Es mi primer Fic aquí espero les guste. :)

Capítulo 1

Era inicios de verano cuando mi padre cayó enfermo a causa del estrés y las preocupaciones de la compañía haciendo que su corazón se debilitara. Era molesto saber que quizá a causa de la discusión que tuvimos esa misma noche fue la pauta para que su estado de salud decayera, tuve que hacerme cargo de la compañía durante el tiempo que mi padre estaba en recuperación, obligándome a dejar mi sueño de ser médico a un lado, era frustrante saber que estaría haciendo al final lo que mis padres habían decidido por mi y algo que no me entusiasmaba demasiado, estar entre cuatro paredes, administrando una empresa no era lo mío.

Durante todo este tiempo, Kotoko a pesar de ser torpe y descuidada, daba lo mejor de sí para que no nos preocupáramos mucho mientras mamá estaba en el hospital cuidando de mi padre, era interesante verla siempre haciendo los alimentos que estaban a un grado de ser una crisis nuclear pero que poco a poco fue mejorando, cosa que nunca le dije. Era obvio que a pesar de lo molesta que resultaba a veces, su amor sincero y la atención que tenía al escuchar y preocuparse por mis problemas me hacían sentir seguro, era como si ella fuera una fuerte columna de donde siempre que quisiera podía apoyarme y ella estaría gustosa de hacerlo. Sin duda una forma egoísta de pensar pues, sin importar lo mucho que me agradaba su compañía, me resistía a pensar alguna vez algo romántico con ella, no era que no me gustara o que no la quisiera, simplemente no quería ceder ante ella, porque naturalmente, no me gusta perder.

La distancia que había entre nosotros era peligrosa, pues cada día se estrechaba más y tarde o temprano le confesaría que de alguna manera se había metido bajo mi piel, haciendo que todo el día pensara en ella. Cuando estaba en la universidad, siempre la buscaba con la mirada, trataba de ir los mismos días que iba ella al club de tenis, tener que aguantar mis ganas de romperle la cara a Kinnosuke cada vez que se acercaba a ella con la intención de conquistarla. En secreto, ella había despertado en mi esos deseos e impulsos que celosamente guardaba.

Sin embargo, la situación en la compañía cada día decaía un poco más y necesitábamos inversiones altas, ya que sin ellas no sólo la empresa tendría que cerrar, sino muchas personas quedarían sin empleo y la familia se quedaría en la banca rota, conocer al director Oizumi fue como una pequeña brisa de aire fresco ante tanto caos.

Sabía que tanto interés en mi no era simple curiosidad, pues cuando me propuso tener una cita de matrimonio con su nieta, me quedó claro que para que el accediera a invertir en nosotros, tenía que haber un precio que pagar, y por supuesto, tenía que aprovechar esta oportunidad.

Después de discutirlo con mis padres, tomé la decisión de aceptar la propuesta del magnate y tener una cita con su nieta. Su nombre era Sahoko, había estudiado desde el preescolar en una de las escuelas más prestigiosas de todo Japón. Debía reconocer que era hermosa y muy refinada, sin embargo era sosa y cada ves que hablaba trataba de disimular el aburrimiento que me causaba, sólo podía pensar en el dolor que le causaba a Kotoko y lo que eso me disgustaba.

Me sentía mal por la chica, pues estaba claro que lo que me interesaba de ella no era su presencia, sino la sustanciosa inversión que su abuelo haría en la compañía, debo reconocer que soy un completo canalla por utilizar a Sahoko de esa manera pero para mi en esos momentos era lo que más me beneficiaba a mi y a mi familia.

Mientras coqueteaba con aquella muchacha, Kotoko tenía citas con Kinnosuke, moría de celos cada día, sólo yo tenía que tener todas sus sonrisas y sus atenciones, sobretodo, era el único que podía besar sus labios, el no tenía derecho pues su corazón me pertenecía. Pero, ¿quién era yo para negarle su felicidad? ¿por qué me creía con el derecho de decidir con quien debía salir y con quien no? Si yo mismo había puesto una barrera impenetrable desde que decidí comprometerme con Sahoko, no era más que un estúpido arrogante que había puesto su interés antes que su corazón.

