-Este fanfic contiene múltiples protagonistas: Midoriya, Todoroki, Uraraka, Iida, Bakugou, Shinso, Asui y Kirishima.

-Posibles spoilers de la historia original.

-Este fanfic podría rozar temas serios y sensibles.

-Actualización: Domingos de la 1a, 2a y 4a semana de cada mes.

-Los personajes y los fanarts no son míos, pertenecen a sus respectivos creadores.


Hay muchas maneras de definir la vida escolar de alguien: puede ser extrovertida, conocida y popular, tranquila, relajada y amistosa, ocupada y energética, desocupada y perezosa, más o menos social, más o menos disfrutable. Al final, por más que los últimos años sean los peores, los más exhaustivos, los que más pereza te dan, los que más te cansan, te agotan, te vacían y carcomen, el 95% de las personas realmente acaba disfrutándolos: las celebraciones de los cumpleaños, las conversaciones ilícitas con los amigos en mitad de una aburrida asignatura, las tonterías del payaso de la clase que era tan idiota en sus catorce (y dieciséis), las fiestas de final de curso, las excursiones a sitios chulos, las mil y una anécdotas que se van acumulando con el paso del tiempo, las sesiones de estudio que terminaban en ver vídeos de Youtube, las risas, e incluso las lágrimas también. Todo el esfuerzo realizado termina convirtiéndose en algo fructuoso para la gran mayoría de personas que, cuando acudían cada mañana a clase, afirmaban que estudiar e ir al colegio era una auténtica pérdida de tiempo. Aunque eso es la "mayoría".

¿Pero qué pasa con aquellos que no tienen buenos recuerdos de sus días escolares? ¿Aquellos que nunca han llegado a tener nada de lo mencionado anteriormente? Ese pequeño 5%, que a veces resulta ser más mayor de lo que aparenta, puede estar escondido en el corazón de cualquier persona que ves por la calle. Alguien que fue acosado por bullying. Alguien que era incapaz de estudiar y concentrarse, convirtiéndose en el hazmerreír de profesores y compañeros. Alguien que no encajaba. Alguien que, simplemente, sabía lo que era vivir un infierno día tras día, arrastrando ese sentimiento de pesadez consigo mismo hasta el día de hoy, o algunos otros que ni siquiera pudieron soportar la presión y terminaron rindiéndose.

Siempre se suele pensar que lo que empieza de una manera, ya no puede cambiar ni tomar otra dirección, obligada a dirigirse hacia un previsible final, sin cambios, sin sorpresas. Pero lo que pocas veces se dice es que, hasta el pequeño aleteo de una mariposa puede provocar un tifón al otro lado del mundo. No importa qué tan diminuta sea una acción. Ésta puede llegar a desencadenar un sinfín de cambios inimaginables.


Hay muchas maneras de definir la vida escolar de alguien: puede ser extrovertida, conocida y popular, tranquila, relajada y amistosa, ocupada y energética, desocupada y perezosa, más o menos social, más o menos disfrutable. Al final, por más que los últimos años sean los peores, los más exhaustivos, los que más pereza te dan, los que más te cansan, te agotan, te vacían y carcomen, el 95% de las personas realmente acaba disfrutándolos: las celebraciones de los cumpleaños, las conversaciones ilícitas con los amigos en mitad de una aburrida asignatura, las tonterías del payaso de la clase que era tan idiota en sus catorce (y dieciséis), las fiestas de final de curso, las excursiones a sitios chulos, las mil y una anécdotas que se van acumulando con el paso del tiempo, las sesiones de estudio que terminaban en ver vídeos de Youtube, las risas, e incluso las lágrimas también. Todo el esfuerzo realizado termina convirtiéndose en algo fructuoso para la gran mayoría de personas que, cuando acudían cada mañana a clase, afirmaban que estudiar e ir al colegio era una auténtica pérdida de tiempo. Aunque eso es la "mayoría".

¿Pero qué pasa con aquellos que no tienen buenos recuerdos de sus días escolares? ¿Aquellos que nunca han llegado a tener nada de lo mencionado anteriormente? Ese pequeño 5%, que a veces resulta ser más mayor de lo que aparenta, puede estar escondido en el corazón de cualquier persona que ves por la calle. Alguien que fue acosado por bullying. Alguien que era incapaz de estudiar y concentrarse, convirtiéndose en el hazmerreír de profesores y compañeros. Alguien que no encajaba. Alguien que, simplemente, sabía lo que era vivir un infierno día tras día, arrastrando ese sentimiento de pesadez consigo mismo hasta el día de hoy, o algunos otros que ni siquiera pudieron soportar la presión y terminaron rindiéndose.

