El día que nos obligaron a salir de nuestros hogares tuve que decirle a mi querido hijo Edward que esos hombres no se estaban llevando a una casa mejor.
Cuando viajábamos por semana sin ningún final a la vista le prometí que mientras más avanzamos mejor íbamos a ser recompensados.
Cuando finalmente llegamos al destino y fuimos encerrados le dije a mi hijo que estaban por terminar los detalles finales de nuestra nueva casa.
No sé si estaba bien que le mintiera pero yo estoy completamente perdido.
Todo estaba bien allá en casa y no hicimos nada para merecer esto.
Lo único que puedo hacer ahora es sostener con toda mi fuerza a mi hijo y ignorar a los gritos que provienen de todas partes.
Mi pequeño Edward se estaba quedando dormido en mi regazo cuando la puerta se abrió de golpe, un hombre corpulento entró y sujeto a mi hijo de su cabello y lo arrastraba lejos de mí.
Yo corrí detrás,aterrado!
Rogando para que lo dejaran ir, pero llevó tanto tiempo sin comer, sin dormir, que mi cuerpo no pudo más y caí al suelo.
¡Estoy débil!
Todo ocurre tan rápido y en un par de segundos mí hijo ya no está.
Se ha ido lejos de mí.
De pronto un eco resuena por el pasillo.
-Muy bien; comenzamos la subasta de un niño blanco, está destinado a convertirse en un fuerte joven... muy útil, la paga inicial es de $50 dólares.
Chicos lamento si no le gustó el final pero la verdad estoy cansada de historias románticas donde todo es color de rosa, donde siempre hay finales felices.
La verdad es que estas son cosas que pasan en verdad y quise asemejarla a la realidad.
BritwiCullen.
