Cinco años en completo anonimato quedaron destruidos con la llegada de la familia Wayne… Ahora, debía afrontar la realidad, enfrentar su pasado, y comenzar a vivir el presente. Jason le ofrecía un mundo que la hacía sentir libre, enseñándole lo que era ser una adolescente normal… No mentiría, comenzaba a gustarle sentirse parte de su mundo, a pesar de saber que esto tenía fecha de caducidad.
Su Mundo.
La Boda.
Las grandes y blancas murallas de aquel prestigioso y selectivo instituto de señoritas, se alzaba en aquella isla, que algunas alumnas la consideraban una prisión, no solo por el hecho de encontrarse alejadas de la ciudad de Jump City, si no por las excesivas y algunas veces aburridas normas.
Si infringías alguna norma, se te obligaba a pasar las vacaciones en el instituto, incluso los fines de semana.
La única forma de salir de la ciudad, era con alguien mayor de edad, pertenecientes a su familia; solo en vacaciones, o en caso de emergencias, a excepción de los fines de semana, que las dejaban ir a Jump City hasta el mediodía, si alguna llegaba después de la hora no se le permitía salir por un mes.
Todos los que laboraban allí eran mujeres, que por lo general tendían a usar faldas largas, y camisas de cuello de tortuga, enseñándole a las alumnas la manera en la que debían vestir y comportarse.
La directora era una mujer mayor, su cabello ya estaba repleto de canas, y su azulina mirada estaba opaca, unos bultos negros debajo de sus ojos la hacían lucir más vieja, allí no solo se acumulaba su experiencia, sino también todo el trabajo que conllevaba tener tan prestigioso lugar bajo su tutela. Su boca siempre estaba pintada con colores rojizos, que en su mayoría eran mate, haciendo que las grietas de sus labios fueran más visibles. Sus atuendos cruzaban el límite entre elegantes y extravagantes, por lo general utilizaba algunos trajes con plumas, y sombreros demasiado grandes.
Criada a la antigua, enseñaba a sus alumnas la importancia de comportarse como una perfecta señorita, que debía cumplir primero que nada sus responsabilidades. Y no dar excusas patéticas.
En aquel internado tan parecido a una prisión era donde desde los once vivía Rachel, que a pesar de sus muchos años allí pocas alumnas conocían su nombre, desde que había llegado disfrutaba de tener un perfil bajo y así se quedaría.
O eso intentaba.
Rachel, a excepción de sus compañeras, disfrutaba estar en ese internado, y más por lo extensa de su biblioteca, donde no solo se podía alimentar de nuevo conocimiento, sino que también disfrutaba del silencio que le regalaba la mayormente vacía sala (la única excepción era cuando las chicas iban allí solo para salvar el año)
Los fines de semana los pasaba en aquel internado (a pesar de tener un permiso firmado por su madre) prefería quedarse leyendo en los jardines, a estar vagando por la ciudad sin un rumbo fijo.
Desde que había ingresado, (y por petición suya) su madre nunca la visitaba en el internado, y solo pisaba el lugar por vacaciones, por lo que cuando una niña de primero llego corriendo a la biblioteca (ganándose una reprimenda de la mal humorada bibliotecaria), buscándola para avisarle de la visita de su madre, no tardo en caminar hacía el lugar, pensando que algo malo había ocurrido, y que su pasado había regresado.
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—Quedan en su oficina, siéntanse cómodas de usarla el tiempo necesario _La directora miro a la chica entrar, y luego a la nerviosa madre para luego caminar a la salida.
Ángela le sonrió de manera agradecida, mientras soltaba un gran suspiro.
Las alertas de Rachel se dispararon al escuchar la puerta cerrarse, no solo el hecho de que su madre estuviera allí la desconcertaba, si no también lo amable que había sido la directora al dejarlas solas ¡En su oficina privada!, que por lo general nadie podía usar.
—¿Paso algo madre? _Pregunto con una mirada seria, prefería las cosas sin rodeos, aunque fueran malas noticias.
Ángela le sonrió a su hija de manera tranquila intentando relajar el pesado ambiente que ahora reinaba. Tenía que dar la noticia de la manera más serena posible, tomo la mano de su hija acariciándola con lentitud, invitándola a tomar asiento frente a ella.
—Rachel cariño, recuerdas aquel maravilloso hombre que te mencione en tus vacaciones navideñas _Sí debía darle la noticia, tenía que asegurarse que recordará primero a la persona de la que iban a hablar.