Siempre se suele pensar que lo que empieza de una manera, ya no puede cambiar ni tomar otra dirección, obligada a dirigirse hacia un previsible final, sin cambios, sin sorpresas. Pero lo que pocas veces se dice es que, hasta el pequeño aleteo de una mariposa puede provocar un tifón al otro lado del mundo. No importa qué tan diminuta sea una acción. Ésta puede llegar a desencadenar un sinfín de cambios inimaginables.


Lunes, 4 de Noviembre de 2017, 8:02 a.m

Hoy es un Lunes común, sin nada fuera de lo normal. Mina y Toru conversan sobre tips de maquillaje y cuentas de Instagram de tíos buenos en el fondo del aula, Tenya escribe la fecha y las asignaturas del día en la pizarra y Yuga abre la ventana de clase, dejando entrar una fría brisa que molesta a Kyoka, quién "amablemente" le pide que la cierre de nuevo. Las primeras asignaturas antes de bajar al patio son Japonés, Artes y Optativa 1. Materias suaves para empezar el que es considerado el peor día de la semana.

—¡Buenos días!—Uraraka saluda al panorama general del aula, con una sonrisa en el rostro y un tono de voz bastante optimista, considerando la hora que es.

—Buenos días.—desde su sitio, Tsuyu le dedica una respuesta, devolviéndole el gesto a su amiga. Ochaco se dirige hacia su asiento mientras descuelga su mochila.—¿Pudiste resolver el problema de matemáticas, Ochaco-chan?

Mientras tanto, Midoriya Izuku está sentado en su sitio, con la cabeza escondida entre los brazos, observando de reojo con sus grandes ojos las escenas que suceden enfrente de él. Al sentarse en primera fila, no hay mucho que ver: solo a Iida terminando la tarea que él mismo se ha auto-impuesto como delegado de la clase, a Aoyama insistiendo con dejar abierta una ventana y al resto de compañeros entrando. Dada la hora que es, solo faltan cuatro gatos para que esté todo el mundo presente.

Todos hablan, ríen o conversan con alguien más. Excepto Midoriya Izuku, el pringado de la clase 1-A, el chico que a dos meses de haber empezado el curso aún no tiene amigos en su clase y que siempre tiene la cabeza metida en los cómics de superheroes. Y es que mientras Kaminari y Kirishima juegan al pilla-pilla en el aula, o Momo y Kyoka mantienen conversaciones triviales sobre lo que comieron ayer, él siempre está con la mirada pegada a las páginas de algún tomo, principalmente de alguno de la larga colección de All Might, quién es su superhéroe favorito y el mayor ídolo que tuvo en su infancia. Él siempre está apartado de cualquier interacción social. Él nunca es preguntado por ningún tema especial, ni tampoco es buscado nunca por nadie. De hecho, es muy probable que haya compañeros que a veces no recuerden ni su nombre.

Toda esta situación fue desencadenada por varios hechos ocurridos a comienzos del curso: primero, le habría gustado sentarse por la zona del fondo, pero dada su lentitud para llegar al aula, tuvo que conformarse con un asiento de delante. Segundo, su auto-descripción en voz alta para el resto de compañeros fue pésima.

—¡Hola, yo soy Midoriya Izuku, y me gustan los cómics y las películas de superheroes!—estuvo pensando durante dos minutos enteros qué palabras exactas decir, llegando a este simpático resultado. Pero al final, lo que realmente dijo fue esto:

—Yo soy Izuku, eh, Midoriya Izuku, y me gusta All Might.

Y encima se quedó cuatro segundos de más de pie, sin añadir nada más. El tartamudeo y los nervios lo echaron todo a perder.

Tercero, y este se le hace vergonzoso de recordar: a comienzos del curso el el tutor organizó una presentación mutua a través de preguntas que él redactó (el nombre de los padres, cumpleaños, color favorito, comida favorita, extraescolares, etc), entonces juntaba a dos alumnos para que se preguntaran mutuamente. A Midoriya le tocó ir con Yuga Aoyama, quién aunque fue simpático con Izuku en ese momento, no le dejó decir nada al peliverde sobre él y terminó distrayéndose con Mina Ashido, haciendo migas con ella en vez de con su compañero. Penoso.

