Vale, he aquí otro intento d fic!! 8D
Es una parodia yaoi de Blancanieves pero con los personajes de D.Gray Man
No se como me ha salido así que si no os gusta lo elimino y ya!! Fuera trauma! O.o
D.Gray Man es de Mami Hoshino, siempre santa, siempre pura u.u
En un reino de felicidad y fantasía, no muy lejano de nunca jamás, la reina Lenalee se encontraba en la torre de su castillo, consultando su increíble espejo mágico, como todas las mañanas, para que éste le subiera la autoestima.
-Espejito, espejito… ¿Quién es la más bella del reino?
En el espejo aparece el rostro de un oriental rubio con un flequillo extraño que la observa con corazoncitos en los ojos.
-¡Obviamente tú, mi reina! ¡Mi adorable Lenalee-chan! ¡Eres esplendorosa, preciosa fantástica! Aunque….
-¿Aunque? Habla, espejo.
-Por favor llámeme sólo Bak.
La china suspiró a punto de tirar el espejo por la ventana.
-Vale, Bak.
-Pues verá su graciosidad hay gente, ignorante sin duda, que piensa que el ser más bello del reino es Kandanieves –aclaró con un asomo de terror en la mirada, mostrándole el rostro de la persona nombrada- pero creo sinceramente que son una minoría… así que deben ser los pocos ciegos que tenemos en el reino..
La reina suspiró, intentando calmarse.
-¡¿Me estas diciendo… que ese TRAVELO es mas bello que yo?! –obvio que no lo consiguió.
-¡NO! Le estoy diciendo, que dicen que ese travelo es más bello que usted.
-¡HERMANO!
Un hombrecillo acudió veloz a la llamada de la reina y se le tiró encima, asfixiándola en un abrazo.
-¡LENALEE-CHAAAAAAAAAAN! –Gritó al tiempo que daba vueltas con la pobre china en sus brazos- ¿Qué quieres que haga ricura?
Lenalee se tomó unos segundos, recopilando escenas tristes de todas las novelas y películas que había visto (NA: incluidas el diario de Noa ;o; ) y se giró a mirarle, con lágrimas en los ojos.
-Hermanito…
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Kandanieves era un atractivo, pero siempre malhumorado japonés de larga cabellera embutido en un pomposo vestido. Todos le preguntaban porqué se travestía de esa manera, y él les gritaba que todas sus ropas se transformaron en múltiples vestidos de esos de la noche a la mañana debida a Dios sabe que maldita fuerza desconocida (NA: kukuku… ¡culpable! xD).
Aquella mañana Kandanieves fue al bosque, a pisar flores, ya que en su restaurante favorito se les había acabado la soba y estaba realmente cabreado. Estaba pateando un árbol cuando se le acercó un tipo con aspecto chino y una ridícula boina en la cabeza. No le dio muy buena espina.
-Tu… maldita…. –dijo en hombre rodeado de un aura maligna.
A Kandanieves le comenzó a palpitar una venita en la sien al ver que se dirigía a él en femenino.
-Maldito –le corrigió.
-Tu… ¡Maldita seas!
-¡Es malditO!
-Serás maldita mil y una veces… ¡Por hacer llorar a mi preciosa Lenalee-chan!
-¡¡JODER, ES MALDITO!! ¡MAL-DI- TO! ¡SOY UN HOMBRE, COÑO!
Komui se quedó blanco. ¿En serio era un hombre?
-Pues… habría jurado que…
-PUES NO.
-Ah…
Se mantuvieron en silencio unos minutos, mirándose fijamente. Después de que pasó ese pequeño periodo de tiempo Kandanieves vio impresionado como el loco se le tiraba encima con una daga, dispuesto a matarlo, mientras gritaba cual histérico "¡¡Por Lenaleeeeeeee!!". Kandanieves se llevó instintivamente la mano a la cinturilla de su vestido para desenfundar su temido…. ¡¿PLUMERO?!
El japonés salió corriendo por patas, internándose en el bosque, mientras aquel desquiciado lo perseguía, atropellando todo bicho viviente que se le cruzaba por el camino.
Ya se habían adentrado demasiado en el oscuro bosque cuando se hartó de huir.
