Las delicadas hojas caen de los cerezos gracias al movimiento del viento, lo único que escucho de la clase es el lejano sonido de la profesora hablando, explicando algo que en realidad no me interesa mucho saber. Realmente no era una alumna muy aplicada, pero tampoco era una vaga total. Simplemente las ciencias no eran lo mío.

-Señorita Murtons –Giro mi cabeza hacia la profesora, la cual con una mueca me observa molesta -. ¿Si profesora? –Respondí fingiendo interés, mientras la miraba con un rostro inocente y una pequeña sonrisa. Vieja de mierda.

-Estaba preguntando si ya tiene algo en mente para la feria de ciencias – Me miró y luego bajo la mirada hacia los papeles que descansaban sobre su escritorio -. Por lo que veo, no es muy participativa en clase – Mi sonrisa se desvaneció –. No tengo registro alguno de usted, por lo que la feria de ciencias es su última salvación – Se acomoda sus viejos y desgastados lentes y alza su mirada para verme -. Así que espero que me muestre un buen trabajo. Solté un suspiro mientras la campana comenzaba a sonar, y la profesora se retira del aula, sin apartar su mirada de mí en ningún momento.

-Entonces, la jodida de Mónica prácticamente te ha dicho que si no participas en la feria de ciencias, ¿Te iras a la mierda? - Asentí mientras tomaba un sorbo de mi refresco. James, un chico que solo se podía describir en una palabra. RARO. De estatura media, con ojos claros y un frikismo aún mayor que el mío.

-¿Y qué tienes en mente? – Miré al chico que estaba del otro lado de la mesa, Adam. Alto, de cabello negro y ojos castaños, nada que resaltar realmente, solo que había Algo En el...

-Por qué no haces simplemente el experimento del frijolito y nos salimos de problemas – Solté una carcajada al escucharla. Megan, la más enana del grupo, de cabello corto, y con unos brillantes ojos azules -. ¿Que no escuchaste que si hago algo mal me manda al carajo? – Hable entre risas mientras ella solo me miraba -. Estaba hablando en serio con lo del frijolito.

-Dejando eso de lado -Miré a Adam, el cual se había mantenido callado -. ¿Quieres que te ayudemos en algo para tu proyecto? – Miré a un lado, hacia la ventana un momento y luego hablé -. Quiero hacerlo por mí misma, así que les agradecería que solo me dieran ideas – Me gire a ver a Megan, y antes de que hablara la señale -. Nada de frijolitos – Me miró molesta e hizo un puchero, mientras yo sacaba de mi bolso un lapicero y un cuaderno.

-¿Ideas?

-El frijo – Se interrumpió al ver mi rostro, el cual le decía que simplemente dejara esa mierda y ya –. ¿Una patata batería?

James se levantó de su asiento, alzo su mano al aire señalando al cielo y entonces gritó -. ¡UNA MAQUINA QUE HAGA CRECER LOS PECHOS! –Silencio. Todas las personas que en ese momento estaban en la cafetería lo estaban mirando, algunas riéndose y otras murmurando entre sí. Menudo idiota tengo como amigo.

-James, yo no -Me interrumpió señalándome, para después señalar a Megan -. ¡Y que ella sea la primera en probarlo! – Comencé a reír a carcajadas, para que después lo único que viera fuera un James molido a golpes, sin arrepentirse de nada, por supuesto, y una Megan molesta.

Adam se encogió de hombros-. Yo decidí hacer unas pulseras multiusos, no sé cómo vaya a hacerlas, aún tengo 2 meses para pensarlo.

Megan se sentó junto a mí y apoyo su cabeza en su mano-. Yo voy a hacer hologramas, es lo más sencillo que encontré – Soltó una risita mientras yo simplemente suspire y comencé a morder ligeramente la parte de atrás de mi bolígrafo, tenía que pensar en algo.

Algo genial.

Algo que nadie más haya intentado hacer en una feria de ciencias normal.

Algo que me salvara.

Algo que le cerrara la boca a mi estúpida profesora.

Algo que no fuera el frijolito de mierda de Megan.

Algo

Me levante de un salto, mientras con mis dos manos golpee la mesa, asustando a mis amigos y haciendo que James se atragantara con su bebida –. ¡Una máquina para viajar entre dimensiones! – Megan me miro desconcertada, Adam con una cara que expresaba incredulidad pura y James seguía tosiendo y escupiendo jugo de frutas. -.Y. ¿Cómo planeas hacer eso? – Adam seguía sin creerse lo que estaba diciendo, simplemente me miraba junto a Megan mientras yo guardaba mis cosas con rapidez -. No sé ni me importa – Sonreí al momento en que sonó la campana y cargue mi mochila -. Pero aún tengo dos meses, ¿no? – Y con la misma sonrisa que iluminaba mi rostro, me aleje a la salida, ante las miradas desconcertadas de mis amigos. Estos dos meses serian largos.