Y la última y más importante: la hora del recreo. La primera hora de patio en un instituto siempre es tensa para los de primer curso. Sin embargo, sabiendo que los temores eran compartidos, hubo bastante gente que durante esa media hora decidió hacer un pequeño grupito: nada fue planeado con antelación, simplemente las personas empezaron a sentarse en unos bancos, y de esa manera, todos iban hablando, perdiendo la vergüenza y conociendo más de los demás. Al final, un corrillo con alumnos mezclados de distintas clases de primero se formó, y Midoriya formaba parte de ellos. Pero él no hablaba, ni se metía en la conversación, ni sentía interés alguno en lo que estaban contando. Así que terminó marchándose al lavabo, estresado, y jugó los seis minutos restantes que faltaban de recreo al Geometry Dash.

Desde entonces, Midoriya ha evitado el contacto con sus compañeros, viendo que todos ya tenían por lo menos a alguien de confianza a su lado, auto-destruyendo sus expectativas de formar amistad con alguien antes de intentarlo.

Izuku piensa que nunca podría ser como Momo Yaoyorozu, la delegada de clase que es amable con todos y que es talentosa en múltiples ámbitos, como Eijiro Kirishima, extrovertido y simpático, o como Shoto Todoroki, inteligente, servicial y popular. Ellos son el tipo de personas de las que siente envidia, porque casi es como si no tuvieran que hacer ningún esfuerzo para conectar con los demás.

—Buenos días.—cuando el profesor de Japonés entra por la puerta del aula, todos regresan a sus sitios. Aunque el profesor cierra la entrada a la clase, alguien más accede a la sala justo después de él. Midoriya esconde su rostro contra la mesa.—Llegas tarde, Bakugou. Ya son y cinco.

—Lo siento, me he despistado.—disculpándose con unas no muy sinceras palabras, Bakugou camina hacia su sitio, sitúado en la penúltima fila, al lado de la ventana.

—¿Estabas con Toga-chan, Bakugou?—le susurra Kaminari con una voz pícara mientras el rubio deja sus cosas en el pupitre.

—¿Otra vez llegas tarde por haber estado haciendo cositas con tu novia?—continúa Kirishima, haciendo unos morritos exagerados con sus labios.

—Callaos, no preguntéis lo que ya sabéis.—cortante como siempre, Katsuki cierra la conversación con esa seca contestación. Desabrocha la cremallera de su sudadera gris, y con total tranquilidad, va a los percheros para colgar la prenda, ignorando el hecho de que el profesor espera a que tome asiento para iniciar la clase.

—Te encantaría que en vez de ir a la D fuera tu compañera de clase, ¿no?—Eijiro sigue molestándolo con el tema, ignorando la rudeza de Katsuki al contestarle. Mientras tanto, el profesor

ya ha empezado la asignatura.

—¿Qué dices? Así está bien.—el rubio se cruza de piernas y brazos, y su mirada se dirige al exterior

que hay más allá de la ventana del aula.—Que pesados.—murmura.

Y así es hasta que llega la hora del patio.

Aunque él sea el rarito de la clase, Midoriya sí que tiene un amigo: su nombre es Shinso Hitoshi, y también va a primero, pero está en la clase C, por lo que solo puede hablar con él en los recreos, algún intervalo en el que deben cambiar de aula, en la asignatura de Música y unas pocas veces cuando al finalizar el horario lectivo marchan a casa y deciden ir juntos (sus hogares quedan en direcciones opuestas, por lo que eso solo es factible cuando Shinso va a comer a casa de sus abuelos). La principal razón por la que son amigos es una bastante simple: comparten la misma afición por los superheroes. Y por la forma en la que se conocieron, cualquiera diría que fue obra del destino.

—¡¿Alguien sabe dónde está el taller de tecnología?!—Aquel día era la primera vez que bajaban al taller, y Ashido, Minoru, Hanta y Midoriya eran los únicos que no se habían enterado de que no debían subir a clase sino ir al lugar indicado directamente. Ninguno de los cuatro sabía donde quedaba la estancia, así que se sumergieron en el pasillo repleto de alumnos para buscar y preguntar. Mina era la que más se atrevía a alzar la voz, aunque nadie parecía hacerle caso.

—¿¡No hay alguna chica guapa que me quiera ayudar!?

—No gritéis tanto o haréis que me entren ganas de no conoceros.—Sero trataba de calmar a las dos bandas con un comentario hiriente que no iba enserio.

—¡Ah, ahí hay un profe! ¡Vamos a preguntar!—ignorando al chico, Ashido salió corriendo como una flecha en dirección al maestro. Mineta la siguió enseguida, y al cabo de pocos segundos, Sero había sido engullido también por los alumnos. Midoriya se vio solo entre la multitud, con tan solo un cómic entre sus manos (el cuál había estado leyendo durante el recreo).

