Nota: Este fic es continuación del one-shot "My forbidden fellings", si deseas puedes leer ese primero para que así esta historia se entienda mejor :D


My dear professor, my beloved student

Era el comienzo de un nuevo día en las calles de Japón y los tímidos rayos solares apenas empezaban a iluminar los hogares y edificios entre ellos la ventana un pequeño apartamento en el quinto piso del cual una joven con cabello alborotado despertó refunfuñando y maldiciendo no haber cerrado por completo la persiana.

—Yo… solo… quiero… ¡dormir!— pronunció corriendo las cortinas amarillas con conejitos estampados para luego tumbarse nuevamente boca abajo en el futón, pero su descanso no fue mucho cuando alguien entró rápidamente a su habitación, era Maika, su hermana mayor.

—¡Yuka-chan! ¿pero qué crees que haces? ¡no te pasaras todo el día así!— exclamó la muchacha con exceso de entusiasmo.

—¿Y por qué no?— les cuestionó sumergiendo su rostro en la mullida almohada —ya son vacaciones y lo merezco—.

—Eso no es verdad, todavía te faltan dos días de clases— le corrigió mientras abría las cortinas en toda su totalidad —además, el pasártela dormida estas semanas no es de las mejores actividades para hacer—.

Yukari gruño al sentir la luz del día pegarle en la cara y tratando de cubrirse con la almohada volteó a verla —¿algún día dejaras de ser tan… entusiasta? me pase todo el semestre haciendo tareas y trabajos, el hecho de poder dormir es mi mejor regalo—.

Maika rió al escuchar la inútil justificación —siempre tienes que quejarte… pero no importa cuánto lo hagas, no te escaparas de las cosas que te pondré a hacer— dijo dándole unas palmaditas en la espalda para luego salir.

Yukari solo soltó un gruñido como respuesta y trato de envolverse en las sábanas como forma de poder dormir, pero nuevamente su intento falló al escuchar a su hermana decirle algo.

—¡Hey! Si no te levantas te perderás la primera clase, recuerda que es literatura y no te conviene tener un retardo— eso ultimo lo dijo por los problemas que había tenido con dicha materia en los últimos meses, aunque para la adolescente significaba algo más.

Apenas la escucho decir eso ella se levantó de golpe, como si alguien le hubiese puesto resortes al futón y rápidamente corrió hacia el armario en busca de su uniforme, en cuestión de minutos la pijama voló por los aires para ser reemplazada por la falda, blusa y suéter escolares a la vez que la encrespada cabellera violeta era peinada lo más rápido que podía para finalmente hacerse sus ya típicas dos coletas bajas, incluso aprovecho para colocarse algo de rímel y delineador haciendo que sus ojos lucieran más estilizados.

—Yuka, ¿qué fue todo ese ruido?— preguntó Maika asomándose al cuarto para toparse con una nueva versión de su hermana. —¿Te sientes bien?— preguntó con los ojos completamente abiertos al verla sostener un pequeño tubo de delineador líquido.

—Sí, ¿por qué tan sorprendida?— le cuestionó con tranquilidad —¿nunca pensaste que haría esto por mi cuenta?— dijo señalando su rostro, más en específico sus ojos.

—Honestamente no… desde hace años he tratado de que usaras aunque sea algo de brillo labial, incluso fue un milagro que te dejaras maquillar el día del baile…— dijo ladeando la cabeza —supongo que debe haber una buena razón ¿no es así?—.

Yukari se sonrojó un poco al pensar en eso pero trató de ignorar la pregunta de Maika. —S-si vas a seguir viéndome harás que se quemen las tostadas— comentó al percibir un peculiar olor proveniente de la cocina.

Maika reaccionó y se fue corriendo rápidamente, por ese momento Yukari podía dar por librada una incómoda conversación aunque sabía muy bien que la persistencia de su hermana podía tornarse en algo molesto y solo rogaba por ya tener una muy buena explicación en caso de que ella retomara el tema. Pese a que en cierto punto lo que estaba viviendo era algo en gran mayoría normal y existía la remota posibilidad de que ella lo comprendiera prefería no arriesgarse, además, ¿qué caso tenía? lo más seguro es que tanto ella como él correrían riesgo si se decía algo de más y no soportaría perderlo por eso mismo…

Pasados unos minutos, Yukari se dio un último vistazo y tomó sus cosas para dirigirse a la cocina que por suerte no estaba incendiándose por el breve descuido de su hermana, vio las tostadas ligeramente quemadas cubiertas con jalea de uva y un plato de cereal servidos para ella, pero al ver la hora apenas y los saboreó ya que no quería llegar tarde, cualquier otro día podría arriesgarse menos ese.

