Un nuevo fic.
Sera corto. De cinco o seis capítulos.
Venganza
La chica suspiro con cansancio, luego de entrar en la casa. Habían pasado más de cinco meses desde su boda y un año y medio desde su huida de Inglaterra.
Hermione siempre había sido una chica justa e inteligente y la verdad no había planeado lastimarlo de la manera que lo hizo.
Ronald Weasley había sido sin duda uno de sus dos mejores amigos, así como también un novio que amo mucho. Pero la verdad la chica no pudo hacer otra cosa.
Se enamoro.
Se enamoro de otra persona. No lo hizo apropósito, ella era muy feliz con Ron en el pasado. Hasta que Draco se puso en el camino. Fue solo una noche, Ron no estaba en casa y la chica salió a tomar algo a un bar cercano.
No supo como paso, pero terminar acostándose. El no estaba molesto con eso, no tenia novias ni compromisos y estaba enamorado de ella.
Pero cuando ella llego a casa con su novio muerto de preocupación esperándole al día siguiente, no supo que decirle.
También su mejor amigo estaba ahí, un Auror de gran renombre, Harry Potter. Con una sola mirada supo que había pasado y la había sacado de la casa, muy a sorpresa de Ron. La chica no olvidaría jamás los gritos de furia que el joven le dio.
Pero tampoco olvidaría el gesto de dolor con el cual Ron la miro, trato de decir algo. Trato de disculparse, pero ya era tarde.
Le había traicionado.
Unos días después, Draco se apareció en su puerta. Hermione estaba aterrada al verlo ahí. Pero el chico le dio una proposición. Algo tan terrible como Hermoso.
—Hermione huye conmigo—
En cuanto las palabras salieron de la boca del rubio, La chica quedo en shock, podría hacerlo uir con su nuevo amor.
Dejar a Ron.
Dejar a Harry.
Olvidar una amistad de más de diez años.
Y huir con su nuevo amor.
Quizás fue por que amaba a Draco.
O quizás fue por que odiaba estar ahí.
Tal vez porque no se atrevía ver a Ron a la cara.
O para no ver la furia en el rostro de Harry.
No estaba segura de por qué solo sabía que había agarrado tomo sus cosas y huido con el rubio.
Paso el tiempo y ellos se establecieron en las afueras de Inglaterra, en un pequeño pueblo sin magos.
Fue relativamente feliz con Draco, sin Ron y sin Harry. Aunque seguía odiando como se había ido. No le dijo a nadie, no dio explicaciones. Simplemente se fue, sin dejar rastro alguno.
La odiaban…Ella estaba segura de eso. Quizás se lo merecía, pero la decisión fue tomada y ella fue quien la tomo.
Pocos meses después Draco y ella se casaron, no hubo ningún conocido de ella en la boda. Ni hablar de sus padres, quienes adoraban a Ron y ella estaba segura que le informarían apenas la vean.
Su embarazo fue prematuro también, no lo planearon, ni lo despreciaron. Nueve mese y medio y Scorpion Malfoy nació.
Pensar en su niño la hizo sonreír. La chica miro la bolsa que traía con comestibles del supermercado de la vuelta y se fijo en el biberón que había comprado para su hijo.
—Como esta Ron…Como esta Harry, me seguirían odiando—pensó la chica.
—Creo que no importa nunca los veré otra vez…Yo solo deseo que alcancen la felicidad—pensó ella entrando a la casa.
El pelirrojo estaba en su cabeza. Con su sonrisa feliz después de un día de trabajo.
El pelinegro también apareció con su sonrisa satisfecha luego de atrapar a un criminal.
La chica derramo unas lagrimas.
Los extrañaba tanto…Pero nunca volvería a verlos.
Después de todo la odiaban.
Ella había traicionado a su novio pelirrojo con su esposo rubio.
Ella había decepcionado a su pelinegro de ojos verdes, quien sabía que no la perdonaría. Después de todo Harry era un Auror y la traición se paga con la muerte.
La chica entro en su casa y nunca noto de unos ojos mirándola con furia desde lejos.
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La chica dormía con tranquilidad al lado de su esposo. Un ruido la despertó.
—Draco, es tu turno—decía con sueño la chica girando hacia su esposo.
—Hmmmh—el ruido la hizo girarse hasta él y abrir los ojos de par en par.
La chica contuvo un grito para ver a su rubio esposo atado de pies y manos con una mordaza en la boca.
—Draco—susurro la chica y giro para el otro lado, una figura le apuntaba con una varita mágica.
