Los derechos y personajes no me perteneces son de Nickelodeon y Craig Bartlett
Personajes Invertidos
Capitulo 1: Corazón roto y una nueva vida
Yo venía tan alegre, saltando por las bellas calles de nuestro vecindario al cual acabábamos de salvar. Creyendo que mi secreto aún estaba a salvo, pues en un momento de nerviosismo le confesé a Arnold todo lo que sentía por él en Industrias Futuro. De pronto me pare y caí en la realidad de que el me había rechazado al decir que había sido "El calor del momento" oh vamos cabeza de balón, ni tu eres tan estúpido para creer algo así. Y fue así como la cruel y fría realidad me abofeteó, me di cuenta de que el jamás me amaría y mucho menos podía vivir con la idea de que yo lo amaba que hizo que me retractara de mis palabras para mentirse a él mismo.
Lentamente sentí como mi corazón se destrozaba, y todo en lo que creía y soñaba desaparecía.
Camine hasta mi casa como un ente que vaga sin alma, llegue y escuche a mis padres platicando con alguien en la cocina. No le tome importancia, la verdad era que no quería ver a nadie y como siempre fui invisible para ellos, no habría problema con eso o al menos eso pensé yo.
-Niña llegaste- dijo mi padre saliendo de la cocina, aun seguía con la ropa rota -Ven hija-.
Bob llamándome "hija", bien ahora si ya nada podía ser peor, así que me encamine hasta la cocina perezosamente, pero al llegar fui estrangulada (literalmente) por la estúpida de mi hermana mayor quien me abrazo al verme.
-Maldición Olga, suéltame- trataba de zafarme de aquel abrazo, pues para ser tan débilucha vaya que la mujer si que apretaba como anaconda.
-Hermanita bebé, te he extrañado tanto- me decía apretándome cada vez más.
Y ahí venía, rayos maldije a todo el mundo en ese momento, aquel maldito momento en donde mi hermana empezaba con sus dramas llorando.
-Estas tan grande hermanita, tan linda, pronto serás toda una señorita- me decía con aquella voz chillona que tiene.
-Si si lo que digas... ¿Ya me puedo ir? No fue un gran día- quería irme a mi habitación a llorar en silencio, demonios gente estaba con el corazón destrozado y ustedes molestando como siempre.
-¿Qué no fue un gran día?- grito Bob -Si no fuera por ti y tus amiguitos yo lo hubiese perdido todo niña, fue el mejor dia de todos-.
-Ay si hermanita, papá nos estaba contando como salvaste a todos- menciono mi hermana eufórica de la emoción.
-En serio quiero irme a dormir por favor- estaba cansada no quería pelear ya.
-Claro cariño, pero primero escucha a tu hermana que vino a ofrecerte algo- menciono mi madre.
¿Olga ofreciéndome algo?, ya que si eso me dejaría irme a descansar en paz accedí a escucharla -Suéltalo- le dije.
-Ay Helga, encontré empleo en uno de los mejores colegios de Londres y quiero que te vengas conmigo a estudiar.. Tendrás la mejor educación que puede haber- dijo Olga estallando de felicidad.
Yo estaba en shock, no me esperaba algo así.
-Olga esa es una grandiosa idea, iras a ese colegio jovencita te guste o... - interrumpí a mi padre antes de que siguiera con su "amenaza".
-Lo haré- todos me quedaron viendo asombrados.
-¿Qué dijiste?- pregunto incrédulo Bob.
-Que lo haré, iré con Olga- dije encogiéndome de hombros sin tomarle importancia.
-¿Qué te traes entre manos jovencita?- me vio desconfiado.
Vaya a pesar de que el hombre no me prestaba ni la menor importancia algo sabia de mi. Y lo entendía a la perfección, en que mundo yo accederia a irme con la estúpida de mi hermana perfecta lejos de esta cuidad y mucho más sin pelear por quedarme. Eso no sonaba a mi, pero vi la oportunidad de ser una nueva y mejor versión de mi persona, y lo que era aún mejor, estar lejos de Arnold.