Al principio la chica solo alzo una ceja, a que venía esa pregunta, y ¿cómo eso se relaciona con su visita al internado? Más decidió asentir para que está continuará su explicación.
—Él y yo nos casaremos mañana _Ángela sonrió dando la noticia de la manera más rápida e inentendible que pudo, incluso tuvo que repetir dos veces para que Rachel pudiera entender aquellas palabras.
Rachel parpadeo un par de veces, esto debía ser una broma, una broma muy mal elaborada, ¿Quién se enamoraba en seis meses? Aunque tratándose de su madre y por sus descabellados actos anteriores, una boda con un hombre que conocía hace seis meses no entraba una de las diez más irracionales cosas que había hecho.
—Sé que creerás que es algo pronto _La mujer volvió a hablar al notar el silencio incomodo de su hija— Pero no es así, Bruce y yo nos conocemos desde que éramos niños, al encontrarnos avivo el afecto que nos teníamos, sí tú lo conocieras entenderías, por eso estoy aquí, hoy te lo presentaré, me hubiera gustado hacerlo antes _Miro su alrededor— Pero como sabrás no es algo que se diga por carta, en las vacaciones navideñas, él estuvo ocupado con el negoció, y las normas de visita son muy estrictas. Alguien debería hablar con Mathilde, ni mi madre fue tan estricta conmigo, como ella con ustedes. En fin, lo que quería preguntarte era ¿Quieres venir conmigo a mi boda? La directora dijo que podrías ir conmigo hoy pero el domingo tenías que estar aquí antes del mediodía, es algo importante para mí, y yo quisiera que tu vinieras conmigo.
-Está bien madre, iré contigo a esa boda _Dibujo una pequeña sonrisa al notar como su madre se ponía de pie para abrazarla.
Y por primera vez en mucho tiempo no lo evito, se permitió unos minutos de tranquilidad que sentía no merecer
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Alguna que otra persona podía preguntarle varias veces si se sentía a gusto con que su madre se casará con aquel hombre y su respuesta siempre iba a ser la misma; un asentimiento, ella no era muy comunicativa, más esta vez, no era porque no quería decir nada sobre esa unión. Si no que no tenía nada que decir, apenas y conocía al hombre que minutos antes se encontraba frente al altar con su madre.
Ahora no solo tenía que ver en las vacaciones a su padrastro, sino que también a sus cuatro hijos:
Al menor lo conoció primero, y era imposible olvidarlo, tenía la misma edad que ella, sin embargo, su ceño estaba siempre fruncido, y por sus directas palabras no se encontraba muy de acuerdo con aquella rápida unión, su nombre era Damián.
Luego conoció nuevo hermano mayor de dieciséis años Timothy; Tim para los amigos, se presentó con una sonrisa y una extraña mirada, como si la estuviera evaluando. El último tenía diecisiete años siendo dos años mayor que ella, esté parecía algo reservado pero comprensivo a la vez, su nombre era Richard, solo al mayor de ellos un joven de dieciocho años no lo conocía, sabía por boca de su padre que se llamaba Jason, pero el joven aún no se presentaba en el lugar.
Timothy le había contado que aquel chico tenía ya un apartamento, por lo que pocas veces era visto en la mansión, para el alivio de Damián y Richard, que no parecía agradarles mucho cuando Jason merodeaba la mansión.
—Te diviertes _Timothy llego con una sonrisa, mientras se acomodaba la corbata que no dejaba de molestarle.
—No más que tu al parecer, ¿Es normal que haya tanta gente? _Rachel miro algunos invitados tomar varias fotos de la pareja y de uno que otro invitado, era molesto ver tantos reporteros, se sentía expuesta.
—Bru… Papá es uno de los empresarios más importantes de la ciudad, tiene muchos "socios" de otras empresas, por lo que invitarlos a su boda era una manera de mantener sus tratos _Timothy desistió de la idea de colocarse bien el moño al momento que un Flash le impacto en la cara— Ellos son reporteros, papá no quería invitarlos, pero no tuvo mayor opción, ya que su socio dueño de una empresa tan grande como la de él, le dijo que se encargaría de los reporteros _Bajo un poco la voz al verlos acercarse a ellos.
—Timothy Wayne cuanto tiempo sin verte _La mujer de cabello azabache le sonrió de manera aparentemente encantadora.
