"¡Euphie para!" Zero gritó con todas sus fuerzas, mientras observaba con angustia a la princesa homicida. ¿Qué estaba pasando? ¿Qué era ese lugar? ¿Y por qué sentía que ya había vivido esto antes? Lelouch Lamperouge despertó agitado, sentándose en su cama tratando de recuperar el aliento. No era la primera vez que tenía ese tipo de sueños tan extraños, pero sí uno que involucrase a la familia real. Euphemia Vi Britannia, por lo que recordaba la princesa había muerto en un accidente hacía ya un año, lo que le parecía muy extraño era que él, un simple estudiante, la haya llamado de una manera particular como si ellos hubieran sido muy cercanos o algo por el estilo. Era imposible que alguien tan común como él pudiera conocer a alguien de la familia real y sobretodo que algo tan horrible como lo soñado haya pasado.

El maestro en ajedrez decidió ignorar aquel sueño como los demás, porque eso son...sueños, cosas que nunca pasaron en realidad. Ya eran casi las seis de la mañana así que no tenía sentido volver a dormir. Al cabo de media hora él ya estaba listo con maleta en mano y se dirigió al comedor donde su hermano menor lo esperaba para desayunar. Aquel joven era su única compañía por lo que Lelouch siempre era muy sobreprotector con él.

"¡Buenos días, hermano!" El menor lo saludó con una sonrisa mientras servía jugo para los dos.

"Buenos días, Rolo." Respondió dándole una palmada en la espalda. "Veo que le pediste ayuda a la cocinera para el desayuno." Dijo mientras tomaba asiento.

Aquel comentario provocó que la cara de Rolo se enrojeciera un poco. "Fue idea de la presidenta, me dijo que podía pedir ayuda cuando quisiere."

La presidenta del consejo estudiantil, cercana a graduarse, era una de las personas más detallistas y consideradas que él conoce. Empezando por el simple hecho que los deja vivir en una de sus mansiones cerca de la academia Ashford a la cual asiste con su hermano. Por lo que recuerda, el día que ellos llegaron al Área 11, en ese entonces todavía Japón, sus padres fueron asesinados cuando fueron tomados como japoneses ante los militares ingleses. Rolo y él hubieran terminado con la misma suerte si no hubiera sido por el hecho que una familia japonesa los protegió, los Kururugi. Si bien solo estuvieron ahí durante unas semanas, los tres niños se hicieron amigos, sobretodo él y Suzaku, el único hijo de aquella familia, a Rolo le caía bien el niño de los ojos verdes, pero se le hacía muy difícil socializar. Después de su corta estadía con la familia japonesa, los Ashford, quienes eran muy amigos de sus padres, los refugiaron y criaron como si fueran sus propios hijos. Ya con el paso del tiempo, a Lelouch y a su hermano menor se les asignó una de las mansiones cerca de la academia para que pudieran vivir sin problemas. Desde ese entonces es que conoció a Suzaku Kururugi y Milly Ashford, con la última todavía mantiene contacto, aunque la presidenta sea un año mayor; sin embargo, con Suzaku...eso es diferente, ya que no lo ha visto hace aproximadamente siete años, desde la invasión a el entonces Japón.

"¿En qué tanto piensas, hermano?" Rolo preguntó con curiosidad. "¿Te preocupa algo?"

"No para nada." Respondió y tomo un sorbo del jugo recién hecho. "Solo pensaba en la vez que conocimos a Suzaku y a la presidenta. Ha pasado un buen tiempo desde que lo vimos."

Su hermano lo mira detenidamente, como si lo estuviera examinando. ¿A qué venía recordar al japonés? Aunque ahora ya era alguien muy reconocido y admirado como un caballero de alto rango, no cambiaba el hecho de que su supuesto amigo había entregado a su 'hermano' ante el emperador. Claro que este no se acordaba nada de lo sucedido, al menos eso es lo que los registros mostraron cuando Rolo fue asignado como el nuevo y único familiar de Lelouch.

La investigación no solo quedó con Zero, el asesino se tomó la molestia en también buscar información sobre el britanniano honorario, aquel ojiverde quien sintió atracción por la princesa Euphemia y tiempo después se involucró con Lelouch, aunque durante todo este tiempo lo ha negado. Los datos no mienten y en parte deseaba que algún tipo de culpa carcomiera al caballero.

Sin embargo, si no hubiera sido por la captura y el borrado de la memoria de Zero...él no tendría a alguien a quien llamar 'familia'.

Aquel medallón que llevaba consigo fue un supuesto regalo por su 'cumpleaños', el 25 de Octubre, Rolo lo atesoraba junto con otras cosas que su hermano le obsequiaba. "Hermano, será mejor que saliéramos para las clases. Llegaremos tarde."

Una suave risa escapó de los labios de Lelouch. "Vivimos a menos de un kilómetro de la academia, pero si tú lo dices. Será mejor que nos apuremos." Dijo alcanzándole una servilleta para que se limpie las migajas que posaban en sus mejillas. "No te olvides de cepillarte los dientes." El mayor se levantó para dirigirse al baño, dejando al menor otra vez sonrojado limpiándose desesperadamente la cara.

Una vez listos, se despidieron de la ama de llaves y caminaron rumbo al centro de estudios. A tan solo unos cuantos metros para llegar a la entrada principal se observaba a bastante gente esperando a las afueras, unos confundidos mientras que otros entusiasmados como si alguien muy importante estuviera por llegar.

"¡Lelouch! ¡Rolo!" Se escuchó una voz familiar corriendo hacía ellos.

"Presidenta, buenos días." Rolo saludó cordialmente, asintiendo levemente.

"Ay Rolo, ya te he dicho que dejes las formalidades." Respondió la rubia. "Aunque debo admitir que suena muy bien. Como sea, ¿Tiene alguna idea de que está pasando?"

"Acabamos de llegar, pensé que usted podría saber." Esta vez habló el amnésico, mirando otra vez al mar de gente que sin importar los esfuerzos de los profesores por dirigirlos a clases seguían amontonados en la entrada.

"¡Creemos que es alguien muy importante, como el Gobernador o algo por el estilo!" Rivalz apareció de la nada provocando un pequeño salto por parte de Rolo.

"Eso explicaría los soldados." Shirley intervino con una sonrisa tímida dirigida hacía Lelouch.

"Bueno, bueno..ya basta." Milly chasqueó sus dedos. "Será mejor que vayamos a nuestros salones, no queremos que la entrenadora Viletta nos esté persiguiendo como a Lelouch." Señalo con una sonrisa maliciosa y cogió a Rolo de las mangas. "Llevaré al pequeño a sus clases como la buena presidenta que soy." Dijo, llevándoselo sin tiempo para despedirse.

"Lo mismo va para nosotros." Dijo la miembro del club de natación dándoles palmadas en la espalda a ambos adolescentes. Sin imaginar quien podría haber atraído tanta atención; sin embargo, aquella persona ya no se encontraba en medio del disturbio, una cara conocida para el protagonista hablaba con el director para ser asignado a una clase.