DOS COSAS QUE RYOMA ECHIZEN NO PUEDE PERDERSE
Era una tarde soleada. El cielo estaba despejado y yo parecía querer desmayarme. Pude haberme quedado en casa, jugando con Karupin o bien, molestando al viejo, ¡pero no! ¡Estaba aquí!, rodeado de muchas pelotitas. ¡Maldición!, un partido era un partido. El no podría perdérselo. Lo habían retado y Ryoma Echizen no se negaría a un reto. Empecé a maldecir el momento en que acepté el refresco que Inui- sempai me había ofrecido, el cual pensando que era Ponta, termine por beber. Quien iría a pensar que se trataría de uno de esos extraños y horripilantes zumos que preparaba mi sempai. ¡Si casi me intoxico! Kami, ¿Que creían ellos?, ¿Qué le ganarían tan solo por estar un tanto mareado? Que equivocados estaban. El príncipe del tenis no perdería tan fácilmente, definitivamente no lo haría. Me moví un poco hacia a la derecha, luego unos pasos hacia delante, retrocedí un poco al ver donde caería la pelota, moví la raqueta un tanto hacia arriba y…
-¡Match Point!- Gritó a lo lejos Eiji-sempai, que se encontraba sentado en la banca donde debería de ir el arbitro.
-Mada Mada Dane, Momo-sempai.- Le dije altanero a la vez que le señalaba con la raqueta.
-¡Echizen! ¡Juguemos otro ahora!- Pidió, mas bien exigió Momo-sempai, haciendo su habitual posición de saque.
-Ni de broma.- Concluí ya con la gorra a la altura de mis ojos. -Me voy, adiós.- Caminé, mas me detuve al divisar a cierta muchacha mirándome. La vi pararse y acercarse a mí con timidez. ¿Cuánto tiempo iba ahí sentada?, yo ni me había percatado.
-R-Ryoma-kun.- Me llamó con voz temblorosa. Casi en un susurro.- Jugaste muy bien…- Jugaba con sus manos sobre la tela de mi polo. - …estuviste maravilloso.-
Observé su rostro con detenimiento, el cual había optado por un tono carmín. Me miraba, esperando algún movimiento, alguna frase que saliera de mi boca.
Ella habló primero.
Etto… vi cuando te tomabas uno de los zumos del sempai… y yo… bueno yo… pensé que de esta forma… se te pasaría, tú sabes… el mal sabor de boca.
Entreabrí mi boca sorprendido al ver como la castaña se alzaba lentamente para depositar un suave beso en mis labios.
-Jee.- Dije pícaro.-No me lo esperaba-
-¡Ahh! Ryoma-kun…eres malo.-Dijo casi en un sollozo.
La vi extrañado. No comprendía porque la castaña se ponía así. Si yo no había dicho nada malo.
-Hnn.- Murmuré mientras analizaba la situación. -¿Tienes tiempo?- Le pregunto en un tono neutral.
-¿Ehh? ¿Por qué?- pregunto ella algo sorprendida.
Me tomé un tiempo para contestar. – Iremos a mi casa, no hay nadie así que nos será fácil… el rostro de la castaña pasó a un rojo intenso. – La otra vez me pediste que te ayudara con tu saque, pensé que podríamos practicarlo hoy…- Aclaré.
Antes de que pudiera refutar, le sujeté delicadamente ambas muñecas y la arrastré rumbo a mi casa.
Ya se encargaría más adelante de que inui-sempai le diera de probar uno que otro zumo más. Por ahora iría a su casa a enseñarle a Ryuzaki como se he de sacar, ya saben, observar como su falda y blusa se mueven sensualmente sobre su cuerpo, poder acariciar los delicados brazos mientas pegaba su cuerpo al suyo para crear un mejor contacto con la raqueta, era un show que no podía dejar pasar, definitivamente eso y un partido de tenis eran dos cosas que Ryoma Echizen no podía perderse.
Bueno, ya se acabò, espero les gustase nn
Es lo primero que escribo, asi que no sean malas uu
Me dejan sus reviews :3
¡Chauuuuito!
Ale-chan (:
