Este fic es para el evento de la página Rivaille uke, es muy buena, pásense por esa página si quieren ver contenido del sargento más pequeñito y adorable mordiendo almohada. Esta historia es ErenxLevi, el primero es seme y el segundo es uke.

Disclaimer: Nada de esto me pertenece, sólo el contexto que uso para desenvolver a los personajes que tomé prestado.
Advertencia: Lenguaje obsceno, lemon, quizás violación, sangre y demás.


Aquel pequeño hombre suspiró con fuerza viendo el espectáculo sobre sus ojos, todos estaban reunidos frente a un cartel dramáticamente alarmados, se podría decir a ciencia cierta que era el café haciendo su adrenérgico efecto en todo el cuerpo de esos pobres tipos.

Levi, el nombre de aquel hombre pequeño, se encogió de hombros y no hizo más que suspirar otra vez. Entornó sus ojos sobre el lejano cartel, ordenó un poco más su puesto y se dirigió frente al cúmulo de gente. Todos al notar su presencia se apartaron de pronto, dejando a Levi un libre acceso para ver la situación.

Sobre la sagrada cartelera de crímenes había una foto grande que sobresaltaba entre las demás, parecía ser un mocoso de máximo unos diecisiete a dieciocho años, bastante normal, de cabello café de largo promedio en un hombre y de ojos hermosamente verdes, no era demasiado blanco, tenía su color personalizado en el rostro. Levi repasó al muchacho en aquella foto una vez más y miró a sus compañeros con incredulidad.

—¿Quién puso la foto de su hijo en esta mierda?–aseveró aburrido, sabía que se podría tratar de un delincuente o un violador, ya que las apariencias engañan, pero nunca se imaginó un espectáculo como ese por ese niñato.

—Se-señor...—se atrevió a hablar una pequeña pelirroja, su nombre era Petra. Todos guardaron más silencio cuando la muchacha argumentó la situación.

—Procede...—suspiró Levi mientras bajaba la mirada.—Explica el caso.

—Su nombre... es Eren, señor. Es extraño que no haya oído hablar de él. Es un asesino que actualmente se está trasladando, su zona de homicidios hace unos meses atrás era dos ciudades al norte, sin embargo, anoche cometió otro delito en este distrito, en María, señor...

—Un asesino más que se muda a María. Sina suele estar mucho más vigilada actualmente con el cambio de mando presidencial. ¿No será un cobarde? Infórmeme más.—comentó mientras arrancaba la fotografía del tablero, abajo se encontraba un pequeño mapa, Levi abrió un poco los ojos al ver diferentes puntos marcados.

–Señor, se le ha interceptado durante el crimen diez veces... y ha escapado con éxito.

—Matando a todos los oficiales a cargo...—releyó la información, con sus ojos suavemente fascinados, mirando la información con sorpresa.

—Ha matado cien personas... y hay otros casos que pueden imputársele con facilidad, sin embargo, no ha habido testigo para esos casos "particulares".

—¿Quien está a cargo del caso? ¿Ya se asignó quién debe ir de esta sección?

—No señor... se nos ha dado la elección de elegir por nosotros mismos, sin embargo, si es que no va al menos un grupo de diez personas removerán a todos los de aquí y los sustituirán por otros... —apagó la voz Ral.

El mayor sonrió un momento, con una risa un tanto falsa. Pensó en que los altos mandos eran bastante sensatos, daban la elección de retirarse si no tenían el coraje de morir cumpliendo el deber, sin embargo, cerraban el paso para que fueran contratados nuevamente en su oficio en cualquier parte, la influencia actualmente del servicio de seguridad secreta contra criminales peligrosos cada vez parece más una mafia que un órgano que busca ayudar al prójimo desamparado.

—Yo guiaré la misión. —susurró Levi con esa confianza típica que tenía.—Tenemos autorización para matarlo al más mínimo comportamiento hostil ¿Verdad?

—Está en lo correcto señor, pero no entiende, él no es humano, su resistencia no es humana... las balas que ha recibido...

—Nadie es invencible, todo tiene su punto débil. No tomé este trabajo para quedarme sentado y asustado como una pobre víctima. Si alguno de ustedes está interesado en seguirme, que se me notifique antes del viernes, sino, vendrá otro a reemplazarlos, bueno, eso ya deben saberlo.—informó de manera gélida y seria, un motivante que sólo él podía aplicar de esa forma.

No importa que tan increíble fuera ese mocoso, ya ha asesinado a expertos sádicos, incluso aquellos que dominan armas o estrategias de manera sobrehumana. Ese chico debía tener un punto no blindado, lo encontraría y destruiría por completo, a menos claro, que logré capturarlo vivo. Levi no es un asesino en cubierto de la justicia, no disfruta matar, pero los retos era algo que no podía pasar tan a la ligera, además, si las circunstancias se volvieran extraordinarias, no le importaba apretar un simple gatillo para acabar con la amenaza que lo perseguía.

Miró nuevamente al muchacho, mientras Petra le observa angustiada junto a otros, por más excepcional que fuera Levi en aquel cuerpo armado, ese muchacho de grandes ojos verdes no dejaba de infundir ese miedo a la muerte a cada uno de los presentes.

—Así que has matado a cien personas sin fallar ¿Eh? Nada mal, Eren...—soltó con ese pequeño interés que no se marcaba de manera explícita en su rostro, pero que estaba allí.

Ese mocoso ha matado a cien personas... Levi ya iba en la quinientos cincuenta.


—¡Ese maldito monstruo!—gritó una de las mujeres monitoreando la pantalla frente suyo. —¡Mato al señor Rogers! ¡Está sólo a unos cuarenta metros de la estación! ¿Qué se cree ese mocoso? ¿Cree que podrá matarnos a todos?—la voz de la mujer no sonó del todo enfadada.

Al menos, así no sonó para Levi. La voz de la mujer se escuchó desesperada, poco profesional, con miedo, a punto de colapsar. Por eso cogió sin dudarlo el centro de monitoreo, para no participar en la misión que había aceptado, sino, sólo quedarse aguardando e informando a otro cuartel los avances.

El oficial y líder de la misión comenzó a alistarse. A pesar de no prestar en exceso atención al informe de "Eren", confirmó que no se sabía qué tipo de arma usaba este "monstruo" para matar a sus contrincantes, ninguno vivía para contarlo, y los oficiales que alcanzaban a verlo eran relevos de las otras unidades, aquellos que sólo alcanzaban a ver la escena de paso.

Se veía cuerpos destrozados, algunos concluyen que pudo ser una arma explosiva, pero no quedan rastros de pólvora, otros dicen que armas cortantes de algún modelo extraño, para cualquiera de los casos, Levi se puso el debido traje antibalas para actuar con mayor facilidad, además de los respectivos soportes en los antebrazos por si ese demente logra acercársele con alguna arma cortante.

Se armó con tres tipos de arma, municiones ligeras en su chaleco y una navaja.

No creía que hoy sería su último día, pero por unos momentos, pensó que si realmente moría gracias a un mocoso, no tendría realmente a nadie a quién decirle adiós.

—Espero que estén bien, idiotas…—Levi cometió una excepción, a un grupo… lo había mandado a otra misión días antes. El equipo que ahora era liberado por Petra Ral.

Ellos… le importaban, y no permitiría que murieran en misión si él pudo evitarlo desde las sombras y con su jodida influencia. Y lo hizo, deben estar a cientos de kilómetros, en una misión sencilla de espionaje. Salió a las afueras envuelto en ese pensamiento, la fría noche le recibió con un suspiro helado sobre la piel, Levi se quejó un poco, ese traje era seguro, pero la verdad, no abrigaba ni una mierda.

Se subió al auto blindado, cruzándose de brazos mientras trataba de no prestar atención a las agitadas respiraciones de sus compañeros, pero sabía que tarde o temprano lo terminarían sacando de quicio, y allí estaría él de nuevo, dando un discurso motivacional que nunca se propuso, pero que siempre cumple.


El olor era repugnante, Levi apretó los labios con fuerza enfocando su vista, concentrándose al máximo en medio de esos callejones, tratando de captar hasta el más mínimo ruido ¿Dónde estaba ese bastardo? Levi sólo podía sentir el olor a sangre, sólo pudo pisar los brazos mutilados, los torsos abiertos, las cabezas con ojos en blanco y con aquellas grotescas bocas abiertas mientras caía sangre de ellas, los huesos que sobresalían ante el espectáculo de carne eran dignos platos para devolver todo el desayuno.

Y… sólo habían pasado cuarenta minutos desde que llegó al lugar de la misión.

Levi hace unos minutos atrás mandó a todos a dispersarse, grupos de tres personas cerrando las cuatro escapatorias, él estaría en la del norte, los demás en la del oeste, sur y este.

Él creyó poder solo, creyó manejar la situación, sin embargo, una pequeña duda rondó su cabeza. Apresó con fuerza la arma en sus manos, "tonterías" pensó enfocado, cuando un soldado pierde la calma y no sigue con estrategia y racionalmente un operatorio… las probabilidades de que fracase aumentan considerablemente, tenía que seguir adelante, arrancar la vida de ese asesino para mantener la suya.

Jugar a ese antiguo y primitivo juego de la "supervivencia", donde el más fuerte es el que siempre sobrevive.

Levi se arriesgó a infiltrar la zona comprometida, una quinta zona en ese laberinto de callejones, aquella que estaba cerrada y donde debieron arrinconarlo él último equipo. Apuró el paso mientras corría cubriendo terreno, miró hasta el final del lado derecho del camino en T, en uno de los dos extremos cerrados, no había nada… pero según el patrón de muertes este debió ser el punto en el que…

—Oficial…—una voz zonó detrás de su espalda, era lejana, si los pasos hubieran estado a menos de cuarenta metros lo hubiera notado. Se giró encontrándose con un chico de polerón ancho de color tinto que le quedaba ancho cuyo color vino se veía levemente diferenciado por la cubierta de sangre en forma de gotas grandes y pequeñas que caían en su prenda, tenía unos zapatos gastados y unos pantalones de color negro algo más ajustados. Parecía un chico simple, alto, de un metro ochenta.

—Tú…—susurró Levi con la voz filosa. —¿Eren, no? —preguntó en una estúpida obviedad, a pesar de la sangre que caía por su rostro como una mascarilla al estilo del fantasma de la opera satánico era claramente el chico de la foto, ojos grandes pero filosos de color verde, cabello café y esa repugnante expresión de tranquilidad e inocencia.

—Perdón…—se explicó el muchacho levantando las manos y bajando un poco la mirada, Levi abrió los ojos tratando de encontrar el arma que usaba, parecía totalmente desprotegido, ¿Quizás en el bolsillo ancho de canguro de su chaquetón?. —Los maté…—continuó ese tal Eren, algo apenado.

—¿PERDÓN? ¿LOS MATÉ? ¡Oh maldita escoria! Con esa mierda te dejaré ir como si nada, yo limpio los cadáveres, sólo vete…—cargó su ironía con brusquedad, mientras la arma apuntaba fríamente directo a la cabeza del chico.

—Si me dejaran matar en paz, si no se metieran, no tendría que matarlos a ustedes… ustedes tratan de hacer el bien, sin embargo… no parecen escu-…

Antes que siquiera pudiera decir palabra alguna, la veloz bala del inglés explotó contra su carne, sin embargo, el sonido que se produjo no fue el que Levi esperó.

Eren se cubrió del impacto con los antebrazos, sin embargo, la bala no quedó siquiera incrustada en su brazo, cayó al suelo, como si la superficie de la piel fuera metálica.

Levi abrió los ojos analizando y viendo la ropa rasgada, podía ver la piel descubierta… ¿Cómo era posible que la bala no le entrara? Sin embargo, se defendió cuando el proyectil iba directo a su cabeza, lo que significaba que ese seguía siendo un punto crítico que ese ser trataba de proteger.

—Sabe… pensé que siendo el último quizás podría hablarle…—Levi se acercó sin bacilar, mirando qué podría usar Eren a su ventaja, nada…

Buen punto a favor.

La posición era ventajosa para él y tiene una cantidad de balas bastante buena, debe acercarse más, destrozar la piel, crear impacto. Levi apretó el gatillo, esta vez dirigiendo dos balas hacia la pierna del muchacho, Eren abrió los ojos sintiendo como su pierna cedía un poco y casi lo hace tropezar.

—Usted…—susurró con la voz un poco más ronca el muchacho, sin embargo, para la herida abierta y el reciente impacto, sólo la voz ronca era algo extraño, como si a ese niño no le doliera lo que debería.

—Déjame matarte luego, maldito mocoso. —sonrió un poco Levi. —Quédate allí, cierra los ojos, no sufrirás más puto asesino.

—N-no…—sonrió un poco Eren devuelta, su sonrisa se hizo más grande mientras que la pierna con la que debería estar imposibilitado para caminar comenzaba a moverse al son de sus pasos como si nada. —¡Aún no puedo morir oficial Levi! —exclamó con una sonrisa más torcida en sus labios, una grande mientras enseñaba gran parte de sus dientes y sus ojos estaban dilatados en locura. —¡SE LO PROMETÍ A ELLA, NO MORIRÉ! Debo… luchar, si no lucho…—susurró mirando fijamente al oficial quien continuaba su paso seguro hacia él. —Debo destrozarte… humano.

Levi guardó sus pistolas con rapidez y sacó unas metralletas a dos manos ligeras que llevaba en la espalda, volvió a insistir en despedazar las piernas, hasta que sintió al fin el sonido, el muchacho se desplomaba en el suelo, su expresión era indescifrable, Eren miró con los ojos sumamente abiertos al cielo al verse arrodillado con las piernas inutilizadas.

El oficial encontró su oportunidad en aquel momento, el basurero alto y extenso lo ayudó a caer por detrás del muchacho en un salto y una maniobra un tanto compleja, el pobre diablo apenas pudo girarse aterrado para recibir un impacto de bala justo en la cien, no duró más de unos segundos en esa posición, hasta que la figura cayó inerte al suelo mientras la sangre comenzaba a desparramarse en el concreto, Levi gastó las ultimas balas de su otra arma provisional en agujerar el estómago del chico y perforar su corazón, una pequeña venganza por su "equipo", aunque no los había conocido más de una semana.

Se giró suavemente mientras sacaba su móvil para que vinieran a remover el cuerpo, sin embargo, en su sexto paso giró rápidamente para retroceder hacia atrás apuntando su arma directamente al chico, disparando sin consideración, sin dudar, directo al cuello y la cabeza, apuntando hasta su ojo que reventó de manera asquerosa.

No, Levi no pudo reconocer lo que sus ojos vislumbraban, el cuerpo ensangrentado comenzaba a pararse mientras de sus heridas más antiguas comenzaba a salir pequeñas oleadas de humo, recuperando el tejido perdido y reconstruyendo los huesos destrozados, escuchó una pequeña risa adolorida, como la de un adolecente saliendo del gimnasio.

—Nadie me había golpeado tanto… mierda, mierda, si usted no fuera humano, me hubiera destrozado, sería mucho más fuerte que yo…—soltó mientras su rostro se levantó para encarar a Levi, quien a pesar de la sorpresa seguía en guardia de manera profesional. —Aún así… tengo un favor que pedirle antes de tener que destrozarlo, necesito su ayuda, yo…

El muchacho seguía avanzando, Levi presionó el gatillo de sus armas dobles, el sonido vacío lo alteró, buscando con rapidez la pistola de mano.

Levi retrocedió mientras apretaba el gatillo sintiendo ese rebote metálico y frío indicándole que no le quedaban más balas que gastar. Su mirada vagó hacia adelante viendo a ese muchacho ensangrentado seguir avanzando como si nada, su ojo izquierdo estaba destrozado y podía ver parte de su cráneo triturado.

—Oficial… eso ha sido cruel…—susurró con una pequeña sonrisa en su boca ensangrentada, repasando las heridas abiertas con las manos. —Duele…

—Mal-Maldito monstruo…—murmuró retrocediendo, encontrándose con el frío muro recibiendo su espalda.

Por qué, por qué su maldito orgullo hizo que se tomara a ese mocoso a la ligera. Delante de él tenía a Eren, un monstruo buscado hace años, un asesino demente. Le habían advertido que su cuerpo no era exactamente como el de un humano, que era un maldito error genético…

Y él creyó poder con eso, su cuerpo estaba acorralado, sin embargo, no cedió, dio una sonrisa más, sacando su afilada navaja, atravesando y abriendo el pecho del muchacho, los ojos de Eren se abrieron, el dolor se veía reflejado en ellos, pero no explicito, como si su autocontrol frente a aquella sensación no fuera la de ningún ser corriente.

Eren siguió de pie frente al muchacho, Levi aprovecharía para salir, sin embargo, la navaja se incrustó en el estómago del muchacho, el vapor desprendido del muchacho no lo dejo ver, era demasiado y de una manera demasiado repentina, y en ese preciso momento, un golpe en un punto estratégico lo dejó inconsciente en el suelo.


Levi abrió los ojos pesadamente, lo primero que vio frente suyo fue un reloj, indicándole la hora, eran las tres de la madrugada, la segunda cosa que notó, fue que las jodidas sábanas no estaban lo suficientemente limpias, y que no estaba por lo tanto, en su propio cuarto, lo tercero, sus manos estaban sujetas por la espalda con cadenas, y un artefacto metálico estaba amarrado a su tobillo, y lo tercero, al girarse, fue lo peor.

Ese maldito monstruo… estaba durmiendo, rodeándole homosexualmente la cintura.


Próxima actualización: ¿Cómo es un cuerpo humano, Levi?

Tendrá más de un capítulo, perdón, pero no pude resumir todo lo que pasa con la historia y motivaciones de los personajes.

Eren efectivamente, no es humano o no tiene todos los componentes de uno, o quizás, le sobran componentes, está alterado genéticamente, su cuerpo recibe daño realmente fatal y puede recuperarse, como los titanes, pero de una manera más rápida y manipulable a su antojo, además de otras cosas un tanto perturbadoras que conocerán después. Por ahora, Eren no puede matar a Levi, y bueno, no es como si tuviera ganas precisamente de hacerlo...

Este capítulo antes revelaba más y Eren y Levi conversaban de algunas cosas, pero dejaré eso para el próximo capítulo. ¿A nadie aquí le molesta un poco de porno verdad? Es que a veces me suelo poner bastante sucia y pervertida, y bueno, algunas personas no les gusta aquello, pero no, el porno no mancillará la trama de la historia, pero de todas maneras les consulto.

Si les gustó el fic por favor háganmelo saber en comentarios, así me inspiro de mejor manera. Hasta pronto. ¿Quizás una semana más? depende de cómo sea aceptado.