De repente, tres alumnos más grandes un tanto asalvajados pasaron por su lado, pisándolo y empujándolo. Su cuerpo perdió el equilibrio, y tuvo que extender sus brazos para poder quedar de pie. Eso significó soltar su preciado cómic, y por un momento, Midoriya pudo ver su núm. 47 de All Might pisado y con la portada rota por alguien del pasillo. El pánico por perder de nuevo otro cómic lo invadió al instante, y trató de agazaparse para recogerlo, pero las puntas de sus pies no pudieron aguantar todo el peso de su cuerpo, cayendo de rodillas.

—(Por dios.)—notó como el calor se le subía al rostro y las lágrimas empezaban a asomar por sus ojos.—(Que la tierra me trague. Ahora mismo.)

Justo cuando alargó su brazo para recoger el tomo caído, vio que ya había una mano agarrándolo, una un tanto más grande que la suya y que se levantaba lentamente. Izuku elevó su mirada al mismo ritmo, y lo que vio fue el rostro de un chico de irises violetas, bolsas oscuras bajo los ojos y un extravagante peinado de color índigo, con una mueca seria pero amable en su rostro. Vestía una remera blanca, con el cuello y las mangas azules, pantalones tejanos levemente cagados y zapatillas deportivas de color azul oscuro y blanco. A Izuku le sonaba haberlo visto con los de primero el día de la inauguración del curso. Aún así, fuera quién fuera, el aura que emanaba era la de alguien cerrado y taciturno.

—(...)—su mente se quedó en blanco, sin saber como reaccionar. El misterioso chico extendió el cómic, ofreciéndoselo a Midoriya.

—¿Esto es tuyo?—preguntó; su voz era grave, profunda y madura, bastante más de lo que podía parecer por su físico, sorprendiendo un tanto a Izuku. Él solo se limitó a asentir y recuperar lo que era suyo.—¿Te gustan los cómics?

—Ah... Sí.—tras esa pregunta, Midoriya gira su cabeza para mirar a otro lado, sin atreverse a levantarse del suelo. ¿Qué hará este chico ahora? ¿Se reirá de él? ¿Lo empujará? El joven de aspecto reservado asoma un poco su cabeza.

—"Serie All Might: La caída de Soga Kugizaki". Hm... ¿Es el tomo 46?—sus ojos ahora pasaron a mirar a los de Izuku, quién le regresó la mirada, pasmado y boquiabierto. Por primera vez en su estancia en el instituto, el color verde de sus ojos se veía brillante y reluciente.

—No... Es el 47.—su voz tampoco sonó tan apagada como antes.—(Aún así, casi adivina el número del volumen. ¿No me digas que a él también...?)

—Ah, es verdad. El 46 era "El escape de All Might".—el chico le ofreció una mano a Midoriya.—Me llamo Shinso Hitoshi. Vas a primero, ¿verdad?

—Sí.—Izuku correspondió el gesto de amabilidad de su compañero, levantándose del suelo.—Yo soy Midoriya Izuku, voy a 1-A.

—Yo a 1-C. Entonces, ¿cuántos tomos tienes de esta colección?—el rostro de Shinso se iba aplacando, convirtiendo su mirada en una expresión cordial e incluso amigable.

—¡107!—por otro lado, Midoriya empezó a hablar con gran entusiasmo.

—Esos son muchos. Yo solo tengo 28, y gracias.

—Bueno, yo es que los llevo coleccionando desde los cinco años. Siempre me han gustado las historias de superheroes, sobretodo las de All Might.—un ligero rubor decoraba las mejillas de Midoriya, quién su cerebro aún no procesaba aquella agradable coincidencia.—Ahora me la estoy re-leyendo.

—Guay.

Su encuentro con Hitoshi le había hecho olvidar que su principal objetivo ahora no era otro más que llegar al taller de tecnología. Ya se le hacía tarde cuando estaba con Mina, Sero y Mineta, y tras conocer a Hitoshi iba aún más justo de tiempo que antes.

—Ah, por cierto, ¿sabes dónde está el aula de tecnología?—Hitoshi se quedó pensativo durante un segundo y medio, tratando de hacer memoria.

—Está en la planta de abajo, al lado de las clases de música y literatura. Tiene un rótulo en la puerta.—Shinso sonrió levemente, y Midoriya le devolvió el gesto, agradecido.

—¡Gracias! Tengo que ir para allí.—empezó a ponerse en marcha, despidiéndose de Shinso con la mano.

—Claro, hablaremos en otro momento.—Hitoshi le devolvió el gesto, y se marchó también hacia su clase.

