Aclaraciones: Ni Shingeki no Kyojin ni Tokyo Ghoul me pertenecen. Shingeki no Kyojin (Attack on Titan) y sus personajes son propiedad de Hajime Isayama. Tokyo Ghoul pertenece a Ishida Sui. La trama es mía.
Contenido: A. U. | Ambientado en el mundo de Tokyo Ghoul| OoC | B. L. | Ereri | Drama | Violencia | Palabras Altisonantes | Gore
ADVERTENCIA: Este Fic es única y exclusivamente de una pareja de Shingeki No Kyojin, si lo que buscas es algo sobre Tokyo Ghoul, aquí no lo hallarás. Únicamente se tomaron las referencias de la obra de Ishida tales como la forma de vida de los Ghouls y su interpretación de estos en el mundo actual.
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Términos usados:
Ghoul: Son criaturas carnívoras y caníbales que solo logran alimentarse de humanos y otros Ghouls. Son físicamente similares a los humanos, tienen su mismo nivel de crecimiento e inteligencia, exceptuando su dieta, biología y mentalidad. Tienden a ser muy fuertes y rápidos, tienen los sentidos desarrollados y una habilidad regenerativa muy acelerada. Debido a sus hábitos alimenticios suelen ser perseguidos y enjuiciados por los humanos pertenecientes al CCG.
CCG: Comisión de Contramedidas Ghoul o CCG, es la agencia federal de investigación criminal encargada de los casos relacionados con Ghouls. Suelen ser llamados palomas por los Ghouls debido a que el escudo del CCG tiene una en el centro.
Rangos: Estos van de rama baja (nivel 3, 2 y 1) a rama alta (primera clase, clase especial asociado, clase especial) siendo el nivel más inferior nivel 3 y el máximo clase especial.
Kagune: es el órgano depredador de un Ghoul, el cual funciona como un arma para el Ghoul. Por lo general, es tan roja como la sangre y flexible como el flujo de agua, pero firme y resistente. Cuando se libera, el físico de un Ghoul se fortalece, son más resistentes y su movilidad se ve aumentada. Se compone de Células Rc, que fluyen como la sangre, puede llegar a ser tan sólido como los dientes y puede ser descrito como "músculos líquidos".
Quinque: Es un arma que ha sido creada cuando se funde el Kakuhou extraído de un Ghoul dentro de una capa de Acero de Quinque. El Quinque emite señales eléctricas que estimulan el Kakuhou para liberar y controlar el Kagune. Los Quinques se suelen transportar en Bolsos o Maletas. El Quinque puede estar hecho en base a diversos modelos de armas como hachas, pistolas, escudos o espadas, pero aun así retendrá características del Kagune original. Otra diferencia entre los Quinque y los Kagune, es que el primero no puede cambiar su forma ni almacenar o absorber Células después de que es despojado del Ghoul al que pertenecía; y solo utiliza el 70% de la capacidad original del Kagune empleado para su manufacturación.
Notas al final...
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Capítulo 1:
::Desenfreno::
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¿Qué era lo que sucedía por mi mente en ese momento? Fue un momento en el cual no era consiente de mis acciones; actuaba por instinto. Aunque si tenía una cosa clara… lo hacía para protegernos.
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Distrito 11
Lichtenberg; Berlín, Alemania
Las luces de un callejón, a plena media noche, eran el escenario ideal para el crimen que se estaba desenvolviendo en esa tan aclamada nación. Uno de los muchos que se estaban haciendo conocidos por el famoso "de boca en boca" de los residentes.
Silencio absoluto, es lo que había. Un silencio mortífero similar al de una sala de confinamiento. Ese silencio que te hace helar la sangre y hacer lo posible para que se terminara… era estremecedor.
Fue más horroroso en la manera en cómo se cortó ese silencio tal como un estruendo por el cristal rompiéndose.
Una mujer gritaba. Inusual dado que en esas calles solo había edificios desiertos a causa de las inundaciones que arremetían por el drenaje mal instalado.
Sus gritos eran alaridos que destrozaban la calma ya casi nula en el cuerpo de una pequeña castaña.
