Perverso amor, oscura obsesión
Capítulo 1: Amor después de la muerte
Todos tenemos secretos, grandes o pequeños, secretos que dicen muchos de nosotros, nos hacen ver a nuestros demonios, esos que se esconden la oscuridad de nuestras mentes…esos que nos lleva a hacer cosas impensadas…a tener morbosas y sádicas aficiones… y delirios de amor y locura.
El día había trascurrido con normalidad y tranquilidad, sin ningún tipo de sobresalto en su trabajo ni con sus otras obligaciones, había compartido un café con sus amigos y compañeros de trabajo durante el receso, compartiendo anécdotas y risas. Era una vida normal, de un hombre como cualquier otro, de ojos azules como el mar y mirada profunda, de cabellera rubia y sedosa, una cautivante y amable sonrisa, simplemente un hombre guapo a la vista, con un estilo de vida sencillo y una agradable forma de ser….simplemente un hombre común y corriente…con un perturbador secreto.
Ya estaba anocheciendo y una brisa primaveral se hacía presente en el lugar, y en un automóvil blanco se encontraba un joven hombre, vestido con una camisa azul mangas largas, que estaban un poco arremangadas, y con los dos primeros botones de la prenda desprendidos, pantalones negros y zapatos del mismo color, con una expresión de cansancio en su rostro por el agitado día que había tenido pero a la vez muy entretenido, ya que a pesar del agotamiento una pequeña sonrisa de felicidad se dibujaba en su rostro, dejando ver también en su mirada el mismo sentimiento mezclado con un poco de ansiedad por llegar a casa.
Al cabo de veinte minutos ya estaba al frente de su hogar, que no era muy grande ni muy pequeño y de una vista por fuera sencilla pero acogedora, al bajar del vehículo una leve brisa que corría por el lugar golpeo su rostro haciendo que sus dorados cabellos se alborotaran por el movimiento del viento, en ese instante se detuvo a contemplar el atardecer que estaba terminando para dar paso a un despejado cielo nocturno, y mientras sus ojos se perdían en el escenario que tenía en frente, algunos recuerdos vinieron a su mente, recuerdos de una hermosa mujer de cabello negro como la noche y ojos verdes de penetrante mirada, de voz melodiosa y sonrisa encantadora, misteriosa y rebelde…que lo tenía completamente enamorado de ella, como nunca antes lo había estado por alguna otra mujer, en ese momento la melancolía se apodero de el por el recuerdo de esa morena pero también un intenso anhelo por tenerla cerca se apoderaron de él. Rápidamente entro a su casa, dejando sus pertenecías sobre una mesa de la sala principal y se dirigió a una puerta de madera que daba entrada al sótano de la casa, bajo lentamente, provocando que algunos escalones rechinaran al pasar, al estar abajo encendió la luz de la habitación, en ella se podía observar una cama espaciosa, de sabanas grises con almohadones del mismo color, pero no estaba vacía…en esta se encontraba una mujer que parecía estar durmiendo, vestida con un sencillo vestido morado dejando ver un poco su busto y parte de sus torneadas piernas, con una expresión calmada en su rostro y de piel sumamente pálida. Al ver esa imagen tan bella y hermosa a los ojos del rubio, este se acercó hasta quedar a escasos metros de la mujer; se sentó al borde del lecho y con una de sus manos toco la fría y tersa piel de la morena, desde sus muslos, pasando por sus pechos, su cuello, hasta llegar a su rostro que toco con sumo cuidado y afecto, paso uno de sus dedos por los labios de esta, al tocarlos el joven sonrió con afecto, apartando luego su mano para besar los labios de la peli negra con intensidad y pasión, mientras sus manos se deshacían de las molestas ropas de esta y empezaba a acariciar su delicada y hermosa figura, al momento que su lengua se hacía paso por la cavidad de la chica, explorando con ferocidad y amor.
Al pasar de unos minutos, el hombre se separó un poco de la boca de su "amada", la miraba con dulzura y lujuria, mientras los ojos de esta permanecías opacos y sin brillo, y expresión seguía serena e impasible, pero con la extraña sensación de que esa joven parecía como si estuviera muerta…cuando en realidad lo estaba; y no era cualquier mujer si no era la que había robado su corazón con una sonrisa y con su hechizante voz, la que era dueña de sus sueños y pensamientos, de sus deseos y anhelos…y también la artífice de su morboso y perverso secreto, su adoración y devoción desmedida, que rozaban con la locura y la obsesión, por aquella morena que supo amar en vida…y ahora en la muerte también.
