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Bella había terminado su paseo matutino por los jardines del castillo de la Bestia cuando decidió que pasaría lo que restaba de la mañana leyendo un libro en la biblioteca.
La Bestia se encontraba a su vez en la biblioteca cuando la puerta se abrió.
Sólo buscaba un libro- dijo Bella con esa hermosa voz.
Bella se acerco a uno de los estantes.
Ya, ya, ya, ya, ya- decía la joven mientras pasaba y pasaba por los lomos de los libros.
La Bestia sonrió.
Me temo que hayas leído ya todos los libros de la Biblioteca- dijo la Bestia acercándose a Bella.
No- dijo ella continuando buscando un libro que le interesara- ¡Mira este parece interesante!
La joven saco un libro muy antiguo de pasta negra.
No recuerdo ese libro- dijo la Bestia levantando las pobladas cejas- no me da confianza.
No puedes recordar todos los libros de tu biblioteca- dijo Bella- ¡vamos! Solo es un libro ¿Qué podría pasar?
Estaba a punto de abrirlo cuando la Bestia se lo quito de las manos.
Lo lamento, Bella- dijo la Bestia- será mejor que busques otro libro.
Bella quiso protestar pero la Bestia no soltaba el libro, aunque la joven tenía mucha curiosidad por el libro no quiso provocar que la Bestia montara en cólera así que de momento decidió dejar las cosas por la paz.
Durante todo el día Bella no dejaba de pensar en el libro.
Lo más seguro- pensaba la joven- es que lo llevara al Ala Oeste…
Después de cenar la Bestia se sentó en su sillón mirando el fuego de la chimenea.
Bella aprovecho la oportunidad para alejarse de manera sigilosa hacia el Ala Oeste sin que la Bestia o los objetos encantados se dieran cuenta…
Bella empujo la puerta de la Bestia para entrar, no se había equivocado el libro descansaba en una mesa a la que le faltaba una pata.
Solo será una rápida hojeada- se dijo Bella.
La Bestia continuaba mirando el fuego cuando tuvo un mal presentimiento, los pelos de la espalda se le erizaron.
Lumiere- preguntó al candelabro- ¿dónde esta Bella?
La joven no estaba en el salón.
La Bestia gruño mientras corría al Ala Oeste.
El libro que Bella hojeaba era muy interesante, estaba lleno de ilustraciones muy bonitas.
Sabía que no era un libro malo- dijo la joven- wow, ¿y esto?
La siguiente hoja tenía las letras de oro. Bella comenzó a leer.
A juzgar tal enredo se ponen,
Acerca del negro, muy negro toro de Norroway;
de repente se apagan las velas
y dejan de cantar los trovadores.
¿Y quién es el negro toro de Norroway?- se preguntó Bella mientras continuaba hojeando el libro.
De pronto el viento comenzó a golpear en la ventana pero Bella no lo notó por lo interesada que estaba con el libro y un bramido espantoso se escucho en el silencio nocturno.
El negro toro de Norroway- repitió Bella sin darse cuenta.
La Bestia se detuvo de pronto en la escalera que daba al Ala Oeste al darse cuenta que las velas comenzaron a bailar por una repentina ráfaga de viento hasta que se apagaron y una vez más el espantoso bramido se dejo escuchar.
Negro toro de Norroway- dijo Bella cerrando el libro y dejándolo en la mesa.
En ese momento cuando Bella cerraba la puerta del Ala de la Bestia, alguien toco la puerta de la entrada del castillo con un fuerte golpe y un tercer bramido inundo el castillo.
Bella llegó a las escaleras donde la Bestia se había quedado de pie.
Una vez más volvieron a tocar la puerta, ahora con más insistencia.
Antes de que alguien abriera la puerta se abrió con tal fuerza que el viento entró como un quejido en la noche.
Ahí de pie, bajo la luz que reflejaba la luna sobre la blancura de la nieve se podía ver con claridad la silueta de un negro toro en dos patas.
Bella se abrazo al fuerte brazo de la Bestia por la impresión.
¿Qué haces en mi castillo?- rugió la Bestia viéndose imponente ante el recién llegado.
He venido por quien me ha nombrado tres veces- dijo el toro con una voz suave.
Bella sintió miedo ya que ella era la única que había leído ese nombre en el libro.
La Bestia pudo sentir como Bella apretaba su brazo buscando socorro y protección.
Lárgate- gruño la Bestia encarando al toro negro.
La Bestia estaba levantada en toda su estatura para intimidar al negro toro de Norroway pero éste no se inmuto, miro por encima del hombro de la Bestia a Bella que se había quedado petrificada en la escalera.
Es hermosa- dijo el toro con esa suave voz- ¿la amas?
La Bestia no contestó, gruño con todas sus fuerzas mientras se lanzaba contra el negro toro de Norroway, éste lo recibió de lleno, ambos rodaban en el suelo golpeándose con las pezuñas y rasguñando con las garras. De un cabezazo el toro rasguño con los cuernos a la Bestia.
No obstante el dolor la Bestia continuo peleando contra el toro de Norroway, lanzando mordidas y rasguños peor que cuando rescato a Bella de los lobos en el bosque. En un momento dado el toro embistió con los cuernos a la Bestia clavándolos en su oponente. La Bestia gruño de dolor ya que pese a que el pelaje no dejaba ver la herida él sabía que había sido de consideración, de un fuerte puñetazo se deshizo del toro tirándolo al suelo.
Bella al ver esto corrió a donde estaban las dos criaturas peleando.
¡Basta!- gritó de pronto Bella.
El negro toro de Norroway se puso en pie con una mordida de la Bestia en la pata derecha, la Bestia se puso en pie con la capa rota.
Come de mi oreja izquierda,
bebe de la derecha,
y ponte lo cómoda que desees
para pasar bien la noche
Una vez dicho esto por el negro toro de Norroway Bella se sintió muy mareada y antes de que cayera inconsciente al suelo el toro la atrapo entre sus patas.
La Bestia rugió intentando lanzarse de nuevo contra el toro de Norroway pero no pudo hacerlo ya que él también comenzó a sentirse mal por la herida recibida.
En mis cuernos mi enemigo la muerte hallará-dijo el toro con Bella inconsciente en los brazos- en mis brazos mi amada el amor encontrará.
La Bestia intento lanzarse contra él pero una vez más cayó de rodillas. El toro negro de Norroway paso a su lado llevándose a la doncella dormida.
Come de mi oreja izquierda,
bebe de la derecha,
y ponte lo cómoda que desees
para pasar bien la noche
Repitió el toro mientras se alejaba dejando a la Bestia herida…
Continuara…
