Los personajes de Legend of Korra pertenecen a sus respectivos creadores Bryan Konietzco, Michael Dante Di Martino, así como a la televisora Nickelodeon, mi único objetivo al hacer este one shot es el de entretener, y no hay fines de lucro por lo que espero les agrade.

Lluvia de suerte.

-Comienzo a creer que el mundo me odia-

Decía una chica morena de cabello corto castaño con una gorra negra mojada con el logo de NY, playera azul manga larga, pantalones negros y unos converses también empapados así como una mochila azul, había salido tarde de la preparatoria ya que su profesor de cálculo la había castigado por haber llegado tarde en la mañana pues su sueño rem se alargó más de lo normal, ese era su único problema ya que sus notas eran bastante buenas pero eso no la salvo de reprimenda, la lluvia comenzó desde el mediodía y no cesó por ello ahora sufría por las calles ya que por si fuera poco el transporte público tampoco pensaba ayudarla.

-Es increíble que el karma me persiga justo en este fin de semana que pensaba divertirme, ahora seguramente me voy a resfriar-

Su molestia iba creciendo a cada cuadra ya que tenía que caminar 10 para llegar a la estación del metro, las personas llevaban paraguas y no faltaban las malas personas por así decirlo que murmuraban sobre ella al verla con un puchero en su cara y su cuerpo atlético marcado en su ropa, se sentía muy incómoda pues parecía que faltaban mil años para llegar a su destino.

-¿Sabes?, debes mirar más seguido el estado del tiempo-

Una voz sensual femenina se deja escuchar en su espalda y ya no siente más las gotas de lluvia caer en su cuerpo así como un paraguas cubriéndola, gira levemente y se encuentra con una mujer 10cm más alta de cabello negro, llevaba puesto un abrigo rojo oscuro y se veían levemente sus pantalones negros al igual que sus botas, su piel blanca resaltaba sus hermosos ojos verdes y unos sabrosos labios carmín que le sonreía coquetamente.

-Ho… hola—tartamudea la morena sonriendo levemente—Pues no veo las noticias supongo que lo merezco-

-Que divertida mucho gusto soy Asami—extiende su mano en saludo.

-El gusto es mío yo soy Korra—saluda y aleja su mano aunque siente como la otra la acaricia—gracias por cubrirme unas gotas más y hubiese llenado por competo mis bolsillos—bromea.

-Eres agradable Korra pero ¿A dónde te diriges?-

-A la estación del metro al parecer el transporte público quiso hacerme la situación más difícil hoy-

-Interesante ¿eres una chica que cree en el karma?—Asami busca su mirada comenzando a caminar.

-No siempre pero hoy realmente comienzo a creer en ello—sacude sus zapatos— ¿y tú a donde te diriges?-

-Mi empresa está en la esquina—señala un gran edificio rojizo y la morena abre la boca—no pude avanzar más con mi auto hubo un choque en la avenida mandaré por el después-

-¡¿Eres dueña de SatoFire?!—casi grita.

-Sí, ¿hay algún problema?-

-Pues que me sorprende que alguien como tú se acerque a una indigente como yo-

-Pues por ti mochila deduzco que eres una estudiante y me pareció adecuado ayudarte ya que escuche tus palabras llenas de enojo, tengo buen oído—sonríe cálidamente.

-Si es verdad soy estudiante pero ahora pienso que te hago ver mal—la oji verde la mira por un momento fijamente.

-He de suponer que tus clases terminaron ¿cierto?-

-Si hace horas solo que estuve castigada y el día también lo ha hecho—extiende la mano derecha recibiendo las gotas en su palma.

-Bien entonces ven conmigo a mi empresa ahí tengo un área adecuada para que te seques-

Korra se detiene mirándola incrédula pues ya estaban por cruzar la calle y llegar a la empresa, pero también se le hacía extraño que una mujer tan hermosa y exitosa como ella se acercará tan inesperadamente como la última hoja de otoño que casualmente cae sobre tu cabeza, si la morena tenía pensamientos poéticos.

-Pero… yo… no puedo aceptarlo—termina por fin sus palabras aturdida.

-¿Por qué no?—su manera tan aterciopelada de hablar confundía la mente de la morena.

