"Moriarty"
Es el momento, pensó sonriente tras dejarle en su blog a Moriarty la ubicación en donde encontrarse y qué mejor lugar que en donde todo comenzó, como el Alfa y Omega, allí tal vez todo termine.
Con rapidez se levantó del sofá y tras despedirse de la señora salió disparado de Backer Street 221 para luego tomar un taxi. El camino fue rápido, casi ni lo sintió puesto que llevaba pensando todo el camino cómo sería enfrentarse al famoso Moriarty, aquel individuo cuyo nombre no estaba acompañado de un rostro.
¡Estaba fascinado! ¿Quién podría ser aquella persona con una mente tan brillante como la suya?
El taxi arribó y él bajó para dirigirse al lugar del encuentro. Y ahora estaba allí frente a la entrada un poco oxidada de la piscina y con un estruendoso rechinido abrió la puerta dándose paso al lugar, su mente no espero ni un minuto y revisó cada parte del lugar; opciones de salida, lugares por donde podría aparecer su enigmático enemigo-admirador.
Ya preparado, inspiró para luego girarse.
—Te traje un regalito para poder conocerte— dijo extendiendo en alto la memoria con los planos.
—De esto se trataba todo ¿no es así? ¿Cierto?— continuó hablando mientras el eco del sonido del agua retumbaba por todo el lugar. Parecía que prácticamente Sherlock se encontraba solo.
—Todas tus adivinanzas que me hicieron danzar, todo para distraerme de esto— no, Sherlock no estaba solo o eso quería creer, claro que Moriarty no se perdería una oportunidad como esa para aparecer ¿No?
Y como respondiendo a esa pequeña pregunta una de las puertas se abrió sonando un rechinido más fuerte que el anterior, captando su atención. Y de allí salió "Moriarty".
John Watson apareció serio ante Sherlock que miraba sin creer. No, él no podía ser, no podía porque era su amigo… pero entonces ¿Quién más podría ser? Usando vieja técnica de "tengo cerca a mis amigos, pero aún más cerca a mis enemigos".
¡El hombre en que confió era su enemigo!
—¿Cómo estás?— pregunto el rubio logrando que la sangre se le helara ¿en serio Moriarty era John?
—Es una sorpresa ¿no, Sherlock?— el pelirizado no lograba salir de su asombro, por primera vez había fallado su deducción.
—John— logró decir mientras lentamente bajaba el brazo con la memoria, sin apartar un solo instante la mirada de aquel que se convirtió en su amigo— ¿Qué hiciste?
—Esto no lo viste venir—interrumpió el rubio. Ya no podía seguir parado en shock, tenía que actuar, así que se acercó a él.
—¿Qué te gustaría que le mencionara después?— y mientras formulaba esa pregunta John abrió su abrigo mostrándole a Sherlock las bombas que inundaban todo su torso, él no era Moriarty, John era solo un rehén.
No lo demostró, pero en su interior se alegró. Sí, aun su amigo estaba repleto de bombas y un francotirador le apuntaba el pecho, pero aun podía llamarlo su amigo y eso lo alegró. Sin esperar miro a todos lados tratando de ver si aparecía el verdadero Moriarty, mientras John seguía hablando.
