Hola a todos! Ummm cómo explicar… Soy Kirchu… ehm y esta es mi segunda historia publicada en … ojalá les guste!... Soy una enorme fan de Neon Genesis Evangelion, y ésta historia está pensada para ser narrada desde el punto de vista de Asuka, aunque si el tiempo y el coco me dan ideas para hacerlo más variado, pueden cambiar y quién sabe, je!
Si tienen sugerencias o ideas, no duden en decirlas n.n…
Saludos! Atte: Kirchu-chan…
DISCLAIMER: NO POSEO NINGUNO DE LOS DERECHOS DE N.G.E , NI DE SUS PERSONAJES. DE ASÍ SERLO, EXISITIRÍA UNA PROBABILIDAD DE QUE SE PROVOCASE UNA VERDADERA CATÁSTROFE PSICOLÓGICA… EVANGELION Y TODO LO RELATIVO A SÍ SON PERTENECIENTES A GAINAX/HIDEAKI ANNO Y YOSHIYUKI SADAMOTO, LALALA…. XDD
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¿Qué fue de tu absurda existencia, niño?
-Capítulo 1-
'Después de un tiempo decidí que lo único que quería era olvidar todo. Mis fracasos, mis triunfos, mis rivalidades y obligaciones. De una forma u otra, el tercer impacto había sido superado por la humanidad. Todo había vuelto a empezar. Mi camino se desvió por completo una vez terminada la guerra contra los Ángeles, y sin motivo alguno intenté adaptarme completamente sola a vivir en Japón, por el sólo hecho de ser tan orgullosa como para no usar mi salario de NERV y apuntar a conseguir trabajo durante dos años. Obviamente no tuve éxito, al igual que en mi penúltimo año de secundaria, donde mis calificaciones eran un desastre en paralelo a mi poco conocimiento de la escritura en japonés y contradecían mi fluidez para hablarlo. Una verdadera ironía.
Para entonces estaba en mis diecisiete, y estaba cansada. Cada vez que miraba por la ventana veía la ciudad y recordaba todo lo que había transcurrido entre los enormes rascacielos, y Misato me preguntaba si estaba bien. Pero ése era el primer problema:
Estaba perfectamente bien, según mi propio criterio.
No había batallas que afrontar. Todo estaba sereno, los habitantes de Tokio-3 y del mundo habían retomado su curso en la vida. Una vez que abandonaba la ventana me dirigía a mi habitación, pero en el camino algo me detenía, y entraba en la habitación equivocada. Sentía el habitual perfume que usaba su dueño. Todo estaba perfectamente ordenado. Me desagradaba. Todavía había un violonchelo esperando solitario al pie de la cama contra la pared, y recordé la repetitiva melodía que emitía con la falta de confianza de su músico. He aquí el segundo problema:
Yo lo odiaba, y no debía estar recordándolo.
Era solo un cobarde que huyó cuando lo vio conveniente. Se olvidó de todo lo que vivió, y nunca volvió a demostrar el coraje de cuando me salvó una vez. Imbécil. Nada cambiaría el hecho de que escapó cuando más lo necesitaba.
Cerré la puerta. Fui a la entrada, me puse mis zapatillas y salí del departamento sin decir una palabra. Caminé las dos primeras manzanas para después salir corriendo a toda velocidad hasta lo que me dieron los pulmones y las piernas. La tarde pasó rápido y se abrió paso la puesta del sol. Incluso dejé inconscientes a un par de bastardos que quisieron pasarse de listos mientras volvía al departamento, y ya me estaba cansando aún más de que todo fuese tan perfecto ese día y tan molesto al mismo tiempo.
Esa noche hablé con Misato, y le dije que no tenía futuro en Japón lo cual era cierto. Mis planes de flirteo con Kaji (que emergió del mar de L.C.L cuando ya no me quedaron esperanzas de volver a ver su rostro, olvidé mencionar..) se vieron arruinados cuando su relación con Misato renació como nunca. De igual forma lo veía venir y no me molestó, sólo me aburrió pensar en no tener más una presa para asechar de vez en cuando. Mis estudios no importaban en absoluto después de graduarme con honores a los 14 años en mi país, pero igual me sentía mal por mi analfabetismo con el japonés, por no decir inútil. Misato me preguntó qué me había hecho sentir incómoda. Se veía algo triste, y tengo que admitir que yo también lo estaba. Ella era lo más cercano a una madre (a pesar de su desastroso desempeño como ama de casa) que yo tenía. Le dije que necesitaba volver a Alemania.
Recuerdo lo mucho que me dolieron los puños de apretarlos cuando me preguntó si alguna vez iba a volver, y no hizo ademán para retenerme. Fue ahí cuando por primera vez en mi vida abracé con fuerza a Misato y mi garganta ardía ahogando mis sollozos y lágrimas que no quise soltar. Sabía que en casa podría despejarme, hablar mi idioma, volver a empezar todo, trabajar, y si NERV me necesitaba, estaría allí. Nunca renuncié a mi título como Segunda Elegida, pues ello implicaría renunciar a mi vida. Si llegaran a necesitarme, tenían a su disposición millones de métodos para encontrarme en casos de alerta.
