Incoherente corazón.

-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Se detuvo de improvisto. A tan solo segundos después de sentir un placer abrasador, y todo fue por la acción de la mujer que tenía bajo él.

Miró el rostro de aquella joven.

Su cara pálida mostraba un llamativo sonrojo por toda aquella agitación que él mismo se encargó de propiciarle, mientras sus cabellos estaban esparcidos sobre aquella sabana de seda blanca.

Frunció el entrecejo, ella había intentado besarle. Nuevamente ella le repetía aquellas estúpidas palabras.

Se separó de ella alejándose de su cuerpo desnudo haciendo que su cuerpo tambalease por la acción rápida.

"- ¿No puedes quedarte callada? – preguntó sin ocultar la frustración que le causaba separarse de ella."

Tamao le observó en silencio mientras él comenzaba a vestirse. Cada noche era igual, cada noche desde hacía cuatro meses era exactamente igual.

Él se retiraba a su propia a habitación después de haberla tomado. Una extraña y forzosa vida de casados.

Ella tomó la sabana para cubrir sus pechos mientras tomaba asiento con cierta dificultad.

Quedó en silencio por unos segundos más, para luego mostrarse firme.

"- ¡Si! – dijo levantando el tono de su voz y cerrando sus ojos con fuerza - ¡Te amo! – repitió la palabra que había pronunciado durante aquel acto sexual."

Ren tensaba sus músculos cada vez que la escuchaba repetir esa palabra. Desde hacía casi tres semanas, ella no dejaba de repetírselo.

Aquel matrimonio se había consumado en un acuerdo mutuo que estaba seguro no agradaba a ambos pero ella ahora le profesaba semejante cariño.

"- No es amor – respondió conteniéndose. No podía imaginar que le obligaba a ella a decir que le amaba siendo él tan taciturno."

Notaba como ella le miraba de vez en cuando y su cuerpo reaccionaba cuando él tan solo le devolvía el gesto. L a había deseado pero no había nada tras eso. Definitivamente era una mujer torpe que fue atada a él por acuerdos estúpidos.

Volvió su mirada con severidad justo en el instante en que ella entornaba sus ojos y dejaba a relucir sus lagrimas.

Él presionó sus puños con fuerza. Ahora ni siquiera podía tomarla a gusto ya que siempre, en medio de aquel acto, ella le repetía la misma frase. ¿Hasta cuando tenía que repetirle que no le correspondía?.

¿Acaso ella pensaba que él podía sentir algo?. Sonrió para sí mismo, aquello era una tontería.

"- Piensas que por que no estuve de acuerdo en que te reemplazaran ¿correspondo en algo a tus palabras?."

Tamao le miró inquieta y como siempre, a punto de llorar.

"- ¡Te amo! – repitió haciendo que Ren perdiese la paciencia y se molestara aun más."

"- No puedes dar a luz y ahora ni siquiera puedes cumplir tu deber como esposa – afirmó hablando fuera de sí mismo, tanto así que reaccionó muy tarde ante sus propias palabras."

La había hecho llorar nuevamente obligándolo a salir de la habitación antes que se doblegara y decidiera acercarse a ella.

Esa mujer le hacía cambiar de parecer rápidamente y tenía pruebas de ello.

Él era un heredero de la completa dinastía que gobernaba su apellido, y a pesar de su fría y calculadora manera de tratar a sus cercanías, ella se acercaba y le hacía cambiar de parecer incluso cuando estaba furioso.

Arregló su camisa negra de cuello alto mientras se encaminaba al salón principal de aquella gran fortaleza.

Su hogar era una enorme extensión que tenía mas de mil años de historia y tradiciones que tuvo que aceptar solo por el deseo o más bien, exigencias de sus difuntos padres.

Se maldijo, no dejaba de pensar en el estado de ella. Cada vez se le hacía más detestable estar cerca.

Presionó nuevamente sus puños ya que se sentía un cobarde. Si, admitía que huía de la extraña fuerza que ejercía sobre él una mujer tan débil.

Él era conocido por su crueldad y respetado gracias a eso, sin embargo si ella rogaba por que alguien fuese liberado o porque él cambiara de parecer en decisiones, lo lograba, maldiciéndose al final por no poder negarle aquello.