-Bueno no te ofendas pero es algo extraño que una mujer tan hermosa como tú se acerque a mí así de la nada-

-¿Te parezco hermosa?—le sonríe ampliamente y la otra se sonroja salvajemente.

-Ha… bu… bu… bueno si eres hermosa ya lo dije… y alta… y ya debería callarme—soba su cuello.

-Jajajaja—ríe con elegancia—bien entonces sígueme-

-Pero yo—habla pero ya era ignorada—bien supongo que no tengo opción-

Cruzan la calle y al llegar a la gran entrada subiendo unas escaleras antes un hombre alto pálido con gafas negras que era el guardia le abre la puerta y detiene a la morena que lo mira fulminante.

-¿Tiene cita señorita?-

-Ella viene conmigo-

El hombre deja pasar a Korra y ésta burlándose de el a espaldas de Asami le hace varias muecas para después seguir su camino hasta el elevador, iban solas para su fortuna ya que ambas odiaban sentirse aplastadas en un espacio tan cerrado como ese. El silencio estaba presente solo se oía como Asami sacudía su paraguas al cerrarlo y la morena solo tenía las manos dentro de los bolsillos de su pantalón jugando con el agua que tenían, sin embargo la mujer de piel nívea no pensaba dejar que eso siguiera presente.

-¿Cuántos años tienes Korra?—le pregunta acercándose a ella.

-17-

-Debí suponerlo te vez muy joven-

-Si lo sé… am… ¿tú cuántos años tienes?-

-23-

-Es sorprendente que tan joven seas dueña de este lugar-

-Mi padre en realidad pero me dejo a cargo desde los 21 que termine la universidad-

-¡Wow debes ser muy inteligente!-

-No es por presunción pero sí creo que lo soy—mira su nerviosismo y se acerca más— haces mucho ejercicio por lo que veo—toca su brazo.

-Si me gusta ejercitarme y ayuda cuando practico artes marciales-

-Que bien a mí también me gusta ejercitarme con las artes marciales-

-Es por eso que eres tan confiada al andar sola ¿cierto?-

-¿A qué te refieres?-

-Pues una mujer tan importante como tu deberías tener guardaespaldas o algo así… pero ahora que dices esto supongo que tiene sentido que camines sola-

-Sinceramente es lo que menos preocupa y se me defender muy bien créelo-

-Si te creo pero no está de más un poco de seguridad-

-Gracias por la sugerencia Korra—el ascensor se abre—hemos llegado-

-¡Santos espíritus!-

La joven morena grita esa frase al ver la enorme oficina de la mujer que acababa de conocer, estaba en lo más alto del edificio con el tamaño de un departamento lujoso, solo que ahí tenía su escritorio de roble, silla de piel giratoria, la gran ventana donde se podía ver toda la ciudad, dos muebles donde tenía varios libros así como una especie de sala con sillones rojos y una tv.

-¡Es enorme!... más que mi departamento debo decir—comienza a caminar por el lugar.

-Si mi padre era algo extravagante le gusta presumir y al mudarme aquí por así decirlo por ello solo redecoré-

-Pues tienes muy buen gusto-

-Gracias—se acerca y jala suavemente de su mejilla provocando un sonrojo en la otra—ahora deberás ducharte ven conmigo-

Korra iba a quejarse pero se fue perdiendo en el andar sensual de la empresaria que lentamente se quitaba su abrigo dejando ver su figura que se marcaba en la camisa blanca que llevaba así como su trasero uniforme en ese pantalón.

-Pe… pe… ro… pero no traje ropa solo mi sudadera de Batman la cual está en mi mochila porque no la quise mojar-

-Que interesante, ¿te gustan los murciélagos?—la mira arqueando la ceja derecha.

-Si me parecen animales extraordinarios, pero mi gusto es por los comics, videojuegos, anime o cualquier entretenimiento que yo llamo productivo-

-Oh eso es bueno se comprende por tu edad-

-Si soy como una niña-

-Que bien pensé que te avergonzarías-

-Eso sería ilógico viniendo de mí créeme-

-Eres muy divertida Korra—sonríe aún más—bueno aquí está el baño puedes ducharte y ponerte una de mis batas mientras que mando a secar tu ropa-

-Bueno ya estoy aquí así que, qué más da-

La morena deja su mochila en el suelo, se quita los zapatos y gorra para así entrar al baño donde se quita la ropa dejando ver su atlético cuerpo, Asami podía verla gracias a su vista especial por lo que si pudiera pasar se hubiese sonrojado pues el tener tan cerca a alguien como Korra y no poderla tocar, era una tortura mucho más para ella que sentía el calor que el cuerpo de la morena emanaba su olor le era asfixiantemente placentero.