Para cuando llegó al taller, Mina, Sero y Mineta ya estaban ahí junto al resto de compañeros, y el maestro le echó la bronca por irresponsable y por no haberle escuchado cuando tocaba. Y pese a que eso avergonzó todavía más a Izuku, se sintió aliviado de haber conocido a Shinso. Ya había pasado una semana del curso, y hasta entonces, él no había intercambiado ninguna frase con nadie. Aunque parecía que Midoriya y Hitoshi solo iban a mantener una conversación y no volverían a hablar hasta al cabo de unas semanas por alguna razón estúpida como los deberes o algún examen, al día siguiente Shinso fue al aula A a esperar a Izuku para pasar el recreo juntos. Y fue divertido: estuvieron la media hora entera hablando de cómics y de sus héroes y villanos favoritos.

Hoy no es una excepción: Shinso lo espera fuera de la clase, con la espalda pegada a la pared y los dedos entrelazados en su lumbar.

—Shinso.—Midoriya eleva su mano, como señal de salutación.

—¿Vamos al lugar de siempre?—el pecoso asiente a la proposición de su amigo. Con "el lugar de siempre" se refiere a una zona cercana a la azotea del instituto. Siendo que la gran mayoría de alumnos pasan el recreo en el patio, allí siempre están solos y tranquilos.

Al ser ya noviembre, el invierno se aproxima a pasos cada vez más agigantados, trayendo consigo el frío y el viento. Por mala suerte, en la zona donde viven no siempre nieva, provocando que los años sin nieve se sientan algo vacíos y faltos de espíritu navideño.

—¿Leíste ayer el nuevo capítulo de "Súper-Sirius y el zafiro de la profundidad"?—Midoriya es el que inicia la conversación, con la amigable voz que usualmente emplea con Shinso. Es muy probable que, si uno de sus compañeros de clase lo escuchara ahora, se llevaría las manos a la boca de la sorpresa.

—Quería leerlo online ayer, pero aunque esperé hasta las once de la noche no salió.—Hitoshi se encoge de hombros de forma automática. Izuku, quién se ha llevado consigo tres tomos de cómic, le muestra uno a su amigo con una sonrisa en el rostro.

—¡Tadá! Tomo 4: "El pasado del capitán Selkie".—en la portada aparece dibujada una chica de cabello celeste y ojos azules y grandes, vistiendo un uniforme marinero bastante característico y único. La heroína aparece con el puño elevado, observando con una sonrisa al lector, y debajo de ella yacen arremolinadas corrientes marinas. Además, Sirius no es la única persona: detrás de ella, un gran y robusto humanoide, mezcla de humano y foca y vestido con un traje de buceo ajustado de color azul oscuro está de espaldas al lector, mirando a la chica de reojo.

Los ojos de Hitoshi se abren como platos, y pasa a observar fijamente la portada.

—¿Te lo compraste ayer?—el peliverde asiente al chico indigo.—Que envidia me llegas a dar, Midoriya. Tienes un montón de cómics a papel.

—Mi madre me los compra desde que soy pequeño, así que es un gasto asumido en mi casa desde hace tiempo. Pero uso toda mi paga en esto, no te creas.

—¿Y qué, ya lo has leído? Lo tienes desde la mañana de ayer, ¿no?—hay un quiosco que Midoriya y Shinso van a mirar juntos de vez en cuando. Ahí siempre llegan los nuevos volúmenes de cómics cuando salen.

Izuku niega con la cabeza.

—Aún no. No he visto absolutamente nada.—abre la primera página.

—¿Qué?—una sonrisa se escapa por los labios de Shinso.

—Ya me pensaba que no lo comprarías, así que se me ocurrió que podía ser una buena sorpresa si lo leíamos ahora juntos.—el pecoso se apoya en la pared, con el cómic entre sus manos.—¿Te sientas aquí?—golpetea el hueco que hay a su lado con la mano. Shinso tan solo asiente, sin decir nada más, aunque con un mismo pensamiento rodándole por la cabeza.

—(Que buena persona.) —toma asiento al lado de su amigo, y cuando ya están los dos preparados, empiezan la lectura.

Pese a ser un cómic relativamente nuevo, "Súper-Sirius y el zafiro de la profundidad", acortado como "SS", está siendo bastante aclamado, tanto por los medios como por los fans. La historia tira por un punto nostálgico, haciéndose similar a las antiguas historias de superheroes, pero sin quedarse estancado en el pasado. Además de eso, la personalidad de Sirius la convierte en un increíble personaje que es amado por todos los fanáticos, y que, seguramente, dentro de un tiempo entrará en el grupo de los héroes más populares, especialmente si le terminan haciendo una adaptación cinematográfica.

