*Nota Importante abajo*
Disclaimer: CCS No Me Pertenece.
Summary
Apenas tenía 19 años cuando conoció al famoso Shaoran Li. El hombre más guapo que podía existir sobre la faz de la Tierra según los canales de T.V. y todas las revistas. Era el sueño de toda mujer alto, delgado, de cuerpo muy bien definido, cabello color chocolate al igual que sus ojos de impresionante mirada penetrante y sexy y lo mejor era que a su corta edad era el dueño de todo el imperio Li, llegando hacer unos de los hombres más ricos. No pudo evitar enamorarse al verlo, según ella era un ángel caído del cielo y que mujer no pensaría así teniendo a tremendo hombre de frente.
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―"Teléfono"―
―Pensamientos y Recuerdos―
Amor y Conflictos
Capítulo 1: Primera Impresión
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−No, no, no− decía una joven de cabellos castaños claros, figura delgada, estatura pequeña y ojos color esmeralda. −¿Por qué justamente hoy que llega el nuevo presidente de la empresa?− gritaba mientras se cepillaba el cabello.
Cuando terminó de peinarse tomó su bolso y estaba dispuesta a salir del departamento, cuando escuchó un maullido.
−¡Kero, Dios mío casi te dejo sin comida!− para su mala suerte se le había olvidado ponerle de comer a su gato.
Luego de dejarle de comer al gato se dispuso a irse, por lo menos esa mañana su auto encendió sin ningún problema y no había mucho transito. Cuando llegó a la empresa tenía diez minutos tarde, rápido entró y saludó a la recepcionista y se apresuró a tomar el elevador. Cuando las puertas de este se abrieron ella rápido se dirigió hasta su puesto.
−¿Problemas con tu auto?− esa era su mejor amiga, gracias a ella había conseguido el empleo.
Esa era Tomoyo Daidouji la esposa de su hermano, tenía el cabello negro largo, ojos amatista y se podía, estaba embarazada de cuatro meses.
−Aunque no lo creas esta vez encendió sin ningún problema− le dijo con una sonrisa.
−Sakura, amiga, pídele ayuda a tu hermano− le dijo preocupada.
−No Tomy, ya verás que me las arreglaré sola− le aseguró.
−Touya está preocupado por ti− le dijo.
−¿Le has dicho algo?− le preguntó, por nada del mundo quería que su hermano la ayudara a comprar un auto. Estaba tratando de juntar el dinero para un nuevo coche pero con los gastos que tenía le era sumamente imposible.
−Claro que no− le dijo con una sonrisa.
−No te preocupes por mí, recuerda que eso le hace daño a tu embarazo− le dijo.
−Si tú lo dices− dijo ella mientras suspiraba. −Bueno voy a entregar estos documentos a Rika− le dedicó una sonrisa y luego se marchó.
Sakura sólo suspiró mientras encendía el ordenador.
−Haber si termino esto antes de que llegue el nuevo presidente− por lo menos su nuevo jefe no había llegado aún y podía terminar el balance de la empresa que el señor Yamamoto le había pedido. En ese momento sonó el teléfono.
−Buenos días empresa Li & Hiragizawa, Kinomoto le habla− saludó ella.
−"Prepárate, creo que acaba de llegar tu nuevo jefe"− le dijo la voz del otro lado del teléfono.
−¿En serio?− le preguntó a Chijaru quien era la recepcionista.
−"Si, y están con el señor Yamamoto, y ambos están hechos unos bombones"− le dijo.
−¿Están?− preguntó confundida.
−"Sakura, te dejo que vienen hacia acá"− con estas últimas palabras colgó el teléfono, dejando a una castaña confundida.
−¿Qué te pasa?− escuchó la voz de Tomoyo.
−Era Chijaru y al parecer son dos dueños− le dijo mientras colgaba el teléfono.
−Que raro, no recuerdo que la señora Li tuviera dos hijos varones− dijo pensativa.
Tomoyo conocía a la madre del nuevo dueño ya que ella empezó a trabajar en las empresas Li cuando tenía dieciocho años y de eso hacían tres años y en una ocasión conoció a la hija de la señora Ieran Li y se hicieron buenas amigas, pero no recordaba que la señora Li tuviera dos hijos varones, solo tenía tres, la mayor que era Shiefa, Xiao Lang era el único varón y Meiling que era la más pequeña, aunque solo conoció a Meiling.
−Bueno mejor me voy− dicho esto se despidió y fue hasta su escritorio que quedaba a unos cuantos pasos del de su amiga.
