Quiero extender mi más sincero agradecimiento a Mr.E´spen por el permiso que me dio para escribir esta secuela de su fic. Este es el segundo fic inspirado en su trabajo. Para quienes no lo hayan leído, les recomiendo que lo busquen ya que como es obvio, esto lleva continuidad con la su fic. "Mi nombre es Barry Allen y soy el pegaso más rápido del mundo". Para los que ya la leyeron y se pregunten: ¿Cómo es posible que lleve continuidad si nunca hubo Flashpoint según la línea de tiempo de Mr. E´spen? Pues ese va a ser precisamente la parte importante de la trama la cual espero quede un poco más clara después de este primer episodio y el siguiente. Y pues bien ¡Que comience la carrera!


1st Race : Rainbow Dash y Iris West

Mi nombre es Rainbow Dash, Portadora del Elemento de la Lealtad y la pegaso más veloz de Equestria. Después de un incidente, en el que fui alcanzada por un rayo mágico de alicornio, obtuve asombrosos poderes de velocista. Si antes era rápida, ahora soy endemoniadamente veloz y 120% más genial. Además de que fui entrenada por el gran superhéroe Barry Allen, conocido en su tierra como The Flash, el hombre más rápido del mundo. Ahora yo, bajo la identidad no tan secreta de The Dash, protejo Equestria con mi super velocidad.

Ha pasado alrededor de un año desde que obtuve mis poderes y todo ha estado muy tranquilo, por lo menos desde que enfrenté a mi némesis, Reverse Dash. Normalmente estaría presumiendo y alardeando sobre la increíble batalla a gran velocidad que sostuvimos, pero no me gusta hablar mucho al respecto, pues esa villana… asesinó a una de mis amigas… Starlight Glimmer.

Algunos me han preguntado "¿por qué no usas tus poderes de velocista para regresar en el tiempo y rescatarla?", pero meterse con el tiempo no es algo que debería hacer, ya que las consecuencias serían catastróficas. Eso es algo que aprendí de Starlight. Lo único que puedo hacer es seguir viviendo y ayudar a todos los que pueda con este don que se me ha otorgado. Eso es lo que Starlight hubiera querido ¿no es así…?

-Dash ¿puedes oírme? Oí la voz de mi amiga Twilight Sparkle por el intercomunicador de mi traje.

-Twilight ¿qué sucede?

-Necesito que regreses al castillo enseguida. ¡Es urgente!

Aceleré mi vuelo en el cielo de Fillydelphia y regresé de inmediato a Ponyville. En cuestión de segundos ya estaba en el Castillo de la Amistad preparada para encarar cualquier crisis o enemigo que se me pusiera enfrente. Pero no había nada en el salón de los tronos, desde donde se supone me contactaba Twilight, estaba completamente vacío. Solo se veía el Cutie Map que mostraba mi ubicación exacta gracias a los rastreadores de mi traje. Y entonces…

- ¡Sorpresa! ¡Feliz Cumpleaños!

Salieron desde atrás de los tronos, mis seis amigas recibiéndome con lo que parecía una fiesta sorpresa preparada por Pinkie Pie. Pero había algo raro, pues no era mi cumpleaños, faltaban varios meses para eso. -Chicas, que sorpresa… pero ¿exactamente qué cumpleaños estamos celebrando?

-Pues el cumpleaños de la superheroína The Dash, tontita. Dijo Pinkie.

-Hoy hace un año que obtuviste tus poderes, Dashie. Secundó Fluttershy.

-Oh, ¿es hoy? Sabía que ya había pasado como un año, pero no recordaba la fecha exacta. Aun así ¿creen que es algo que debamos celebrar?

-Pues claro. Habló Twilight. -Has hecho mucho por Equestria desde que obtuviste tus poderes. Así como el Día de Celebración de Verano es un día de festejo por la derrota de Nightmare Moon y el regreso de la Princesa Luna. Es justo que la gran heroína The Dash tenga su propio día, y por eso como Princesa de la Amistad he proclamado el día de hoy como el "Día de Dash".

- ¿En verdad vas a poner una fecha festiva en toda Equestria para The Dash? Pregunté con escepticismo, pero admito que también con un poco de agrado por la idea. No me molestaría tener mi propia celebración marcada en el calendario.

