Hola:-)

Aquí estoy con un fic, que se llama "Ámame". ¿Por qué lo llamé así? Por que estaba escuchando la canción, cuando la cantó Yuridia, la de la Academia, me inspiré y escribí el fic. Trata de algo que jamás podría pasar en Harry Potter: Malfoy, enamorado de Hermione. Entonces escribí este fic que ojalá les guste. (Cómo si existen varios fics de ellos, jijiji)

Ah! Espero que me dejen reviews.

Edit09 de agosto del 2006: Este fic ha sido corregido con ayuda de mi beta reader, Revitaa-Locatis Potter. Así que encontrarán más consistencia y coherencia a la hora de leer el fic. Ahora¡a disfrutar!


Summary: Draco Malfoy lucha por el amor de Hermione Granger¿Logrará que ella ponga los ojos sobre él? Se descubre un secreto que puede cambiar la vida de estos dos jóvenes.

Disclaimer: Por desgracia no creé a Draco y a Hermione y por desgracia no soy yo quien puede tener el poder de juntarlos en el último libro.

Capítulo 1.

Draco pensaba en silencio en su dormitorio, recostado, moviéndose en todas direcciones: "¿Por qué la trato así? No se lo merece. Pero su insoportable autosuficiencia, y las clases de magos...¡Pero aún así me gusta!"

Recordaba su pelo rizado y enmarañado, su sonrisa capaz de levantar el ánimo, y en sus respuestas llenas de sensatez... Lo adoraba, y extrañaba, a pesar de haber sentido su presencia hacía tan sólo unas horas. Era un pensamiento que venía atormentándolo desde hacía meses.

A Draco Malfoy le gustaba Hermione Granger, considerada por él desde hacía años como una "sangre sucia", pero no le importaba. ¡Quién lo iba a imaginar! Malfoy, enamorado de Granger. Quería quitarse ese pensamiento de sí pero sabía que por más esfuerzo que hiciera no lo lograría.

Bajó lentamente para asistir a la cena, y no se percató de que Crabbe, Goyle y Pansy Parkinson lo llamaban. Todo por pensarla:

-¡Draco!. ¡Draco!. ¡Espéranos! – le gritaba Pansy con tono suplicante, yendo tras él.

Draco salió sin escucharlos. Lo que menos quería hacer era atenderlos, y mientras iba al Gran Comedor, chocó con Ron Weasley, Harry Potter, y con ella, Granger.

-¡Ah, Malfoy! Ya que no están tus guardaespaldas aquí, te vamos a dar lo que te mereces – le dijo Ron con actitud desafiante, con su mano escondida tras el bolsillo de la túnica, recordando el momento en que ese odioso Slytherin provocó que fuera condenado a dos fines de semana de castigo en la clase de Cuidado de Criaturas Mágicas. Ni por que fuera amigo de Hagrid le exentaba ser sancionado en su clase.

-No, Weasley, ahorita no tengo ganas de pelear – le dijo Draco con actitud distraída, algo muy poco común en él, ya que a la primera solía atacar y sin avisar.

-¿Sí? – dijo Harry con aire burlón. – ¿Tienes miedo, Malfoy? – Considerando que aquella actitud era en sí extraña, su sentido de la burla creció. Aunque él no formaba parte del castigo, sentía coraje. Un Slytherin no podía salirse con la suya en una clase como aquella.

Draco no le contestó. Siguió con su enorme y pasmada pasividad.

-Mejor ya vámonos. No perdamos el tiempo – les dijo Hermione, al mismo tiempo tomándolos del brazo y llevándoselos lejos de ahí.

Draco sintió una especie de punzada en el pecho al oír su agradable voz, que para él era de odio intenso.

Pero, una cosa sí sabía: Tendría qué conseguir a como diera lugar el respeto de Hermione Granger.

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Después de cenar, Draco avisó a sus amigos que se iría a acostar temprano. Crabbe, Goyle y Pansy se miraron extrañados. Blaise Zabini y Millicent Bulstrode le preguntaron a los tres qué era lo que pasaba, y ésa era una pregunta que no se podía responder enseguida.

Cuando dieron con lo cansino que había resultado ser aquel día, el rubio había desaparecido de cualquier vistazo cercano.

Al llegar, Draco susurró la contraseña (mors eris) a la piedra que giró al abrirse, y entró a la especie de mazmorra que era la Sala Común de Slytherin. Echando una última mirada a la sala, se fue otra vez al dormitorio, se desvistió, y, después de ponerse la ropa para dormir, se metió a la cama. Y, entonces, exhaló el nombre de la mujer que quería: Hermione. ¡Cómo nunca lo había pronunciado!

Pensaba en que era un sueño, una simple utopía. Pero no se iba a dar por vencido. Esperó a que sus compañeros de dormitorio cayeran en el más pesado de sus sueños para partir hacia una habitación que conocía muy bien. Retiró de ahí algo que necesitaba y regresó de nuevo hacia su sala común, considerando que todo sería un éxito.


Bueno, amigos, espero que les haya sido de su agrado y antes de lo que esperen subo el segundo capítulo.

Saludos:-D