Sus castaños ojos se achicaron y las piernas comenzaron a temblarle. Tenía la piel de gallina y las manos heladas por la ansiedad.
«No debo estar aquí, no debería estar aquí. Esto… ¿Por qué?»
Los pensamientos se le entrelazaban calándole en lo profundo de la mente como quemaduras echas por hierro caliente. Marcándole, desestabilizando sus sentidos… el terror le abrumaba.
Otro grito, este más palpable… el anterior era difuso en comparación.
Una interferencia se oye en su oído; le hace brincar del susto, casi gritar. Aprieta su puño izquierdo, intentando no disparar el arma cargada que llevaba.
De nueva cuenta la interferencia en su oreja. Pasa saliva de manera dura, mordiéndose el labio.
Presiona el botón en su oreja, asintiendo con el cejo fruncido.
Espabila Ral. No es momento para acobardarse. −Piensa, regañándose a sí misma.
Una interferencia más y la transmisión se oye con claridad.
−Aquí clase especial Ackerman, pidiendo informe de ubicación. Repórtense, Brossard, Schultz, Ral y el mocoso. −la voz era profunda, sin embargo, le hacía sentirse tranquilidad.
− Grupo A, primera clase Schultz y nivel 1 Brossard reportándose 100 metros al norte del punto de encuentro. Sin rastro del degollador.
−Bien, grupo B-
−E-estoy yo nada más. −titubeo Petra al hablar.
− ¡¿Qué?! −hablaron los hombres a la vez, después de que Petra terminara de hablar.
− ¿Dónde mierda esta ese estúpido? −gruño Brossard con total ira, temía porque la castaña le sucediera algo.
Petra se mordió el labio, deteniéndose frente a un edificio de ladrillos azules y del cual escurría agua por las paredes.
−Er- Primera clase, Jeager, ha dicho que se adelantaría. −chillo en bajito al ver que su pie se hundía en un supuesto charco.
−Capitán, ¿Qué hacemos?
Ackerman suspiro, cansado. Sabía bien que al mocoso debía ponerlo en su grupo, pero era tan insistente en ir junto con Petra… ahora entendía el porqué.
−Ya me encargo yo. Petra… tu ubicación.
−20 metros al este del punto de encuentro. Y-yo- −un chirrido se escuchó y su vez se detuvo en seco.
Se volvió con violencia hacia el interior del edificio, con los ojos en alerta, frunciéndolos ligeramente. No se percató de que su respiración le traicionaba, casi hiperventilándose; dando bocanadas fuertes por la boca.
−Escuche algo. −susurro. −dense prisa, creo que lo encontré.
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Los gemidos eran débiles; la dueña de aquellos ruidos agónicos aún se encontraba aturdida. ¿Qué ha pasado? Se preguntaba mordiéndose el labio y con las manos puestas sobre cada lado de su cabeza como garras de águila sobre su presa.
Estaba horrorizada. Después de ver aquello no se podría negar a la realidad. Esas cosas son reales ahora le constaba más que cualquier cosa.
Había vivido prácticamente toda su vida pensando que todo eso eran simples exageraciones, cuentos de para que los niños dejaran de joder con sus mierdas infantiles… si, eso pensaba. Ahora solo era un ramo de nervios con los ojos rotos y la vida desecha.
Sabía que moriría. Ya no le quedaba nada porque luchar, su vida ya no era nada en ese momento; pendía de un hilo, uno muy delgado y ese monstro de ojos rojos jugaba con ese hilo entre unas frías y filosas tijeras, tentando cada vez más en su cordura. Tentando cada vez más y más hasta destrozarla y no dejar nada de lo que era…
Sus pasos chapoteaban entre la sangre. Miraba con morbo a la rubia a sus pies, tan frágil, tan dócil, tan sumisa… tan patética. Le hacía sonreír esa expresión aterrada. Le excitaba sus sollozos, en especial por saber que era el causante de ellos.
La chica miro al cadáver frente a ella, anteriormente le llamaba mejor amiga. Claro, antes. Ahora solo era un pedazo de carne deshecho y pudiéndose por las mordidas. Secándose por la sangre que abandonaba su cuerpo.