Asami Sato la hija de más importante empresario por década el gran Hiroshi Sato que había optado por ese apellido hace mucho tiempo, su hija era la mujer más deseada del momento por ser tan hermosa e inteligente pero sobre todo por ser rica, salía en todas las revistas del país y muchos hombres la cortejaban pero ella solo estaba interesada en una cosa de ellos por lo que muchos de ellos desaparecían misteriosamente, siendo tan cautelosa como siempre nunca se veía involucrada porque de cierto modo podía hacer lo que quisiera, era un imán de coqueteo pues los de su clase siempre provocarían algo sexual en los demás fuese hombre o mujer. Sentándose frente a su escritorio toma el teléfono llamando a su secretaría.

-Hola Clarisa por favor ven a mi oficina necesito que lleves la ropa de mi invitada en la el área de lavado-

Al colgar se levanta de la silla haciéndola girar y volviendo hacía el baño toca dos veces asustando a la morena que parecía estar perdidas con los jabones ya que no sabía si todos eran de la pelinegra.

-Korra necesito que me des tu ropa por favor-

-Oh si… si claro-

Con cuidado por el piso que podría ser resbaloso la joven toma su ropa y caminando con los talones abre ligeramente la puerta sacando la mano con su ropa entregándosela a Asami que parecía sufrir un poco pues al olerla a aseada y viendo mejor su busto su autocontrol estaba siendo débil por lo que se aleja lo más pronto posible ya que de sus labios comenzaban a verse un par de colmillos filosos por escasos milisegundos.

-Gracias-

Dice finalmente mientras que la joven volvía a la regadera para disfrutar unos minutos más el agua caliente, la secretaría de la pelinegra entra a su oficina viendo como los ojos de sus jefa comenzaban a cambiar pero luego cuando esta la mira regresan a su estado normal.

-Vengo por la ropa ama-

-Si claro toma-

Dándole la ropa la joven secretaria de cabello castaño y piel blanca de ojos color miel, que al oler también lo que su ama parece reaccionar por lo que rápidamente se va del lugar mientras que Asami seguía sufriendo y por si fuera poco en ese instante Korra sale del baño con una bata negra que le quedaba algo larga dejando ver ligeramente su busto que trataba de tapar además de un vapor hipnotizan te detrás de ella.

-Que bien me siento es bueno tener agua caliente en el cuerpo muchas gracias por ayudarme Asami—trata de acercarse pero la otra retrocede tapando su boca y nariz— ¿Estás bien?-

-Si solo que, siento que me voy a enfermar y no quiero contagiarte—respira profundo estabilizándose—me alegra que te sientas mejor-

-Si mucho mejor, aunque me siento incomoda estando solo con bata—levanta los brazos dejando ver las mangas largas.

-Si ya vi que te queda muy grande creo que esa era la bata de mi padre-

-Eso explica todo—bromea— ¿Y ahora qué hago?-

-Siéntate en el sillón mira la tv si quieres yo tengo que trabajar pero no demoraré-

-Bien-

La morena se da la vuelta sacudiendo su cabello ahora si desquiciando a la otra que estuvo a punto de lanzarse hacía ella, le sería demasiado fácil ya que al darle la espalda solo tendría que noquearla y así beber su sangre pero, Asami no quería hacerlo aunque su instinto se lo pedía ella declinando solo forma oprime sus puños yendo así a sentarse nuevamente frente a su escritorio para distraerse pero le resultaba difícil con esa niña tan linda y apetecible tan cerca de ella.

Me volveré loca si no hago algo… nunca pensé que alguien así existiera… debería matarla por provocar que la gran Asami Sato tuviera problemas de autocontrol.