—Hola Hermione—dijo la figura.
—¿Ron? —dijo la chica. Pero no pude decir nada mas ya que la figura le lanzo un golpe en plena mejilla que la dejo inconsciente.
La sombra giro y miro a Draco amordazado.
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Las sirenas se escuchaban por todo el lugar, decenas de vecinos miraban con temor la casa en llamas. La policía trataba de sacar a la gente del lugar, mientras que los bomberos trataban de apagar las crueles llamas que inundaron a la casa.
Un valiente bombero salió de la casa en llamas con una mujer en sus brazos. Los paramédicos rápidamente la agarraron y pusieron en una camilla.
—Rápido, tenemos que sacarla de aquí—dijo uno de ellos y cargaron a la mujer en la ambulancia y salieron rápidamente del lugar.
—Dios, que terrible—dijo un bombero.
—Si tienes razón, solo una sobreviviente—dijo otra con un suspiro.
—Encontramos otros cuerpos, aparte de la mujer. Creo que son su marido e hijo. Ninguno sobrevivió—indico otro con pesar.
—¿Dios mío, que edad tenía el niño?—pregunto uno de ellos.
El otro negó con la cabeza.
—Muy joven, un bebe—dijo el bombero.
—Que día de mierda—dijo otro.
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La chica abrió los ojos lentamente, miro hacia alrededor parecía estar en el cuarto de un hospital.
—Draco—susurro la chica no entendiendo que pasaba.
—¿Dónde estoy?—se pregunto cuándo imágenes de muerte y odio se le aparecieron en la cabeza.
—¡Ron por dios no!—Grito la mujer siendo arrastrada por el suelo, mientras el hombre la sostenía de los cabellos.
—Vamos Hermione por los viejos tiempos—Dijo el pelirrojo mientras se concentraba golpeando a Draco Malfoy que estaba atado en una silla.
—¡Detente Weasley!—Grito Draco al ve al otro comenzar a golpear a Hermione con fuerza. El otro solo lo miraba con odio y seguía maltratando a la mujer.
—¡Cállate!—Grito la figura mientras golpeaba a la mujer que lloraba y suplicaba.
—Te gusta mi cuchillo cielo—indico la figura sacando un enorme cuchillo y usándolo para cortar a su esposo en diferentes partes del Cuerpo.
—Es este tu hijo—Indico con malicia la figura sosteniendo al bebe en su pecho y la pareja negaba y suplicaba.
—¡Draco no por favor, No le hagas nada Ron. Por favor!—suplicaba la chica mientras el pelirrojo cortaba todo el cuerpo de su esposo y comenzaba a apuñalarlo en diferentes partes.
—Draco—susurro la joven llorando viendo el estado destrozado en el cual se encontraba su esposo.
—Scorpion—susurro con terror viendo a su bebe ser llevado lejos de ella a un cuarto arriba.
—¡Mátame a mi. Véngate de mi, no de ellos!—Suplico la joven mientras el pelirrojo empezaba a reír y se llevaba a Draco a otro cuarto arrastrando la silla en la cual estaba atado el rubio.
—¡Ron por favor. Ten piedad!—suplico la mujer viendo al Pelirrojo decirle algo a Draco en el oído y viendo como Draco Malfoy abría los ojos horrorizado con lo que le dijo.
—¡Lo siento. Lo siento Ron!—suplico la chica escuchando los golpes que el pelirrojo en el otro cuarto le daba a su esposo.
—¡NOOOOOOOO!—Grito ella viendo como el pelirrojo alzaba el puñal a donde estaba el rubio.
—¡Te amo Hermione!—escucho el grito de Draco antes que el pelirrojo le clave el cuchillo en el corazón.
Lagrimas corrían por los ojos de la chica recordando la pesadilla. No podía ser cierto. Era una broma.
—A despertado, señora—escucho ella.
Miro hacia la puerta un hombre con traje de Medico.
—¿Dónde está mi familia?—pregunto ella con miedo.
—Lo lamento mucho—dijo el médico bajando la cabeza.
La mujer lanzo un llanto terrible.
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Harry Potter suspiro mientras ojeaba una vez más las carpetas sobre el nuevo caso, que le mandaron. Que sea el mejor Auror dentro del departamento no era escusa.
Era humano, no podía resolver cada cosa que le daban. Asesinatos, secuestros, Violaciones, en los últimos meses le habían arrojado de todo. Aun así había resuelto cada uno de ellos en un tiempo record.