Acto seguido el rubio se sacó su camisa, tirándola a alguna parte del suelo, dejando ver su torso descubierto, para luego abalanzarse sobre el inerte cuerpo de la mujer y empezar a besar y acariciar su figura con pasión, comenzando primero por besar sus labios, luego su cuello, sus pechos, que masajeaba y mordisqueaba con intensidad, pasando por su vientre, hasta llegar hasta su intimidad y la última prenda, de encaje negro, que aun permanecía en el cuerpo de esta; dirigió una de sus manos para rozar con las yemas de sus dedos esa zona, sobre la tela de la prenda, provocado que sus ansias por hacerla suya se intensificaran, a la vez que su placer por la realización del acto que llevaba a cabo se hacían incontenibles, dejando escapar un ronco gemido, en ese instante también se hicieron presentes los recuerdos de la primera vez que tuvo el lujo de hacerla suya, de hacerle el amor con vehemencia y pasión, y de escuchar sus gemidos, su dulce voz gemir y pronunciar su nombre cada vez que se adentraba más en ella, haciendo que se excitara cada vez más al recordar esos momentos. Luego de esas caricias que les propiciaba al frio cuerpo de esta, se separó un poco de ella dirigiendo su azulina mirada a una peculiar cicatriz que se encontraba sobre su cuello, específicamente en la zona de su yugular, producto de una profunda y fulminante herida que había sido hecha para acabar con su vida de una manera rápida y casi indolora; el hombre toco la cicatriz con sumo cuidado, tocándola con la punta de sus dedos, sonriendo con felicidad y sadismo, para luego decir:
-eres tan hermosa mi querida Marceline, sabes solo tú fuiste capaz de curar a este corazón destrozado con tus besos y caricias, solo tu supiste entenderme y valorarme, no como esas malditas zorras que solo me lastimaron y usaron…pero no te preocupes querida, ellas ya están muertas y créeme que disfrute haciéndolo – le decía este a la mujer, que yacía inmóvil en su lugar, con su marchita mirada fija en los ojos de aquel, que dejaba notar en su tono de voz su disfrute por confesar tan macabros actos y también su retorcido amor para con esta – tu sabes que te amaba, aun te amo más que antes, pero no podía ni iba a dejar que alguien más te tuviera, no iba a soportar que alguien más manchara con sus sucias manos tu belleza y pureza…solo yo puedo tenerte, solo yo puedo tocarte, te quería solo para mi…y por eso tuve que matarte – le decía en forma de susurro, teñida de locura y amor, mientras tocaba con sus dedos el contorno de su rostro y luego la comisura de sus labios – tú me pediste que lo hiciera, pero no entiendes marcy…yo te amo, estaremos juntos para siempre…y serás mía, solamente mía – termino de hablar, en tono sumamente posesivo, al momento que se dibujaba una tétrica y perversa sonrisa en su rostro; luego beso una vez más sus labios con fiereza mientras se deshacía de su pantalón que le incomodaba, quedando solo con su ropa interior puesta, siguió besando y marcando la figura de "su amada", haciendo que a las cercanías de sus cuerpos sus sexos se rozaran por sobre la tela de sus prendas, provocándole gemidos de excitación y lujuria al rubio.
En ese momento, en medio de su amoroso y morboso acto, el joven recordó el momento en que esa encantadora y sensual mujer se cruzó con él, en un inocente encuentro de miradas, un encuentro casual e inesperado, que haría que el amor y la pasión floreciera entre los dos…un amor que sobrepasaría incluso la muerte…un romance que llevaría a este rubio, conocido como Finn Murtons, a los extremos de la locura, hasta llegar a donde se encontraba en este momento…disfrutando y a punto de posesionarse del cadáver de "su amada", mientras su mente se perdían en los recuerdos no tan lejanos de su primer encuentro…
Hola otra vez! Jeje bueno aquí les traigo una pequeña historia que pensé (por si no se nota es un finnceline XD) je esta es la historia morbosa que comente antes en mi journal…si es morbosa y muy oscura, que toca un tema muy delicado y que puede perturbar como la necrofilia….pero bueno es algo con lo que quería probar Jejeje, también he de decirles que esta historia constara d capítulos (si lo sé es una historia corta pero me gustan así jaja)
También comentarles que pronto (si puedo hoy estaré subiendo el prólogo de mi fin flinn xD) y claro q continuare con "los vampiros no se enamoran", solo les pido paciencia para las historias que tenga en curso, todas tendrán su final :3