− ¿Qué sucede, conejita? Hace poco te arrastrabas porque te trajera conmigo. −cantoneo el hombre con una voz burlona y gutural.
Ella pego un fuerte brinco, ahogándose en sus lágrimas al recordar aquello.
Había salido con su mejor amiga a una fiesta de cumpleaños. Estaba tan ebria que ella decidió pasarla mejor que en ese momento. Un trio con su mejor amiga y completo desconocido no le parecía tan mal hace apenas treinta minutos…
− ¡N-no, por favor! −Negaba con la cabeza mientras jadeaba. − ¡N-no! ¡NO! −su voz se alzaba rompiendo el sonido estremecedor a medida que aquel desconocido se acercaba con lentitud.
−Pero si tengo hambre… −susurro y sus ojos comenzaron a ennegrecerse. −y sé de buena fuente que estas muy buena. −comenzó a reír bajito mientras las cuencas se le teñían de negro y las pupilas del rubí más brillante.
Un grito, solo uno soltó. Uno tan fuerte y devastador que se cortó con el gorgoteo de su sangre bañando el suelo y la pared contraria a este. Pintando su piel blanca y sus cabellos dorados.
Sus ojos se volvieron y su cuerpo se tensaba por el dolor. Cediendo con lentitud hasta dejar de presionar, hasta dejar de respirar.
−Qué asco… −gruñó, escupiendo. −te habías metido mierdas en el cuerpo, aunque peor es nada. Maldita puta. ¡Hey! ¿me escuchas? Me das asco, puta. −sus labios eran una fina línea que se deformo al no obtener respuesta de su receptora. −Estúpida, responde. −bramó, azotando la cabeza contra el frio concreto, destrozando el cráneo y el suelo por la fuerza brutal con la que lo hizo.
Chasqueo la boca y se paró firmemente. Ladeando su cabeza para tronar su cuello, se sentía cansado. Cansado y timado.
−Ya no se encuentran buenos bocados estos días en los bares. −se quejó, acariciando su nuca. −Eso… es dulce. −ronroneo. − ¿hueles eso? Tu miedo me encanta… pequeña. −su sonrisa se ensancho y se giró a ver a la castaña plantada en la penumbra de la habitación.
− ¡AAH!
−No grites, shh, shh… −siseo apretándole con ambos brazos, acariciándole la mejilla con el dorso de la mano, manchándole con la sangre aun tibia de la rubia.
No vio el momento en que desapareció frente a sus ojos y la atrapo en un fuerte agarre, arrancándole un grito.
− ¿Oyes eso? Es tu corazón latir, −murmuro, besándole la oreja. − ¿Sabes por qué late tan rápido? Es porque tu cerebro trabaja rápido−soltó con lascivia su cuello, chupando ligeramente. −dando señales a tu corazón para que la sangre fluya de prisa por tus extremidades y así, se te haga más sencillo correr o atacar. Eso es miedo… y amo eso. −comenzó a reír burlonamente, apretujando más a la castaña. −Miedo, ese miedo. Mientras más sangre bombees, más escurrirá cuando mis dientes te penetren en esa preciosa ven-
La cabeza le dio un giro, su voz se cortó y no sabía por qué. Intento vislumbrar lo sucedido, viendo su sangre flotar y a la castaña alejarse en cámara lenta. Apartándose con brutalidad aprovechándose de su aturdimiento.
No se había dado cuenta de que la castaña llevaba un arma, pero lo que más le aterro era que le había logrado herir.
¿Cómo es posible? −prenso al caer al suelo y ver aquellas preciosas piernas dar rienda suelta a su huida. −Una bala… una bala me atravesó la mejilla.
Soltó un gruñido bestial y se levantó, limpiando con su mano empuñada la sangre que se quedó en su mejilla. La herida había cerrado ya y era hora de enseñarle a esa castaña una lección.
Petra se daba en fuga, con cada paso que daba haciendo ruidos huecos en el suelo.
Se quitó su saco para liberar sus brazos y poder moverse mejor. Quedándose con la camisa blanca.
− ¡Necesito refuerzos! ¡Encontré al Ghoul clase A, Degollador! −grito presionando el intercomunicador y apretando el arma, girándose por un segundo para volver a disparar.
