She was close, well you couldn't get much closer
She said i'm really not supposed to but yes,
You can call me anything you want

Cornerstone – Arctic Monkeys

Después de meses en los que Sam se había mudado a California sin avisarle absolutamente nada a nadie, desapareciendo completamente de la vida de Freddie, simplemente se había esfumado y dejado tras de sí toda una vida, yéndose tal cual llegó a su vida, como un fantasma que solo vivía en su interior, y la extrañaba en cada simple momento en el que veía una pequeña referencia a ella. Con el paso de los días, Freddie buscaba en otras chicas aquel extraño afecto al que se había acostumbrado, recibir insultos por parte de ella, comentarios sarcásticos y sonrisas discretas, sencillamente había pasado media infancia y adolescencia a lado de una chica llena de defectos, a los cuales se acostumbro tras mucho tiempo, y todos esos pequeños detalles la convirtieron en una chica llena de virtudes y cosas increíbles que él a penas y pudo imaginar en llegar a amar verdaderamente.

Y había tomado como una rutina enfermiza el pasear por aquellos lugares en los cuales creía verla de nuevo, donde buscaba algún resquicio de que ella fue real, formó parte importante de su vida, y que sobre todo existió en su propio mundo; pasaba hasta altas horas de la noche vagando por el instituto, aquellos parques que solían visitar y terminaba pasando por su casa, aquel lugar que se mantenía sin vida, al menos las pocas veces que veía a Pam Puckett pasarse por ahí; pero al paso del tiempo, en su rutina incluía alguna chica ocasional que siempre terminaba por llamarla a ella, y eso era de esperarse, porque solo conseguía quedarse solo el recuerdo de ella, pero parecía que jamás hubiese estado en verdad con él.

Y ahora vivía esperando por ella, verla en algún lugar de aquella inmensa ciudad, hasta que cierta noche, en una como cualquier otra, en la que creías verla de nuevo en alguna chica desconocida, la distinguió entre las sombras, en medio de tanta gente ahí estaba de nuevo, regresando tal cual la primera vez, activando dentro de si una sensación indescriptiblemente extraña, acercándose rápidamente hacia ella, solo logro captar una mirada de sorpresa por parte de aquella chica, quien solo se limito a sonreírle ampliamente.

—¿Sam? — Susurra en medio de la penumbra, tal vez estaba soñándola de nuevo, aunque aquel cabello rubio y ojos azul profundo eran inconfundibles.

Algo en su interior volvió a latir, sus extremidades se sintieron nuevamente cálidas y cada fibra de su cuerpo recupero vida, sintió la imperiosa necesidad de descubrir que aquello no era un sueño, la tomo del rostro y la atrajo hacia él, reaccionando rápidamente a besarla tal cual recordaba, sintiendo el latido acelerado de su corazón y algo dentro de él solo pudo a atinar que algo extraño estaba sucediendo, y lo comprendió casi de inmediato, alejándose abruptamente de aquel fantasma que no puede comparar con Sam, porque puede reconocer perfectamente aquel perfume dulzón, comparado con aquella fragancia florar que le encantaba, diferenciar entre esa mirada suspicaz de aquella firme y sostenida que siempre reconocía, la cual cambiaba a una mirada sonriente en cuanto lo veía, y sobre todo, que aquel cabello rubio lacio, no estaba ni por asomo a aquellos rizos que tanto le enamoraron.

—Melanie— Murmuró lentamente Freddie, viéndola fijamente y comenzando a asimilar esa situación, comprendiendo que estaba en un enorme error al querer ver a una persona en otra.

—Puedes llamarme como quieras— Te responde con una sonrisa vaga y triste, entendiendo que solo de esa forma puedes sentir algo por ella.