Korra por su parte ya estaba cómoda mirando dibujos animados con una carita tan tierna que hacía que la pelinegra siguiera declinando, por ello la enorme oficina ya no tenía el silencio de siempre pues la joven reía un poco al ver las gracias de los personajes y eso de alguna manera ponía feliz a la empresaria que sin duda alguna comenzaba a sentirse vulnerable ya no solo por controlar sus ganas de clavar sus colmillos en el cuello de ésta.

-Korra—llama de repente y esta la mira con esos ojitos brillantes azules.

-¿Qué sucede?-

-¿Por qué no llamas a tus padres?... deben estar preocupados-

-Mis padres están de viaje fueron a visitar a mi tía-

-¿De verdad te dejaron sola?—baja sus papeles mirándola confusa y ella sonríe.

-He sido alguien muy independiente ya que ellos siempre viajan, puedo cuidarme sola si dejan comida y dinero antes de irse-

-Qué curioso—recarga el mentón en su mano— ¿en qué trabajan?-

-Venden casas en cualquier lugar que sus jefes les diga-

-Eso explica su ausencia y que seas alguien tan madura para tu edad-

-Podría decirse que si-

Korra le respondía mientras miraba los dibujos eso sorprendió un poco a Asami quien pensaba que todos los jóvenes de ahora no podrían dejar de ver la tv pero simplemente la joven era una excepción para lo que ella siempre había observado.

-Pero aun así deberías tener a un adulto cerca de ti para que te cuide-

-No lo creo necesario pero cuando necesito a un adulto puedo confiar en mi tío Sokka-

-Que bien que utilices a los adultos Korra-

-Jajajaja si ya sé, eso se escuchó muy mal-

La morena se levanta apagando el televisor caminando hacia Asami que parecía querer saltar por la ventana para no caer en tentación pero tenía que actuar de manera natural, Korra se acerca a la gran ventana viendo la ciudad con esos ojos brillantes.

-¿Te gusta la vista?—pregunta la pelinegra girando su silla cruzando sus piernas para mirarla.

-Si me encantan las alturas, así puedo ver todo incluso a los que venden hot dogs-

-Jajajaja si es bueno para eso, y Korra…mmm— la chica la mira alegre— ¿tienes novio?-

-¿Novio?—levanta las cejas y luego comienza a reír—no, no tengo novio-

-¿Por qué te causa tanta risa?-

-Por nada en especial, ¿y tú tienes novio?-

-No tampoco tengo novio-

-Que impactante que una mujer como tú no tenga novio-

-Ya sé por qué lo dices pero en realidad estoy más concentrada en mi trabajo por ahora-

-Hablas como mi abuela, ¿Pues quién eres?... ¿una mujer de 50 años?, solo tienes 23 deberías estar saliendo con alguien o divirtiéndote no siempre serás joven-

Esas palabras hicieron que en el rostro de Asami se formara una leve sonrisa pues ella siendo un vampiro, un ser mítico inmortal siempre sería joven pero claro eso la otra no lo sabía por lo que le parecía gracioso hasta cierto punto.

-Si ya lo sé no soy inmortal-

-Jajajaja—ríe la morena— si la inmortalidad fuera real sería horrible-

Ahora el rostro de la pelinegra había cambiado rotundamente, tanto así que estaba en una especie de shock pues creía que los humanos tenían miedo de morir.

-¿Por qué lo dices?-

-Pues de que te sirve la inmortalidad si siempre conocerás a personas que amarás pero que al fin de cuentas terminará muriendo dejándote un vacío por siempre y seguiría el mismo circulo vicioso más y más, he leído en libros sobre a los pocos que se conoce les dieron ese poder por así decirlo y es un castigo eterno por ello no me parece que la gente sienta que necesitan vivir por siempre, pero claro los que piensan eso es porque son de pensamientos egoístas a mi sinceramente no me importa vivir para morir-

La pelinegra no sabía qué decirle pues en cierto modo tenía razón quizá todos ellos eran egoístas, pero en su caso ella no decidió ser inmortal porque así nació, sin embargo le costaba creer que esa persona tan joven frente a ella tuviera esos pensamientos, simplemente era inquietante.

-Ya entiendo tu punto de vista me quieres decir que debo disfrutar mi vida, ¿cierto?-

-Así es—se aleja de la ventana—pero creo que ya es tarde para ello ahora eres dueña de este lugar-

-Si eso creo—suspira—pero… ¿Podrías enseñarme a divertirme?—la mira coqueta.