Quizás debido a lo que paso. Si era muy posible. Quedarse en la oficina era lo mejor que podía hacer. Si iba a casa, los recuerdos le invadirían.
Ya había pasado más de un año de aquello, pero el joven no lo había superado. Afortunadamente tenia a Ginny a su lado. Su novia había sido una bendición en estos tiempos.
EL joven sonrió al recordar a su linda pelirroja. Que mujer más fuerte. Había elegido bien cuando se enamoro de ella.
Miro nuevamente la carpeta en su escritorio.
El asesinato de Abranh Solon.
Pura sangre.
Familia antigua.
Profesor de Defensa en contra las artes oscuras.
Encontrado en su casa de fin de semana, muerto.
Se encontraron rastros de la maldición asesina.
Nadie forzó la entrada.
Ninguna magia se encontró además de la maldición.
EL chico miro atentamente las fotos del cadáver y el lugar donde lo encontraron.
—Casa normal, nada que destacar—pensó el chico.
—El cuerpo, fue encontrado boca abajo—susurro el chico.
—La casa estaba bastante limpia, para ser una casa de fin de semana—pensó el chico.
Se acerco a su escritorio y lo golpeo con su varita.
—Beatriz, sobre el caso de Abranh Solon. Has que interroguen al servicio domestico—dijo el chico y del escritorio salió una voz.
—Sí señor, mandare la orden de inmediato—se escucho.
El chico suspiro. Hoy saldría temprano, iría a buscar a Ginny al profeta y luego la invitaría a una cena casera.
—Señor, lo buscan—escucho a la voz salir del escritorio.
—Quien será, o seguro que es Margerson. Quería preguntarme algo sobre un caso—pensó el chico recordando haber hablado con el Auror unas horas antes.
—Que pase—dijo Potter.
La puerta se abrió y de ella una mujer entro.
—pero qué demonios haces tu aquí—dijo sorprendido el chico.
La mujer lo miro con frialdad.
—Hola Harry—dijo ella.
El rostro del chico cambio rápidamente y la furia invadió todo su ser. Aquí estaba ella. La responsable de todo.
—Dije que demonios haces aquí, Hermione—dijo el chico su voz estaba empernada de veneno mientras observaba a la castaña.
—Necesito tu ayuda—dijo ella.
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Ginny suspiro mientras entraba al ministerio de magia. La chica había podido salir temprano del trabajo y ahora se dirigía al departamento de los Aurores en el ministerio de magia, haber si podia sacar a su novio de su oficina.
Se metió en el ascensor y puso el octavo piso.
Las puertas se abrieron en el quinto y Percy Weasley entro.
—Ginny—dijo con sorpresa su hermano.
—Hola Percy—dijo ella.
El chico la abrazo como saludo.
—¿vienes a buscar a Harry?—pregunto el chico.
Ella asintio con su cabeza.
—Sí, a ver si puedo sacarlo de su oficina—indico ella.
Percy asintio.
—Entiendo, aun no lo supera—dijo el chico.
Ginny no dijo nada.
—Ya a pasado un año—dijo Percy.
Ginny asintio con la cabeza.
—¿Y tu como estas?—pregunto ella para hablar de otra cosa.
Percy le sonrió.
—Bien gracias. No sabes las nuevas noticias sobre mi vida, mi querida reportera—indico el chico con satisfacción.
Ginny lo miro con interés.
—¿Eres el nuevo ministro?—pregunto con diversión.
—No—dijo él.
—Jefe de algún departamento—dijo ella.
—No—dijo el.
—Eres Gay—indico con aun mas diversión.
—Definitivamente NO—dijo el chico mirando molesto a su hermana.
Ginny rio al ver como lo veía.
—¿Y bien, que hay de nuevo contigo?—pregunto ella.
Percy sonrió con diversión.
—¿De verdad quieres saberlo?—pregunto el chico.
Ginny alzo una ceja.
—Percy haciéndose el interesante. Me parece que me va a impresionar—pensaba la chica ahora muy interesada.
—Tu Hermano—susurro el chico—Percy Ignatius Weasley tiene novia—dijo el chico con felicidad.
Los ojos de Ginny se abrieron de par en par al escucharlo.
—No me lo puedo creer—dijo la chica—Donde la conociste, es bruja o muggle, es linda, que te gusta más de ella. Ya lo hicieron—decía la chica sin parar.
—Bueno la conocí en Londres cuando fui a cenar con unos colegas a un bar cerca de mi casa—dijo el chico.