No aceptaba completamente todo, pero con tan solo el hecho de hacerlo cambiar de parecer o incluso apaciguarlo ya era algo alarmante.

Estaba a punto de cerrar la puerta donde estaba seguro, pasaría todo lo que quedaba de la noche, cuando se dejó notar una figura esbelta frente a él.

"- ¿No duermes? – preguntó la mujer con calma."

Ren suspiró y le dejó pasar. Si no podía negarle casi nada a la que era su esposa, a esa mujer de hermoso ver y cabellera verde, era sin duda la que más confusión le causaba.

"- No tengo sueño, hermana – exclamó girándose."

"- Supe por fuentes de confianza, que te negaste a conseguir otra esposa – sonrió complacida."

"- ¿Y? – preguntó mirándola sin importancia."

La joven se mostró sorprendida y su semblante se endureció.

"- Ren¿es posible que no puedes sentir aunque sea pena por esa mujer?."

"- Si, inspira lastima por su torpeza – se encogió de hombros."

"- Si es así ¿por qué no escoges una esposa que pudiera darte hijos?."

Ren rió ante tal pregunta.

"- Se me obligó a casarme con esa mujer, y ahora que el clan a sabido que no puede quedar en cinta se maldicen por su error ¿ no crees que es suficiente motivo para no prescindir de ella?."

"- ¿Solo lo haces para vengarte de ellos?."

"- ¿Por qué más habría de hacerlo?."

"- Ellos solo querían que engendraras cuando menos dos herederos. – murmuró"

"- Si, y ahora saben que me ataron a una mujer estéril – sonrió ante tal ironía. – creo que después de todo yo salí vencedor."

La joven le observaba con arrepentimiento. Su hermano era de verdad cruel, pero estaba segura que no podía serlo del todo, la prueba más clara es que aquella dulce jovencita de cabellos rosas le amaba y ella lo sabía.

Ren observó a su hermana, esta vestía un traje color lavanda sin mangas. Parecía un atuendo para dormir.

"- En esta época hace mucho calor – sonrió ella como si hubiese leído el pensamiento de él – además, apenas han dado las siete de la noche."

"- ¿A que has venido Jun? – preguntó con calma."

"- He sabido que el hermanastro de Tamao vendrá mañana ¿Te has imaginado que si ella le dice algo, podría eliminar el matrimonio?."

Ren se giró hacia la barra de licores en esa habitación. No dejaba de escucharla, mientras, se servía una bebida en un vaso de cristal.

"- Dudo que lo haga – exclamó con más seriedad."

"- ¿Por qué estas tan seguro? – preguntó con curiosidad."

"- Porque esa mujer no deja de repetir que me ama."

Jun le miró con genuina sorpresa. Él lo había dicho con tan poca importancia que le parecía imposible una actitud tan fría.

"- ¿Te lo ha dicho!- preguntó nuevamente."

Ren se encogió de hombros como respuesta.

"- Pero... ¿tu no le has...?"

"- ¿Qué quieres que le responda? – dijo al fin furioso. Siempre se enfadaba al recordar que ella le decía aquello - Un matrimonio forzado. ¿no te dice suficiente?."

"- Pero, has estado tanto tiempo molesto por este trato que ha sido sin tu consentimiento, que puede que no te das cuenta que estas perdiendo..."

"- Tengo cosas más importantes en que ocuparme que pensar en las palabras de una mujer. Para mi no es sorpresa."

¿Arrogante?. Pues aquel hermano suyo ya tenía otra extraña "cualidad"

A la edad de quince años se convirtió en el líder de la dinastía. Solo había sido criado para ese propósito, en realidad Jun no le culpaba por eso. Sin embargo ahora que él tenía más de veinticinco años esperaba que algo le hiciera reaccionar.

Pero a todo esto, solo se agregó más ira a él cuando se le obligó a casarse con una hija ilegitima de otro clan familiar, siendo casi seis años menor que él.

Jun pudo presenciar como hace más de cuatro meses, Ren se interponía entre aquella unión sabiendo que la joven carecía de muchas cosas que él consideraba importante, pero Jun sabía que aquello solo era una cuartada para hacer lo contrarío a la petición de su padre.