Misato entendió mi decisión mejor de lo que esperaba, aunque me rogó que no los olvidara ni a nadie de NERV ni a Shinji y que me mantuviera en contacto. Hice caso omiso de la petición y Misato la tomó por entendida aunque no hice ni el más mínimo gesto. Me consiguió transporte, y el miércoles siguiente estaba en el aeropuerto, embarcando hacia Berlín en un gigantesco Boeing blanco y rojo blindado, y estampado elegantemente con el ya de sobra conocido logotipo de NERV. Gran cosa.
Durante el despegue, miles de recuerdos me azotaron. La velocidad del avión era una broma en comparación a la de un EVA. Reí al ver a un par de hombres de traje asustados, uno tomando una pastilla y el otro aferrándose a los apoyabrazos. El rojizo atardecer japonés evocó a mi mente las batallas otra vez. Imaginé a los gigantes Evangelions con sus brutales armaduras en posición para atacar a la unidad tercera como aquella vez. Fue frustrante cómo me dejó fuera de combate el asqueroso ángel, tuve que reconocer. Después de la sangrienta pelea, lo poco que había quedado era carne desgarrada y fluído de la unidad tercera esparcidos por la ciudad, además de casi haberle quitado la vida a Suzuhara. Se me vino a la mente la expresión de terror del tercer eleg...
... del pobre imbécil. ¿Qué será de él?
Los rayos anaranjados de luz me daban un poco de calor. El aire acondicionado del avión me estaba fastidiando lo suficiente como para no poder dormir, así que seguí recordando.
Anaranjado... Lava... Calor... ¿Muerte?. Qué aterrador, nunca pensé que lo diría. Lo tenía en mis manos y estuve a punto de lograrlo perfectamente sola, pero eclosionó. Fue mala suerte, fue un arreglo, o quien sabe. ¿Es posible que me hayan subestimado tanto como para dejarme morir? Tal vez ahora estaría muerta. O tal vez podría haberme salvado yo misma. Mis deudas con el 'gran salvador' habían sido pagadas con mi espalda en la siguiente misión, sin embargo no recuerdo haberle dado formal y verbalmente las gracias.
...¿Qué me importa despues de todo? Era sólo un baka. No lo entendería.
Me sobresalté cuando escuché la música del video de medidas de seguridad del avión. Era de esas músicas molestas de fondo similares a las de las pequeñas tiendas. Con un leve quejido volví a mirar por la ventana mientras el avión seguía elevándose. La azafata comenzaba a pedir la orden de cena y bebida a los pasajeros en las filas delanteras para traer las bandejas después del ascenso. No sentía hambre, así que opté por simular que dormía cuando se acercara. Nubes... atardecer... refrescos... música ridícula. Qué extraña tarde aquella en la que empecé la sincronización con él. No puedo entender por qué algunos hombres no tienen orgullo frente a un desafío. Tenía mis razones para decirle que era infantil... y su estúpida sonrisa cuando se lo dije era una de ellas.
Todavía no entiendo por qué sonríe ante esas situaciones.
Me irrité cuando me di cuenta adónde volvieron mis pensamientos. Cambié de opinión y tuve que pedir la cena o de lo contrario me la pasaría todo el vuelo recordando su cara de idiota preocupado y su miedosa voz pidiendo perdón. Estos últimos meses mi cabeza me tenía harta, cuando de un momento a otro había empezado a recordar todas estas estupideces.
El primer beso apasionado que vi de Kaji y Misato, y las palabras que se dirigían parecían haber sido el disparador. Después de eso permanentemente tuve la sensación de que algo estaba fuera de su lugar, y después... soñaba con el baka. Besos, caricias, mordiscos... era la sensación más placentera y extraña que pude haber sentido en un sueño. Y al mismo tiempo era absurdo y odioso. Qué repugnante.
Recliné el asiento cuando el avión llegó a la altura crucero y las luces de los cinturones de seguridad se apagaron. Las azafatas comenzaron a repartir las bandejas con elegantes platos y las bebidas (de las que destacaban selectos vinos franceses), y avisaban que más tarde traerían frasadas, pantuflas y otras chucherías para dormir como un rey. La pantalla de entretenimiento de mi asiento se encendió con dicho molesto logo de la hoja y reí levemente. Cuánto dinero había en esta organización que se creía extinta... Y todo es cortesía de naciones unidas. Por lo menos ahora podría distraerme durante las largas horas que pasaría en el enorme tubo metálico flotante. "Gracias por quedarte en tu cielo, Dios" sonreí al leer el lema de NERV en la pantalla de inicio.
....
Alemania se sentía extraña después de todos esos años. Por suerte ya no era tan diferente. No llamaba la atención como lo hacía en Japón, donde el color de mi cabello hacia que más de la mitad de la gente con la que me cruzaba se girara a mirarme.
En cuanto llegué al aeropuerto de Berlín, me comuniqué con mi padre y para mi sorpresa, las cosas habían cambiado más de lo que esperaba...'
FIN CAPÍTULO 1
Kirchu-chan: Y bien, que les pareció la corta introducción? Je! Espero disfruten esta historia, es medio… loca, pero creo que zafa :P…
MUCHAS GRAAAX POR LEER! PRÓXIMAMENTE EL CAP 2!