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Acababan de entrar dos jóvenes vestidos con trajes negros, uno de ellos con cabello negro, ojos azules y lentes, alto al igual que su compañero, delgado, piel bronceada, mientras el otro tenía el pelo castaño al igual que sus ojos, su piel era más bronceada que la de su compañero, y se podía ver a la perfección que ambos chicos tenían perfecto cuerpo. Entraron al elevador acompañados de Yue el encargado de la empresa, era un hombre con el cabello algo blanco, alto, delgado, de algunos cincuenta y tanto.
−¿Qué les parece Japón?− le preguntó a ambos jóvenes, cuando estuvieron dentro del elevador.
−Es la primera vez que estamos aquí− respondió el chico de cabellos negros, mientras que su compañero permanecía en silencio. Las puertas del elevador se abrieron y los tres salieron, todos miraron de reojo a los tres sujetos que salieron del elevador. Ninguno se limitó a decir nada, sólo siguieron su camino hasta encontrarse con el escritorio de la castaña quien estaba terminando el balance de la empresa.
−Mmm− ya saben ese extraño ruido que hacemos con la garganta.
Levantó la mirada y se encontró con los tres hombres frente al escritorio, rápido se puso de pie e hizo una reverencia.
−Buenos días señor Yamamoto− dijo un poco nerviosa.
La amatista sólo miraba la escena desde su escritorio con una sonrisa.
−Buenos días señorita Kinomoto, le presento al señor Li y al señor Hiragizawa, ella será su secretaria señor Li− la esmeralda hizo una reverencia. −Esta será su oficina señor Li− le indicó el señor Yue.
El castaño la observó de arriba abajo con disimulo algo que sólo su compañero notó. La castaña traía una camisa roja, una falda negro al igual que los zapatos y el cabello lo llevaba perfectamente recogido.
Luego los jóvenes siguieron a Yue quien caminaba hasta donde estaba Tomoyo.
−Buenos días señor Yamamoto− dijo con una sonrisa.
−Buenos días señorita Daidouji, le presento al señor Li y al señor Hiragizawa, ella será su secretaria señor Hiragizawa− ella saludó. −Esta será su oficina señor Hiragizawa−
La esmeralda estaba embobada observando a su nuevo jefe, ¡¿por Dios, cómo podía existir un hombre así de guapo?, debería ser un pecado tener tanta belleza, lo había visto en las revistas y en la televisión pero no se podía comparar verlo en persona. Unos de los soltero más codiciados y más ricos del mundo y ella sería su secretaria.
−Es muy guapo− pensó sin quitarle la mirada de encima.
El joven castaño al percatarse de que lo observaban miró hacia donde estaba aquella persona, la esmeralda rápido miró hacia otro lado mientras se sonrojaba. Luego los tres hombres entraron a la oficina que ahora le pertenecía al joven Li.
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−Me encargué personalmente de citar a los accionista para la junta de las dos− le dijo Yue a ambos jóvenes.
−¿Y el balance de la empresa?− preguntó el joven Li.
−Le pedí a la señorita Kinomoto que se encargara− le dijo.
−¿Cuánto tiempo lleva trabajando con nosotros?− preguntó el joven de cabello negro.
−Sólo tiene siete meses y es muy eficiente− le dijo.
−¿Y la señorita Daidouji?− volvió a preguntar el joven de cabello negro.
−Tres años, fue la secretaria de la señora Ieran por un tiempo−
−Puede retirarse, lo veremos a las dos de la tarde en la junta− le dijo el joven castaño.
Dicho esto el señor Yue salió de la oficina, no sin antes despedirse.
−Kinomoto− llamó el joven Li por el auricular.
−"Dígame señor"−trató de sonar lo más natural posible.
−Venga un momento− la dejó con la palabra en la boca ya que no esperó repuesta, sólo se lo ordenó y listo.
Ambos jóvenes escucharon como tocaban la puerta.
−Pase− pidió el joven pelinegro.
La esmeralda entró con la cabeza baja y se limitó a cerrar la puerta detrás de sí.
−¿Ya terminó el balance?− le preguntó su jefe, su voz era penetrante y firme.
−No señor− dijo apenada. −Sólo me falta ir a...− no pudo terminar porque su jefe la interrumpió.
−Quiero ese balance para las dos de la tarde, si lo terminas antes mucho mejor− le dijo con seriedad.
La chica asintió, por primera vez se atrevió a levantar la mirada y pudo ver a su jefe sentado detrás de su escritorio, se veía muy guapo con ese porte de mandón, el señor Hiragizawa permanecía sentado en un mueble.
−Retírese− ella solo asintió y salió de la oficina.
−¡Xiao Lang, por Dios te acaba de conocer y ya la estás tratando así!− le reclamó el pelinegro.
−¿Así cómo según tú?− le preguntó.