Pero al girar tropezó, simplemente tropezó mientras bajaba las escaleras. Torciendo su tobillo y cayendo de rodillas en la suciedad húmeda de la pieza. El arma se le fue de las manos, perdiéndose en la oscuridad.
Mi-mierda…No mueras, no mueras. −se repetía mientras intentaba levantarse. −arriba, arriba. No mueras, no mueras. ¡Deja de temblar!
−Vaya, vaya… me preguntaba cómo es que llegaste a herirme. Ahora entiendo. −susurro el degollador plantándose detrás de ella. −eres una paloma*, que decepción. Maldita sea, nunca tengo suerte con las mujeres. −sonrió mostrando los dientes mientras la apresaba del cabello.
Petra grito, forcejeando. Frunciendo la mirada, aunque llena de pánico, intentando no doblegarse.
−Sué-suéltame, maldito. −musito.
−Adorable. −cantoneo a punto de morderle la nuca.
Una sombra rápida se interpuso entre ambos. De una manera muy ágil zanjó una fuerte estocada en el brazo del degollador −el brazo con el que sostenía a la chica−, rebanándoselo de un corte limpio.
El hombre soltó un alarido del dolor causado mientras su brazo amputado comenzaba a sangrarle.
Petra se paralizo en el acto, todo fue muy rápido y lo único que logro percibir era la sangre del brazo salpicándole y un apretón fuerte en su hombro que la halaba lejos del Ghoul.
− ¿Estas bien? −ella reacciono con lentitud, aun en estado de shock, observando al joven de piel morena que le sostenía de los hombros. −Petra.
−E-Eren… −murmuro con asombro.
−Sí, ese es mi nombre. −sonrió, remarcando ligeramente los hoyuelos en sus mejillas y entrecerrando los ojos verdes. −ahora, lamento haberte dejado, yo… creí que estarías más segura si-
Petra le abofeteo, ya recuperada.
− ¿Quién te crees para hacer eso? Y-yo mando en este quipo, e-el c-capitán Ackerman me puso a cargo de ti. −titubeo, sabía que debía reprenderlo, pero le costaba… Eren era rangos más altos que ella, aun así, Ackerman la puso como jefa de Eren durante la operación por su tendencia suicida. −debiste obedecerme.
Eren volvió a sonreír.
−Me alegro verte bien.
Eso fue algo incómodo para el moreno, dado que ambos tenían la misma edad. De hecho, se graduaron de la academia al mismo tiempo, pero en los ocho meses que llevaba Eren en ese escuadrón, había ascendido rápidamente a primera clase* y Petra seguía siendo nivel 3*.
El talento innato del Centro de Contramedidas Ghoul, ese era Eren Jeager. Un joven de 22 años que logro rebasar las expectativas que muchos tenían de él por su personalidad impulsiva y su constante insubordinación, pero bajo el mando del Clase Especial Ackerman −quien supo hacerle aprovechar su talento−había conseguido estar donde está.
−Aguarda aquí. −dijo Eren, quitándose la gabardina gris y poniéndola sobre Petra. −hace un frio terrible, cuídamela. −sonrió, guiñándole el ojo.
Petra se ruborizo y asintió, murmurándole que era un vanidoso.
−No te mueras.
Eren sonrió con presunción; mientras caminaba hacia atrás, alejándose de ella.
− ¿Morirme? ¿yo? Joder, Ral ¿te das cuenta con quien hablas? −se carcajeo mientras que a la castaña le daba un paro cardiaco al ver que el muchacho estaba a punto de ser golpeado.
Eren bufo y se agacho, esquivando el fuerte impacto.
−Lento.
El Ghoul soltó un gruñido y volvió a intentar golpearle con la mano sana −mientras que la amputada dejaba de sangrar y se cerraba la herida−, fallando de manera estrepitosa.
−Vamos, ¿eso es todo? −se burló Jeager, plantándose frente a él, apretando un fino portafolio plateado con la mano izquierda.
−Miserable paloma, hijo de puta. −bramó, irguiéndose y marcando todos sus músculos, tensando la tela de la polera que usaba.
