Disclaimer: Shaman King y sus personajes son propiedad de Hiroyuki Takei. Pero, los molestos profesores que aparecen en este fanfic, sí son míos.



Libros Tontos

Por Selesme Cari

Capítulo 1

"Y la maestra se enojó"

Piernas entumidas, parloteó poco interesante del profesor en turno, esfuerzo para mantener la concentración, esas son las tres situaciones con las que diariamente un estudiante promedio suele lidiar. Aquella clase no era la excepción, la mayoría de los alumnos —por no decir que todos— tenían otras preocupaciones e intereses que poca relación guardaban con las materias escolares.

Estaban en segundo año, a mitad del semestre y próximos a presentar exámenes bimestrales. Sin embargo, eso no les inquietaba mucho. Las clases eran tediosas y los profesores insoportables… en opinión de más de un alumno de ese grupo, sus profesores podrían competir entre ellos para ganar el premio a la personalidad más extravagante y molesta.

Intentar soportarlos era su tarea de todos los días, aunque no la primordial. La primordial era soportarse como compañeros, socializar, amigarse… ¿Y sobrevivir a enamorarse? Imposible evitar el surgimiento de sentimientos, ya sea de amor, de odio o de cualquier tipo, la convivencia diaria terminó generando inesperadas consecuencias.

—Y con esto concluyo la explicación sobre el auxiliar Would—dijo la hermosa profesora, mientras asentaba la tiza sobre el escritorio. Peculiarmente, ella además de ser la de mayor atractivo, era también la más ordinaria de entre todos los profesores y profesoras que les impartían clase—. ¿Alguna duda? —preguntó girándose hacia sus alumnos.

— ¡No! –dijeron en coro los jóvenes.

—Ahhh… –suspiró Yoh Asakura, era medio día y aún faltaban dos clases más.

— ¿Algún voluntario para realizar un ejemplo?—preguntó la profesora en voz alta.

Todos se miraron unos a otros, temerosos. Era la clase de inglés, clase que no gustaba a muchos.

— ¡Yo, yo, yo! —Manta Oyamada se levantó de puntitas y al mismo tiempo alzó la mano.

La maestra ni caso le hizo. Manta siempre era el que se ofrecía a participar y en esta ocasión debía ser alguien más.

— ¿No hay ningún voluntario? Bien, tendré que elegir —dijo mientras lanzaba una mirada analizadora a cada uno de los chicos del salón.

Yoh tenía el rostro apoyado sobre la palma derecha, la clase de inglés se le hacía un completo fastidio… ¡Todas las clases le eran un fastidio!

—Será… la señorita Tamamura —dijo finalmente, después de contemplar a cada alumno.

La pobre Tamao Tamamura se puso muy roja, se levantó mecánicamente de su asiento y caminó hacia el pizarrón.

—Borre la pizarra, por favor —le indicó la maestra

—S-sí —tartamudeó la jovencita.

—Ahhh… —otro suspiro más por parte de Yoh. ¿Cuánto faltaba para que terminara la clase?

—Señorita Kyouyama, díctele una oración a la señorita Tamamura.

¿Kyouyama dijo? ¡Así ya cambiaba la cosa! De repente la clase le comenzó a ser interesante.

La vio ponerse de pie con elegancia natural. Ella hacía lucir al uniforme escolar como la más fina vestimenta que existiese.

Sus rubios cabellos sueltos caían graciosamente sobre sus hombros. Sus ojos negros se posaron sobre la tímida Tamao que apretaba entre sus manos la tiza.

Para Yoh ya no había nadie más en el salón, sólo ella: Anna Kyouyama.

La rubia abrió los labios y su suave pero imponente voz quedó grabada en Yoh. No importase lo que estuviera diciendo, lo único importante era que la estaba escuchando… su voz, esa voz tan angelical que lo hacía soñar.

—Muy bien señorita Tamamura, puede sentarse.

Tamao caminó a su asiento, aún se mostraba nerviosa. No le agradaba ser el centro de atención.

— ¿Quién más? —la maestra volvió a mirarlos.

Yoh seguía con la mirada —y toda su atención— clavada en Anna.

— ¡ASAKURA! —gritó la profesora.

Hao Asakura —el hermano gemelo de Yoh— se puso violentamente de pie. El grito de la profesora lo sobresaltó. Él había aprovechado que todos prestaban atención a Tamao, para acercarse a cierto chico inglés sentado a lado suyo.

Lyzerg Diethel estaba muy sonrojado… seguramente la profesora se había percatado de donde estaba la mano del gemelo mayor.

Y es que Hao tenía atrevidamente —para el gusto del inglés— la mano derecha sobre su inglesa pierna. ¡Afortunadamente con el grito de la maestra la había alejado!

— ¿Sí, maestra? —preguntó nervioso Hao.

— ¡Usted, no! ¡Hablé a su hermano Yoh! —dijo hastiada la maestra.

Todos miraron hacia Yoh, él ni se había dado por enterado.

— ¡Yoh! —le dio un codazo Horo Horo, sentado a su izquierda.

— ¿Qué pasa? ¿Ya terminó la clase? —preguntó distraído el menor de los gemelos Asakura.

Sus compañeros lanzaron una risita burlona.

— ¡Pase al pizarrón! —le ordenó la profesora de mal humor.

— ¿Yo? Eh… —Yoh tragó saliva.