−¿Cuándo Yue le dijo qué tú eras el señor Li, no notaste cómo te observó?− le preguntó.
−No− dijo simplemente.
−Olvídalo, mejor me voy a mi oficina, tengo que llamar a tu hermana− le dijo.
−Si, que de seguro está loca porque la llames−
Toda la mañana pasó tranquilamente sin ningún inconveniente, ya eran las doce del medio día y todos los ejecutivos y empleados se iban a almorzar
−Vamos Sakura, ¿acaso no piensas ir a comer?− le decía Tomoyo.
−No puedo, tengo que tener ese balance para las dos de la tarde Tomy− tenía puesta la vista en el ordenado y si seguía como iba terminaría antes de las dos.
−¿Quieres qué te traiga algo de comer?− le preguntó resignada.
−No gracias, creo que tengo algo en mi bolso− le dijo.
Tomoyo suspiró y se acercó hacia el elevador, últimamente la esmeralda estaba obsesionada con el trabajo y sólo porque le habían informado que el hijo de la señora Li tomaría su puesto.
Escuchó su estomago quejarse, al parecer tenía más hambre de la que suponía (ese ruido que hace el estomago cuando uno tiene hambre). Buscó en su bolso y sacó una manzana, la colocó en el escritorio y se quedó mirándola y no notó cuando su jefe y el señor Hiragizawa salieron de la oficina.
−Creo que sólo seremos tú y yo− susurró mientras miraba la manzana. −¡No creo que me conforme solamente contigo!− exclamó mientras escuchaba nuevamente los gritos de hambre de su estomago.
−Señorita− dijo el joven Hiragizawa.
La castaña se quedó sin aliento al ver a los dos jóvenes frente a su escritorio, al parecer habían salido de la oficina y no se había dado cuenta.
−Disculpen− dijo rápido mientras se sonrojaba y se ponía de pie.
−¿No piensa ir a comer?− le preguntó con interés.
El joven castaño permanecía en silencio. Ver el nerviosismo de su secretaria lo hizo alzar una ceja.
−"Será tonta"− pensó sin interés.
−Tengo mucho trabajo− dijo con nerviosismo.
−Bueno− dijo. −Espero que esa manzana le quite el hambre− la castaña se sonrojó ante ese comentario, el pelinegro se despidió y se dirigieron al elevador.
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Ya había pasado la hora del almuerzo, por lo menos su estomago ya no le rugía por comida, aunque todavía tenía hambre.
−Toma− le dijo la amatista mientras le entregaba una bolsa.
−¿Y esto qué es?− le preguntó sin entender.
−¡¿Crees qué te iba a dejar sin comer?− exclamó con una sonrisa.
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−Sólo a ti se te ocurre− le decía el castaño a su acompañante.
Ambos estaban en un semáforo y al parecer el castaño estaba muy enojado.
−Por favor Xiao Lang, no es justo que esa chica se quede sin comer solo para poder impresionarte− se defendió.
−¿A qué te refieres?− le preguntó mientras ponía el auto en marcha ya que la luz había cambiado.
−¿Acaso no lo notaste?− le preguntó.
−¿Notar qué?− dijo sin apartar la mirada de la carretera.
−Creo que durante toda la mañana ni siquiera fue al baño, siempre que la solicitabas estaba en su escritorio− le dijo.
−Pues creo que ese es su trabajo y para eso se le paga, no para ir cada cinco minutos al baño− le dijo.
−No seas idiota, sabes a lo que me refiero− una sonrisa se posó en sus labios cuando vio a su amigo pensativo. −Casi se le caen las babas cuando te vio− le dijo con una sonrisa.
−No digas estupideces− le reclamó.
−Sabes muy bien que esa es la verdad− luego analizó las cosas y dijo. −Está más claro que el agua que se quedó prendada cuando te vio−
−Eriol por favor es una niña y al parecer algo torpe− dijo al recordar lo nerviosa que se ponía su secretaria.
−Pues yo no veo una niña, sólo veo a una hermosa mujer−
−Sí, es guapa, pero te recomiendo que te limpies los lentes mejor porque sigue siendo una niña− le dijo burlonamente.
−Tal vez si se pone un poco nerviosa...− pero el castaño no lo dejó terminar.
−Un poco, por favor, se pone como las hojas de otoño cuando el viento sopla−
−Tal vez es porque nunca ha tenido un jefe tan guapo−
−Conseguiste traerle algo de comer así que cierra tu gran bocota− le dijo enojado justo cuando estacionaba el auto.
Ambos se bajaron del auto y se dispusieron a entrar a la empresa.
−Creo que una chica como ella es que necesitas− le dijo cuando ambos entraron a la empresa.