Sabía que la razón por la que él se enfadaba, es que pensando que por ser el líder no tendría que aceptar aquella obligación y sin embargo tuvo que acceder.

Jun pudo percatarse como la tímida jovencita le temía a él por su extraña forma de mirarla. Que estaba segura que le odiaba, aunque poco a poco pudo mirar ciertos cambios gracias a algunos actos de Ren.

De pronto se percató que aquella tímida jovencita se había enamorado profundamente. Al recordarlo sonrió y pensó que Ren podría pensar lo mismo, sin embargo todo aquello era lo contrario.

Ren era un hombre frío que no parecía inmutarse, llevaba todo calculado. La única vez que le vio perder el control fue por algo que dijo la pelirosa y aquello fue una gran noticia.

Nadie podía pensar que una mujer tan dulce tímida y tierna pudiese amar a un cabeza hueca como lo era su hermano.

Tanto Jun como el hermanastro de la jovencita, tuvieron poca esperanza ante esa unión, pero ahora solo sabía de lo triste y apagada que se encontraba aquella joven y más al saber que no podía dar un hijo.

Su familia adoptiva. Los Asakura. Se avergonzaban al saber eso, pero el único que estaba pendiente de ella era su hermanastro, que le profesaba un afecto único, algo que sin duda ella necesitaba.

Jun se preguntaba una y otra vez si Ren estaba enterado de aquello. Lo más probable era que no gracias a que Tamao no solía comentarle nada, pero estaba segura que con la llegada de su hermanastro las cosas podrían cambiar.

Pasaron algunas horas charlando sobre el viaje que ella había hecho antes de visitarlo y hospedarse en aquel gran hogar.

"- ¿Sucede algo? – preguntó Jun al notarlo tan perdido mirando como la lluvia comenzaba a caer y las gotas resbalaban por la ventana."

"- Nada ... – murmuró sin girarse a ella."

Jun suspiró. A veces deseaba saber que era lo que él pensaba. Parecía poner una gran muralla para que nadie pudiese verle de manera vulnerable o saber sus pensamientos. Eran raras las ocasiones en que ella podía mirar al verdadero Ren.

Ren observó como en la parte inferior del lugar se escuchaban muchos ruidos. Decidió salir del salón para averiguar que ocurría, pero en aquel instante una de las sirvientes entró sin permiso alguno.

"- ¿Qué ocurre? – frunció el entrecejo"

La mujer se notaba afligida pero al ver el rostro de él su temor incremento.

"- Ve-verá señor – dijo recordando que era más importante informarle de aquello – La señora,... es la señora."

"- ¿Tamao? – preguntó Jun poniéndose de píe."

"- ¿Qué pasa con ella? – dijo Ren exigiéndole una respuesta inmediata."

"- A sufrido un accidente... – murmuró agitada."

Jun abrió a mayor proporcion sus ojos a causa de la sorpresa, mientras el rostro de Ren quedó estupefacto. No sabía que le había recorrido pero al escuchar aquello dejó caer su vaso de cristal.

"- ¿Qué ocurrió? – preguntó la peliverde sabiendo que su hermano quedó en silencio."

"- E-ella salió... no se porque tan tarde pero... alguno residentes cabalgaban y la encontraron... nos han avisado de inmediato al reconocerla, parece estar muy... – sabía que no daba mucha información pero era a causa del temor. Sin embargo solo pudo sentir lo rápido que pasó Ren a su lado y corrió hasta la salida."

Tanto Jun como aquella mujer intentaron detenerle más él no las escuchó. Tenía un mal presentimiento y no estaba dispuesto a detenerse hasta que viera que esa joven estaba a salvo.

---------------------------------------------------------------------------------------------------------

Continuara...

N/A: extraño? si un poquito. bueno otro fic de esta pareja (no puedo evitarlo me encanta y la idea de tenerlos casados me gusta) aunque... eso puede cambiar.

bueno este fic fue en ratos de poco ocio (hoy si son pocos) pero como ya dije me encanta esta pareja.

esta vez pienso escribir para darle un escarmiento a mi lindo Ren. (me encanta)

bueno espero el fic guste de quien lo lea.

cuidense.