-Bueno… no, realmente no. Contestó Twilight derribando mis ilusiones. -Pero podemos celebrar nosotras seis ¿no crees?

-Siete. Yo no estoy pintado ¿sabes? Reclamó Spike sosteniendo un pastel adornado para la inventada celebración. Con una vela en el centro. -Vamos Dash, apresúrate y pide un deseo para poder comernos el pastel.

Decidí seguirles la corriente y entonces pensé un momento. Si tuviera un deseo, lo que pediría sería compartir este momento con mi querido maestro e ídolo, Barry Allen. Apagué la vela del pastel con un soplido. Los demás chocaron los cascos y garras. Estábamos listos para empezar la fiesta.

-Entonces ¿qué pediste, terroncito? Curioseó Applejack.

-No seas tontita Applejack, si te lo dijera, su deseo ya no se cumpliría ¿verdad Rainbow? Defendió Pinkie a lo que yo solo asentí.

-Si me lo preguntas, yo creo saber lo que ella pidió. Se entrometió Rarity. -Supongo que tuvo que ver con cierto velocista escarlata ¿me equivoco?

"¡Rayos!" Maldije dentro de mi mente, ¿cómo es que Rarity sabía lo que estaba pensando? Me puse nerviosa y tartamudeé mi respuesta. -N-no.

Ella solo se río de forma altanera y confirmó. -Jiji, ese sonrojo te delata, querida.

- ¿No me digas que sigues flechada de Barry? Preguntó Fluttershy en tono preocupado.

Mentiría si dijera que no sentía atracción hacia Barry. Que cliché, la estudiante que se enamora de su maestro. Pero yo sabía que el corazón de Barry le pertenecía a una mujer, no a una pony. Y como muestra de lealtad hacia mi amigo y mentor, yo respetaba su decisión, aunque en el fondo me doliera. Además, vivíamos en mundos diferentes, así que no podría haber nada entre él y yo, más que una relación amistosa.

Era un tema complicado que no quería tocar, así que eludí la pregunta de Fluttershy rápidamente de la forma más sutil posible. -Bueno, ¿quién quiere algunos conos helados de Yakyakistan? Yo invitó. Regreso en 10 minutos para hablar sobre otro tema completamente diferente que no tenga que ver con Barry. Bye. Sip, The Dash es también la campeona de la sutileza. (-_-U)

Estaba a medio camino de Yakyakistán cuando mi intercomunicador volvió a sonar. Pero no era la voz de Twilight, sino de Rarity la que sonaba en mi oreja. -Dash ¿estás ahí?

-Si Rarity. Aquí estoy.

-Lo siento. A veces olvido la gran boca chismosa que puedo tener. Perdóname.

-Está bien Rare. Sé que no lo hiciste con mala intención, pero ¿puedo preguntarte algo?

-Dime.

- ¿Cómo supiste que mi deseo trataba sobre Barry?

-… bueno… fue por la expresión que pusiste justo antes de apagar la vela. Era la misma de cuando te veía cerca de él. Cuando estabas en compañía de Barry, irradiabas un aire de felicidad que nunca había visto en ti, por lo menos hasta que lo conociste.

-Entiendo… Suspiré. -Sabes, aunque él solo me vea como su alumna y amiga… aun así lo extraño… quisiera verlo.

-Bueno, ¿y qué te detiene, cariño? ¿Por qué no vas a Central City a visitarlo?

- ¿Hablas de ir a su mundo? ¿Hoy?

-Ya lo has hecho antes ¿no? No hay nada de malo en hacer una pequeña visita a tu maestro.

-Pero… ¿qué hay de la fiesta? ¿Y de las chicas? ¿Y si sucede algo mientras no estoy?

-Rainbow, no ha habido una emergencia en meses. Además, si te necesitamos, tu traje tiene aditamentos para mantener el contacto aún entre los dos mundos. Y en cuanto a las chicas, estoy segura que lo entenderán. Es el "Día de Dash" después de todo, y lo que importa es lo que The Dash quiera hacer en su día especial. Considéralo tu deseo cumplido del pastel.

Medité las palabras de Rarity varias veces en mi cabeza y luego simplemente sonreí. -Gracias Rarity.

