Hola a todos, aquí vuelvo con otra historia de Burgess y Voight, es solo de un capitulo. Algo así como los pensamientos de Voight durante el caso en el que disparan a Burgess tras ir a comprobar una casa junto con Roman y otra policía. Tengo pensado escribir más historias sobre ellos dos. Aunque las historias de romance prohibido siempre me cuestan un poco. Espero que esta os guste. Cualquier comentario es bienvenido, siempre ayudan a mejorar y vuestras sugerencias también gracias!
Hey Sargento...ha pasado algo. Han disparado a Burgess. Hank no podía dejar de oír eso en su cabeza una y otra vez. Cuando Halstead subió de nuevo a la oficina su cara lívida y seria le hizo presagiar que algo grave le había ocurrido a uno de los suyos. Con los años de servicio uno aprende a distinguir las emociones en las caras de sus compañeros...Y cuando la noticia trata de que han herido a un compañero...las facciones de todos se parecen. Frías. Rígidas. Parpadeo rápido evitando no llorar.
Sólo mirándole pensó. -A ella no, que ella esté bien por favor- Pero...el destino tiene una forma curiosa de demostrar que nos equivocamos. Y sus siguientes palabras le trajeron de vuelta a la realidad: Han disparado a Burgess.
Y aquí estaba recorriéndose media ciudad obviando todas las leyes de tráfico conocidas para llegar al lugar. Jay y Adam le acompañaban. Y le estaba costando mucho no mirar a los ojos a Adam, no consolarle y decirle que le entendía, que él estaba igual de asustado. En realidad no era tan estúpido como para no saber que Adam y Kim estaban juntos. Le dolía, pero lo respetaba. Él nunca se había atrevido a hacer nada con sus sentimientos por Kim, sentía que no estaban bien, y se conformaba con cuidar de ella en las sombras. Con saber que era feliz. Pero ahora que estaba a punto de perderla sus convicciones de caballero de la brillante armadura empezaban a desmoronarse.
…...
Con el caso ya resuelto y ese cabrón entre rejas resultaba más sencillo volver a respirar. Pero necesitaba verla. Todos la habían visto, y Ruzek no paraba de ir a visitarla, no podía impedírselo pero le volvía loco no haber podido verla todavía. Necesitaba comprobar por si mismo que se encontraba bien.
Unos dulces, la promesa de un puesto en Inteligencia si ella quería. Eso era todo. No más de cinco minutos. Pero le bastó para soltar un suspiro que no sabía que había estado conteniendo. Ella estaría bien, volvería a la comisaría. Volvería a patear traseros y a poner a criminales entre rejas.
Cuando se marchó la observó desde la puerta. No se le escapó la sonrisa y el brillo en sus ojos mientras miraba dormir a Ruzek. Ese crío era un tío con suerte. Y no se merecía a Kim, eso seguro. Pero ella sonreía junto a él...y eso ya era más de lo que él podía ofrecerle más allá de habladurías y compartir la vida junto a un ex convicto.
Su brillo y su sonrisa dirigidas a otro le machaban el corazón, pero estaba dispuesto a aguantarlo mientras ella fuese feliz. Él seguiría amándola en las sombras, asegurándose de que Adam se portaba bien con ella, eso le bastaba. Por ahora.
