-¡Al! ¡ Ven aquí, bastardo!- rugió la pequeña niña colorada de cinco años a su hermano morocho de siete que se moría de risa montado en una escoba.
-bájate del unicornio Boo, debes agradecerme, si no fuera por mí no sabrías que eres adoptada y que mama y papa no te quieren- grito desde las alturas desatornillándose de la risa.
-¡baja, baja y dímelo en la cara maldito Huffi!- chillo la adorable niña al borde de las lágrimas utilizando el insulto preferido de su madre.
-lo haría, pero me gustaría seguir teniendo los brazos pegados al cuerpo- a Albus le faltaba el aire de lo mucho que se reía, puede que sus padres lo retaran cuando se enteraran, pero el momento lo valía. Ama sacar de quicio a su pequeño Bogart personal. Se lo merecía.
-Al- dijo la hermana pequeña en tono lastimoso- baja- rogo en un susurro. Había empezado a llorar. Albus soltó un bufido y comenzó a descender. Cuando Lily lloraba daba mucha lastima, cuando lo hacía instalaba un sentimiento en el pecho de la gente que no se iba hasta que ella lograba lo que conseguía. Funcionaba con todos. Incluyendo al travieso Albus Severus Potter que aunque amaba hacer rabiar a su hermana, no soportaba verla llorar.
-Boo, no te enojes, no estoy seguro de eso, puede que seas la hija bastarda de Harry, quien sabe- dijo el hermano mayor a su hermanita, diciendo lo primero que se le paso por la cabeza, ganándose una sonrisa esperanzada de esta.
-¿enserio lo crees?- pregunto recuperando el color en las mejillas, que se habían vuelto blancas al escuchar la "fatal" noticia.
-estoy un noventa y nueve por ciento seguro- dijo solemne.
-oh Al, eres el mejor, gracias… por un momento me asuste- dijo la única niña Potter, la princesita de papa, la noventa y nueve por ciento bastarda a su hermano, el "amito" de la casa, el noventa y nueve por ciento mal hermano, mientras lo casi estrangulaba en un abrazo mortal.
-ya, ya mini-Bogart, contrólate- dijo fingiendo enojo. No sirvió de mucho. Lily no lo pensaba soltar nunca más, no con lo cerca que estuvo de perderlo.
Luego de cuatro horas "Boo" se quedó dormida, liberando momentáneamente a su pobre hermano de esa trampa mortal llamada abrazo.
Albus se prometió no volver a hacerle una broma a su pequeño Bogart. Esa chica daba miedo.
