He de decir que este fic no existiría si no fuese gracias al conductor del autobús en el que voy cada mañana al instituto, el cuál después de gritarme delante de todos "¡Tienes que comprar tickets! ¡Yo no tengo cambio! ¡Haber comprado los tickets! ¡Tienes que comprar los tickets!" y quedarse con mis 10cént. que sobraban "porque no tenía cambio", me provocó deseos de descargar mi rabia contra algo -tal y cómo se describe en el primer párrafo de la historia- pero cómo yo no voy pegando puñetazos a las paredes, me puse a escribir esto -benditas sean las notas del móvil que te permiten escribir en cualquier momento y lugar-
¿Qué por qué os acabo de contar mi vida? Pues sinceramente no lo sé
¿Sabes esa sensación que tienes cuando la rabia se hace tan grande dentro de ti que acabas sintiendo deseos de pegarle aunque sea a la pared? ¿O de gritarle al mundo entero? Me refiero a esas cosas de la vida que despertarían un instinto asesino en cualquiera. Eso es lo que yo siento cada vez que Gajeel me grita y/o comete injusticias contra mí, cuando me deja en ridículo delante del gremio que tanto adoro…
Me llamo Ryos Cheney, tengo doce años y, en estos momentos, si tuviese la fuerza necesaria, mataría a Gajeel Redfox. Lo sé, puede ser una afirmación bastante fuerte, ¿no? Pero, ¿Qué más da? Soy el Slayer de las Sombras, la oscuridad es nata en mí ser. "La oscuridad es mala" decían los niños que conocí antes de encontrar Phantom Lord, ¿Qué sabrán ellos lo que es malo o no? Un tipo de magia u otra no convierte al usuario en alguien bueno o malo, ¿no? Quizás sea la sociedad la que te convierte en una cosa u otra, aunque bueno, tampoco importa, sea como sea yo soy oscuridad pues, por primera vez desde que maté a Skiadrum, gracias a Phantom Lord me siento bien –aún a pesar de los reproches de Gajeel– Porque…. Ciertamente si no fuese oscuridad, ¿cómo podría haberle matado? Cierto es que solo asistí en su muerte, estaba enfermo, él me lo pidió… ¿entonces no es eso algo bueno? Pero aun así lo maté, eso es algo irrefutable, tan irrefutable como que no me importaría matar a Gajeel Redfox.
—¡Ryos!— grita de repente una voz, su voz
—¿G-Gajeel? ¡N-no he hecho nada, lo juro!
—No, no es eso— responde con su diabólica sonrisa— solo quería avisarte de que mañana Phantom Lord destruirá Fairy tail
—¡Genial! ¡Esas hadas se lo tienen merecido! ¿Puedo ir?— pregunto, su respuesta es una gran carcajada.
—¡Oíd todos!, el pequeño Ryos quiere acompañarnos— grita sin detener su odiosa risa, to me limito a apretar los puños con fuerza, no puedo hacer nada.
—Oh, Juvia cree eres muy tierno, pero será mejor que te quedes aquí jugando a las muñecas, no querrás hacerte pupa, ¿no, enano?— ríe la peliazul. Yo, mientras, hago un gran esfuerzo por no llorar, solo quiero salir corriendo, pero no puedo, si lo hago solo conseguiré demostrarles que soy débil, y yo no quiero ser débil, yo quiero dar miedo, infundir respeto, quiero ser como Gajeel, porque por muy cabrón que sea, él es fuerte.