-Vamos Bob, tu eres el que esta siempre diciendo que si ves la oportunidad debes tomarla... Además se que me obligaron a hacerlo, solo simplifico un poco las cosas- trate de sonar lo más convincente que podía.
-Bien, entonces esta dicho, se irán en dos dias- sentenció mi padre.
-Ay hermanita bebé, estoy tan feliz, veras que Londres es hermoso- dijo volviéndome a estrujar.
-Si, si, como sea, ¿Ahora si puedo irme a dormir?-.
Mi padre asintió y yo subí las escaleras lo más rápido que pude antes de que Olga volviera a querer estrangularme con esas cosas que llama "abrazos".
Me tire en mi cama y al fin pude llorar en paz. Las lágrimas al fin pudieron salir.
-En solo dos días estaré lejos de aquí y lejos de ti- susurre mientras arrojaba el relicario con su foto contra la pared. Me di media vuelta y me sumergí en los brazos de morfeo.
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Los dos días pasaron rápidamente, yo me la pase mayormente en mi cuarto, no quería saber nada del mundo exterior.
Ahora estábamos en el aeropuerto esperando a que el vuelo a Londres saliera.
No me había despedido de nadie, en total amigos no tenía, solo a mi mejor amiga Phoebe. Pero sabía que si me despedía de ella no me dejaría ir, se que me odiara por no haberlo hecho, pero me perdonará luego.
-Hermanita, vamos, ya anunciaron nuestro vuelo- me dijo mi hermana sacándome de mis pensamientos.
No dije nada, solo la seguí y sin saber cómo ya estaba en el asiento de aquel avión que estaba a punto de despegar.
-Adiós Hillwood, adiós Arnold- susurre mientras una ligera lágrima se escapaba y corría por mi mejilla.
Me dormí todo el vuelo.
Al llegar Olga me despertó dulcemente, se sentía bien que te despertaran así y no a los gritos.
Londres era hermoso, lleno de gente por sus calles y bastante nublado al parecer lo cual me agrado al instante, pues amaba los días nublados y más si eran con lluvia traían a mi un hermoso pero doloroso recuerdo de mi infancia, de la primera vez que vi su hermosa y rara cabeza de balón -Demonios Helga, ya basta- me regañe mentalmente al ver que seguía recordándolo.
Llegamos a un hermoso departamento, no era pequeño ni muy grande. Era simplemente perfecto, blanco con cuatro sofás en rojo y una mesita de vidrio en el medio de ellos.
Cuadros hermosos sobre las paredes.
Una hermosa y amplia cocina y dos cuartos.
El mio era completamente blanco, Olga me dijo que lo pidió así para que yo lo pintara y decorara como quisiera. Todo era hermoso y perfecto como era mi hermana.
-Hermanita, acomoda tus cosas haré la cena y mañana iremos por ropa y cosas para tu cuarto- me dijo desde la puerta.
-Gracias Olga- le agradecí con una amplia sonrisa.
-No hay de que Helga, quiero lo mejor para ti hermanita- me abrazo, pero por alguna razón aquel no me estrangulaba, más bien se sentía cálido y acogedor por lo cual correspondí gustosa.
Cenamos y mientras me contaba como era el colegio, su uniforme, cual era su trabajo que el cual por cierto era el profesora de bellas artes y del taller de drama.
Entre mas me contaba del el mas me encanta, no esperaba la hora de empezar al fin.
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Al día siguiente fuimos por mi uniforme, útiles, ropa nueva, pintura para mi cuarto y algunos muebles también.
Termine agotada tirada en uno de los sofás al igual que Olga, ambas reímos divertidas por el largo dia de compras que habíamos tenido en el cual nos habíamos divertido mucho eligiendo todas las cosas.
Así que pedimos pizza y nos acostamos, había sido un día muy largo.
Al día siguiente comenzamos con mi cuarto, solo pintamos dos paredes de negro y las otras dos la dejamos de blanco, había un escritorio con una laptop, un hermoso librero, una mesita de luz y algunos cuadros con fotos de mi familia, Olga y Phoebe.. -¡Phoebe!- grite -Me olvide de hablarle, me va a matar y odiar de por vida- pensé triste. La extrañaba, y mucho. No sabia como haría ahora que estaría lejos de ella. Decidí llamarla antes de que fuese más tarde.