—Sirius se ve mucho más guapa en papel que en digital.—comenta Hitoshi mientras leen. La página en la que están muestra a Sirius de rodillas para arriba, con un coloreado fino y delicado, acorde para la escena suave en la que se encuentran ahora (una conversación entre ella y el capitán en el barco del equipo).

—¿E-enserio lo crees?—Midoriya se sonroja ante el comentario de Hitoshi.

—Sí. Se nota la diferencia de calidad.—Shinso pasa la hoja.—¿Qué te pasa que pones esa cara de repente?

—Es que... Verás.—empieza a decir.—Creo... Creo que estoy enamorado de Sirius.—confiesa el tímido chico, cerrando un puño encima de su corazón. A Hitoshi se le escapa un poco la risa.

El sonido de una notificación suena, y Shinso dirige la mano hacia el bolsillo, sacando su teléfono.

—Perdón, es de Instagram.—el gesto de Hitoshi cambia de uno neutro a una mueca de disgusto.—Joder.

—¿Qué pasa?—por momentos, a Izuku le entra el miedo de que alguien esté acosando a su mejor amigo.

—Nada, es solo Hatsume. Desde que le dijo a Himiko que me etiquetara en una imagen donde sale ella con un disfraz malísimo de caperucita roja no paran de llegarme todos los comentarios de las fotos al móvil.—le muestra su aparato a Izuku, quién observa atentamente la foto que Hitoshi ha mencionado. Mei Hatsume aparece disfrazada con una túnica rosa con capucha de orejas de gato, top, minifaldas, medias oscuras y una gigantesca sonrisa en su cara. Sí, el disfraz no es muy bueno, de hecho, ni siquiera es rojo, aunque le pega.—Por alguna razón siento que le da un toque otaku a todo lo que hace, y eso no le sale siempre bien, la verdad.

Midoriya se fija en el nombre de la cuenta que ha publicado la imagen: "togahimiko_7/9". En el avatar aparece el selfie de una chica de cabellos rubios recogidos desordenadamente en dos moños, mejillas sonrosadas y sonrisa mostrando colmillos. La reconoce enseguida. Cualquiera que vive por la zona lo haría.

—¿Esta es la novia de Bakugou?—señala la pequeña imagen situada al lado del usuario.

—Sí, Himiko Toga. Es bastante popular en Instagram, tiene un buen número de seguidores.—Shinso pulsa encima del nombre de la cuenta, accediendo al perfil de Toga. El número "2374" alumbra la vista de Izuku. Sí, es un número bastante amplio de seguidores.—Midoriya, tú no tienes Insta, ¿verdad?

—No, ni quiero tener.—responde enseguida.—No me gusta hacerme fotos.

—Al parecer este Viernes pasado se organizó una fiesta bastante potente de Halloween. La gente fue a la casa de un niño rico bastante popular de por aquí con sus disfraces para bailar y beber hasta pasada la madrugada.—Midoriya arquea las cejas, con un claro disgusto en su cara. ¿Quién narices encuentra "divertido" llenarse de alcohol hasta las venas y dormir tirado en algún rincón de una casa ajena?—Solo viendo la cantidad de galerías de fotos que Himiko ha colgado en su cuenta demuestra que fue un éxito.

—Bueno, pues bien por ellos.—contesta con desgana.

Shinso mira a su amigo, con una mezcla de preocupación y comprensión.

—¿No tienes al menos un poco de curiosidad por saber qué se siente estar en un lugar así?—pregunta cuidadosamente.

—Es mucha gente y parece estresante. Ni pensarlo.—Izuku habla rápido, como si se tratara de un tema de conversación del que le incomoda hablar.—Además, alcohol, ugh... Y ni siquiera tengo disfraces para Halloween.

De forma inconsciente, Midoriya se ha abrazado al cómic de Sirius, además de que, sin quererlo, su cuerpo se ha tensionado un poco, especialmente la zona de los hombros. Hitoshi observa el gesto de su amigo, pensativo.

—En realidad,—dice, rascándose el pelo—pienso igual que tú. Hatsume me insistió en ir, pero me quedé en mi casa jugando a la Play y viendo una película con mi madre.

—Jajajaja, ¿con tu madre? ¿Que visteis?

—Siempre a tu lado, Hachiko.

—No jodas.

—Acabamos los dos llorando.—suspira, recordando el momento.—Cuando mi padre nos vio a los dos de esa forma se asustó muchísimo por un momento.