−No te voy a negar que es guapa, pero hasta ahí− le decía mientras ambos esperaban el elevador.
−Vez, aceptas que es tú tipo y creo que te has fijado en ella más de la cuenta, dijiste dos veces que es guapa y Xiao Lang Li no acostumbra a decir las cosas dos veces− justo cuando las puertas del elevador abrieron y ambos entraron.
−No dije eso, solamente acepté que es guapa nada más− sabía muy bien cómo sacarlo de sus casillas. −Y el hecho que diga que es guapa más de una vez no quiere decir nada− el pelinegro estaba a punto de seguir hablando cuando él le dijo. −Ya no quiero seguir hablando de eso, no vine a Japón en busca de mujeres, que te quede claro− luego de eso ambos guardaron silencio.
Las puertas del elevador se abrieron indicando que ya había llegado a su destino, ambos salieron y fueron hasta la oficina del castaño. El castaño entró sin saludar, estaba cansado de las estupideces de su cuñado.
−Creo que es lo mínimo que puedo hacer− le dijo a la castaña mientras le entregaba un plato (ya saben esos que usamos cuando vamos a llevar comida)
−¿Qué es esto?− preguntó sin entender.
−Para que no se quede sin comer por la culpa de su jefe− le dijo con una sonrisa, luego se fue hasta su oficina.
La esmeralda solo se sonrojó, pero ya había comido lo que le trajo su amiga, lo colocó en un lado de su escritorio. Fue un gesto muy lindo de parte del moreno. Ya era la una y media de la tarde y tanto el castaño como el moreno estaban reunidos observando el balance de la empresa que había preparado Sakura.
−¡Pues por lo que vemos aquí la empresa está muy bien!− exclamó el pelinegro.
−Si pero sabes porque estamos aquí− le recordó.
−¿De verdad crees qué Yue sea capaz de robarnos?, digo tiene diez años trabajando para nosotros− le dijo el moreno.
−Te estás poniendo igual que mi madre, ella tampoco lo cree− le dijo.
−Bueno es muy difícil de creer que un empleado que tiene casi más de diez años esté robando− dijo mientras seguía analizando el balance.
Mientras ellos veían los últimos detalles para la junta que era dentro en treinta minutos la esmeralda estaba adelantando el trabajo de mañana. Vio como una chica seguía de largo hasta pararse frente a la oficina de su jefe.
−Déjame pasar− le dijo la chica cuando vio como la esmeralda se ponía en medio impidiéndole el paso.
−Lo siento, no puede pasar sin ser anunciada− le dijo.
−¡¿Qué, pero cómo te atreves?− le reclamó enojada.
−Dígame su nombre y la anuncio con el señor Li, para ver si la puede recibir− le dijo con una sonrisa, tratando de guardar la calma al ver el semblante de enojo de aquella mujer.
La chica era alta, cabellos algo ondulado a mitad de espalda castaño claro casi rubio, ojos marrones, era muy bella, cortísimo vestido negro, con un cinturón en animal print y unos tacos amarillos al igual que la cartera. Algo en esa mujer se le hacía conocido.
−No necesito ser anunciada− le dijo llamando la atención de algunos empleados.
−Parece que tu secretaria está discutiendo con alguien− le dijo el moreno.
−Ya le dije que no puede pasar sino es anunciada con el señor Li− le dijo la castaña.
−Mira niña, no tengo tiempo para perder contigo así que apártate de mi camino− le dijo la chica mientras la tomaba por el brazo.
−¿Qué está pasando aquí?− preguntó el castaño quien acababa de salir de la oficina.
La esmeralda al escuchar la voz de su jefe tan cerca se estremeció, se apartó dejando al castaño frente a aquella desconocida.
−¡Xiao Lang, mi amor!− exclamó la chica mientras lo abrazaba.
−¿Qué haces aquí Kaho?− le preguntó mientras se separaba de la chica.
−Me enteré de que estabas aquí en Japón y rápido tomé un vuelo hasta aquí− el castaño al ver que estaban llamando la atención de algunos empleados la tomó del brazo y la arrastró hasta dentro de la oficina donde permanecía el moreno. Lo último que quería era un escándalo.
−Tenía que ser tú, siempre haciendo escándalo− le dijo el pelinegro.
−¿Acaso no te dejé muy claro de qué no te quería volver a ver?− prácticamente estaba tratando de no armar un escándalo, pero su tono de voz lo delataba.
−Xiao Lang, por favor− trató de acercarse pero él se lo impidió.
Esa era Kaho Mitsuy una chica de veintidós años, meses atrás había sido su novia, la había encontrado con otro hombre en su departamento en una situación muy comprometedora.