—Maika, ya me voy— dijo mientras mordía una de las tostadas y avanzaba a la salida para colocarse los zapatos.

—¿Ya te vas? ¡pero ni siquiera has desayunado!— le reprendió mientras le llevaba el plato con el par de tostadas.

—Se me hará más tarde si me quedo— contestó viéndose nuevamente en el espejo de la entrada —además, ya lo dijiste solo restan dos días—.

Maika elevó la una ceja al escucharla —ajá… ¿enserio piensas que me creo eso?—.

—Es cierto, ¿por qué me ves así?— preguntó encogiéndose de hombros —quiero ser puntual, vaya novedad—.

—Considerando tu actitud hace menos de veinte minutos por supuesto que es raro, ¿acaso esto tiene que ver con alguien?— preguntó con una sonrisa pícara.

Yukari se sonrojo al sentirse nuevamente atrapada —¡p-por supuesto que no!— exclamó sintiendo sus mejillas arder.

—Con que eso es ¿eh?, ¡mi hermanita está enamorada!— anunció zarandeándola.

—¡Hey!... ¡y-yo no dije eso!— gruñó mientras trataba de librarse del molesto movimiento —¡y-ya déjame!—.

Maika solo reía al ver las torpes reacciones de Yukari y ya teniendo suficiente de verla sufrir la liberó. —Como digas, mi pequeña enamorada— canturreó siguiéndola a la salida.

—Ja ja… ¿y se supone que eres la mayor?— le cuestionó mientras tomaba una tostada del plato con desgano.

Maika no respondió y se limitó a seguir canturreando por lo cual se apuró aún más en salir, vaya forma de iniciar lo que parecía una tranquila mañana. En el camino, mientras saboreaba la tostada se puso a pensar en que le depararía el día pues desde el baile ciertas cosas habían cambiado y mucho más en la clase de literatura donde la tensión entre ambos se había vuelto un divertido juego de miradas y mensajes furtivos enviados escondidos entre libros y libretas, si bien seguía siendo algo secreto ella no podía evitar sentirse feliz, lo que tanto tiempo creyó un sueño infantil finalmente sucedía y aun luchaba hacerse a la idea de que eso era tan real como el aire que respiraba. Tanta fue su ensoñación que estuvo a poco de perder el autobús y tuvo que correr un par de calles para poder abordarlo y durante el trayecto solo pensaba en si él estaba en el aula esperándola sin despegar la mirada de la puerta.

No pasaron ni quince minutos y Yukari ya se encontraba frente al instituto, respiró hondo tratando de no parecer demasiado entusiasmada y caminó con completa seguridad hacia su salón, solo faltaban dos minutos para que iniciaran las clases y aun si era poco ella quería aprovecharlos, pero vaya sorpresa se llevó al abrir la puerta y no encontrarlo a él sino a un par de compañeros charlando de cosas carentes de importancia, rápidamente su sonrisa se tornó en una expresión de tristeza y confusión.

—Emm… Kagamine-san, ¿dónde está el profesor?— preguntó a una chica rubia que hablaba con otras dos compañeras y jugueteaba con su lapicero, trató de sonar indiferente para no llamar la atención.

—Ni idea… quizás en la biblioteca o en la sala de maestros— respondió encogiéndose de hombros.

Yukari suspiró —ya veo… en ese caso iré por algo— dijo aun sabiendo que les daba igual el motivo.

Estando ahora en medio del corredor trataba de buscarlo entre el gran tumulto de estudiantes pero le era difícil distinguir algo o alguien, resignada se dispuso a regresar al aula pero no pudo ni llegar a la puerta cuando alguien la tomo del hombro haciéndola soltar un pequeño grito.