Antes de que pudieran continuar con la lectura del cómic, la campana que indica el final del recreo empieza a sonar por todo el instituto. Algo golpea fuerte el pecho de Izuku. Matemáticas, inglés e historia. Ya casi lo tenía. Tres horas más y sería libre.


—¿Habéis entendido todo lo que hay de deberes?—Nemuri alza la voz para ser escuchada por sus alumnos. Justo después de que suene el último timbre del día todos empiezan a recoger como locos y a parlotear como cotorras, disfrutando al fin de la sensación de libertad al terminar las clases. Efectivamente, nadie le hace caso.—Bueno, lo tomaré como un sí.

—¡YO SÍ QUE LO HE ENTENDIDO PROFE!—Mineta es el único que decide contestar a la profesora, con un chillido descomunal y excitado.—¡LO HARÉ TODO PARA EL PRÓXIMO DÍA!

—Me alegro, Mineta. Es lo que toca.—ella contesta al alumno con una sonrisa fingida, y empieza a recoger sus cosas para abandonar cuanto antes el aula, con las mismas ganas que sus alumnos.

—Hey, hey, ¿has visto los nuevos tejanos que llevaba hoy?—comenta Mineta a Denki cuando Nemuri ya ha desaparecido por la puerta. El rubio ya se ha puesto la parca y está procediendo a colgar la mochila de su espalda.—Cada día es más sexy, tío.

—A veces eres asqueroso.—le responde Kaminari.—Yo de ti empezaría a recoger ya si no quieres ser el último en salir de clase.

—(Casa. Cómics. Casa. Cómics.)—con esos dos únicos pensamientos en mente, Izuku recoge su chaqueta y sale corriendo del aula, con la mochila botándole en la espalda. Shinso no irá a casa de sus abuelos hoy, así que tendrá que recorrer el camino de regreso solo. Le gustaría que no fuera así, pero este Lunes se le ha pasado eterno. ¿Lo peor? Que todavía faltan cuatro días más para que vuelva a ser fin de semana.

Cuando llega a casa suele seguir una rutina similar: primero calienta la comida que su madre le ha dejado por la mañana. Después se da una ducha, hace los deberes, estudia (si es algo urgente) y entonces enciende el ordenador de su habitación para navegar por Internet. Actualmente está registrado en un foro, "Your daily nerd hobby" (Tu hobby nerd diario), donde participa en conversaciones de la sección de "Superheroes", tanto en inglés como en castellano.

Mizuko_04

"En respuesta a Izu_Mido15: No entiendo la gente que destruye a Sirius: es un personaje bien construido."

"Di lo que quieras, pero no pienso ni pensaré nunca lo mismo que tú. Sirius buen personaje? Anda, anda, pero si es más tonta que todos sus fanboys juntos. Que me dices de la decisión que tomó en el capítulo 8, en el tomo 2? O sea, quién en su sano juicio mental habría hecho lo mismo que ella? Joder, y sus comentarios a veces me ponen de los putos nervios. Es que es un personaje estúpido. Y por lo que has dicho, se nota de lejos que eres un fanboy rata, que seguro que se lee este cómic solo porque la protagonista es una mujer más o menos pechugona y guapa (su diseño está bien, es lo único bueno que le encuentro) y si no lo eres, serás una feminazi que pone el cómic en un pedestal porque "la protagonista es una mujer fuerte" (aquí tampoco opino igual, es medio-inútil, y su retraso mental no ayuda.) Espero no te ofendas en exceso y empieces a lanzarme arena, niño rata."

—Tscht, ¡¿porque los haters siempre son así?! ¡¿Por qué tanto odio sin sentido hacia Sirius?! ¡Además, me ha llamado posser!—antes de que su mente reflexione, sus dedos ya están escribiendo una larga respuesta para el largo texto de Mizuko_04. Esta es la parte mala de los foros, y es que la arena a veces es inevitable. Y si alguien se mete con Midoriya de esta forma a través de YDNH, él siempre suele dar una contestación.

Al terminar de escribir, Izuku regresa al tablón principal del foro y descubre varios juegos de Halloween que organizaron algunos usuarios en temas específicos. Eso le recuerda a la gran cantidad de fotos de gente disfrazada que Shinso le mostró esa mañana en el patio. Gente que se divierte bailando, socializando y emborrachándose. O sea, populares.

Él no tiene Instagram, pero sabe como funciona. Una extraña tentación sacude su cuerpo, y abre una nueva pestaña en el navegador para acceder a la plataforma de fotos. En la barra de búsqueda escribe "Himiko".

