Recordándote
Ya hace muchos días que Ron se fue y nos dejó solos a Hermione y a mí. Ella se ha pasado todas las noches llorando, empieza cuando me cree dormido y no para hasta el amanecer. La verdad es que yo mismo tengo ganas de llorar. A veces por rabia hacia Ron y Dumbledore. Otras por la soledad que me invade sin Ron; sin Hermione, porque apenas habla, sé que me hecha la culpa de que Ron se fuera; y sin lo más importante en mi vida: tú. Cada noche saco el mapa merodeador para verte, no puedo ver si estás triste o lastimada, pero estas viva y sólo por ello mereció la pena dejarte. Sólo por ello por que lo que más extraño de tener una vida de verdad, y no este sucedáneo de vida que he llevado en los últimos meses, eres tú.
Saco el mapa merodeador y no te encuentro dónde deberías estar, en tu habitación, sino junto al lago con Neville y Luna. Ojala no vayáis a hacer nada peligroso. Pienso en aquel día en que tú yo estuvimos junto al lago. Un recuerdo capaz de hacer el mejor patronus que pueda hacer un recuerdo. Pero no puedo utilizarlo, no me atrevo a pensar en ti fuera de esta cúpula mágica.
Ha empezado a llover, como aquella mañana. Era un sábado y aún así tú y yo nos levantamos temprano y bajamos a desayunar, íbamos a coger mi escoba y volar juntos, pero los negros nubarrones lograron disuadirnos. Subimos a la torre de astronomía y estuvimos tumbados, el uno junto al otro, tomados de la mano hablando durante horas. ¿Recuerdas que fue lo que nos interrumpió? Yo todavía me río al recordarlo. Tu estómago rugió cual león enjaulado (y sumamente cabreado).
- Soy la hermana de Ron y ya hace más de una hora que debería haber comido- Me dijiste con aire ofendido.
- No vuelvas a decirme eso, Gin- Te di como única respuesta.
- ¿No puedo insinuarte que tengo hambre? Harry, me encanta estar contigo pero mi estómago pide comida.
- No vuelvas a decir que eres la hermana de Ron, si no fuera por ese pequeño hecho podría haberte dicho algo antes.
- Si no fuera por ese pequeño hecho, como tú lo llamas, cariño, no hubieras sabido prácticamente ni que existía, y no hubieras hecho nada diferente, eres tímido por naturaleza, aunque eso sí, tal vez te habrías ahorrado algún quebradero de cabeza, pero nada más.
- Tienes razón, todavía pienso en aquella niñita de primer curso que en segundo me mandó un poema por San Valentín¿Vodka¿Brandy¡Ah, no! Gynevra, Me pregunto que habrá sido de esa valiente muchachita.
- Vale, si, he hecho cosas para que sepas quien soy por mi misma.
- Ahora que ya lo has admitido, bajemos a comer algo a las cocinas, sino podrías terminar devorándome.
- Claro, como que no te gustaría que lo hiciera ¿no?- me dijiste contoneándote, a lo que yo no pude resistirme, me acerqué a ti y empecé a morderte los labios.
- ¿De esta manera?
- Si- Te separaste de mi- pero tienes razón, cinco minutos más y no respondo de mi.- Dijiste saliendo corriendo y empezando a bajar la escalera.
Cuando llegamos a las cocinas nos encontramos con Dobby y Winky, que aunque ya no parecía tan afligida, nos ignoró olímpicamente.
-Harry Potter ha venido a ver a Dobby. Dobby se siente muy feliz.
- Dobby, te presentó a Ginny, mi novia, es la hermana de Ron.
- Cariño¿no dijiste que no volviera a decir que era su hermana?- Me dijo con aire divertido y luego se dirigió a Dobby- Encantada de conocerte, Dobby, He oído hablar muy bien de ti- y le dio un beso en la mejilla al elfo.
- Ginny, me voy a poner celoso.