−¿Acaso no entiendes?− su cuñado miraba la escena en silencio. −No te quiero volver a ver en toda mi existencia−
−Pero...− trató de hablar pero no se lo permitió.
−Te voy a pedir que te vayas y que nunca más en tu vida te atrevas a buscarme−
Ella sólo lo miró con enojo y salió de la oficina mientras azotaba la puerta, ninguno de los dos jóvenes dijo nada, Eriol porque no sabía que decir y Shaoran porque estaba furioso consigo mismo por haberse metido con tipas como ella.
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Era finales del mes de marzo, casi tres meses de la llegada de ambos hombres.
−¿Por qué no la invitas a salir?− le preguntó.
−No siga con eso− ya estaba cansado del mismo tema, desde el día que llegó hasta ahora su cuñado se había empeñado en hablar de su secretaria.
−Vamos Xiao Lang, mira− le dijo mientras le enseñaba unos archivos en su ordenador.
−¿Qué es eso?− le preguntó.
−Son los datos de tu secretaria, veamos− mientras habría el archivo. −Kinomoto Sakura, soltera, vive sola , etc. Y según lo que dice aquí no hace mucho cumplió diecinueve año− terminó.
−Flor de cerezo− susurró, pero el pelinegro lo había escuchado.
−Muy lindo nombre− el castaño solo miró hacia otro lado un poco enojado.
−Déjate de tonterías− le sugirió.
−Yo sólo cumplo, es una chica muy hermosa y babea por ti desde que te vio, recuerda que no todas son como Kaho− sabía que el castaño seguía dolido por lo que le hizo esa mujer.
−Que no se te ocurra volver a mencionarla− el pelinegro solo lo miró con seriedad, su cuñado últimamente solo sabia gruñir.
−Vez, con más razón te digo que tienes que salir con alguien− le aconsejó.
−No has dicho eso, sólo has dicho que tengo que salir con Kinomoto y no tengo intenciones de hacerlo− le dijo más calmado.
Mientras el moreno trataba de convencer al castaño, una hermosa joven salía del elevador, tenía el cabello negro suelto más abajo de la espalda, era alta, ojos color rubíes, figura delgada, traía puesto un corto traje color amarillo con un escote en forma de V, un cinturón negro y unas elegantes botas del mismo color. La chica fue hasta el escritorio de la amatista quien escribía en su ordenador.
−¿El señor Eriol está en su oficina?− preguntó a Tomoyo quien justamente levantaba la mirada.
−¿Quién lo busca?− preguntó con una sonrisa.
−¿Tomoyo Daidouji eres tú?− preguntó la presente emocionada.
−Si− dijo con una ceja alzada.
−Soy Mey, ¿no me reconoces?− le preguntó.
−¡¿Meiling?− preguntó incrédula.
−Si− tenía una gran sonrisa. −Pero no te quedes ahí− la amatista se levantó de su asiento dejando a una Mey muy sorprendida.
−Pero está...−
−Embarazada− dijo con una sonrisa. La castaña solo miraba a las dos chicas con interés.
−¿Cuántos meses tienes?− le preguntó mientras la abrazaba.
−Siete− dijo luego de haberse separado.
−No me digas qué te casaste con Kinomoto−
−Sip, y tengo un año de feliz matrimonio− le dijo.
−Yo también me voy a casar− le dijo mostrándole su anillo de compromiso.
−¿Quién es el afortunado?−
−¿Recuerda el chico qué te comente qué me gustaba?− le preguntó.
−Claro, aquel tonto que solo te veía como una hermana−
−¡Sí!− exclamó con una sonrisa al recordar como aquella vez lloró acompañada de Tomoyo porque el pelinegro solo la miraba como una hermana. −Déjame decirte que ya no me ve como una hermana sino como toda una mujer− dijo emocionada.
−¿Y quién es?− por alguna razón Mey nunca le había dicho el nombre del chico.
−Aquel chico tonto e idiota que te dije aquella vez, es Eriol− le dijo.
−¿Eriol?− preguntó sin entender.
−Eriol Hiragizawa− le dijo a ver que su amiga no captaba la información.
−¿Eriol Hiragizawa, mi jefe?− le preguntó sorprendida.
La de ojos rubíes asintió con una sonrisa, luego ambas gritaron de felicidad, lo que no notaron fue que en esos momentos el castaño y el moreno salían de la oficina del último mencionado al escuchar los gritos de las chicas.
−¿Mey?− decía un sorprendido Eriol.
−¡Mi amor!− exclamó mientras iba hacia él y lo abrazaba. La última vez que lo había visto fue en la época de navidad y de eso hacía ya un mes.
