Disclaimer: Los personajes de Hetalia no me pertenecen a mí, sino a Hidekaz Himaruya.
FELIZ NAVIDAD, SEALAND
Cuando llega el 24 de Diciembre, todos los países del mundo celebran esa importante festividad que es la Navidad. El calor llena sus hogares, y cada uno festeja a su manera...bueno, quizá no todos.
En medio del mar, cerca de la costa de Inglaterra, una plataforma de acero y piedra se alzaba, fría y oscura, abandonada. Dentro de ella había un solo habitante, un niño pequeño que, vestido de marinero, tiritaba de frío tapado hasta arriba con una delgada sábana, en una fea cama de hierro.
—M-me han vuelto a a-abandonar todos —balbuceaba debido al frio, que le hacía castañetear los dientes, y a las lágrimas que le bajaban por las mejillas—. I-Inglaterra, i-idota, llegará el día en q-que...
Una ráfaga de aire helador lo sacudió de arriba abajo, cortando el final de esa frase. Sealand se arrebujó más en la sábana, la cual no le servía de nada, porque el frío le paralizaba todo el cuerpo. Llorando, el niño pensó con todas sus fuerzas, en lo siguiente:
—"Santa, no te olvides de mí...por favor..."
En estado de semiinconsciencia, le pareció escuchar un tintineo que venía del exterior. Se incorporó como pudo y, envuelto en la sábana salió al exterior. No pudo dar crédito a sus ojos. Allí, justo delante de él, había un enorme trineo, pintado de rojo de arriba abajo, con un saco gigantesco en su parte trasera, y tirado por seis renos. Sentado en el saco con las riendas, estaba él.
—Fi...Finlandia... —sollozó Peter, ahora de alegría. Finlandia se volvió hacia él sonriéndole y le tendió una mano enguantada. Peter avanzó, quitándose la remendada sábana, y agarró la mano del mayor, que tiró de él hasta subirle en el trineo. Rebuscó en el saco y sacó una gruesa manta de lana, que puso enrollada en el cuerpo de Sealand, llenándole de calor.
—Vamos, Peter, ahora vendrás conmigo a tu verdadera casa —le dijo Finlandia, agitando las riendas. Los renos empezaron a correr, y cuando tuvieron el suficiente impulso, despegaron, y el trineo echó a volar hacia el norte, dejando una estela dorada a su paso.
—¿A mi verdadera casa? —preguntó el pequeño, sin entender.
—Así es —Finlandia le acarició el cabello—. Vivirás con Suecia y conmigo, ya que él te ha adoptado.
Las lágrimas afloraron de nuevo a los ojos de Sealand, y esta vez eran de agradecimiento. Incapaz de pronunciar una palabra debido al nudo que tenía en la garganta, se recostó en el asiento, calentito gracias a la manta, y poco a poco fue quedándose dormido. El trineo empezó a descender, y aterrizó suavemente justo delante de la casa de Suecia quien, envuelto en su grueso abrigo, esperaba su llegada. Finlandia "Santa Claus", cogió a Peter y se lo dio a Suecia, el cual lo estrechó entre sus brazos.
—Gracias, Finlandia, por haberlo sacado de ahí —dijo. El aludido sonrió.
—Es mi trabajo, él deseó que no me olvidara de él, y no podía hacerlo, ¿verdad?
Le guiñó el ojo a Suecia y espoleó a los renos, que volvieron a iniciar su carrera, y pronto la "nave" estuvo surcando los cielos de nuevo. Berwald se dio la vuelta, mirando al dormido Sealand, y entró en su acogedora casa de nuevo. El niño murmuró en sueños una frase casi inaudible:
—Gracias, Finlandia Santa Claus...
En el cielo, recortada contra la luna, se veía la silueta del trineo dibujar unas gigantescas letras doradas que resaltaron contra el negro del firmamento: FELIZ NAVIDAD.
N/A: Pues aquí está! ^^ Un cuentecito de navidad con mi querido Sea-kun, porque él se lo merece, y por supuesto con Finlandia Santa Claus y el trineo XD y queriendo aprovechar estas fechas. Espero que os guste, y que tengáis todos una muy feliz Navidad. ¡Besos! :D