- Dobby lo siente. Dobby no sabia lo que la señorita iba a hacer.- El elfo corría hacia el fogón que tenía más cerca pero lo alcance a tiempo.
- Tan solo le hacía una broma a Ginny. Puede darle un beso en la mejilla a quien quiera, yo no soy su dueño, ni el tuyo. Dobby somos amigos y eso significa que no tienes que castigarte, ni aunque me hubiera enfadado, en ese caso con un lo siento basta.
- Ejem, ejem- Imitabas tan bien a Umbridge que pegué un bote- Dobby, me ha encantado conocerte, pero podrías darme algo de comer, se nos paso la hora de la comida y bueno, estoy hambrienta.
- Claro, señorita.
- Gracias, Dobby.
Dos minutos después nos encontrábamos ante un pollo asado con patatas y una gran tarta de melaza. Cuando ya llevábamos la mitad del plato comido apareció Kreacher murmurando, como solía hacer entonces.
- Siempre de un lado para otro, detrás del señoríto Malfoy pero sin poder decirle nada, teniendo que soportar al amo e informarle aguantando al traidor a la sangre y a la sangresucia. Paseándome por un colegio lleno de excrementos., de sangresucia.
- Kreacher, quiero que esta noche estés a la una en mi sala común para informarme ¿Entendido?
- Si, amo. Algún día terminará muerto como el asesino del antiguo amo.
- Vuelve a hablar de la muerte de Sirius y te mataré con mis propias manos.
- ¡Harry! No. Mira, yo no creo como Hermione que no sepa lo que dice pero no debes tratarlo así.
- Te quiero, Gin.
- Pues si a mi me quieres por decirte eso, pisarás el suelo por dónde pasa Hermione.
- Muy graciosa. ¿Acaso no sabias que te quiero?
- Algo me picaba la nariz, pero no podía tener nada cierto hasta que tú, Harry Potter, te atrevieras a decírmelo.
- Tenía seis, digo cinco buenas razones para no habértelo dicho antes.
- ¿Si¿Cuales?
- Bill, Charlie, Fred, George y Ron Weasley.
- ¡Tampoco será para tanto! Que no soy la hija de Don Vitto Caneloni.
- Circulan muchas leyendas urbanas por Hogwarts sobre cosas que les pasaron a tus novios. Conozco a Ron y no estoy seguro de que no sean ciertas. El día del partido te elegí a ti sobre su amistad, pero no quiero ponerlo a prueba.
- Harry, eran seis razones. Si le digo a Percy que me has hecho algo, aparece aquí con una orden ministerial y acabas en Azkaban.
- Prefiero la paliza de los otros cinco hermanos. ¿Sabes? Pareces la única que cree en Percy, los demás se ponen tersos con solo nombrarlo.
- Sé que volverá, y que reconocerá que hizo las cosas mal y les pedirá disculpas a Dumbledore, a papá y a mamá y a ti. Si no tuviera más valor que ambición hubiera acabado en Slitherin. Le cuesta mucho reconocer un error, pero lo hará, estoy segura.
- Si así lo crees, es muy posible que lo sea. Te pareces tanto a todos y cada uno de tus hermanos y a la vez eres tan distinta a ellos. ¿Terminaste de comer?
- La mayor diferencia entre ellos y yo, es que yo soy una chica. Pero tienes razón, soy única. Y si, acabé.
- Entonces, vamos. Dobby, gracias por la comida, si puedes, si no estás cansado, pásate por la sala común de Griffindor a la una.
-Lo haré, Harry Potter.
- Dobby, gracias, la comida estaba riquísima, hasta la vista.
- Adiós, señorita.
Cuando salimos de la cocina nos dirigimos hacia el lago.
Este pequeño fic va dedicado a Lana Potter por su cumpleaños, que es el domingo. Intentaré subir el resto de la historia el martes, aunque no prometo nada. A los demás (y a ti también, Lana) os incito (la maldición imperius no acaba de salirme bien, tendré que prácticar) a dejarme un review.
Besos, Neevy.
