"LA OFERTA"
Disclaimer: Los personajes de Inuyasha no me pertenecen son de completa autoría de Rumiko Takashi, la historia y sus perversidades son completamente míos \(u_u)/ ¡eh dicho!. Leed y disfrutad corazones míos :D.
Género:Inukag/Drama/Lemon-leve/Celos.
Resumen:Una ofrenda, ella misma a cambio de ayudar a su amado con la mortal amenaza y salvar su vida, "OFERTA ACEPTADA" fue lo único que pudo escuchar, después de eso su mente ya no proceso nada más, de ese modo prometía entregarse al joven lobo exactamente después de que se cumpliera lo pactado. Poco se imaginaba que esto desencadenaría, el despertar de un Youkai furioso, y oh sí! Dispuesto a tomarla después de marcada, mientras que conocería el lado oscuro, posesivo y obseso del Youkai lobo a quien jamás imagino pudiera alguna vez siquiera pensar en lastimarla.
"Recordatorio"
Lo habían logrado, por fin habían vencido al mounstro de Naraku, la perla había desaparecido e Inuyasha la había besado, todo parecía irreal sus corazones latían con fuerza, estaban vivos y estaban libres. Esta última palabra hizo eco en su cabeza y de pronto su felicidad desapareció, Inuyasha se lo atribuyo al cansancio y la subió a su espalda para llevarla hacia la aldea junto con sus amigos.
—¿Cuándo será?-pensó-¿cuánto tiempo pasará antes de que aparezca?— su rostro se entristeció y escondió el rostro en la espalda de su hanyou, por un momento deseo que el tiempo se detuviese para quedarse así con el por siempre, pero ella sabía que no sería así, Inuyasha nunca podría ser de ella porque ella jamás podría ser de él, ahora le pertenecía a alguien más…
Al regresar a la aldea Inuyasha quiso llevarla aparte y conversar con ella pero no se atrevía, no sabía ni siquiera que pasaría ahora, es cierto que si bien ella había prometido estar a su lado, el se sentía inmensamente extraño, Kagome no había articulado palabra en el camino, el se lo atribuyo al cansancio y no la molesto, pero de verdad que se moría por saber que pasaría…
— Kagome…
— Inuyasha me encuentro muy cansada y agotada, necesito volver a mi casa a descansar, ¿te molesta si paso unos días allá?— preguntó con voz débil.
— No, te llevare…—apenas pudo contestar, no sabía porque pero eso no era lo que esperaba escuchar de la miko.
— ¡No!, no te preocupes estoy bien, me iré ahora mismo, tampoco es necesario que me busques—dijo esto con una sonrisa y se echo a andar.
— ¿Peeeeeeeeeeero qué demonios estás diciendo Kagome?— soltó con rudeza.
— ¡Abajo!, ya te dije que vuelvo después, ¡No me molestes! — gritó marchándose a toda prisa, ella no quería estar ahí, ella no quería que Inuyasha hablará de lo que ella creía que quería hablar, por qué eso significaría tener que contarle lo que había hecho y entonces si lo habría perdido para siempre.
Salto dentro del pozo pensando en que lo primero que haría sería darse una ducha, pero de pronto se dio cuenta que no estaba viajando, había llegado al fondo y claramente veía el cielo estrellado sobre su cabeza, ¿Pero que estaba sucediendo?, entonces volvió a saltar y comenzó a patear y a arañar la tierra pero no hizo diferencia alguna, seguía en la época antigua… Cautelosamente salió del pozo y no vio a Inuyasha probablemente el se había ido tan enfadado que no se había percatado que no había podido concretar su viaje, comenzó a caminar hacia el árbol sagrado y de pronto sintió como una presencia se acercaba hacia ella con gran velocidad.
— Imposible…— musito con miedo.
El hombre lobo se detuvo frente a ella, se trataba de Kouga, los ojos de marrones no daban crédito, pero de pronto se dio cuenta que si no había podido regresar a casa todo esto tenía que ver con él, su compañero.
— ¿Kouga qué haces aquí?— apenas pudo pronunciar con detenimiento—Que pregunta más estúpida… —pensó, era obvio que sabía porque estaba ahí.