No estaba segura pues no la veía, pero algo me decía que Rarity me devolvió esa sonrisa. -Buen viaje nena.

Cortada la comunicación, miré a mi alrededor verificando que no hubiera algún pony que pudiera dañar por la maniobra que estaba a punto de usar. El Sonic Rainboom era mi movimiento insignia desde que era una potranca y lo perfeccioné al crecer. Sin embargo, al obtener mi velocidad sobre-pony, mi rainplosión era capaz de lograr más que solo un espectacular haz de luz multicolor en el cielo. Podía usarla para viajar entre dimensiones, siempre y cuando la Fuerza de la Velocidad me lo permitiera. La última vez que lo usé fue para pedir la ayuda de Barry y me apoyara en mi batalla contra Reverse Dash. Pero esta vez lo único que quería era ver a mi amigo de nuevo, nada más…

Volé con todas mis fuerzas y tras el estallido sónico que dejé atrás, me vi a mí misma en el túnel de la Fuerza de Velocidad aferrándome a mi deseo del pastel. "Quiero ver a Barry, quiero ver a Barry, quiero ver a Barry".

Al ver la luz al final del túnel, noté como de a poco me transformaba. Adquiría una forma bípeda sin alas, pero conservando mi traje especial de velocista que se adecuaba a mi nuevo cuerpo. Cuando salí del túnel dudé un momento pues, aunque obviamente estaba en un mundo de humanos, no podía saber con certeza si había llegado al mundo indicado. Pero pronto mi temor se disipó al ver frente a mí un letrero que decía "Bienvenido a Central City". ¡Lo había conseguido! Dentro de unos minutos podría ver a mi querido Barry… digo, a mi querido maestro.

Corrí buscando un lugar conocido para después dirigirme a los Laboratorios STAR. Había pasado tiempo, pero aún recordaba su ubicación en la ciudad, bueno, sería así en cuanto encontrara algún edificio o calle que me fuera familiar. Pero en cuanto llegué a los laboratorios, me horroricé con lo que encontré…


Han pasado 4 meses desde que Barry Allen, conocido por la ciudad como el super héroe The Flash, se había unido a la Fuerza de la Velocidad. Me llamo Iris West, la prometida de Barry… o antigua prometida, mejor dicho. Soy una periodista que en secreto trabaja con el Equipo Flash, los amigos de Barry quienes juntos tratamos de recuperarnos de la pérdida. Los Laboratorios STAR habían sido destruidos durante la última batalla con el malvado Savitar y ahora nos habíamos trasladado a una sede provisional. Continuamos combatiendo el crimen en Central City enfrentando criminales y meta-humanos malvados. Mi hermano, Wally West, es ahora la piedra angular del equipo como Kid Flash.

En este momento, Kid Flash patrulla las calles siguiendo las instrucciones que le doy desde la cabina de mando que Cisco, Tracy y el Dr. Wells habían logrado construir.

-Wally, hay un asalto en el Banco de la 42, debes apresurarte.

-Ya voy. Veloz como el rayo, Kid Flash llega al lugar y detiene a los asaltantes desarmándolos en un parpadeo y noqueándolos al siguiente instante en con un golpe destellante amarillo a cada uno. Yo veía todo por una de las cámaras del banco a la que me conecté. -Hecho hermanita, ¿quieres que también los lleve a la estación de policía?

-No, déjalos ahí. Le contesté. -La policía debe recolectar toda la evidencia posible en el lugar para levantarles cargos y arrestarlos sin problemas.

-De acuerdo. Tu eres la jefa. Jefa.

Wally recolectaba las bolsas con dinero para ponerlos en un lugar a la vista y así las autoridades se encargarían del resto. Pero justo cuando agarraba la última bolsa…

¡Zaz!

Vi un rastro de varios colores que atacó a mi hermano y lo dejó momentáneamente en el suelo. En la entrada se apareció una chica vestida con lo que parecía un traje de velocista parecido al de Wally o Barry, pero de color azul oscuro, unas gafas magentas y un adorno circular en el pecho con una insignia en forma de rayo multicolor en el centro.

- ¡Wally! ¿Estás bien?

Wally se levantó y me respondió. -Si, pero ¿estás viendo lo mismo que yo?