—¡No esperaba a nadie!— exclamó Yukari de forma instintiva, aun pese a que nadie hubiera notado lo que hacía.

—Supongo que es bueno saberlo…— respondió un joven de cabello rosa con una amable sonrisa.

—Oh… ¡h-hola!— saludó Yukari con nerviosismo al ver que era Yumma—l-lo siento por eso, n-no se ni por que dije tal cosa…— dijo soltando una risita nerviosa.

—No te preocupes, fue mi culpa por asustarte— dijo restándole importancia a la reacción tan defensiva —¿y cómo has estado? desde el día del baile apenas y te he visto—.

Yukari puso un semblante más serio al escucharlo decir eso y recordó que aquel día, luego de ir tras aquella persona había dejado solo al pobre muchacho y hasta ese preciso momento no se había dignado en darle explicación alguna. —Oh… sobre eso, en serio lo lamento… tuve una emergencia en casa y pues… ya sabes… no sentí correcto quedarme… pero te juro que no fue intencional— recalco mientras se cubría el rostro.

A diferencia de lo que pensaba, Yumma fue muy comprensivo, era una lástima que su excusa no fuera más una mentira para no hacerlo sentir mal.

—No te preocupes, Yukari— respondió Yumma acariciándole la cabeza —pero espero que pronto podamos reponer ese día ¿qué opinas?—.

—S-sí, por supuesto… sería genial— dijo con falso entusiasmo —bueno… tengo que ir a algo, t-te veo luego— se excusó mientras corría por el ahora pasillo vacío sin rumbo fijo, nerviosa por ser descubierta terminó entrando en la primera puerta que vió y dio un suspiro de alivio al haber entrado al lugar más tranquilo, la biblioteca.

—Vaya… ¿qué otra cosa me falta?— murmuró sentándose en una de las mesas más apartadas, regresar al aula no era la mejor opción pues temía que él siguiera sin aparecerse y no quería pasarse toda la clase sufriendo por no tener noticia suya. Luego de ver de reojo el reloj colocó su bolso en la mesa y cruzando los brazos sobre la misma hundió su rostro tratando de aliviar su frustración, no pasaron ni cinco minutos cuando escuchó algo caer haciéndola levantarse para asegurarse de que todo estaba en orden. Ni bien se asomó entre los primeros libreros fue que lo vió, estaba tan centrado buscando algo que no se había percatado del libro tirado y por ende tampoco de que ella estaba ahí, quizás tampoco se había percatado de la hora y por eso no estaba dando clase.

Sonriente, camino de puntillas hasta quedar atrás suyo y sin pensárselo demasiado lo abrazó tan fuerte como sus brazos le permitían —¡buenos días, cariño!— exclamó Yukari sin soltarlo.

El hombre manteniendo la calma volteó de inmediato para terminar encontrándose con unos ojos púrpuras que le veían con gran emoción haciéndolo sonreír —hey, ¿y tú que haces aquí?— pregunto mientras le correspondía el abrazo —¿acaso quisiste perseguirme?, debería estar en su salón esperándome querida alumna— dijo de forma cariñosa acariciando su mejilla.

—Lo sé, pero ya que no vi a Kiyo-sensei allí pensé que había decidido ausentarse por este día— respondió con una amplia sonrisa.

—¿Qué te hizo creer eso?— preguntó Kiyoteru igual de sonriente —estando tú no hay razón para ausentarse—.

—Supongo que es verdad, entonces debiste estar buscando algo realmente bueno como para no fijarte en la hora— dijo Yukari señalando el reloj circular colgado arriba de la puerta.

—¿Qué?— balbuceó cambiando su expresión alegre a una de desconcierto mientras veía el reloj —no puede ser, ¿cómo no pude escuchar el timbre de aviso?— se cuestionó mientras devolvía un par de libros a sus respectivas hileras para poder retirarse, sin embargo el agarre de una delicada mano lo detuvo.

—¿Piensas irte ahora?— preguntó Yukari haciendo un puchero.

—Por supuesto que no… ambos lo haremos— respondió tomándola delicadamente de la barbilla.

—¡Hey! no me refería a eso— replicó cruzándose de brazos —lo que pensaba es que estando a solas aquí podríamos aprovecharlo para tener algo de tiempo a solas… ya sabes, igual que el día del baile— insinuó acercándose nuevamente a él.

