Disclaimer: El Universo de Harry Potter, sus personajes y todo lo reconocible son propiedad de JK Rowling. Yo solo juego un poco con sus creaciones y todo es sin fines de lucro. la trama de esta historia sí es mía y su distribución, adaptación y/o traducción está prohibida sin mi previo consentimiento.
Aviso: Esta historia participa en el minirreto de marzo de La Copa de la Casa 18/19 del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black.
Cuando todo falla.
La botella de vidrio cayó estruendosamente contra el suelo, rompiéndose en puntiagudos trozos. Su contenido se derramó, esparciéndose por las tablas.
George suspiró, con un nudo en la garganta, reprimiendo sus lágrimas.
Tenía claro que emborracharse no le hacía bien. Tampoco a su madre. O a su hermana. También sabía que eso no lo traería de vuelta a él.
De hecho, tenía bastante claro que nada podría devolverlo.
Cerró sus rojos e hinchados ojos. Debería estar abajo, llorando sobre su tumba, pero no podía.
De qué sirve, si eso no lo traerá de regreso.
Arrastró los pies hasta la ventana y apoyó su frente ahí. Vio a su familia, todos ellos llorando, incluso las personas que jamás lo han conocido realmente. ¿Con qué derecho? Se peguntaba continuamente, si jamás lo conocieron, ¿con qué derecho vienen a despedirlo?
Cerró los ojos.
Formó una débil sonrisa al recordar, con una lágrima resbalando su mejilla, cuando intentaron convertir el osito que Ginny siempre apretaba fuerte contra sus brazos, en uno de madera, para molestarla. El problema llegó cuando su madre se enteró de sus planes. ¿El resultado? Dos semanas limpiando popo de caballo.
Pero lo hicimos juntos, por eso fue divertido.
O el momento en el que intentaron cortar el cabello de Snape, pero acabaron dejándolo sin pestañas. Claro, él las recuperó casi inmediatamente, pero él y Fred tuvieron que limpiar calderos chorreantes por un mes.
Estábamos juntos.
Cuando todo falló, él siempre estuvo a su lado. Cuando nada salía como lo planeado, lo enfrentaron juntos.
Y ya no lo harían nunca más.
De ahora en adelante, cuando todo falle, estará solo.
Abrió los ojos, nuevamente llorosos. Advirtió algo en la horrible imagen familiar que estaba apreciando. Hermione estaba sola.
Casi inmediatamente, unos pasos se acercaban por las escaleras.
Volteó, y ahí estaba Ron, con rostro preocupado observando la botella rota en el suelo.
Al menos lo tenía a él. No era lo mismo, pero no estaba tan solo como pensaba. Ron era la única persona a la que realmente le mostró sus sentimientos. No sabía por qué, pero tenía su confianza.
Se acercó a él. Merlín, ya casi superaba su estatura.
Se desplomó contra sus brazos, y lloró.
En ese momento supo algo. De ahora en adelante, cuando todo falle, Fred no estará. Pero Ron sí, y no tenía dudas sobre eso.
Fin.