-Si, parece otra velocista. Luego encendí otro comunicador para llamar a otro de los miembros del Equipo Flash. - ¡Cisco! Wally te necesita. Ha aparecido una nueva velocista.

Mientras en el banco…

-No te saldrás con la tuya, villano. Amenazó la extraña chica a mi hermano.

Entonces el primer impulso de Wally fue regresar la agresión de la muchacha. Para cuando me di cuenta se encontraban fuera del edificio corriendo por las calles de la ciudad tratando de golpearse con puños relampagueantes según podía oír en los micrófonos del traje de Kid Flash. Luego los ubiqué en un estacionamiento que había sido clausurado por reparaciones. Lo siguiente que supe era que Wally volvió a caer.

-¡Uahh! ¿Pero donde aprendió a hacer esa maniobra? Dijo mi hermano sorprendido.

-¡Ja! ¿Qué te pareció eso, tonto? Esa me la enseñó mi maestro. Oía la voz de la otra velocista, que por lo visto había logrado someter a Kid Flash. -Ahora respóndeme Reverse Flash ¿qué le hiciste a los Laboratorios STAR?

- ¿Eh? ¿Reverse Flash?

-No te hagas el tonto conmigo. Tu uniforme amarillo te delata.

- ¡No me confundas, niña! Yo soy Kid Flash, aprendiz del gran Flash.

Hubo un momento de silencio. Yo aún intentaba ubicar alguna cámara para ver lo que sucedía en el lugar, pero seguía sin tener suerte. Y entonces volví a escuchar la voz de la chica.

- ¿Conoces a Barry?

No hubo tiempo de que siguieran la conversación pues un extraño sonido se hizo presente seguido de una fuerte sacudida sónica. Cuando por fin pude localizar una cámara activa, observé que Vibe, es decir nuestro amigo Cisco Ramón, había llegado al lugar con uno de sus portales. En el momento en que la velocista bajó la guardia fue sorprendida por la ráfaga vibratoria de Vibe y la dejó inconsciente en el suelo.

-Iris. Dile a Julian que prepare las esposas inhibidoras. Me avisó Cisco desde su comunicador.

-Ya la tenía. Dijo Wally, quizá con el orgullo un poco golpeado.

-Eso decía Barry cada vez que le salvábamos el trasero. Comentó Cisco.

Pusimos a la muchacha en una habitación cerrada con una cámara vigía. Aún no contábamos con las instalaciones adecuadas para hacer una celda a prueba de poderes meta-humanos, pero por suerte no nos habíamos topado con muchos de ellos en el tiempo que llevábamos sin Barry. Nos las habíamos arreglado con los accesorios inhibidores que Julian había desarrollado, incluso ya había logrado "curar" a algunos meta-humanos y despojarlos de sus poderes. Algo bueno salió de su investigación para curar a Caitlin, es una lástima que ella no lo haya aceptado…

Observamos, por una pantalla, a la chica recuperar el conocimiento e intentando zafarse las esposas que suprimían sus poderes, luego se pone a gritar cosas que en parte me sorprendieron en gran manera, así como al resto del equipo.

- ¡Malditos! ¡¿Dónde está Barry?! ¿Qué hicieron con Cisco, Caitlin, Iris y Joe? ¡¿Dónde están mis amigos?!

Mi padre, el detective Joe West, fue el primero en hablar. -Muy bien, creo que seré yo quien haga la pregunta obvia. ¿Quién es esta nueva velocista y por qué parece conocernos?

-Creo que yo puedo responder a su pregunta. Entraba el Dr. Wells justo en ese momento.

- ¿Conoces a la peli arcoíris, Wells?

-No, pero tengo una teoría de quién se trata. El científico se acerca a un micrófono y le hace una pregunta por el altavoz a nuestra prisionera. -Oye, ¡Oye! Rainbow Dash ¿me escuchas?

-Así que sabes mi nombre ¿no, mequetrefe? ¡Pero no te saldrás con la tuya! Respondió gritándole a la cámara.

-Vaya, vaya. Misterio resuelto. Dijo Wells con presunción, aunque ninguno de los demás entendía.

- ¿Rainbow Dash? Yo pude darle un mejor apodo. Bromeó Cisco.

-No, no, señor Ramón. Rainbow Dash es el verdadero nombre de nuestra nueva invitada.

