Solía entrenar bastante, demasiado a decir verdad. Jamás estaba satisfecho con su poder actual, siempre quería más y más, ya sea para proteger a la tierra y todo ser querido o para poder enfrentarse a individuos superiores. Siempre debo estar listo, eran las palabras que decía.
Realizaba sin parar ráfagas de patadas y golpes en el aire, a una velocidad que el ojo humano no podría distinguir. El sudor en todo su cuerpo era notable, pero no se detendría hasta haber hecho seis horas seguidas de entrenamiento, de las cuales apenas llevaba cuatro. Una bola de energía salía disparada de sus manos en línea recta, apareció frente a ella y la desvío sin dificultad.
Golpe. Patada. Salto. Energía lanzada. Desvío. Golpe. Patada. Salto.
Durante una hora más estuvo así hasta que se detuvo. No estaba cansado, pero su hambre era insoportable. Debía regresar a su casa para que Milk diera de comer, aunque probablemente recibiría reclamos por entrenar tanto, como siempre. Era un periodo de paz, era cierto, pero Goku siempre debía estar listo. "Goku consigue un trabajo", "Goku debes conseguir dinero", "Goku deja de ser un holgazán". Esas eran las únicas palabras que escuchaba últimamente, pero él no se quedaba atrás, si ella le reclamaba algo, él solo sabía decirle: "Pero Milk, debo estar listo para lo que venga. Necesito ser más fuerte, para poder enfrentar cualquier amenaza".Y para Goku todo eso era bastante común, Milk siempre había sido así y lo aceptaba.
Es chistoso como una relación que inició de un malentendido se tornará tan seria e importante. No conocía bien el concepto del amor, pero con ella logró entenderlo muy a su manera. Ella era la madre de sus hijos, su compañera y la única pareja que ha tenido. Todo mundo lo tachaba de cabeza hueca y pudiesen tener razón, pero estaba tratando de corregir eso. Un día, mientras hablaba con Bulma, entendió lo mal que estaba tratando a Milk y que ella merecía más, debía ser "el hombre ideal" o algo así le había dicho Bulma. Sus esfuerzos no fueron desapercibidos por Milk, que no tenía idea qué sucedía, pero le gustaba. Poco a poco Goku fue entendiendo cosas como el amor, la traición, los celos, el placer, la felicidad, la dicha y paz que una mujer puede darte. Se había enamorado de verdad, como Milk en el pasado se había enamorado de él. Lamentablemente no todo es perfecto, porque las cosas volvieron a ser como antes después de que un nuevo enemigo apareciera. Al casi ser derrotado y al haber experimentado el verdadero miedo a perderla, Goku se obsesionó a ser aún más fuerte, al mismo nivel que estaba obsesionado Vegeta, con la diferencia que este último no descuidaba a su mujer. Regreso volando tranquilo a su casa, tenía ganas de visitar a su hijo Gohan, que vivía felizmente con Videl, pero su hambre era aún mayor. Sin pensarlo apresuró su paso y llegó en cuestión de segundos.
-¡Milk, ya llegué, me muero de hambre! -no recibía respuesta alguna, cosa bastante extraño, así que fue en dirección a su dormitorio-. ¡Milk! ¿Estás ahí?
Sentía otra presencia, una bastante familiar. Gritos se escuchaban sin cesar. Sin pensarlo dos veces entró en la habitación y lo que vió fue suficiente para que su sangre hirviera. Krillin, su mejor amigo, estaba teniendo sexo con su esposa. La mujer con la que había pasado tanto tiempo.
-Ay dios. Goku, ¿Qué haces aquí? -decía Milk con bastante pánico-. Creí que estarías entrenando.
-Goku, deja explicártelo. Te juro que hay un explicación lógica -Krillin estaba muerto de miedo, sabía que si no mentía de buena manera, se enfrentaría a la ira del hombre más fuerte del universo. Pero era Goku, probablemente no entendería del todo-, estábamos entrenando. Nada más.
Goku estaba en silencio. Sabía que todos lo creían estúpido, pero estaba harto de eso, le intentaban ver la cara. Sin darse cuenta, de un golpe arrojó a Krillin que se había levantado a explicarle.
-¡Krillin! -gritaba a todo pulmón Milk. Goku había matado a su mejor amigo.
La rabia que sentía y traición no se comparaba con nada. Él había sentido coraje cuando Freezer lo asesinó, cuando Vegeta amenazó con destruir la tierra y cuando Majin Boo mató a todos los humanos, pero esto era diferente. Apenas había entendido el amor, pero la vida puede ser cruel. Ese optimismo que lo caracterizaba, esa sonrisa que daba tranquilidad ya no se miraban, su brillo se había perdido. Quería desesperadamente dejar de sentirse así. No sabía cómo, quería destruir todo a su paso, pero no lo hizo. Solo estaba parado ahí viendo a Milk llorar. Goten no estaba, así que no era testigo de aquel triste escenario. Su ki estaba aumentando demasiado, la rabia crecía más y cuando menos lo pensó, estaba dirigiéndose a la Corporación Cápsula.
Sabía cómo dejar de sentirse así, el gran dragón lo ayudaría. ¿Cómo había llegado a ese punto? ¿Qué había hecho mal? ¿Realmente había descuidado tanto a Milk? Deseaba con toda su fuerza dejar de sentirse así. ¿Qué sentiría No. 18 cuándo se enterara? Seguramente mataría a Krillin, bueno, seguramente hubiera matado a Krillin. Pero ella no podría hacerlo, porque ya lo había hecho él. Deseaba que nada de eso hubiera pasado. Deseaba jamás haberse golpeado la cabeza y ser como Vegeta.
-Eso es -decía. Su paso se aceleró aún más. Ya sabía que le pediría a Shenlong. Llegaría y buscaría a Bulma. Cuando llegó, fue por Bulma y le pidió las esferas del dragón.
-¿Para qué las necesitas? -preguntaba muy curiosa.
-Quiero pedirle un deseo simple, una cosa que me gustaría tener -respondía Goku bastante tranquilo-. Por favor Bulma. Lo necesito.
-Esta bien. Están en mi taller -no estaba convencida del todo, pero su amigo se veía bastante mal. Tenía un presentimiento extraño.
Goku reunió las 7 esferas y el dragón le preguntó cuál era su deseo. Unos niños contemplaban todo desde la ventana de la Corporación Cápsula, bastante extrañados. Goten no tenía idea de que tenía su papá, pero en lugar de ir con él, prefirió quedarse a ver desde la ventana.
-Y dime. ¿Cuál es tu deseo? -preguntaba impaciente Shenlong.
-Deseo que sea como si nunca me hubiera golpeado la cabeza de niño. Para ser un como un verdadero Saiyajin.
-Eso es bastante fácil.
Entonces un aura más oscuro comenzó a rodear a Goku. Su ki se elevó de tal forma que la tierra tembló. Todos salieron a ver qué pasaba. Un grito se escuchó y después un gran destello cegó a todos, Vegeta era el más sorprendido. Goten no entendía lo que sucedía, pero sentía miedo, no quería acercarse a su papá. Y así como todo se descontroló, todo se volvió a calmar. Solo se veía a Goku, pero tenía algo distinto.
-¿Algún deseo más? -decía Shenlong.
-Ningún otro. Las cosas ahora son perfectas -decía Goku con una voz más fría. Todo en él se miraba distinto.
Hola, gracias por haber entrado y espero que les haya gustado. Yo realmente no suelo escribir este tipo de contenido y mucho menos escribir en este tipo de plataforma, por lo cual no la sé usar. Sin embargo, quise hacer este experimento y recibir retroalimentación de su parte. Y claro, si les gusta continuar, aunque eso ya se vería después.
