FIC

Siempre Juntos

De Carol MacLand

Los personajes son creados por la escritora Kyōko Mizuki, uno de los seudónimos de Keiko Nagita, y la mangaka Yumiko Igarashi, seudónimo de Yumiko Fijii, publicado en Japón por Kōdansha Ltd

Resumen: El pasado no les impidió enamorarse, él un joven trabajador sin recuerdo, ella una joven con muchos recuerdos dolorosos, juntos deciden darle una oportunidad al amor, mientras la vida continúa su curso

Era una mañana soleada, como ya era costumbre Albert ya tenía listo el desayuno, el rico olor del café inundaba el ambiente, Candy aún dormía pero al sentir el aroma que emanaba el café se levantó de un salto, sin más corrió al baño, desde la puerta de la cocina él la observaba sonriente a la rubia, ella iba como apurada de regreso a su habitación envuelta en una toalla, viendo toda la escena el negaba con la cabeza pensando

- Eres tan hermosa mi pequeña, suspirando caminó lentamente hacía la puerta del dormitorio de la joven, pero en su apuro la chica pasó como un torbellino sin siquiera percatarse de la mirada de aquel hombre que la miraba con una ceja levantada muy sonreído

- Toc Toc Toc Toc Candy buen día, ¿te pasa algo pequeña? ¿ Por qué corres de esa manera? Del otro lado de la puerta, una joven muy molesta y desesperada contesta casi gritando

- Por tu culpa, el hombre muy asombrado le contesta

- ¿Por mi culpa? ¿Acaso mis ronquidos no te dejaron dormir anoche? Luego se escuchó una sonora carcajada cada vez más alejada de la puerta, al escuchar las risas Candy se para en seco de peinar su larga cabellera, que trataba de recoger en una coleta alta , salió de la habitación con el rostro roja de la rabia, buscando con la mirada al dueño de aquélla risa burlona, que no le hacia la más mínima gracia, caminó directo a la cocina pero al no encontrarlo se fue rumbo a la sala, al verlo frente a la ventana, solo pudo respirar profundamente

La sola visión de ese hombre que parecía un ángel le quitaba el aliento y hacía que todo se le olvidará, con su dulce voz apenas audible le llano

- Albert, fue apenas un murmullo, pero él lo escuchó y enseguida volteó con una enorme sonrisa, que al verla automáticamente cambio A una expresión de confusión y molestia

- Pequeña ¿Por qué traes puesto el uniforme?

- ¿ Cómo por qué? Volteó los ojos viendo hacia el techo y levantó sus manos hacia arriba, sin entender esa pregunta tan tonta

- Albert porque tengo que i a trabajar, al escuchar esa respuesta, el rubio arqueó una ceja y en un tono molesto le pregunta

- ¿Que acaso no quedamos que los fines de semana no harías guardias que no te correspondiera? la rubia abrió sus ojos de una manera tan exagerada y chistosa que enseguida la molestia del joven aumentará

- ¿Guardias los fines de semana? Dijo ella sin entender por qué decía eso

- ¡Si Candy, guardias los fines de semana! La chica sólo caminó hasta donde se encontraba parado el chico, con una mano tapando su boca, al estar frente a él y bajó la vista al suelo, para ocultar de él su rostro, en tono muy bajito sólo contestó

- Lo siento Albert yo... yo yo lo olvide por completo y bueno yo... yo yo solo..

- ¿Tu sólo qué Candy? ¿Podrías Verme a los ojos por favor?

- Pues yo solo lo olvide

Albert con una expresión triste en su rostro volteo su cuerpo y dijo su vista en la calle, no dijo nada más, un un instante hubo silencio en la habitación, mientras Candy lo miraba su espalda ancha, tratando de contener la risa tapando su boca con ambas manos

- ¿Así que sólo olvidaste que teníamos hoy un compromiso muy importante? ¿ Y además vas a cubrir una guardia que no te corresponde? Al escuchar la tristeza de en la voz de Albert, se acerco y le abrazó apoyando su mejilla en él y le contestó

- No Albert, no olvide ese compromiso, ni esa promesa, solo olvide que hoy era sábado, al escuchar esta confesión él se volteó con una sonrisa maliciosa en el rostro, la vio a los ojos con, ella sólo reía mucha seriedad y un intenso brillo

- Pues Señorita, todo este mal rato que me hizo pasar, merece un castigo ejemplar, sin más la levantó y recostada en el sofá, comenzó hacerle cosquillas

- No te atrevas Albert, cosquillas no, cosquillas noooo, de nada sirvieron las queja, los reclamos llegaron tardes, las risas de Candy se escuchaba por todo el departamento, esas risa que tanto le gustaba escuchar y que tanto amaba él, eran música para sus oídos

Él dejó de hacerle cosquillas y ella continuaba riendo, él se fue acercándose poco a poco a su rostro, cuando ella se percató ya los labios de él estaba a milímetros de lo de ellas, su aliento tibio acariciaba sus labios y ella cerró los ojos esperando sentir la dulzura de aquellos besos, que noche le robaban el sueño, cuando por fin sus labios se encuentran son interrumpidos por un golpeteo en la puerta

Tocar Toc Toc Toc. Con los ojos suplicantes la rubia pone una mano en su rostro y la otra en el cuello de Albert, diciéndole con un movimiento de cabeza que no se aleje de ella, él luego de apartarse un poco sonríe y se acerca para besarla , después de unos segundos y un beso corto, que les pareció de ensueño a ambos se escuchó nuevamente los golpes en la puerta, esta vez acompañados de una voz inconfundible para ambos

Tocar Tocar Toc Toc -Candy, Albert

- Vamos Candy abre que tu risa se escuchaba cuando subíamos las escaleras, ambos rompieron un nuevo beso con mucho pesar, el rubio se levanto del sofá apartándose de ella con una sonrisa pícara y le guiño el ojo

- Eso te pasa por consentir tanto a tus primos y a tus amigas, allí se enderezó como impulsada con resortes

- Eso pasa por tu invitarlos a desayunar

- ¿Qué? Yo no los invite pequeña, ellos se invitan solitos

CONTINUARÁ ...


Gracias por sus comentarios,

Carolina