- ¿Rainbow Dash es un nombre real? ¿Qué clase de nombre es ese?

-Disculpen que me entrometa en su importante discusión. Intervino Julian con sarcasmo. -Pero ¿quién es esta "Rainbow Dash"?

Wells volvió a tomar la palabra. -Es un poco complicado, verán: Mientras no estuve con ustedes durante sus primeros encuentros con Savitar, me dediqué a estudiar otros universos contactando a mis contrapartes y a las del señor Ramon. (Apunta a Cisco) Y fue precisamente con uno de los doppelganger de nuestro amigo, que tuve una interesante conversación.

Así Wells empezó a describirnos la Tierra de este "otro Cisco" la cual era increíblemente parecida a la nuestra. Había un Equipo Flash con un Barry, Cisco y Caitlin así como versiones de papá y mía. Era una historia muy familiar, parecida a la que oímos de Barry hace tiempo, después de que creara el Flashpoint. Y ese era el asunto, la diferencia entre el mundo que describía Wells y el nuestro era que, en aquel mundo, Barry nunca regresó en el tiempo para salvar a su madre, por ende nunca hubo un Flashpoint.

-Eso suena muy interesante Dr. Wells, pero no explica la identidad de la chica. Se quejó Julian.

-A eso voy señor Dorn. Resulta que Allen de aquel mundo, en lugar de crear el Flashpoint, viajó a otro universo para recuperar la fe en la humanidad, y encontró su respuesta al entrenar a una joven velocista que recién había obtenido sus poderes. Según me platicó el otro Cisco, esa aprendiz responde al nombre de Rainbow Dash.

-Déjame ver si entendí. ¿Dices que esta chica es alumna de un Barry de otro universo donde nunca existió el Flashpoint? Pregunté finalmente.

-Exactamente.

- ¿Entonces porqué me atacó si se supone que nos conoce? Cuestionó Wally.

-No hay un Kid Flash de donde ella viene, o de donde el otro Barry viene, mejor dicho. Supongo que el único velocista de traje amarillo de la que ella sabe es mi contraparte maligna, Eobard Thawne. Especuló Wells.

- Mencionó los Laboratorios STAR. Supongo que vio el edificio destruido y al verte asumió que fue obra de Reverse Flash. Reflexionó Cisco.

-Y también te vio sosteniendo unos sacos de dinero en medio de un asalto. Mencioné apoyando la teoría. -Supongo que todo ha sido un gran malentendido.

-Pero aún persiste una pregunta ¿qué hace ella aquí? Repreguntó papá.

-Solo hay una forma de averiguarlo… Le contesté.

Unos minutos después abrí el cuarto donde teníamos encerrada a Rainbow Dash. Mientras se movía la puerta noté como miraba en mi dirección con mucha rabia, pero al vernos cara a cara, ella cambió su semblante, me sonrió y se acercó a mí con alivio. Se veía que le alegraba mucho verme.

-Iris, que bueno que estás bien. ¿También te capturaron los villanos? ¿Qué pasó con los Laboratorios STAR? ¿Barry está bien?

Escuchar su preocupación por Barry me dio la impresión de que en verdad esta chica le tenía un afecto muy especial a mi prometido, bueno… al otro Barry. Intenté hablarle lo más familiarmente posible. - No hay villanos aquí, Rainbow Dash. Pero dime ¿tú qué haces aquí?

Miró hacia el piso con expresión triste y me contestó desganada como si la estuviera regañando.

-No te vayas a enojar… yo… solo quería volver a ver a mi maestro, a mi amigo…

-Hablas de Barry.

- ¿De quién más estaría hablando?

Me inspiró cierto aire de nostalgia y ternura al mismo tiempo. Esta chica y yo teníamos algo en común. Ambas extrañábamos mucho a Barry. Así que por empatía decidí extenderle una mano y darle una oportunidad. - Lamento mucho todo esto, Rainbow Dash. Le decía al mismo tiempo que le quitaba las esposas inhibidoras con mucho cuidado. - Es todo una gran confusión. Pero antes que otra cosa, déjame decirte que no soy la Iris que tú conoces…

- ¿Qué quieres decir?

-Ven… Tomé su mano y la saque de ahí. -...te lo explicaremos todo.

CONTINUARÁ… 2nd Race: El regreso