuvo un romance oculto por varios años con alguien fuera de su familia de sangre, Y su tío al darse cuenta hizo deshonrarla ante todo el clan. Ante el Consejo de Ancianos realizo un juicio en su contra, la condena por tal perjurio era la muerte, pero su padre rogó e imploró por que se le diera una condena más leve a su hija. Las leyes del Consejo de Ancianos eran muy estrictas, se debía preservar la sangre real, el verdadero linaje entre los suyos y un acto así era abominable.
Se le condenó a la joven mujer de traición a su raza, fue desheredada del trono de su clan y de renunciar a cualquier contacto con los de su sangre. Fue entonces que la joven, gracias a las blasfemias de su tío, marchó desterrada hacia las afueras de las residencia de su comunidad y se integró a la vida humana de la ciudad.
Por suerte a ella nunca le faltó nada al tener al hombre de su vida a su lado. Era un hombre que pertenecía a una de las familias más adineradas de Konoha, pero esa excusa no valió para que ella permaneciera junto a su padre, quien amó con tanta devoción. La habían alejado de su mejor amigo, de la única persona con la que pudo contar siempre, su padre…
A los pocos meses de haber perdido la fe de su clan, la joven dio a luz a una hermosa niña de ojos jade y cabello rosado. Los ojos de su hija le recordaban los de su padre, su rostro era el de un ángel.
Por desgracia la niña nunca conocería a su abuelo ni tampoco sus raíces. La humillación por parte del clan de haberla exiliado de esa manera tan vil era persistente en su corazón cada día. Ella no permitiría que su hija conociera el lado oscuro de su familia, supo desde un principio que la niña al crecer traería consigo las maldiciones de su cuna. Sabía con certeza que la buscarían para matarlas. Su tío no permitiría que quedara algún rastro de los verdaderos herederos pura sangre para el trono. Solo pensaba en él, en el poder y de cómo sus hijos pronto tomarían lo que a el alguna vez le debió de pertenecer. Pero les faltaría demasiado tiempo para tomar posesión de sus ideales ya que tendría que esperar a que el jerarca del trono, muriera…
Ella siempre supo que su tío nunca tuvo las mejores intenciones con su padre y menos con ella, sabía que el ambicionaba el poder, pero su padre nunca quiso creer en eso. Por lo que ella decidió sellar sus poderes para siempre y los de su pequeña, haciéndose pasar como un humano más en la sociedad de Konoha. Evitando que su familia fuese descubierta.
La felicidad le duraría poco tiempo, pues una vez que su hija haya descubierto de donde viene y que es realmente, su desdicha causara un caos entre las dos familias y más aun sabiendo que la causante de todo esto fue su propia madre.
El destino de su hija sería marcado por la guerra, la ambición, la venganza, el amor y la sed de sangre por sobrevivir…
Y sería el vampiro más poderoso de todo el linaje pura sangre de los Senju…