−¿Qué haces aquí?− le preguntó su hermano.
−Les quería dar una sorpresa− mientras se separaba de su prometido.
−Pues valla que no las has dado− le dijo su prometido dándole un beso en los labios.
−¿Recuerdan la amiga de qué tanto le hablaba?− ambos chico asintieron. −Ella es Tomoyo−
−Por eso su nombre se me hacia tan familiar− dijo su novio.
Luego de aquello ambos morenos entraron nuevamente a la oficina mientras el castaño se iba a la de él. No supo porque razón pero cuando pasó al lado del escritorio de su secretaria sintió ganas de mirarla, tal vez lo que Eriol decía era verdad. Entró a su oficina y cerró la puerta tras él y suspiró pesadamente.
−Kinomoto por favor venga un momento− dijo por el auricular, pero rápido se arrepintió, ¿cómo diablos había hecho una estupidez así?. −Adelante− dijo cuando escuchó que tocaban la puerta. La observó de pie a cabeza cuando entró a la oficina, traía un traje crema de pantalón largo y chaqueta, una camisa blanca debajo de la chaqueta al igual que sus zapatos, el cabello lo llevaba recogido en una coleta alta con algunos mechones sueltos, nunca la había visto maquillada solo con un poco de lápiz labial color rosa o simplemente uno sin color que solo le daba brillo a sus labios y ese era el que llevaba justamente ahora.
Si de algo estaba seguro era que esa niña como él decía lo estaba volviendo loco, se veía tan inocente, tan ingenua que lo hacía sentir un pervertido al fantasear con ella, pero era algo que no podía evitar. Se sentía pésimamente miserable por recordar lo que le hizo Kaho y admite que a veces quiere desquitarse y por eso trataba pésimo a su secretaria quien no tenía la culpa de nada de lo que le había hecho aquella mujer. A lo mejor le había mentido a su mejor amigo al decirle que no tenía intenciones de salir con su secretaria. No era tonto y sabía que ella si tenía algún interés por él, a lo mejor no como dice Eriol que ella babea por él.
−Siéntese− no sabía cómo acercarse a la esmeralda, no la había tratado tan bien que digamos. Tal vez tenía que empezar por disculparse. −Si se ha sentido incomoda durante estos dos meses, disculpe− ella no lo miraba, tenía la mirada baja y eso lo hacía sentirse más miserable. −¡Maldición podría mirarme cuando le hablo, parece que estoy hablando con una pared!− la esmeralda lo miró sorprendida, tal vez Chijaru tenía razón cuando le decía que a veces podría ser demasiado tímida.
Se quedó sin aliento al verlo a los ojos, era la primera vez que lo hacía y la hizo sentirse pequeña e indefensa.
−Ya que no dirá nada puede retirarse− se puso de pies y le dio la espalda, ella apenas podía articular palabra. Solo se puso de pies y salió de la oficina sin decir nada, él dejó caer los hombros cuando escuchó la puerta cerrarse.
−Definitivamente es una niña y con esos nervios− suspiró.
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−¿De verdad crees eso?− le preguntaba la morena a su novio.
−Tu hermano no lo quiere aceptar, pero estoy seguro que Kinomoto le atrae− le aseguró.
Ambos chicos estaban sentados en unos de los muebles de la oficina.
−¿Y ella?− le preguntó con interés.
−No sé si está enamorada de Xiao Lang pero me he dado cuenta como lo mira y lo nerviosa que se pone cuando él le habla o cuando la mira−
−Entonces hay que hacer algo− le dijo.
−Le dije que la invitara a salir pero se niega−
−¡Tal vez siga pensado en Kaho!− exclamó pensativa.
−¿Fuiste tú quién le dijo qué estábamos en Japón?− al ver como su novia se quedaba en silencio suspiró. −Xiao Lang está enojado por su visita− le informó.
−¿Tan mal quedaron esos dos?− ella no sabía por qué su hermano y Kaho se habían dejado.
Él solo guardó silencio.
−¿Qué pasa?− le pregunté al ver que se había quedado en silencio.
−Nada− le dijo con una sonrisa. −Te amo− se acercó lentamente hasta que su respiración chocó contra sus labios.
−Yo también te amo− le dijo mientras le rodeaba el cuello con ambas manos.
Se besaron dulcemente hasta que necesitaron separarse para respirar, volvieron a unir sus labios mientras ella jugueteaba con la parte de atrás de sus cabellos él jugaba con su cintura.
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La esmeralda se sentó sin ánimos en su asiento frente al escritorio, de alguna forma estaba feliz porque su jefe se había disculpado.
−¿Qué te pasa?− le preguntó su mejor amiga quien había ido a entregarle unos papeles al castaño.