—No recuerdo su usuario, pero quizás logro encontrar su cuenta...—afortunadamente, "togahimiko_7/9" es el primer resultado en aparecerse.

Entra en su perfil. Al igual que tiene un buen número de seguidores, el cuál ha aumentado un poco desde esa mañana, ella es muy conocida en el instituto principalmente por su excentricidad y su físico, y también porque es la novia de Kacchan, siendo los dos una de las parejas de 1o que más rápido se han formado, por detrás de Ojiro y Toru, de su clase, que aparentemente también están en una relación amorosa.

Midoriya no sabe si Toga es buena persona o no. Pero si se junta con Kacchan, hay dos opciones: la primera, es que ella es similar a él. Y la segunda, la cuál es la que más temor le produce, es que ella quizás podría pasarlo mal estando a su lado.

Himiko Toga

15 años

I ❤Cosplay

-Si te intereso, hablame ;3

-Saliendo con bakusatsou_katsuki. Te amo bb! ❤


Nota:

¡Hi! 3 Me presento, soy MissKirigiri, y éste es el primer capítulo de mi proyecto principal: "Nosotros."

Este primer capítulo no llega a ser ni una introducción del argumento principal, si no más bien la antesala de la historia, por así decirlo :3 ¿Te ha gustado? ¡Cualquier comentario constructivo es bien recibido!

Como ya he mencionado antes, este va a ser mi gran proyecto actual: subiré tres capítulos al mes, y mi plan principal es que la historia sea larga, muy larga - el argumento no solo va a girar entorno del TodoDeku. Habiendo un total de ocho protagonistas, dieciséis personajes secundarios (cada uno con sus momentos de aparición y mayor brillo) y todos los demás como personajes terciarios, aportando cada uno su granito de arena a la historia, éste fanfic va a hacer un Plus Ultra e ir más allá de la pareja principal (menuda referencia más mala asdf).

Si lo que buscas es un fanfic rápido en el que follen al segundo capítulo, sorry, pero aquí no lo encontrarás de mi broma. Las relaciones entre los personajes van a tomar mucho tiempo de construcción, y apenas habrá time skips. Además, tal y como dije en la nota del comienzo, he contado cuántos ships tengo planeados que aparezcan, y salen más de 30 (algunas son parejas formales, otras son crushes de una banda, otros son líos, etc.). No hace falta que seas multishipper, pero respeta las parejas que vayan apareciendo, sean chico/chica, chica/chica o chico/chico, por favor ^^.

Y respecto al ambiente de este fanfic, voy a resumirlo rápido para que no haya líos:

-Sistema escolar: Japón/medio inventado. Hay tres cursos de secundaria y después tres cursos de preparatoria, y aunque en los tres cursos de preparatoria ya debería contarse como Bachillerato (y por lo tanto, una clase de Ciencias, otra Humanística, etc) en este fanfic eso se decide en 2o año. Aún así, el centro escolar en el que estudian, el Instituto Yuuei, está basado principalmente en mi colegio (el cuál es de España) así que no se parece en nada a una preparatoria nipona.

-No hay kosei: pero sí que existen sus efectos. Las individualidades tal y como se ven en el manga y el anime no van a aparecer, en este mundo no hay poderes sobrenaturales, héroes o villanos, pero por ejemplo, Hagakure es invisible, Ojiro tiene cola, Tsuyu sigue siendo similar a una rana, etc. Eso es lo único fantasioso en la historia. Algunos héroes, como All Might, Sirius o Selkie, solo existen en la ficción del fanfic.

-Idioma y ubicación de la historia: ellos estudian Japonés, por lo que se da a entender que son de Japón. Sin embargo, el argumento no tiene lugar en algún sitio específico (al menos ahora) ya que prefiero no poner límites. Así que básicamente, la historia sucede en el lugar ficticio de un país no mencionado. Y la asignatura de Japonés, la verdad es que la única razón por la que la puse en vez de Español es porque... DIOS, los personajes de BokuHero estudiando Español? Incluso si este fanfic está escrito en esta lengua, no sé, yo no me los imagino para nada (y ya no es que no los imagine, es que me sabe mal, no sabría como decirlo). Así que, bueno... Así se queda.

Creo que he aclarado todos los puntos más urgentes ^^ Si tienes aún alguna duda puedes preguntarlo, lo responderé (lo siento por crear una masa caótica con mezclas de países + mi imaginación).

¡En mi Twitter subiré contenido referente a este fanfic! (fichas de personajes, distribuciones de sitios en clase, etc) además de que avisaré enseguida que suba un nuevo capítulo. Puedes seguirme para no perderte nada ^^

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