Memories of Ancient Egypt

Antes de despertar ya sentía su presencia. La calidez de la criatura que se hundía en su pecho y esa fragancia a recién nacido inundaban sus sueños. Mucho antes de que los dioses se lo anunciaran, ella lo sabia. Lo único que faltaba era que el momento ocurriese y mientras las horas y días pasaban, se entretenía soñando a su pequeño.

Al abrir los ojos y volver del profundo sueño, encontró a su mayor anhelo hecho realidad. Observo con lagrimas en sus ojos a la pequeña criatura hecha un ovillo sobre su pecho. Era tan frágil y tan hermoso. Desde ese dia, ese pequeño bebe de ojos verdes seria su perdición.

Primero, porque significaba que tarde o temprano ella dejaría de existir. Su mundo, la tierra fértil del Nilo,el imperio de faraones y pirámides ,estaba cambiando y su heredero era la prueba factible de que era tiempo de pasar su legado a la historia.

Segundo, porque en el instante que acaricio su piel, supo de inmediato que daría hasta el ultimo suspiro de vida por él. Sacrificar su mundo era solo un pequeño precio por ver crecer a su niño.

La repentina ansiedad por saber su fatal destino y la felicidad de sentir el amor de su hijo se mezclaban en su corazón, aun aturdido por tanta emoción. Tenia tantas cosas que decirle, tanto que enseñarle, tanto que mostrarle…

Mientras tanto, los egipcios observaban atonitos como todos los gatos, criaturas sagradas para ellos, se dirigían con prisa hacia el palacio real. Pronto el lugar estaba rodeado. Los guardias llamaron al faraón y a sus esposas. El mensaje de los dioses era claro: algo muy importante estaba pasando.

El faraón, muy nervioso ,procuro abrirse camino entre los gatos, tratando de no pisar ni molestar a ninguno. La masa de mininos le observaba mientras pasaba entre ellos hasta la alcoba de Egypto. Corrio con la mano la tela que cubria la entrada y la encontró cargando un bebe ojiverde.

Ella alzo al niño, frente a la mirada atónita de su líder y proclamo: "Ha nacido un nuevo Egypto".