El héroe legendario
Disclaimer: Los personajes de Inuyasha y la historia no me pertenecen, todos los derechos están reservados a Rumico Takahashi y Osamu Dazai respectivamente.
N.A. Yo solo estoy adaptando las historias con los personajes, cabe mencionar que voy a modificar un poco la trama a mi estilo, también para darles una historia distinta, aviso es fuerte así que si alguien es sensible o menor recomiendo mejor no leerla.
p.d. sé que estoy más que atrasada con "Dualidad y sentimientos" pero he tenido mucho estrés en la universidad y me han cortado la inspiración, (cualquier queja son libres de reclamarle a mis profesores), así que hare esta adaptación de la película homónima para ver si consigo desenredar mis ideas un poco.
p.d 2. Este cuenta como el especial de San Valentín de este año.
La Razón
La mañana era calurosa, se escuchaba el zumbido de las abejas, el aroma de las olivas y los perfumes de las flores se mezclaban en una fragancia embriagante. Un completo regalo de los dioses. A un lado del camino hacia Ítaca el sonido de una carreta rompía la quietud y el silencio. Pero pronto el ruido de los guijarros al ser sacadas del camino por las ruedas no tardo en detenerse, para ser reemplazado por el crujir de la hierba bajo las sandalias.
- ¿estás seguro? – pregunto una voz femenina rompiendo el silencio.
¡Plas!
El estridente golpe hizo que el silencio inundara el lugar; bajo la sombra de un árbol un muchacho de cabellos pateados se rotaba la mejilla, la cual tenía una huella roja con forma de mano resaltando sobre su piel bronceada.
- ¿contento? – pregunto una mujer de cabellos negros frotándose la mano.
- eres fuerte – murmuro el varón mirando a la chica frente a él con una sonrisa.
- trabajar día y noche en el telar no es poco – sonrió la joven ofreciéndole su mano.
- ahora tú – el joven la vio sorprendido.
- ¿Qué? – pregunto, la joven le ofreció su mejilla.
- pero… ¿Por qué? – pregunto sorprendido por la petición.
- eso puede esperar, anda hazlo – le ordeno ella poniéndose un mechón de cabello tras su oreja adornada con un arete dorado.
Aun confundido, el joven miro su mano, no, no le parecía correcto golpearla, pero viendo que ella no cejaba con su decisión, la empujo. La joven calo de espaldas en el piso y dejo escapar un quejido de dolor.
- ¡lo siento! ¿Te he lastimado Kagome?- salto el muchacho corriendo a ayudarla.
- siempre fuiste algo bruto Inuyasha – gruño la pelinegra, Inuyasha le extendió la mano para ayudarla, pero Kagome le puso una zancadilla y tiro de él para dejarlo tumbado a su lado.
Permanecieron así un momento, tirados uno al lado del otro, mirando el profundo azul de la cúpula celeste y las nubes que lo navegaban como barcos esponjosos. En sus oídos podían oír el canto de las libélulas y escarabajos, y el aroma de la hierba caliente por el sol bailaba bajo sus narices. Después de unos pocos minutos que se les antojaron eternos Kagome rompió el silencio.
- Inuyasha… quiero que sepas que no me convertí en rehén solo para ayudarte… – comenzó, el joven se giró para verla, ahí acostada, con su collar y sus aretes de oro resplandeciendo al sol, y su quitón verde pastel parecía una ninfa.
- ¿no? – pregunto recargándose en su mano derecha para poder mirarla más cómodamente.
- no, lo hice porque quería probarme a mí misma, fue la verdadera razón – suspiro Kagome, Inuyasha la imito mientras trazaba con el dorso de su mano la mejilla de ella.
- yo no sé… cuantas veces pensé que dejaría de correr, esa fue mi razón – Kagome frunció el ceño e Inuyasha de repente deseo haberse callado.
- ¿esa fue la razón? – pregunto seria, Inuyasha trago saliva asintiendo con la cabeza, listo para saltar sobre sus pies y correr.
De pronto el pecho de Kagome comenzó a moverse de arriba abajo en un ritmo rápido antinatural, Inuyasha la vio preocupado, pero entonces sus rosados labios se separaron para dejar escapar una carcajada melodiosa y estridente. "esa fue la razón…" comenzó a repetir la chica sin dejar de reír, y pronto Inuyasha no pudo aguantar más y se le unió. Las carcajadas de ambos inundaron él lugar, ninguno de los dos había pensado que terminarían en una situación semejante, menos una semana atrás, cuando todo se desencadeno.
Continuara…