Fuerza física bruta. −repaso el moreno examinándole. −lento también. −se dijo a si mismo mientras esquivaba otro golpe y lanzaba a lo alto el maletín.
El Ghoul apretaba el puño con más furia y la cara se le enrojecía de la cólera.
Marcó un golpe directo a la cara del moreno, aprovechando que este estaba acorralado contra un muro. Estaban demasiado cerca, pero nuevamente fue esquivado. Con un simple movimiento de inclinación que hizo el moreno.
El golpe atravesó la pared, mientras que esos intensos ojos verdes refulgían de la burla frente a él. Escondiendo una sonrisa en esos labios carnosos.
−Lento sin duda. −susurro aplicándole una llave al brazo, pasando la mano bajo su brazo y entrando en su guardia para pegarle en la cara.
−¡GYAAAAAAH! −gimoteo caminando hacia atrás con la sangre descendiendo por la cortada que atravesaba del ojo a la barbilla.
El moreno retrocedió cuando otro golpe se le avecino, dando un giro por el suelo.
− ¿En qué momento? −el degollador retrocedió antes de que el moreno se lanzara sobre el nuevamente.
El maletín en su espalda estaba abierto y vacío, había permanecido escondiendo de la vista su mano derecha.
Ahora recordaba, ese chico había cortado su mano con facilidad gracias a esa quinque con forma de espada que llevaba escondida a lo largo del brazo. Se le enrollaba como una serpiente y luego se tensaba cual sable con un simple ademan.
No había de otra, debía hacerlo.
−Koukaku* −musitó Eren, relamiendo su labio.
Salto hacia atrás cuando el fuerte proyectil se clavó a sus pies, quebrando el suelo.
Aquel Ghoul cubrió su brazo a medio regenerar con una extensa masa filosa similar a un espiral luminoso de un escarlata monocromático. Al final se curveaba y formaba una extensa cuchilla.
− ¿Seguro que eres clase A? −preguntó el castaño, de cuclillas frente al degollador mientras este intentaba desenterrar su arma. −me estas decepcionando, hombre.
El Ghoul sonrió y le tendió otro golpe, Eren lo esquivo y de pronto una patada a su costado le hizo escupir sangre; pudo sentir como se le quebraba algo por dentro.
El degollador sonrió, al fin descubrió su patrón al pelear.
−M-mierda. −jadeo Eren.
Ya no había burla en sus ojos, solo peligro. Peligro hacia su oponente. Ya era personal, ahora lo mataba porque lo mataba.
Extendió de nuevo la quinque y comenzó el combate de espadas, chocando una contra otra mientras se esquivaban mutuamente. Demonios, Eren se estaba cabreando más a medida que el otro sonreía y comenzaba a reírse.
−Al parecer no eres más que un simple niño estúpido. −burlo dándole otra patada que Eren intento detener poniendo ambos antebrazos frente a su cara.
Simplemente salió volando por la fuerza, chocando contra la pared frente a Petra.
− ¡E-Eren! −grito ella, intentando levantarse, fracasando. El dolor en su tobillo le estaba jodiendo.
−Basta, dije que estaría todo bien. −murmuro mientras limpiaba la sangre en su boca con el dorso de su mano.
Miró el rolex plateado en su muñeca, encajando una ceja.
Cinco minutos. Sí que se tarda. −pensó, fastidiado.
−Perfecto. −corto con sarcasmo. −Capitán, si me muero… me volveré un espíritu y le seguiré por siempre jodiéndole hasta que se muera.
−No te distraigas, imbécil.
Que considerado eres, ¿no se supone que me vas a matar? −deseo no haber pensado aquello, en especial cuando su cabeza toco el suelo y el pie contrario le estrujo el pecho.
− ¡AH! −la sangre salió de su boca. −Joder, que bestia. −escupió.
− ¿No tienes miedo? −cantoneo sonriente el Ghoul, agachándose hacia el moreno. −Esa sensación cuando tu corazón se acelera y la sangre flu-
−Aja, claro. Si vas a hablar, mátame de una puta vez.
El degollador sonrió, empuñando su mano aun sin terminar de sanar y haciendo que el musculo liquido le cubra por completo hasta que la cuchilla reaparezca.