—Lo mismo digo Linda, creí que mi querido hermano Jason te había dicho que no quería verte por aquí _El pequeño sonrió aceptando dos copas de jugo que uno de los meseros le ofrecía— Toma Rachel _Le sonrió entregándole una de las copas.
—Él no está aquí y no creo que venga, mis fuentes me dicen que no está de acuerdo con esta unión _La reportera saco una grabadora de su bolsillo— ¿Y ustedes que opinan sobre eso? Que sus padres se casen sin conocerse obligándolos a convivir debe ser difícil para ustedes.
—Creo que tus fuentes cada vez son menos confiables Linda _Un joven de ojos esmeraldas se encontraba detrás de ella con sus manos en los bolsillos, su cabello negro con un mechón blanco estaba ligeramente alborotado— Yo que tú las cambiaría, creí que te había quedado claro que no quería verte cerca ni de mí ni de mi familia.
La joven chica rodo los ojos alejándose de la presencia de aquel chico, no le daría el gusto de irse de aquella fiesta más tampoco recibiría una nueva humillación a causa de él.
—Creí que nunca se iría _Tomó una copa de vino, mientras posaba sus ojos en la acompañante de su hermano— Señorita no quiero interrumpir lo que sea que estaba pasando, pero mi padre mando a buscar a mi hermano, así que Tim ve arriba, no te preocupes por tu amiga, yo le haré compañía mientras espera.
Timothy asintió comenzando a caminar a la parte superior. Jason miro a la chica frente a él con una sonrisa ladina, sus ojos emitían un brillo algo siniestro.
—Permítame presentarme soy Jason Wayne, ¿y tú eres? Estoy seguro que no te había visto antes _Se acerco más a ella sin dejar de mirarla a los ojos— De ser el caso, sin duda lo recordaría.
—Soy Rachel Roth_ Dijo quebrando el contacto visual algo incomoda ante el repentino interés del chico.
Esté abrió los ojos al escuchar su apellido, estaba con la que era su nueva hermanastra, sin poder retenerse dibujo una gran sonrisa, cada vez se le hacía más interesante esa chica.
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Richard miro confundido a Tim subir las escaleras del segundo piso cuando solo faltaban minutos para que Bruce y Ángela abrieran la pista de baile, y el segundo menor de los Wayne había prometido invitar a Rachel a bailar, y ahora se alejaba de la pista. Algo iba mal allí, pidió una disculpa a su acompañante mientras subía las escaleras. A mitad del pasillo principal lo pudo alcanzar, tomando su brazo derecho, el sonido de la orquesta tocar un vals llegó hasta sus oídos.
—¿Qué haces aquí? Deberías estar abajo para bailar con Rachel _Dick frunció el ceño.
—Jason me dijo que Bruce me estaba buscando aquí, yo creí que…
—¿Qué Jason qué? _Richard lo interrumpió al instante, si antes estaba preocupado ahora era peor, Jason sabía que Bruce estaba abajo, por lo que si había mandado a Tim hasta aquí era porque tenía un plan y Timothy estaba en el camino— ¿Dime quien estaba contigo? _Lo sujeto por los hombros algo alterado, esperaba que no fuera quien estaba pensando.
—Rach… _Antes de terminar el nombre ya Richard se encontraba corriendo hacia abajo, él era uno de los que más conocía a su hermano mayor, y sus intenciones, pero está estaba totalmente fuera de su alcance. Estaba demente si creía que ella era como las demás.
Sus pasos se detuvieron de golpe a mitad de las escaleras, justo frente a sus ojos se encontraba su "querido" hermano bailando con una radiante sonrisa con Rachel, su mano estaba tomando de manera posesiva su cintura, y sus ojos no dejaban de buscar los de ella, que no dejaban de mirar distintos lugares cada segundo obviamente evitando esos orbes esmeraldas.
Bruce bailaba tan entretenido con su nueva esposa que no se había dado cuenta de las intenciones de Jason, miro a los invitados aplaudir con una gran sonrisa, no parecía que sospecharan que algo raro pasará, todos a excepción de Linda Park, la cual se encontraba terminando su séptima copa, ella al igual que él conocía la razón de aquella sonrisa, y ese extraño brillo que poseían aquellos ojos esmeraldas… Había encontrado su nueva presa.
—¿Nerviosa? _Jason pregunto haciéndola girar.
—En absoluto _Sus ojos chocaron con decisión contra los de él— No tengo motivos para estarlo.