—Es una Muggle, aun no le eh podido decir nada—indico el chico.
—Es muy linda, hermosa seria una mejor palabra para describirla—aclaro el chico.
Ginny alzo una ceja ante lo dicho.
—Me gusta cuando se ríe, no sé por qué, me hace sentir bien—indico el chico.
Ginny suspiro al escucharlo. Que daría por qué Harry le diga algo tan lindo.
—No te pienso responder si lo hicimos o no, enana. No es tu asunto—indico el chico.
Ginny rio al verlo tan apenado.
—Oh definitivamente lo han hecho—indico la chica—Y al parecer ella es bastante buena—
La humillación de Percy acabo gracias a Merlín por que llegaron al octavo piso en donde Ginny se bajo.
—No creas que te salvaras, planeo hacerte una completa interrogación más tarde—advirtió Ginny mientras las puertas del ascensor se cerraban.
La chica sonrió al ver la expresión de terror del rostro de su hermano, cuando las puertas se cerraron.
Ginny giro y entro al departamento.
—Ginny—dijo alguien.
—Hola, Sebastian—dijo la chica.
Sebastian Margerson era un Auror de unos treinta años, venía acompañado de una chica, un Auror que Ginny no le daba más de dieciocho o diecinueve años.
—Ella es Emma Rash, una nueva aprendiz—indico el hombre.
—Encantada—dijo Ginny
—Ginny Weasley, periodista. La novia del Auror Potter—indico Sebastian.
La otra chica se inclino como saludo.
—Es un honor conocerla—indico Emma con una sonrisa.
—¿Vienes a por tu novio?—pregunto el Auror.
Ginny asintio.
—Me dirigía a buscarlo, te acompaño—dijo el Auror y los tres salieron del lugar.
La oficina de Harry estaba a unos once metros y mientras iban hablaron sobre las nuevas noticias en el ministerio de Magia.
Sebastian abrió la puerta de la oficina y entraron.
Beatriz Basios una mujer de unos dieciocho años y la secretaria de Harry Potter estaba en su escritorio y movía las manos nerviosa.
—¿Beatriz esta Harry, libre?—pregunto Ginny.
—Señorita Weasley…No es un buen momento—dijo la secretaria con nerviosismo.
—¿Qué pasa?—pregunto Sebastian.
Pero la secretaria no pudo responder ya que la puerta donde se llegaba a la oficina de Potter estallo cuando un cuerpo voló de la oficina hacia fuera.
—¡Como te atreves, Perra inmunda!—grito con furia Potter.
Los demás vieron con temor como este salía de la oficina. Sus pelos estaban parados por la furia, todo su cuerpo iluminado por su poderosa magia.
Ginny miro con temor a Harry y giro para ver quién era el cuerpo. La reconoció en seguida.
—Hermione—susurro Ginny.
Sebastian también la miraba sorprendido y sin dudarlo se arrojo hacia Potter reteniéndolo.
—Tranquilízate—le decía el Auror.
—Harry, necesito que lo encuentres—decía la chica tirada en el suelo.
—Maldita—dijo Potter con furia y Sebastian apenas podía retenerlo.
Emma y Ginny se abalanzaron sobre Harry Potter también y entre los tres apenas podían tener sus pasos.
—Harry Por favor—suplico Granger.
—Hermione lárgate de aquí, no ves lo que estás haciendo—dijo Ginny mirándola con frialdad.
—Solo quiero que haga su trabajo—suplico Granger.
—¡Hermione Lárgate!—Grito la pequeña Weasley.
—No mi familia fue asesinada—dijo Hermione.
Ginny abrió los ojos de par en par al escucharla.
—Que dices— susurro Ginny.
—¡No la escuches solo dice mentiras…Lárgate de aquí!—dijo con furia Potter tratando de liberarse del agarre de los dos Aurores y la periodista.
—¡No es mentira!—grito la castaña—¡Ron mato a mi bebe, mi hijo Scorpion y también a mi esposo Draco. Los mato y luego prendió fuego nuestra casa!—grito con furia.
Ginny palideció al escucharla y la furia la domino. Se lanzo sobre Hermione y empezó a golpearla.
Emma soltó a Potter para detener a la periodista. Mientras que Sebastian hacia lo imposible por detener a Potter.
La secretaria miraba todo con temor.
—Eso es imposible, señora—indico ella.
Y Hermione giro para mirarla.
—EL señor Ronald Weasley murió hace más de un año— finalizo la secretaria.
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Fin del capitulo