Título: Política de la Ropa Puesta
Autora: Nickte
Pairing: USUK/UKUS, Spamano, Franada, DenNor, PruAus, Rochu, GerIta, Giripan, Sufin. Varias más.
Advertencias: Yaoi. Lime. Lenguaje (Romano, Inglaterra, América, otros). Suiza con armas.
Disclaimer:Hetalia no me pertenece. El manga y anime son de Himura Hidekaz y Studio Deen respectivamente.
Agradecimientos: A aishiteru sama quién me animo a publicar. Gracias por todo. Todos las Naciones te lo agradecen. Bueno, tal vez, Vash no.
Notas: Me elimina las separaciones, por lo que hare dobles. Disculpen si es molesto.
Reglas un montón. Las principales de la Conferencia mundial:
1. No invadir regiones vitales. Declarar Guerras.
2. No dar falsa información sobre ataques, desastres, bombas, etc.
3. Conservar la ropa puesta.
La última creen Alemania y Japón, tendría que haber sido NO SEXO, porque como lo han demostrado la mayoría de los países, estar vestidos no es un impedimento para ello.
Política de la Ropa Puesta
A quién das de yantar, no te duela dar de almorzar.
Anónimo
Almuerzo dos horas. Originalmente duraba una hora, pero debido al retraso de varios países se acordó que se extendiera a dos. Actualmente tendría que ser de tres a cuatro horas; saltárselo afrontando todas las protestas; o dividir las reuniones en varias partes. O sencillamente, asistir, dialogar y encontrar soluciones a los problemas como debería ser en las juntas… y no teniendo sexo como desaforados.
Tristemente no es posible, así que se opta por las tres anteriores.
Japón y Alemania no tienen que revisar los relojes para saber que el almuerzo ha acabado minutos atrás. Las Naciones se presentarán más tarde –tal vez una o dos horas- y que junto con Grecia, Suiza y Feliciano son los únicos en la sala.
Suspiros, inhalaciones profundas para conservar la calma y el sonido de la escopeta de Vash siendo cargada son lo único que se escucha… hasta que un gemido - ¡oh Dios! – seguido de –sísíssíjoder…más –se cuelan en la sala.
Kiku se sonroja. Ludwig se indigna (y avergüenza). Vash determina que es suficiente. Se levanta con escopeta cargada para traer a esos irresponsables, degenerados e inconscientes. Le importa poco que estén ocupados o en la situación en la que se hallen. No van a perder más tiempo a causa de su falta de control y contención.
Un disparo al aire despiertan a Heracles y Feliciano que tomaban la siesta en la mesa ignorando que es la señal del suizo para "terminar el almuerzo de los otros".
Almuerzan, es decir, consumen alimentos. Suecia y Finlandia disfrutan de la comida preparada por el más bajo. El tiempo pasa rápido conversando, o mejor señalado Tino hablando y Berwald escuchando. Aprovechan este rato para convivir más. Han tenido mucho trabajo, no pueden descuidar a Peter ni a Hanatamago y su tiempo juntos ha disminuido. La constante ausencia de los otros países les proporciona más minutos de plática. Y algo de privacidad, sinceramente. Estar a cargo de una micronación y una mascota requiere discreción, cautela y comportamiento por parte de ambos, no pueden arriesgarse a que Peter presencie algo inadecuado o abochornante para los tres.
Suecia se agacha lentamente colocando su rostro a la altura de "su esposa", toma el mentón con delicadeza acortando la distancia entre ambos. Finlandia se sorprende un poco, comprueba con un vistazo que siguen solos en unos de los tantos jardines, termina la separación entre sus labios y los de Su-san. El beso es suave y lento cuando siente un sabor amargo en la garganta. Suiza les está apuntando sin vacilación.
– A la junta. Ahora. – El finlandés no se mueve de la impresión y pena. Siente aire en los labios. Su-san se ha separado y mira con detenimiento al hermano de Liechtenstein.
Un ligero asentimiento y el menor es llevado de la mano por su pareja al interior.
Suiza 1 – Desertores 0
Maldita sea. De todos los jodidos lugares a su disposición tenían que utilizar el armario.
– ¿Por qué el armario? – No ha podido evitar la pregunta.