−De acuerdo. − masculló y dio una corte al cuello.
Eren extendió los brazos, rindiéndose con una mueca de desprecio mientras Petra gritaba, arrastrándose hacia ambos.
− ¡Eren!
El aludido sonrió al ver a un azabache atravesar el cuerpo del Ghoul con una quinque plateada con una singular empuñadura negra. Sus ojos gris-azul se ensombrecían al ver la sangre salpicarle; haciéndole apartarse con asco, blandiendo la espada.
−Arriba, pedazo de mierda. −ordeno on voz gutural a Eren. −y tú, ¿Cómo osas intentar asesinar a mis subordinados, maldita basura? − señalo al Ghoul con la quinque.
Sus pequeños ojos se fruncieron, y los cabellos negros le caían de frente.
−Habla mierda. −volvió a ordenar. −Koukaku, basura inmunda.
−Está muerto, capitán. −Eren se incorporó, viéndole.
Ackerman suspiró. Ahora estaba ligeramente aliviado, solo ligeramente. Aun le costaba asimilar la idea de acabar con esas vidas de esa manera, pero no les perdonaba nada la clase de monstruosidades que hacían.
Son bestias, pueden parecer humanos, pero no lo son. −se repetía al ver el cadáver.
Miró hacia Petra, sonriéndole levemente mientras que ella le veía asombrada.
−Ha sido maravilloso, digno del demonio Acke-
−Yo no soy el demonio Ackerman, no me pongas en el mismo saco que mi estúpido tío. −musito el hombre viéndole con furia y apretando la punta de la quinque en el cuello contrario.
Eren trago grueso, manteniendo la vista aturdida sobre el mayor. No había duda de que estaba molesto con él y que cualquier comentario estúpido debería ser ahorrado en ese mismo instante.
Minutos más tarde, el resto del escuadrón llego junto con un paramédicos y un grupo de limpieza que se hizo cargo del cuerpo del Ghoul, llevándolo a la base central del CCG donde se examinaría e investigaría a fondo por la doctora a cargo.
Mientras los paramédicos revisaban a Petra y a Eren, este último era insaciablemente reprendido por sus compañeros de equipo y su líder; que no solo era el jefe y superior de Jeager sino también su mentor.
−Debería regresarte a la academia, imbécil. −musito viéndole impasible, con los delgados labios en una fina línea y los brazos cruzados.
Eren le veía cabizbajo, completamente serio. Apretaba los puños con frustración, reprimiendo todas las ganas de protestar. Siendo claramente consiente de que, cualquier cosa que dijera, sería solo palabrería sin fundamentos que no excusaba su actuar.
−Yo…
− ¡No hay excusa, mocoso! −hablo Brossard, apartándose de la pequeña castaña a pesar de las protestas de ella.
No te atrevas a hablar Auruo. −fue lo que le dijo ella antes de plantar su cara narcisista frente al moreno.
−Deberías aprender de una vez, −parloteó alzando una mano con presunción. Eren puso los ojos en blanco siendo sorprendido por una mirada filosa de Ackerman. −tu deber es escuchar a tus superiores, −se señaló. −somos tu máxima autoridad y nuestra palabra es tu ley. −recalco apuntando su dedo en el pecho de Eren.
El aludido bufó, cubriendo su boca con el dorso de su mano.
−No eres mi superior, Nivel 1, Brossard. Solo el jefe Ackerman me puede ordenar y hablar como le plazca. ¿Por qué debería oírte si yo soy un rango mayor que tú? −ronroneo con la perfecta sonrisa que le remarcaba los hoyuelos en las mejillas.
Erd y Gin rieron bajo a la vez que Auruo se ruborizaba del coraje.
Apretó el puño y tomo al castaño por la corbata, apretando los dientes y mirándole con odio.
Los ojos verdes de Eren refulgieron en desafío y su expresión divertida se cortó de pronto.
−Escucha maldito mocoso, yo llevo más tiempo que tú en esto y yo−
−Basta. −Ackerman le apretó el hombro para que se apartara, dándole un leve empujón. −Para esta estupidez, si eres tan superior como afirmas demuestra que no caes a tan simple provocación. Idiota. −volvió a empujarle, un poco más fuerte para que soltara a Jeager.