-Cuando no tenga clases puedo ayudarte o cuando tenga 21 porque eres mayor y debe gustarte beber o bailar en lugares donde yo no puedo entrar-

-En realidad no bebo alcohol no es de mi gusto-

-Que bien por ti es bueno cuidar tu salud-

La joven la señala con su dedo guiñando el ojo al decirle eso, dándose la vuelta dispuesta a volver al sillón se ve detenida por la pelinegra que la toma del brazo con fuerza haciéndola voltear y siente como esos ojos verdes la miran de manera hipnotizan te, pues la mujer de cabellos negros trataba de hipnotizarla ya que eso hacían los vampiros para dominar a sus víctimas pero, aquella joven no era como las demás ya que no cae en el poder mental de la vampiresa.

-¿Por qué me miras así?-

¿Acaso es inmune?—No es nada solo que eres realmente guapa y me encantan tus ojos-

-Gracias todos en la familia los tenemos azules-

-Oye Korra—se acerca más a ella poniendo sus manos en los hombros de la chica.

-¿Si?—traga saliva.

-¿Por qué no tienes novio?—le acaricia la mejilla izquierda.

-Oh eso es porque… yo… yo… es que—dudaba en decirle—a mí me gustan las chicas-

-Oh eso lo explica entonces hice mal mi pregunta-

-Si vas a preguntarme si tengo novia, la respuesta es no-

-Me agrada esa respuesta-

La mira fijamente de manera sensual que sin su poder mental pudo dejar paralizada a la chica, acercándose más a sus labios hasta aspirarlos escucha el corazón acelerado de Korra que por si fuera poco se le había subido el color a la cara por la sensación que la mujer de ojos verdes le causaba, Asami estaba a punto de darle un beso después de haber rosados sus labios con los de ella pero, en ese instante su secretaria entra repentinamente interrumpiéndolas y ganándose una mirada fulminante de su ama.

-Yo… lo siento señorita—baja la mirada dejando la ropa para irse rápido.

-Vaya que bien mi ropa está seca—dice la morena nerviosa caminando hasta su ropa—muchas gracias Asami ahora iré a ponérmela-

-Si claro-

La chica con pasos torpes camina hasta el vestidor que estaba en el lugar que era casi portátil y quitándose la bata comienza a vestirse mientras que Asami respiraba profundo pues de verdad necesitaba controlarse.

No puedo dejarla ir si alguien más llega a olerla podrían quitármela, necesito pensar en algo para que pueda ser solo mía y de nadie más, oh ya sé cómo.

Una sonrisa malévola se forma en su rostro, camina lentamente hasta la chica que estaba distraída pensando en lo qué estaba pasando en ese lugar, aprovechándose de eso antes de que Korra se pusiera su playera ya que solo traía un top negro, Asami la abraza por detrás sorprendiéndola un poco.

Que bien huele pero está muy fría— ¿Qué haces Asami?-

-Haré algo que posiblemente te duela pero que también podría gustarte—habla con voz sexy.

-¿A… así?—su voz se vuelve aguda.

La pelinegra se acerca a su cuello para aspirarlo lentamente pasando sus labios carmín en él por lo que la poseedora de este se estremece sintiendo en otras partes de su cuerpo lo caliente de la eso, Asami comienza a lamer el cuello por ambos lados y así sin que la otra se dé cuenta pone un sello con sus labios en la nuca de la morena que solo siente un leve cosquilleo sin saber que ahora la marca de los labios de la pelinegra estarían como un tatuaje en su nunca.

Con esto nadie se va a acercar a ti—Dime algo Korra, ¿Te gusta lo que sientes?-

-Si me gusta—decía embobada sintiendo las manos de Asami en su cintura.

-Bien entonces haré esto-

Le da vuelta tomándola de las mejillas y por fin logra darle ese beso que la otra no duda en responder pues se sentía muy bien el besar a esa bella mujer, volviéndose más apasionado el beso ambas comienzan a usar sus lenguas e incluso Korra también comenzaba a acariciar a Asami pero como siempre había sido con alguien que apenas acababa de conocer rápidamente se separa de la pelinegra que la mira confundida y algo molesta.

-¿Por qué te quitas?—su voz sí que sonaba molesta.