Caminando por el campus las amigas de Kotoko: Satomi y Jinko quienes me abordaron sorprendidas de mi precensia.

- ¡Irie Naoki! ¿Por qué estás en la escuela? - preguntaron al unísono.

- ¿No puedo venir a la escuela? - respondí - aún soy un estudiante que se esta tomando un descanso.

- Oh, por cierto Kotoko hoy no está aquí - me dijo como sabiendo lo que quería preguntarles pero no me atrevía.

- No pregunte por ella - dije mientras comenzaba a caminar.

-Ella ya se fué al restaurante

-¿El restaurante? ¿no cierran hoy?

-Eso es lo que tu sabes, aunque ella no necesitaba ir aún así fue a trabajar en su día libre, está estudiando con Kin Chan - dijo Satomi

- ¿Estudiando juntos? - desde cuando hacen eso ellos dos y sobretodo ¿que hacen juntos? Sentí una punzada en mi corazón

- Esa es una excusa - respondió Jinko - probablemente Kotoko fue a responder la propuesta de matrimonio que le hizo Kin chan.

- ¿Propuesta de matrimonio? - me paré en seco y volteé a verlas, sentí como el sentimiento de angustia y pérdida se apoderaban de mi, tuve que contenerme para no salir corriendo a buscarla.

- ¿Qué? ¿No sabías que Kin Chan le propuso matrimonio a Kotoko? - me dijo inquisitiva - creo que ella por fin abrió los ojos ante el amor, que no está cegado por el dinero ni fama ni fortuna.

- Bueno, creo que te hemos dicho demasiado - concluyó Satomi en un tono de burla - que disfrutes tu matrimonio arreglado Naoki.

Mientras ellas se alejaban riéndose abiertamente de mi, sus palabras fueron un balde de agua fría, aunque mi semblante era el mismo de siempre, por dentro estaba muriendo, aunque me negaba aceptarlo o confesarlo, sentía que la perdía y que mi vida estaría vacía sin ella. Por más dinero que Sahoko pudiera darme, no podía compararlo con las sonrisas y el amor sincero que Kotoko me ofrecía a diario y quizá esta vez, quien se apodere de sus besos ya no sea yo sino otro hombre.

Pensar eso me llenó de coraje, rabia y celos porque a pesar de mis esfuerzos por dejar las cosas como estaban no podía, tenía que cancelar la boda con la nieta del director Oizuma y decirle a Kotoko lo que sentía.

Mi cuerpo automáticamente comenzó a correr en dirección a mi casa, para poder esperarla ahí y rogarle, suplicarle que no se casara con otro hombre que no fuera yo, que no podía dejar de quererme de la noche a la mañana, que yo era al único hombre que ella debía amar.

Cuando llegué a mi destino ya era de noche, entré un poco exaltado para buscar a Kotoko, sin embargo la escena que me encontré detrás de la puerta era desoladora, mi madre estaba llorando en los brazos de mi padre. Yuki, con tono triste me dijo:

- Kotoko se ha ido, vino su padre por ella.

¿Qué? ¿se fue? ¿me abandonó?, ¡Kotoko no te puedes ir así! grité en mi mente, miré a mi hermano pequeño y salí corriendo sin importarme que estuviera lloviendo a cántaros, simplemente quería verla y decirle lo mucho que lo amaba y disculparme por lo cruel que había sido todo este tiempo.

Llegué al restaurante de su padre esperando encontrarme aún a Kotoko ahí, después de todo fue a trabajar en su día libre sin embargo, sólo vi al señor Aihara y al verlo mi alma volvió a mi, supuse que ahí estaba ella..

- Buenas noches señor Aihara - saludé cortesmente, el me miró algo extrañado pero me invitó a pasar.

- Hola Naoki ¿que te trae por aquí?

- Señor, busco a Kotoko... ¿le puede decir que quiero hablar con ella un momento? - me miró extrañado ante mi petición, agachó la cabeza con un aire de tristeza, lo cual me puso en alerta.

- Hijo, no sé para que la buscas pero sólo te puedo decir que ella se fue de Tokio - me dijo mirándome a los ojos - no volverá, lo siento.

- ¿a dónde se ha ido? - pregunté sin poder aguantar mis emociones por más tiempo, ¿por qué Kokotoko, por que?