Brossard refunfuño y se fue; arreglándose el saco marrón con un simple jalón por el cuello de este.
−Tan posesivo como siempre, jefe. −susurró el menor hacia Ackerman sin que el resto le oyera.
Le ignoro, caminando con profesionalidad hasta el resto de los investigadores. Dejándole plantado en esa misma acera húmeda con el rostro sucio y la manga de la camisa blanca deshecha por el uso reciente de la quinque. Y es que esta al extenderse por toda la longitud del miembro le destrozo la prenda.
Necesito otra camisa, maldita sea. −se quejó notando que el frio se filtraba por aquel hueco. −Tan frio como tu corazón. −sonrió, divertido.
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El edificio central del CCG era una estructura de tres torres de diseño moderno con 24 pisos cada uno, con líneas perpendiculares formando un triángulo de cabeza en cada cara del edificio con grandes ventanales. Tenía más 47 mil metros cuadrados de oficinas, contaba con lobbies amplios de doble altura, salas de reuniones, gimnasio, salón de usos múltiples, un laboratorio forense, cafetería y sótanos de estacionamiento.
Pasar por los grandes pasillos de los edificios no era nada sencillo, había cientos de Investigadores armados entrando y saliendo las 24 horas, puertas detectoras de Rc*. Era una de las instalaciones más seguras del país.
−Toc, toc. –Eren toca la puerta haciendo dicho sonido con un tono infantil en la voz.
La sonrisa del moreno entra en la oficina junto con la luz artificial del pasillo, cegando al azabache que dormitaba sobre el escritorio con los ojos entrecerrados.
Frunció el cejo y cubrió su cara con ambas manos, incorporándose en su asiento de cuero.
−Mierda, ¿Por qué no tocas antes de abrir? −pregunta con la voz opacada por las manos sobre su cara.
−Jefe, si hiciera eso no me permitiría entrar. −comento, pasando sin permiso y dejando una cajita diminuta sobre el escritorio de madera negra. −se ve tenso.
Ackerman le vio con ironía.
− ¿Enserio? −zanjo con sarcasmo.
Eren sonrió.
−Que encanto. −sacudió una basurilla invisible de su hombro y se acomodó sobre el escritorio, frente a Ackerman. −le traje el almuerzo. −musito alegre mientras le acercaba la cajita azul con un moño color violeta manteniendo cerrada dicha caja.
El azabache la examino sin merito, algo confundido. De nuevo miro al más joven con la cara de pocos amigos que siempre llevaba, quedando nuevamente cegado por su radiante aura de alegría.
− ¿Qué? −preguntó.
Eren frunció el cejo y los labios. apoyo la cabeza sobre su mano con el dedo índice sobre su labio, sopesando algo.
−El almuerzo… usted… ¿comida?
−Ya entendí imbécil, solo pregunto a qué se debe ese acto de humildad de tu parte. −agarro la caja con ambas manos y comenzó a desenvolverla con cierta lentitud, temiendo a destrozar tan bello amarre del moño.
−Bien, supuse que ya era hora de hacer algo bueno por la humanidad. Y pues, me siento bien, −rio bajito. −y solo quise compartir mi felicidad a la gente que lo necesitaba. −ladeo la cabeza en dirección al azabache que ya se había comido medio panque.
Trago, viéndole con odio rotundo. ¿Qué se supone que significaba lo que le soltó Eren?
−Solo bromeaba. −aclaro con una sonrisa juguetona. −apropósito, ¿Qué tal el desempeño de la escuadra con la que trabajamos? En lo personal, odio a Brossard… vio como le imitaba-
−Eren. −irrumpió, relamiéndose la comisura de la boca.
− ¿Si?
−Tu desempeño fue el peor de todos… de nuevo.
− ¿Ah? Yo pienso que he progresado bastante. Hice equipo con Ral y-
−La abandonaste.
−Sí, pero le salve la vida después y-
−Causaste una pelea no programada.
−Si no lo hacía, ella moriría, pero-
−Estabas provocando conflicto con tus compañeros.