−Creo que lo mejor será renunciar− había tomado esa decisión y no sabía si era la correcta.
−¡Que!− exclamó Tomoyo. −¿Cuándo lo decidiste?− le preguntó preocupada.
−Creo que no le agrado al señor Li− le dijo.
−Sakura− recordó una plática que había tenido con ella el día anterior a la hora de almorzar.
Flash Back
−¿Estás segura?− le preguntó.
−Sé que estoy mal, pero no lo puedo evitar− se podía ver que estaba triste.
−Sakura, amiga− le dijo al verla sollozar.
−Soy una tonta− se dijo.
−No, no lo eres, no es un pecado enamorarse−
−Pero enamorarse de alguien que solo lo conoce poco, ¡¿por Dios qué estoy diciendo?, ni siquiera lo conozco, solo soy su secretaria−decía mientras se limpiaba las lagrimas.
−Eso no tiene nada que ver−
Fin del Flash Back
−Él apenas se da cuenta de que existo− no pudo evitar que algunas lagrimas se le escaparan.
Ella la entendía perfectamente, Touya nunca se había fijado en ella por ser la mejor amiga de su hermana, cuando le confesó sus sentimientos la ignoró por varios y largos meses y cuando se iba a dar por rendida él fue a su casa y se le declaró.
−¿Qué le pasa?− preguntó Mey que estaba acompañada por su novio, ya habían salido de la oficina.
−No es nada− dijo la esmeralda rápido mientras se secaba las lagrimas. −Disculpen− no le dio tiempo a ninguno de decir nada porque ella rápido se fue al baño.
−¿Qué tiene?− volvió a preguntar la de ojos rubíes.
−Problemas amorosos− dijo al dejar escapar un suspiro.
−Mejor ve a ver cómo está− le dijo Mey.
No lo dudó y fue detrás de su amiga, ambos pelinegros entraron a la oficina donde pudieron ver a Shaoran leyendo unos papeles.
−Sino te apresuras te la van a quitar− le dijo su mejor amigo.
−¿De qué hablas?− le preguntó este sin entender.
−De Kinomoto, al parecer estaba llorando por un chico− esta si que no pierde tiempo.
−¿Y eso en qué me incumbe?− preguntó sin interés.
¿Cómo era posible qué estuviera llorando?, hacían unos cuantos minutos habló con ella y estaba de lo más normal.
−La vi, y es justamente lo que necesitas Xiao− le dijo con una sonrisa.
−¿Y tú qué sabes lo que yo necesito?− le preguntó con ironía.
−Sé que necesitas una mujer tiempo completo, que esté dispuesta a amarte como tú la amarás a ella− dijo pensativa. −Bueno y en lo físico, delgada, de buenas proporciones como te gustan...− pero su hermano la interrumpió.
−Sí, estoy de acuerdo con ustedes, es perfecta pero tiene varios defectos, tímida, nerviosa, no es alta− les dijo a ambos.
−Lo de tímida y nerviosa se lo puedes quitar− exclamó su cuñado con una sonrisa picara.
−No es alta pero tú lo eres−
−¡Por Dios hacen que me sienta un pervertido, es una niña!− dijo mientras se pasaba la mano por el cuello.
−Es de mi misma edad y tú solo tienes veintiuno así que no te sientas como si fueras su papá que no lo eres− le reprochó su hermana.
−Lo que me faltaba, que se pusieran de acuerdo en esto− le dijo a ambos con frustración.
−Le hablaré a mamá y le diré que encontré la candidata perfecta para ser tu esposa− el palideció. No le temía al matrimonio pero definitivamente no pensaba casarse en mucho, mucho tiempo.
−Esto no se trata de buscar candidatas para ser mi esposa, se trata de la que me guste− le dijo.
−¿Y no te gusta Kinomoto, no te gustaría tenerla a ella por esposa?−
−Por favor Mey, apenas la conozco y ya estás pensando en la boda− dijo nervioso.
−¿Pero aceptas qué te gusta?"- le preguntó el moreno, ya sabía que la castaña le gustaba pero nunca imaginó que lo aceptara delante de él y su hermana.
−Maldición− susurró. −Sí, me gusta la niña, eso era lo qué querían escuchar, pues sí, me gusta− ambos sonrieron al ver al castaño enojado al tener que aceptar que la esmeralda le gustaba.
−¿Te gusta más qué Kaho?− algunas veces odiaba lo curiosa que podría ser su hermana.
No dijo nada, la relación que tuvo con Kaho fue muy linda antes de que la descubriera con su amante. Lo que tuvo con aquella mujer fue muy especial.
−No quiero seguir hablando del tema− dijo con seriedad.