—Sé muy bien a que te referías— dijo Kiyoteru casi en susurro —¿pero no crees que sería arriesgado? la última vez no hubo problema por qué todos estaban en el gimnasio pero esta vez cualquiera podría entrar—.

—No lo creo… todos están en clase— respondió Yukari poniéndose de puntillas para quedar más a su altura aunque no fue de mucha utilidad ya que Kiyoteru seguía siendo más alto que ella —¿qué más da perder una o dos horas? como sea ya casi son vacaciones—.

—Con más razón podemos esperar un par de días, ¿no crees? — sugirió mientras la tomaba de la cintura y la cargaba para que quedaran frente a frente —podremos hacer lo que quieras durante las vacaciones…— no pudo terminar de hablar pues Yukari lo interrumpió para besarlo.

—Eso ya lo sé… pero aun así ya necesitaba esto— contestó separándose brevemente de él para nuevamente besarlo —no tiene nada de malo que desee un momento a solas con la persona que amo ¿verdad?—.

—En absoluto— respondió dulcemente mientras la besaba de vuelta. En ese momento el hecho de estar en riesgo de ser vistos poco a poco dejó de importar, así era cada vez que tenían la más mínima oportunidad de estar juntos y si no fuera porque su relación era algo prohibido a la vista de todos, ellos no tendrían por qué amarse a escondidas.

Luego de diez minutos en los cuales los besos se tornaban cada vez más intensos escucharon la puerta abrirse haciendo que se separaran abruptamente, mientras trataban de normalizar sus respiraciones Yukari aprovechó para ir por su bolso y así poder ver quién había entrado. Haciendo señales Kiyoteru le dijo que fuera en silencio y ella asintió, ya estando a pocos metros de la mesa aprovechó para arreglarse en uniforme y caminando de la forma mas normal que podía tomó el primer libro que vió y fue por su bolso a la vez que buscaba con la mirada a la persona que había interrumpido su momento de solas con Kiyoteru, no era nadie más que Meiko Sakine, la bibliotecaria.

—¡H-hola!— saludó Yukari tratando de sonar normal.

—¿Yukari? ¿Qué haces acá?— preguntó Meiko viéndola con extrañeza —deberías estar en clases ¿no es así?—.

—Oh… ¡por supuesto que si! y-yo vine por este libro— contestó alzando un libro de pasta lila.

—Pero se supone que a esta hora tienes literatura ¿no?—.

—¡Exacto! p-por eso vine por el libro… ya sabes… lo necesito— dijo tratando de no enredarse con las palabras.

—Si, eso lo entiendo pero ese libro es de física— respondió Meiko acercándose y señalándole el título.

—¿Eh?...— balbuceó Yukari —vaya… que torpe soy— dijo soltando una risita nerviosa.

Antes de que Meiko pudiera decir algo más pudo ver a Kiyoteru salir a salvarla, o al menos intentarlo ya que estando él ahí todo podría volverse aún más sospechoso.

—Buen día, Sakine-san— saludó Kiyoteru con gran tranquilidad —¿qué sucede aquí?—.

—Debería preguntarte lo mismo a ti Kiyoteru, ¿qué hace tu alumna fuera de clase?—.

—¿De que hablas?— preguntó fingiendo no saber mientras caminaba hacia ellas —¿Yukari-san? ¿qué hacías por aquí? les dije que me esperaran en lo que venía por los libros para sus tareas—.

—¿Acaso no la escuchaste entrar?— preguntó Meiko elevando una ceja.

—Supongo que no o quizás creí que tú eras la que andaba caminado por los pasillos—.

Meiko se quedó en silencio por algunos minutos y solo los veía como tratando de pensar en si creer o no en las respuestas que cada uno le había dado, finalmente, sacudió levemente la cabeza y decidió no exagerar lo que pensaba había sido un leve descuido por parte del profesor al no haber vigilado a una de sus alumnas.

—¿Saben? mejor ya no les quito el tiempo, pero ten más cuidado Kiyoteru, no se te vayan a fugar todos los chicos por estar de distraído— dijo ahora en tono más tranquilo e incluso algo burlón —y tú, Yukari, ojala no vuelvas a sentirte tan aventurera o Maika se enterará— completó mientras le guiñaba un ojo.