- No te lo puedo decir, es algo que me pidió ella.

- Entiendo, gracias que esté bien, hasta pronto...

Como pude salí de ahí con el alma hecha añicos, a lo lejos vi a Kinnosuke y decidí enfrentarlo, quizá ella se fue al pueblo de dónde es él para conocer a su familia y así organizar su espléndida boda.

- ¡Kinnosuke! - le grité mientras me acercaba a el para agarrarle de la camisa - ¿dónde está Kotoko?

- Naoki irie - me dijo sonriendo - ¿por qué piensas que te lo diré? Aunque lo supiera de mi boca no saldría ni una palabra...

- ¡No mientas! - le grité

- Oh... El genio Irie Naoiki también tiene su temperamento - dijo sarcásticamente mientras se soltaba de mi agarre

- Sé muy bien que le propusiste matrimonio a Kotoko y ella vino a responderte, ¿acaso te dijo que si y te la llevaste lejos para evitar que yo te la quitara?

- ¿que te importa lo que ella me haya contestado? - me dijo molesto - ¿no se supone que tu estás a punto de casarte con esa muchacha rica? Nunca pensé que pudieras jugar con los sentimientos de tantas mujeres, vete con tu chica y olvida a Kotoko - me dijo mientras se daba la media vuelta

- ¿Tu quien crees que eres para decirme lo que tengo que hacer o no? - perdí la paciencia - ¡OH se me olvidaba! Eres el prometido de ella, ¿por eso te crees con el derecho de darme ordenes?

- ¿acaso me veo como alguien que fue aceptado? Mira Naoki, no sé que mierdas tengas en la cabeza y sinceramente no me importa, pero por tu culpa ella me rechazó porque te quiere a ti por eso se fue, para no ver como te entregabas a otra mujer, para no sufrir más por ti - me dijo exhausto y sin fuerzas - yo tampoco sé a dónde ha ido, pero aunque hayas venido con la intensión de decirle tus sentimientos te vas a quedar con las ganas, tuviste tu oportunidad y decidiste ir tras el dinero porque el corazón y el amor sincero de ella nunca fue suficiente para ti.

Me miró unos instantes y se marchó, no pude contestarle nada pues tenía razón, por mi egoísmo y mi filosofía de no perder nunca, hizo que la única persona que he amado en verdad se fuera. Si no hubiera sido tan cobarde, egoísta y cruel con ella, si le hubiera dicho todo lo que sentía ¿ella estaría conmigo?, creo que eso nunca lo sabré, la he perdido y no hay besos ni caricias que le hagan dudar de su decisión de olvidarme, al parecer, ésta vez es definitivo.

Sin darme cuenta pasaron las semanas y llegó el día de mi boda con Sahoko, a pesar de que busqué por todos lados a Kotoko no la encontré, tenía esperanzas de hallarla o que ella viniera a mi con esa sonrisa tan bonita que tiene diciéndome que me quería, pero no sucedió. Simplemente fue como si se la tragara la tierra, ella no era la mujer que esperaría al pie del altar, ella no sería a quien le prometería cuidarla y amarla hasta que la muerte nos separara, por más esfuerzo que le había puesto a la relación, Sahoko no era ella y eso era mi castigo por ser tan egoísta, me casaría con alguien que no amo ni me parece interesante, me caso más con su dinero que con ella y eso me hace darme cuenta de lo patético que soy.

La ceremonia y recepción fueron sencillas y discretas, no hubo luna de miel pues quería pasar el menor tiempo con ella, prefería trabajar sin descanso que estar en la misma habitación con una persona que no soportaba y me había llegado a fastidiar.

Sin querer terminé adoptando un hábito, al menos una vez al día pasaba frente el restaurante "Aihara" con la esperanza de volver a verla y encontrarme con ella. Si ese día llegaba, no me importaría dejarlo todo atrás, no me importaría nada, sólo estar con ella como debió haber sido, juntos los dos por el resto de nuestra vida.

Melina Tolentino

N/A: Espero les guste éste fic, realmente es una historia alternativa y pues quería hacer sufrir un poco a Naoki... Saludos. No olviden dejar Reviews.