Con nerviosismo se levantó de su asiento y caminó hacia la pizarra. Hao suspiró aliviado y le lanzó una sonrisa coqueta a Lyzerg, pero éste prefirió ignorarlo.

—Bueno, ya que el joven Asakura Hao se ha ofrecido… él le dictara una oración —indicó la maestra.

— ¿Ofrecerme? ¿Cuándo hice eso? —reprochó Hao.

— ¡Díctele una oración! —insistió con brusquedad, la profesora.

Hao rezongó, pero no le quedó de otra.

—Eh… ¿Qué tema estamos viendo? —preguntó distraídamente mientras revisaba sus apuntes.

—El auxiliar Would… —le señaló Matty Matisse desde su asiento.

— ¡Es verdad! —sonrió Hao despreocupadamente—.Una oración… ¿cuál será?

—De prisa —lo apuró la maestra.

Hao miraba a todos lados, buscando inspiración para que se le ocurriera una oración. Todos sus compañeros lo miraban, algunos con burla, otros a la expectativa. Pero, había alguien que ni lo miraba, sólo tenía la mirada fija en una libreta:

"Lyzerg…"-pensó Hao viéndolo fijamente.

—"Yo desearía que el inglesito aceptara cumplir todas mis peticiones…" —dijo Hao en voz baja, pero lo suficientemente audible para todo el salón.

Lyzerg se puso muy rojo y hundió el rostro en la libreta. Hao tardó en darse cuenta de lo que acababa de decir, pero en cuanto se dio por enterado… ¡se puso igual de rojo que Lyzerg!

—Escriba —le mandó la maestra a Yoh.

— ¡Esa no era la oración! ¡Sólo pensé en voz alta! —gritó Hao muy sonrojado.

— ¡Pero muy alta! —rió Horo, haciendo énfasis en la palabra "muy".

Yoh tomó la tiza… miró fijamente el pizarrón y después de varios segundos, se giró hacía la maestra:

— ¿Qué es lo que tengo que hacer? —preguntó sonriendo nerviosamente.

Todos se fueron —literalmente—de espaldas.

—Pasar al inglés la oración… —murmuró Tamao, tratando de retomar la compostura.

— ¿Al inglés? ¿A Lyzerg? ¿A él le tengo que pasar la oración? ¡Pero si la escuchó perfectamente! Hao está a lado de él, así que tuvo que haberlo escuchado muy bien ¿verdad, Lyzerg?

El sonrojo de Lyzerg aumentó, aunque su rostro seguía hundido en la libreta y no podía verse.

— ¡Se refiere a que traduzcas esa oración al idioma inglés! —gritó exasperado Hao.

—Ah… ¿Y cómo se hace eso? —soltó Yoh con una gotita de sudor.

Una enorme vena apareció en la frente de la profesora, mientras que miles de murmullos brotaban en el salón.

— ¡SUFICIENTE! —gritó la profesora.

Todos guardaron silencio. Una de las características de esa profesora —a pesar de ser la menos extravagante de sus profesores— era su falta de paciencia.

—Este viernes les aplicaré un examen.

— ¡¿Examen?!

—Sí, para comprobar si es cierto que van junto conmigo. ¿De qué sirve que avance en los temas si no todos le han entendido? Sólo harán retroceder… pero no importa, si hay que retroceder por alguien —miró a Yoh— habrá que hacerlo.

— ¡¿Pero un examen?! ¡No! —se quejó Horo Horo.

— ¿Por qué no, señor Usui? Se supone que todos van igual de avanzados. Además, que recuerde, usted ha asistido a todas mis clases y nunca ha dicho tener alguna duda.

—Bueno, sí, pero…

—Hasta el viernes. Y prepárense para el examen.

— ¡Profesora! —la llamó Marion Phauna.

— ¿Qué sucede? —se detuvo fastidiada.

—Los bimestrales comienzan la semana que viene… ¿Es muy necesario este examen? ¿No sería mejor esperar hasta la fecha que indica el calendario de exámenes?

—Tiene usted razón, esperemos hasta que el examen bimestral llegue y ya no haya oportunidad de salvar a nadie. Que repruebe el que tenga que reprobar.

— ¡No me refería a eso!

—De acuerdo. En ese caso, hagamos esto… —todo el salón la escuchó con atención —Este examen valdrá puntos sobre el examen bimestral. ¿Entendido?

Todos asintieron, la maestra salió del salón.

Un compañero gritó: "¡Linchen a Yoh!" y el pobre Yoh no tuvo más opción que salir corriendo.

Sus amigos lo vieron huir sin mostrar intención de ayudarle, esta vez se lo merecía por andar siempre distraído.

No, la convivencia y tolerancia no era cosa fácil. Pero mantener una amistad y resistir al amor, era aún más difícil.

Continuará...



N/A: Este fanfic es una comedia romántica sencillita, aunque cargada de muchas complicaciones y malos entendidos. ¡El objetivo principal de los personajes de esta historia será pasar el curso!

Sobre el capítulo: ¡Hao a la escuela se va a estudiar! ¡Y lo mismo le digo a Yoh! ¡Gemelos tenían que ser!

Este primer capítulo (como habrán notado los que ya lo habían leído hace algunos años) ha sido editado. Le agregué algunas cosas al inicio y al final, porque después de leerlo varias veces (¡intentaba retomar el hilo de la historia, que con el transcurso de los años perdí!) me di cuenta de lo débil e incompleto que estaba. Esperaré comentarios acerca de qué les pareció el cambio

¡Hasta el próximo capítulo!