En una de éstas Kanda agarró la rama de un árbol y la soltó justo a tiempo para que le partiera los morros al condenado psicópata.
-JAJAJAJA ¡JÓDETE, LUNÁTICO! –gritó histérico mientras seguía corriendo, mirando burlón cómo Komui se sobaba la nariz entre lágrimas y salía huyendo.
Tan entretenido estaba que no se dio cuenta de que había una increíble bajada y salió rodando colina abajo hasta chocarse con algo dolorosamente duro. Una pared.
Kandanieves alzó la mirada para encontrarse con una casa que era tan sólo dos veces él de alta. Se levantó algo adolorido, pero no se quejó y abrió la puerta, increíblemente bajita.
Tuvo que agacharse para entrar. La casa era la mar de acogedora, de paredes de piedra y decoración rústica, de madera. Como Pedro por su casa, cotilleó todo lo que pudo, formando muecas de desagrado y curiosidad.
Todo allí, mesas, sillas, cocina, chimenea, ventanas… era condenadamente pequeño.
Caminó hasta una puerta que había al fondo y la abrió. Eso era, evidentemente, un dormitorio, pero no tenía una o dos camas, sino siete y tan chicas como las demás cosas.
Cerró de un portazo y se tumbó en una de ellas, con las piernas colgando debido a lo corta que era. Aquel jodido chino realmente lo había dejado agotado y fuera de quien fuese esa cama, él la iba a ocupar. Y pobre de quien lo despertase.
Una vocecita lo interrumpió cuando estaba a punto de dormirse.
-No deberías estar ahí –era un tipo que apenas levantaba un palmo del suelo, con orejitas y cola de conejo, pelirrojo y un parche en su ojo derecho- los Allencitos estarán a punto de llegar.
Kanda miro aquél individuo con cara de fastidio. ¿Qué narices se suponía que era?
-Tsk, condenado bicho… se habrá metido por la ventana –dijo mientras lo cogía sin ningún miramiento e, ignorando los quejidos y protestas del conejo, lo lanzó por la ventana bien lejos.
Luego se volvió a tumbar en la cama y se durmió.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.(Media hora después) -.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
Kandanieves comenzó a sentir que algo le pinchaba por todo el cuerpo. Se hizo el dormido.
Tip, tip…
-¿Qué pensáis que es?
Tip, tip, tip…
-Parece una señorita.
-¡¿Esta muerta?!
Tip, tip…
-No, se mueve ¡mira!
Tip, tip… Kanda comenzaba a cabrearse y rechinó los dientes.
-Esta durmiendo la mona en mi cama…
El japonés entreabrió los ojos lo suficiente para ver lo que pasaba. Delante se él se encontraba un niño de pelo blanco, que lo pinchaba con un palito desde lejos, con algo de miedo.
Ya no lo soportó más y se levantó de golpe, asustándolo en el proceso.
-Joder, me duele todo.
Al levantarse vio que había unos cinco palitos más alrededor suyo. El niño se había escondido detrás de la puerta y sólo dejaba ver uno de sus ojos grises, que lo observaba atentamente. Iba a hablarle cuando sintió un movimiento a su lado. Allí al lado había otro niño exactamente igual al que se escondía tras la puerta. Estaba apoyado en el filo de la cama, mirándole con una sonrisa burlona. Y la cosa no acababa ahí. En otra de las camas se asomaba otra cabecita blanca entre las sábanas, durmiendo ajeno a todo. Bajo la misma cama en la que se encontraba él había otro niño, que le miraba ligeramente sonrojado. Por la puerta acababa de entrar otro con cara de fastidio. Otro no paraba de buscar algo por toda la habitación, bastante preocupado, pero dejó de ponerlo todos patas arriba y suspiró de alivio cuando un nuevo niño se asomó por la ventana y le mostró el conejo que antes había lanzado cruelmente.
Kandanieves pensaba que se había vuelto loco o que seguía soñando, pero esto último no podía ser, porque había sentido los pinchacitos. La voz melodiosa y suave del que lo observaba sonriente apoyado en su cama.
-¿Quién eres?
I Love you?
Reviews?? ..