−Pues vamos a almorzar− decidió cambiar el tema.
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La tarde transcurrió normalmente, por lo menos Tomoyo había convencido a Sakura de no renunciar, ya eran las seis de la tarde.
−Vamos Sakura ya son las seis de la tarde− le decía la amatista.
−Mejor vete, ya todos se fueron y tú todavía estás aquí− le decía.
−¿Pero y tú?− le preguntó.
−Me tengo que quedar, el señor Li pudiera necesitarme− le dijo con una sonrisa.
−Te cuidas, y recuerda que mañana tenemos que ir a comprarle el regalo a tu hermano− le recordó.
−No te preocupes no se me va a olvidar− le dijo con una sonrisa.
−Cuídate− mientras le daba un abrazo.
−Tú también− luego fue hasta el elevador.
Se puso a adelantar el trabajo del lunes ya que mañana era sábado. Cuando terminó miró hacia la puerta de su jefe. Estuvo rato aburrida hasta que cayó dormida, cuando despertó eran las nueve y veinte de la noche, se estiró y luego miró hacia la puerta de la oficina de su jefe, al parecer no había salido en esas tres horas, se preocupó y decidió tocar la puerta.
Se sorprendió al escuchar como alguien tocaba la puerta, miró su reloj, se extrañó de que hubiese alguien en la oficina, pero un ladrón no tocaría la puerta o si, se levantó de su asiento y fue hasta la puerta, tomó la perilla de esta la abrió de repente. Todas sus alerta se desvanecieron al ver a la persona que estaba al otro lado.
−Siento en molestarlo, pensé que le había sucedido algo− claro por las cinco horas encerrado en su oficina, estaba encerrado desde la cinco de la tarde, por primera vez no la notó nerviosa o tímida, solo preocupada.
−No se preocupe estoy bien− todavía no podía creer que ella estuviera ahí hasta esa hora.
−¿Desea qué le traiga algo de tomar?− al ella notar como él la observaba se sonrojó y bajó la mirada.
−Por favor no hagas eso− pidió con frustración al ver como ella trataba de evitar su mirada.
La esmeralda no dijo nada, los nervios la consumían pero eso no impidió que se atreviera a subir la mirada, él no traía la chaqueta de aquel traje azul marino, solo traía la camisa verde limón, tampoco traía corbata y los primeros tres botones del cuello lo traía desabotonado, pudo ver muy bien la piel bronceada de su pecho, el cabello lo traía más despeinado de lo común, era un hombre perfecto, tenía unos brazos fuertes, unos hombros anchos y por lo que podía ver un pecho perfecto, sin ningún vello, aunque tal vez más abajo tuviera, como por instinto fue bajando la mirada hasta su abdomen que era tapado por su camisa.
−¿Qué imaginas?− le preguntó con una sonrisa.
Continuará
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Quiero disculparte con todos los que leen esta historia, la verdad que me ha dado bastante dolores de cabeza pero ninguno tan fuerte como para no querer seguir con ella, amo a todas mis historias pero esta tiene un lugar muy especial en mi corazón.
Justamente hoy tuve un problema con los capítulos, los borré y como no los tenía guardados ya se imaginan, pegué el grito al cielo pero gracias a unas de mis lectoras, la cual hoy verdaderamente se convirtió en mi salvación, gracias a ella quien lee los capítulos y los guarda en su ordenador me los pudo mandar *O*….- Amanda, muchas gracias, me salvaste de verdad *O*
Ando con demasiados deseos de escribir esta historia, la cual como ya había dicho, la tenía terminada pero perdí muchos borradores y ahora la ando mejorando y escribiendo de mi cabecita *.*….Esta historia y Mundos Diferentes serán las que actualizaré más seguido, muchos pidieron Mundos Diferentes pero también está me la han pedido mucho y luego de un año sin actualizar no me parece justo no complacer al público. La historia la actualizaré cada semana al igual que Mundos Diferentes, más tardar dos semanas, no las actualizaré precisamente ambas el mismo día así que ojo.
Si leyeron los otros capítulos les recomiendo que los lean nuevamente ya que quité muchas partes las cuales me parecieron que estaban demás, agregué y quité cosas, espero que les sigan gustando la historia y muchas gracias a todos los que la leen y en especial a los que se toman unos minutos para dejar un reviews los cuales me alientan a seguirle adelante no importa que tenga que romperme la cabeza nuevamente ^^
En mi perfil estaré subiendo imágenes según suba capítulos, si desean tener una idea de los personajes o de algunos lugares o cosa de la historia allí lo encontrarán.
Espero que sea de su agrado y por favor dejen reviews.
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Besitos...
Hasta el próximo capitulo...