– Los demás ya los ocuparon – Besa hambrientamente la boca del otro. No hay respuesta. Una ceja levantada, rostro incrédulo indican que, tendrá que explicar la localización si quiere continuar. Por un momento parpadea desubicado. Están en medio de un encuentro y el inglés quiere saber porque están teniendo sexo en un armario. Como si fuera extraño. Han tenido relaciones en casi todas las habitaciones del lugar, porque la consulta ahora.
– Rusia y China ocupan el baño – Alfred se acerca más al cuerpo de su pareja, quién no reacciona esperando que prosiga – España y Romano en el invernadero, Prusia y Austria la sala de música, creo que Dinamarca y Noruega fueron a la biblioteca… erm Matty y Francis ¿en los jardines? – el americano se da cuenta de que a lugar de devorar los labios de Arthur mantiene una plática de donde sí lo están haciendo los demás – ¿Qué importan donde estén?
– Curiosidad – el británico es quién ataca apasionadamente los labios de su novio. Tocarse con la ropa puesta dificultad la maniobra de las manos, por no decir el estrecho espacio en el que se encuentran. Aunque… le da más morbo al asunto y nuevas ideas.
Jala de la corbata al menor sin soltarle recorre con la lengua el pecho que sube y baja rápidamente. Tienen las camisas desabrochadas, los pantalones con la cremallera abierta y una lujuria necesitada de dos meses.
Estados Unidos se arquea en el toque húmedo atrayendo hacía si de la cintura al otro. Baja la mano derecha en el trasero de Inglaterra masajeándolo, recibiendo pequeñas mordidas en el cuello.
– Arthur
– Alfred
Se besan intensamente destrozándose los labios. Calor. Se queman por dentro. SE NECESITAN YA.
Sólo que alguien opina diferente.
Auch. Noru le ha dado un golpe en la cabeza. Tal vez tenga que ver con empujar emocionadamente al menor contra los estantes. No ha sido su culpa. Está muy feliz, no puede impedirlo. Han pasado más de 3 meses de que lo ha tocado. Mucho, mucho tiempo. Sonríe estúpidamente sin dejar de acariciar lentamente a su amigo-novio-amante. Los ojos azules lo traspasan fríamente –más de lo usual- deteniéndolo.
– Eh ¿qué sucede, Noru? – la mirada se intensifica. Mierda lo enfadado. No tiene idea del por qué.
– Déjate de juegos, idiota – el rubio lo empuja tirándolo en el piso colocándose encima impidiendo que se levante – no parabas de quejarte todo el camino.
¿Eh?
Oh. OH. Dinamarca siente la revelación del año. En todo el trayecto le contó al menor cuanto lo extraño, quería y como iba a demostrárselo. Una y otra vez.
– Lo siento ¿me perdonas? – sonríe ingenuamente, cambiando su expresión a una más peligrosa, ansiosa y decidida – te extrañe.
No da tiempo a contestar. Se yergue de golpe, sujetando los brazos ajenos. El noruego está sentado sobre sus caderas, sin molestarle en absoluto.
Tropezar con tus pies. Caer en algo asqueroso. Pisar mierda. Tartamudear en público. Las situaciones vergonzosas y denigrantes son algo de lo que nadie puede escapar. Aunque hay a quienes parece tenerles predilección. Como a Lovino. Si hay algo seguro en la vida del italiano es que Dios no lo quiere. Lo odia. Con fervor.
Lo cual es bastante injusto en opinión de la Nación. Es mafioso. Sí. ¿Y qué? El macho-patatas fue un nazista de mierda. Estados Unidos tuvo lo del Kus Klux Klan. Inglaterra estuvo de Pirata. ¡Ah! pero a quién le carga la mano es a él. Hijo de puta.
No le basta con darle como hermano a Feliciano y al idiota de España como pareja. NO. Tiene que recordarle, que su vida es una jodida y humillante existencia. Romano se cabrea. Mucho. Con Antonio. El mundo. Dios. Vash. Consigo.
¿Por qué mierda aceptó tener sexo con el español en el invernadero?
Recuerda. El destino lo odia.
Alto. Siempre le ha agradado ser más alto que los demás. Facilita la intimidación. Elevarse sobre los otros conlleva mirarlos hacia abajo. Donde pertenecen. Ser más grande es un signo de superioridad. De magnificencia. Sólo que a veces dificultad el movimiento en lugares cerrados. Como el baño.