-Hola- atendió mi mejor amiga.
-Hola Phoebs, ¿Qué onda?- le dije.
-¡Helga!- grito tan fuerte que tuve que alejar el teléfono.
-Criminal Phoebe, me dejaras sorda- la verdad es que si me había dejado un pequeño zumbido por el grito.
-Lo siento Hell, es que hace días que no se nada de ti y me preocupe mucho, hoy iba a ir a tu casa- maldición ahora si debería de decirle.
-Phoebe no puedes ir- dije triste.
-¿Por qué no? ¿Pasa algo?- pregunto agunstiada.
-No estoy en mi casa, estoy con Olga- le dije aun sonando triste.
-Oh ya entiendo, entonces te veré cuando vuelvas- dijo mas calmada.
-No se cuando volveré, estudiare aquí y.. - no pude continuar, pues mi mejor amiga me había interrumpido.
-¿Estudiar allá? Pero Helga, tu estudias aquí con nosotros.. Espera... te fuiste sin despedirte y me dices que no sabes cuando volverás y que estudiaras alla- gritaba histérica, la verdad hacia tiempo que no la oía así desde el accidente del "gas".
-Phoebe tranquila, todo pasó demasiado rápido, lo del vecindario, me confesó con Arnold, el me rechazo, llegue mis padres me dijeron que me iría con Olga y sin saberlo ya estaba en un avión viajando a la otra punta del mapa- explote sin quiera pensar en lo que estaba diciendo.
-¿Te le confesaste a Arnold?- me grito.
Demonios, porque lo dije ahora iba a saber que la verdadera razón fue porque el me rechazo.
-Si Phoebs y el me rechazo e hizo que me retractara de mis palabras- las lágrimas se empezaban a hacer presente y me costaba hablar con claridad.
-Ahora entiendo porque te fuiste.. Esta bien Hell entiendo, y creo que será mejor para ti estar un tiempo lejos.. Te extrañare y me harás mucha falta- dijo sollozando.
-Gracias Phoebe, sabia que comprenderías.. También me harás mucha falta hermana pero te hablare seguido y te escribiré, podrás visitarme y yo a ti- le dije para que se calmara.
-¿Lo prometes?- dijo más calmada.
-Como que me llamó Helga G. Pataki- levante mi mano en señal de juramento.
-Gracias Hell, cuídate y no te metas en lios- dijo entre risas.
-Gracias.. Y Phoebs.. De esto ni una palabra a nadie- sabia que en ella podía contar, después de todo era mi mejor y única amiga.
-Entendido.. Hasta luego Hell- se despidió de mi.
Me quede viendo el teléfono -Como me harás falta hermana- pensé.
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Las semanas pasaron rápido y antes de comenzar el colegio Olga me llevo a un "Salón de belleza" en donde me convirtieron en toda una "señorita", tenía un nuevo corte y ya no tenía mi uní ceja, ahora tenía dos perfectas cejas.
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Era Lunes, el primer día de clases y yo odiaba mi uniforme, consistía en una camisa blanca, corbata roja, falda gris con tablas, medias rojas, zapatos negros y un saco rojo.
Debía ir peinada con una trenza francesa, odiaba las trenzas.
Me sentía incomoda, pero vale la pena, estudiaría en uno de los mejores colegios que existía.
Luego de la ceremonia a cada uno nos asignaron a nuestros salones.
Al ingresar en el mio un niño pelinegro y de ojos verdes se dirigió hacia mi.
-Hola, me llamo Josh ¿Y tu?- me pregunto extendiendo su mano para saludarme.
-Helga- respondí algo confundida pero lo salude.
Era un niño muy alegre algo que contigo no iba.
Pero sin saberlo ese niño cambiaría mi vida.
Hola gente hermosa, aquí estoy de nuevo con una nueva historia.
Les quiero contar que los primeros dos capítulos serán como una breve introducción para poder partir de la historia, espero que les guste y que le den una posibilidad.
Saludo a Eli y a Serenity, al fin la subí chicas espero que les guste.
Nos leemos pronto.