Jason sonrío divertido, al principio había parecido una chica tímida, que sería fácil de manipular, pero ahora mostraba una faceta completamente diferente, el plazo que había calculado para lograr conquistarla debía aumentar, pero a su parecer valía la pena.
El momento de cambiar de pareja había llegado, Jason la hizo girar un poco para poder recibir a su nueva madrastra, Ángela le sonrió de manera dulce, no creía que el sería el primero en bailar con su hija y con ella, Bruce le había comentado que sería Tim, pero al parecer había un cambio de planes a último momento. Más no le importo.
Richard se aproximó a la pista de baile, dispuesto a ocupar el lugar de su hermano, todos tenían que bailar con Ángela, su momento había llegado, aprovecho el instante en el que su mirada se cruzó con la de Jason para susurrarle un claro "luego hablamos" que hizo a Jason rodar los ojos antes de alejarse de la pista, no necesitaba que su hermano menor que lo sermoneará, y menos en algo que eran algo parecidos.
Enfoco su vista en la chica, que se encontraba sonriendo de medio lado luego de dejar a Bruce en las manos de una mujer mayor con un estrafalario sombrero de cisne.
Su primera impresión era que no parecía ser de esas mujeres que le gustará estar en un lugar donde había tanto ruido, cosa que comprobó al verla salir por las puertas de cristal que conducían al jardín. Miro a Richard bailar con su novia Donna, mientras Damián trataba de parecer amable con Ángela ante la atenta mirada de su padre.
Ese era su momento, tomo una nueva copa de vino comenzando a caminar hasta el jardín, miro a varios lados buscando ese hermoso vestido color zafiro, era la única manera de encontrarla entre tanta oscuridad.
Por el rabillo del ojo pudo ver algo levemente moverse por la parte izquierda de la mansión, sabía que era ella. Ningún invitado andaría curioseando aquel lugar.
Sus pasos se detuvieron al verla sentar en una de las bancas del lugar, su cabello caía libremente en su espalda, y en el piso se encontraba una cinta, la cual minutos antes ataba el elaborado moño. Los accesorios siguieron el mismo camino de la cinta, y ella tranquilamente dirigió su mirada al firmamento. Cada vez le resultaba más interesante aquella niña.
—¿Piensas quedarte toda la noche allí viéndome como si fuera un bicho raro? _La pregunta que salió de los labios de ella lo dejo levemente asombrado ¿Cómo es que sabía que él estaba allí? Él era muy cuidadoso para que nadie lo descubriera no hacía ningún ruido.
—¿Cómo?
—¿Lo supe? _La chica termino la oración volteando para que sus miradas se encontrarán— Tus ojos no han dejado de verme toda la noche, supuse que si venía sola llegarías en cualquier momento.
Jason parpadeo un par de veces, ella lo había invitado a salir a un lugar más tranquilo, sonrió con arrogancia, creía que conseguirla iba a ser más difícil, pero ahora se ofrecía en bandeja de plata frente al lobo. No era la primera vez que una cacería se le hacía fácil, pero por alguna razón sentía que algo iba mal.
—Muy interesante _Se acercó a ella— Entonces me dirás ¿Por qué querías que nos viéramos en este lugar?
—Solo supuse que era mejor aquí a aquel lugar lleno de personas que solo quieren un buen chisme del cual hablar _Se encogió de hombros tranquila.
—Me gusta como piensas _Se sentó en el banco al lado de ella, muy cerca para la incomodidad de está.
—¿Qué quieres conmigo? _Directa, así le gustaban las cosas, y está no era la excepción.
—¿Yo? _Sonrió con la mirada brillando con más intensidad— Solo quiero mostrarte parte de mi mundo ¿Aceptas hacer esté viaje conmigo? _Acerco su mano a ella dejándola a pocos centímetros de su alcance, si la tomaba era claro que aceptaba su proposición. Venir a esta boda no era tan malo como había pensado, si jugaba bien sus cartas tendría un nuevo juguete del cual estaba seguro no se aburriría por un tiempo.
Jason sonrió, al ver como acercaba su mano a la de él dudosa, estaba seguro de que aceptaría, ninguna chica se le había resistido antes y está no sería la excepción.
Continuara…
Estoy editando está historia, arreglando algunos errores ortográficos, además que les informó a los que no sabían; Está historia fue subida a Wattpad por mí, sí prefieren leerla por allá están en su derecho, disfruten la lectura.
Nos leemos luego.
Sovereignty-Perfection-Doll/Blekk-Universe.