−Pero ese imbécil es-
−Y sigues siendo irrespetuoso. −alzó la voz haciéndole callar.
Retrajo la mirada verdosa y miro a otra dirección que no fuera ese intenso mirar gris tan mortífero.
Levi suspiro. Sentía el estómago echo un revuelto a causa del reflujo de las gastritis que le provocaba semejante imbécil.
−Si no le parece mi actitud estaré dispuesto a irme y ceder mi cargo a otro investigador. −musito.
−No te libraras tan fácil de mí, mocoso idiota. −zanjó acariciando el puente de su nariz, sin dejar de verle.
Eren asintió, mordiéndose la mejilla.
−Lamento mi actitud. −bajo la cabeza como siempre hacia que era reprendido. −y… lamento usar el panque como soborno.
Levi resopló.
Así que para eso era… −pensó divertido, pero por fuera estaba serio.
−Deja de actuar de esa manera. Sabes que hago esto por tu bien, no quieras volverme el malo del cuento, Dios. −volvió a suspirar.
−Perdóneme. No pienso trabajar con nadie más que no sea el Clase Especial Ackerman. −su voz era seria y su mirada intensa, viéndole fijamente con total honestidad.
Nada mal…
−Pero no puedo permitir esa actitud. −dijo, complementando el pensamiento. −como tu mentor no puedo y no debo.
− ¿Y cómo mi amante?
La pregunta le hizo pensar un minuto en su respuesta. Conocía la actitud del mocoso y cualquier cosa que dijera sería un arma de doble filo.
Ambos mantenían ese gesto imperturbable, sin ceder uno ante el otro hasta que el Ackerman volvió a suspirar… esta vez derrotado.
−Ese tema queda fuera de aquí.
Eren sonrió, acercándose al mayor para lamerle la migaja que le rondaba por la barbilla ligeramente rasposa por la barba de dos días que estaba asomándose.
Levi no se inmuto.
−Usted es muy malo, jefe. −reprocho el más joven con una sonrisa coqueta.
El aludido le acaricio el cabello, inundando los delgados dedos sobre aquel revuelto color chocolate. Tan suave y sedoso. Haciéndole sonreír con ternura.
−No soy malo, soy justo.
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Próximo Capitulo:
La Muñeca
Términos usados en el capítulo (*)
Paloma: Es como los Ghouls se refieren a los Investigadores del CCG
Koukaku: es una de las cuatro formas que puede tomar el Kagune de un Ghoul, siendo este en forma de taladro y naciendo de uno de los hombros del Ghoul. Son excelentes para defensa, pero sumamente pesados y en batallas suelen volverse tediosos.
Puertas RC: son unas puertas similares a las detectoras de metales que hacen un escáner similar, pero en vez de buscar metal examinan el nivel RC en cualquiera que la cruce. Esto existe gracias a que los Ghoul tienen un nivel alto en RC y los humanos es casi nulo.
Notas de ℜ:
Bien, primero que nada... si has llegado hasta aquí... ahora te quiero :'3
Okay, venia con este fic desde hace meses. Hasta hoy pude tener el capitulo tal cual queria y ahora aqui esta mi trabajo. No se si guste, no se si desagrade. No se si lo hice bien. Solo queria hacerlo... me imaginaba a mi querido duo como investigadores Ghoul, matando ghouls y resolviendo casos, pero me parecio algo ambiguo... lo siento para quienes les guste la investigacion criminal y el misterio... es la primera vez que hago algo asi.
Y...
Me encanto.
Espero que igual les encante.
Sin mas que añadir, si tienen alguna duda para las que no saben nada del tema, espero haber sido clara con esas notas e igual quienes son parte del fandom de TG espero que tengan pasciencia con ello... y para ambos diganme si necesita mas info o si esta errada en los reviews, realmente me sirven
Y si quieren mas, igual en reviews :3
Solo quiero darle amor a este mundo cruel lleno de tragedias... ¿por que?
Porque tanto Isayama como Ishida me han roto la cabeza y el corazon con su tragedia... los odio y amo :v
~Si quieren mas, diganme~
Sin mas... me despido.
...Hasta la proxima...