—Dudo mucho que le digas algo a mi hermana, me quieres tanto que hasta me encubres— respondió Yukari más relajada.

—¿Con que eso crees?— preguntó Meiko en tono desafiante.

—Sabes que es cierto— dijo con una sonrisa —desde que soy niña lo has hecho—.

—Emm… ¿chicas?— interrumpió Kiyoteru —sé que se han de querer mucho, pero no quiero que mi alumna pierda más tiempo ahora por causa tuya— dijo tomando a Yukari por los hombros y llevándola a la salida —es más, de castigo tu llevaras esto— completó dándole una pila de libros de distinto grosor.

Meiko solo rió y se despidió de Yukari para luego irse a su escritorio cerca de la entrada, ambos se podían dar por afortunados de que ella dejara pasar el peculiar incidente.

Mientras tanto, Kiyoteru y Yukari ahora estaban avanzando por el pasillo lo más rápido que podían. —Umm… ya salimos de la biblioteca ¿crees que ya podía dejar de llevar esto?— preguntó Yukari tratando de no caerse.

—¡Oh, es verdad!— respondió apresurado —lo siento, ya casi lo olvidaba— tomó los libros y retomaron su andar, pero esta vez de forma más tranquila.

—Si que estuvo cerca… no pensé que fuera a llegar en ese momento— dijo Yukari algo avergonzada.

—La verdad es que yo tampoco, la puntualidad de Meiko es algo poco usual… y a todo esto, ¿por qué ustedes dos se conocen tan bien?—.

—Ella y mi hermana son muy buenas amigas, si no me equivoco se conocen desde niñas e incluso nos ha ayudado en momentos difíciles… en cierto punto también he llegado a considerarla como mi otra hermana— respondió con afecto en su voz.

Kiyoteru sonrió al verla en tan adorable faceta, era tan tentador besarla cuando estaba así pero como ahí no había seguridad de no ser vistos solo se limitó a acariciar su mejilla. —Eres tan linda Yukarin, ¿que te parece si después de clases vamos por un helado?— sugirió.

—Me encantaría— contestó dando un par de saltitos —ya ansió que sean vacaciones y poder estar contigo más tiempo—.

—Yo igual princesa… pero por lo mientras sigamos siendo discretos— susurró mientras se detenían frente a la puerta del salón.

—Lo sé…— suspiró —bueno, hablaremos mas tarde Kiyo-sensei— dijo guiñándole un ojo para finalmente entrar con él atrás suyo.

—Cuenta con eso— dijo en voz baja para finalmente ir al escritorio y empezar de una vez con la clase.

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¡Hola! :3 finalmente me vuelvo a aparecer por este lugar XD (la universidad me absorbe el tiempo D:) y vengo con fic nuevo (por que por lo visto es mas fácil pensar en nuevas historias en lugar de terminar las otras c':) que como ya mencioné en el principio es continuación de un one-shot que escribí para un reto en un foro, por cierto, gracias a los que votaron por dicho fic enserio no me imaginaba que hubiera agradado tanto y mas considerando que manejo una pareja absolutamente inusual XD al final me agradó tanto la idea que decidí dedicarle un fic mas extenso y así mostrar como se vivirá la relación entre esos dos owo y si, en algun momento los haré sufrir :D pero no ahora nwn si no han leido la primera parte los invito a que le den aunque sea un vistazo, para que se den idea de como es que surgió la relación, pero claro, es opcional :) bueno, para no escribir de más solo aclararé un detalle: aquí usaré mucho en sobrenombre de Yukarin que es la forma en que los japoneses llaman a mi querida Yukari (ni idea del motivo por el que le llaman asi, pero suena bonito :3) tambien hay un sobrenombre para Kiyoteru pero no lo recuerdo y la verdad me da flojera buscar ahorita ese detalle XD pero igualmente lo usaré y quizás agregue detalles poco conocidos de él en el transcurso de la historia -w-

Sin más que decir ahora si me voy :P si te gustó la historia puedes dejar review, follow o favorito cualquiera será bien recibido nwn

Hasta la proxima actualización :D!