Ninguno de los personajes es mío… Todos pertenecen a J. K. Rowling…

Todo esto es, obviamente, sin fines de lucro…

1. Luna Lovegood

Luna caminaba por los pasillos intentando encontrar los objetos que le habían escondido los compañeros de su casa. Ya estaba acostumbrado a eso, llevaba pasándole los tres años anteriores, pero eso no evitaba que se sintiera mal. Ella no sabia porque cada vez que le pasaba eso, le dolía el pecho y sentía ganas de llorar; claro, nunca lloraba.

En eso pensaba, sin darse cuenta, mientras corría por los pasillos aquella noche de verano. Después de un rato, finalmente salió de sus pensamientos, y notó con sorpresa que no sabía donde estaba; ella esperaba que, a estas alturas, ya conociera el castillo.

Aun así, decidió avanzar en lugar de caminar hacia atrás; sería más divertido así, creyó.

Pronto llegó a una larga estancia, donde más de una docena de puertas partían. En el centro, un extraño objeto parecía brillar: un espejo color plata, tan estático que parecía que por siempre había estado allí.

Luna se acercó, con esa curiosidad nata que caracteriza a su casa, y observó con detenimiento su reflejo. Se vio, con los cabellos largos brillando como la luna, tan solo un segundo; pronto su imagen se perdió en lo que parecía ser un remolino de ideas, pensamientos y sueños, sobre todo sueños…

En un momento olvidó donde estaba parada, que había ido a buscar, olvido todas sus preocupaciones y todos sus miedos por concentrarse en aquella imagen que hipnótica se mostraba ante ella.

Allí estaba Luna, sentada bajo el sol, con la sonrisa mas radiante que jamás se había visto, ni en todas sus fantasías. Estaba platicando con una joven de cabellos rojizos completamente rizados; era Ginny, la única persona que podía considerar su amiga. Pero no estaba solo ellas, estaban allí más chicos, todos ellos sonriendo despreocupadamente mientras platicaban sobre la escuela. Uno de ellos le sonreía a Luna desde el otro extremo del circulo, con una mirada nerviosa adornado su rechoncha cara.

-- ¿Amigos, he? --una voz sacó a Luna de sus pensamientos de forma repentina…

Allí junto a ella estaba el profesor Dumbledore, sonriéndole afablemente mientras la examinaba con sus penetrantes ojos azules.

-- ¿No le comprendo? --alcanzó a decir Luna. Albus solo sonrió más abiertamente.

-- Veo que has descubierto las maravillas del Espejo de Oesed, aquel que nos muestra el deseo más profundo del corazón.

-- ¿El deseo más profundo del corazón? -susurró ella, olvidando por un segundo a su interlocutor…

-- Así es; para ti, que siempre te has creído sola, te vez rodeada por gente que te aprecie. Pero no dejes que te engañe, lo que muestra, demasiadas veces, no es mas que una ilusión…

-- Amigos…

-- Si, amigos…

-- ¿Nunca podré tenerlos entonces?

-- Depende de cómo lo veas tú. A veces, lo mas irreal e imposible que creas es lo que ya estas teniendo y sintiendo. Es lo que no lo vemos...

-- ¿Usted que ve? --decidió preguntarle finalmente Luna.

-- Yo, no creo que importe --le dijo Albus-- Ya habrá tiempo para contarlo. Ahora corre, antes de que alguien la regañe, señorita Lovegood.

Luna llegó mucho después al gran comedor, casi vacío, pero se encontró con sorpresa que unos brazos la rodearon nada mas entrar.

-- ¿no quedamos que vendrías a comer? --le reprendió Ginny. -- Te hemos estado esperando todo el rato.

Luna volteó y vio a todo el grupo del ED allí, reunido, sentado en la mesa de Ravenclaw mientas platicaban animadamente. Luna sonrió, y una lágrima amenazó con escapársele de los ojos. Entendió las palabras de Dumbledore.