-Oye… Asami… yo recién acabo de conocerte y la verdad es que no soy de las que besa así porque si, es extraño todo esto pero si quieres que te pague de otra manera tu ayuda te equivocaste conmigo-

-¿Qué?—frunce el ceño—no seas tonta solo quería besarte no pienses mal de mí-

-No me lo parece—la morena comienza molestarse y se aleja más.

-Nunca pensé que llegaría el día en que alguien se quejara porque le he besado-

-Ahora estás sonando bastante vanidosa, bien supongo que debo decir gracias y perdóname por molestarte creo que debo irme-

-¡Korra!-

La chica solo escucho eso parándose de repente pero después comenzó a caminar hasta la puerta hasta que de pronto vio a Asami frente a ella.

-¡Wow!—abre los ojos sorprendida— ¿Cómo hiciste eso?—mira hacia atrás y luego a ella confundida.

-Son algo rápida no importa— sujeta su rostro—mira no quería sonar así pero créeme que de verdad me gustas mucho aunque solo te acabe de conocer dos horas atrás-

-¿Cómo puedo gustarte tan rápido?—decía con sarcasmo.

-Oye no dudes de mis palabras—la señala con su dedo—es verdad pero si quieres podemos conocernos mejor-

-No lo sé si sabes que es ilegal que quieras algo conmigo ¿no?-

-¡No soy tan mayor!—si claro Asami solo tienes 400 años—tengo 23 por favor no creo que haya problema además si tú quieres no sería nada malo-

-Mmmm supongo que lo pensaré-

-Está bien piénsalo el tiempo que quieras este es mi numero—le da una tarjeta— cuando decidas que hacer llámame ¿de acuerdo?-

-Si—mira la tarjeta—pero ahora debo irme ya paro de llover y se hace tarde tengo hambre y quiero pensar mucho-

-Si es lo más prudente-¿por qué me cuesta tanto dejarte ir?—quería comer contigo pero bien… ve con cuidado-

-Gracias en serio pero por ahora prefiero estar sola… diviértete trabajando-

Korra logra zafarse de ella metiéndose al ascensor sintiendo algo muy raro dentro de su cuerpo además de que estaba temblando, estar con esa chica tan cerca y además haberla besado le provocaba demasiada atracción sexual, algo que pensaba no volver a experimentar otra vez y temía que fuera a pasar lo mismo aunque esta vez Asami era mucho mayor y más madura.

No puedo creer que bese a la hermosa Asami Sato, pero da una sensación escalofriante y… placentera a la vez, estuve a punto de seguir con ese beso por desear su cuerpo y ella parecía querer lo mismo pero no pienso caer tan fácil otra vez.

La chica con su mochila en su espalda y su gorra puesta que saca de esta ya que al parecer hasta eso secaron, sale del edificio viendo a guardia de seguridad que la miraba con seriedad pero cuando paso junto a él pudo ver como sonreía, prefirió no hacer más alboroto y ahora si debía correr al metro.

Por su parte la empresaria estaba en su oficina ansiosa, tanto así que dejo ver su verdadero ser pues sus colmillos estaban a la vista y sus ojos verdes ya no tenían pupilas y eran azules oscuros como el agua del mar en un arrecife muy oscuro.

-No te preocupes Asami ya la has marcado y con eso aunque quiera no podrá estar lejos de ti aunque lo quiera-

Su voz también había cambiado ligeramente ya que sonaba más grave y acercándose a la ventana comienza a jugar con el anillo en su dedo que era invisible para el ojo humano, era de color dorado con una piedra de rubí encima que era el que le ayudaba a poder estar a la luz del día como cualquier persona, podía ver a Korra correr hacía el metro e incluso olerla.

-Serás solo mía Korra—saborea sus colmillos—para siempre espero-

Así es como da inicio una inusual experiencia de deseo para la vampiresa hija de uno de los vástagos más honorables de todos los tiempos su especie, Asami necesitaba tener a Korra bajo su control pero aunque no lo sabe ese encuentro no fue casualidad y pronto lo descubriría.

Eso es todo, y si llegaron hasta aquí gracias por leer mi nueva locura de fanfic :3, me gusta mucho la temática de vampiros así que seguiré con este el cual actualizaré cada martes. Quiero ver que opinan así que dejen sus reviews.