— Vengo por ti — dijo con voz firme— pude sentir como si fueses a desaparecer, pensé que algo te habría sucedido… además es hora de irnos.
— ¿Tan pronto?- dijo con voz apagada.
— En mi clan ya se conoce la noticia de que Naraku ha sido derrotado, así que el demonio de nuestros ancestros ya debe saber de esto, es tu DEBER, venir conmigo— espeto haciendo énfasis en la palabra deber.
— Pero Kouga… ¿no podrías?
— Kagome no me digas que piensas incumplir tu parte del trato. Te recuerdo que has sellado con tu sangre; y eso, ¡Es algo irrevocable ante nuestro clan!—Espeto algo molesto, y fuera de control esta última frase.
La joven sacerdotisa jamás había visto que su querido amigo actuara así con ella, pero sabía que él tenía razón, ella lo había pactado…
Kagome se encontraba de rodillas con Inuyasha en brazos sin signos de vida, yacía llorando en silencio pero con una rabia contenida que solo era visible por el aura perturbada que emanaba a su alrededor.
Realmente estaba furiosa, Naraku le había arrebatado la vida al amor de su vida y por supuesto que ella no se lo iba a perdonar jamás, pagaría con su sangre y ella se encargaría con sus propias manos. Sus amigos estaban todos lesionados Sango, Miroku, Shippo y Kirara, el único que se mantenía apenas de pie era Kouga su amigo lobo.
— Kagome no eres rival en lo absoluto para mí, porque no te marchas y vas a darle un entierro digno a tu querido InuYasha— le siseo con cierto tono burlesco aquel demonio que había dejado de ser un híbrido.
— ¡Eres un maldito enfermo Naraku!, te equivocas al dejarme con vida, pues seré yo misma quien se encargue de aniquilarte— La azabache no sintió temor alguno al decir estas palabras, ya había perdido a InuYasha ¿Que más podía importarle?— No deberías de subestimarme.
— ¡Kagome!— La tomo en brazos y huyo con ella ante el inminente ataque de Naraku hacia la pelinegra.
— ¡Suéltame! ¡Mataré a ese bastardo!— gritaba con euforia.
—Tranquilízate… escucha hay una última opción que podemos intentar.
— ¿De que estás hablando?— río con sarcasmo— Inuyasha ya no está ya no me queda nada más que morir igual que él, derrotando a Naraku— dijo con oscuridad en su voz.
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
Llegaron a la antigua guarida del clan de los hombres lobos, aquel lugar donde habían de concentrarse los cuatro clanes del norte, sur, este y oeste cuando uno de sus líderes llegaba al final de su vida, entraron al fondo de una cueva y Kouga procedió a recitar unas cuantas palabras y a gritar para invocar a un demonio ancestro, según le había explicado a Kagome el más antiguo y poderoso de su historia. El imponente espíritu demonio lobo comenzó a emerger frente a ellos para preguntar el motivo de su llamado.
— Soy Kouga, jefe del clan de los hombres lobo del Norte, mi pueblo fue arrasado y destruido por un demonio que ha atacado a tres de las regiones de Japón, solamente quedan como sobrevivientes los integrantes del clan de los hombres lobo del sur, y unas cuantas familias del este y oeste, nuestra numerosa descendencia fue eliminada por el demonio conocido como Naraku, yo soy el único que queda del Norte, necesito que me otorgues el poder ancestral de nuestro clan y que revivas a un digno compañero de pelea para que me ayude a terminar tan titánica labor de lo contrario mi especie se verá acabada, en estos momentos el demonio se encuentra muy vulnerable, es el momento perfecto para atacar, puesto que esta mujer le arrebato la perla de Shikon-no-Tama.
— Una sacerdotisa, por lo que puedo observar—fueron las primeras palabras que el ente lobuno pronunció por primera vez.
— Así es— contestó con esperanza por lo que acababa de decir el hombre lobo.