Iván ve el pequeño baño en el que está. Junto con Yao. Es muy estrecho para ambos. Sonríe. Le gustan los retos. Especialmente si involucran a China.
El lavabo da~.
Puede usarlo como punto de apoyo. Para sorpresa del oriental Rusia lo carga sentándolo en lavabo. Parpadea. Oh. Sabe que planea hacer el de pelo claro.
Yao devuelve la sonrisa. China se caracteriza por ser un país muy ingenioso y creativo.
Más cuando hay grandes beneficios.
Tres fuentes. Un ángel. Un cupido. Y una pareja de enamorados.
A Mathew no le sorprende que Francis escogiera el jardín para almorzar. Su antiguo tutor es muy romántico. Más de lo que realmente saben los otros países. Lo que asombra al canadiense son las ocurrencias que tiene. Como esa.
No en la suave hierba.
O contra el tronco de un árbol.
Ni en los arbustos.
No.
Su novio ha tenido la idea de darle amour~ en la fuente de los enamorados. Dentro de esta.
Lo que incomoda a Canadá no es que encuentren haciendo el amor en espacio público. Se ha resignado.
Ni que se estén mojando por el repentino baño en la fuente. Traen cambio de ropa por la estancia en otro país.
Es su espalda contra el piso rocoso e irregular de la fuente.
Cuando las manos experimentadas le recorren, la sensación del tacto más el agua es suave, confortante y deliciosa.
Y a Mathew se le olvida la incomodidad.
– No.
Firme. Indignado. Altivo. Roderich fulmina al otro con la mirada. Ha sido una guerra de argumentos por más de media hora.
Una batalla que ninguno está dispuesto a perder.
Prussia se desespera. Joder. Que el señorito es frustrante. Anticuado. Santurrón.
Ja. Pero él es awesome. Nadie puede contra el grandioso Gilbert. Ni siquiera la mojigatería del austríaco. Que por cierto no tiene. Lo ha comprobado. Muchas veces.
– La cocina, el salón, el comedor – la sonrisa crece ante el desconcierto del castaño – la sala de conferencias, el cuarto de la marimacha. Si hemos tenido sexo en esos lugares ¿cuál es problema ahora?
Un ligero rubor cubre sus mejillas. Decencia. Es lo que necesita el idiota enfrente de él. Pero como todas las virtudes morales estás huyen del prussiano.
Se muerde el labio. No quería expresarlo. Supuso que el albino entendería la razón. Es su culpa. Ha esperado mucho de su pareja.
– No vamos a tener sexo sobre el piano – Ya está. Lo ha dicho. No piensa repetirlo.
¡¿Por eso han estado discutiendo media hora? No podía sencillamente decirlo. No. Es Austria. A quién le tiene que adivinar el pensamiento porque nunca habla. ¿De qué se quejan el chico americano y Toño? Al menos a gritos se comunican Inglaterra y el hermano de Ita-chan.
– ¿Por qué señorito podrido? – si sale con un discurso de la ética y la conducta apropiada explota.
Suspira. Se acomoda los lentes. Es sorprendente la ignorancia del "gran Prussia".
– Es un Erard – la cara de confusión lo obliga a continuar – un piano del siglo XVII. De colección – agrega para ver si entiende.
El problema es el piano. Que se joda el piano. No lo necesita para tener una awesome ronda de sexo.
– Pues no lo hacemos en el piano – acorrala al austríaco. Secuestra a Mariazell. No piensa entregarla hasta recibir una recompensa.
Los caballeros no hacen tratos con delincuentes. Pero los artistas como él saben cómo persuadir a cualquiera con su talento. Dedos de pianista desabrochan con agilidad los botones de la camisa opuesta.
Quién pagará o será persuadido antes es cuestión de práctica. Algo que caracteriza a ambos.
N/A: ¡Fiu! Creí que no acababa. El fic no termina aquí. Falta ver quiénes serán interrumpidos en su almuerzo, como Su-san y Fin. Quienes lograrán terminarlo.
He cortado el fic por diversas razones. Quedaba muy largo. Es más cómodo, creo yo. Reviso mejor las partes.
Serán dos capítulos. Tres si quieren que agregue el almuerzo completo de cada pareja.
¿Qué les pareció? Bueno, malo, indiferente. Díganme. No me molesto.
Criticas, opiniones, sugerencias son apreciadas.
Gracias por leer
Nickte