— Tengo el poder suficiente para que derroten a Naraku y de revivir al demonio como me requieren, pero a cambio de ello ¡Tú sacerdotisa, deberás de OFRECERTE para unirte como compañera del jefe del clan de los hombres de lobo del Norte y darnos la suficiente descendencia para que nuestra raza sobreviva a este ataque tan fulminante, esta unión será eterna e irrompible!— respondió imponente y con tono autoritario.
—¿Compañera?, ¿unión eterna e irrompible?— estas palabras resonaban en su cabeza - Ser… la mujer de Kouga?— pregunto con asombro y duda.
— Así es, nuestras hembras han sido en su mayoría eliminadas, sin embargo tu eres capaz de controlar a Shikon-no-Tama; con ella junto con los poderes que otorgare al jefe del clan Norte serán capaces de salvar a sus regiones y salvar esa vida tan importante para ustedes, ese es mi precio, tu, como compañera y hembra de el jefe del clan de los lobos a cambio de mi favor!— gritó con imponencia.
— ¡Nooooooooo! De ninguna manera!— grito Kagome en respuesta.
— Entonces has condenado a las regiones y la vida de ese hanyou que tanto te importa!— y comenzaba a desaparecer.
— ¡Alto! Como sabe de Inuyasha?- pregunto alterada.
— Me subestimas niña, puedo ver todo sobre ti, así que de ti depende la vida de él y de los demás que tanto aprecias.
— Esta bien— le interrumpió Kagome mientras agachaba la cabeza- ME OFREZCO COMO MUJER DE KOUGA— digo con firmeza en su voz y rostro.
— OFERTA ACEPTADA: Jefe del clan Norte, Sacerdotisa de Shikon-no-Tama derramen su sangre sobre la hoguera— ambos se acercaron al fuego y cortaron sus muñecas, viendo como las llamas quemaban el chorro de sangre que emanaba de sí misma y le dejaba una marca en su muñeca izquierda como símbolo del pacto que acababa de hacer— Una vez que se concrete la destrucción del demonio Naraku deberás reunirte con tu nuevo clan y entregarte para empezar la colonización de la zona Norte, ahora perteneces al clan de los hombres lobos del Norte—dicho esto último desapareció.
— ¡Espera! ¿Y tu poder y la vida de Inuyasha?
— Ya han sido entregados…
Kagome miró su mano izquierda rogando que esa marca no estuviera ahí, pero ahí estaba como si siempre hubiese estado en ese lugar.
— Vamos por mis cosas— le dijo a Kouga en tono de resignación.
— Kagome de ahora en adelante vivirás conmigo allá no te hará falta nada de lo que yo no te pueda proveer así que no necesitas traer nada que YO no te pueda dar— dijo con algo de orgullo en su voz— Sin embargo podemos ir a que te despidas de tus amigos.
Notó como Kouga decía esto tratando de no sonar pretencioso sin embargo sabía cuál era su intención, "restregarle a Inuyasha que ella era su mujer"— No Kouga, es mejor irnos ya.
— ¡Pero Kagome!- grito pero la joven le interrumpió.
— Vámonos- ahora se daba cuenta que Kouga no estaba para nada molesto con la idea de que ella se tuviera que entregar a él aunque fuese por salvar la vida de Inuyasha, y cualquier esperanza de convencerlo de encontrar alguna manera de romper el pacto era inexistente — "Al menos Inuyasha está con vida"— pensó para sí misma y sonrío amargamente mientras se iba con Kouga en la oscuridad del bosque del árbol sagrado.
— Esta bien, Kagome te prometo que serás feliz conmigo— dijo mientras la llevaba en sus brazos y se alejaban de aquel lugar a toda velocidad. A decir verdad si quería enfrentarse a Inuyasha, pero prefería no contrariar a Kagome después de todo tenía todo preparado para "concretar" su pacto al llegar su nuevo hogar.
N.A.: Algunas chicas ya habrán leído este fic, si les sorprende les explico y comento que se trata de la misma historia sólo que eh cambiado el formato tipo guión de teatro por el correcto, además de pulir mi ortografía y redacción. Disfrute mucho arreglándola puesto que esta fue mi primera historia :D y si hay nuevas lectoras espero dejen su opinión.
