Disclaimer: todo lo que reconozcan pertenece a Jotaká Rowling.
N/A: porque Sirius es el puto amo, algo así como jodidamente increíble. Y se pasea desnudo por mi mente siendo justo así y gritándome que le escriba. Así que así es mi Sirius.
Sexo se escribe con S de Sirius
(dos veces)
Sirius se escribe con s de sexo. Al principio y al final. Dos veces. Doblemente sexual (o bisexual, dicho sea de paso).
Es sexo de pies a cabeza, de cabeza a pies y al cuadrado. Su voz es sexo, ligeramente ronca. Cuando desgarra alguna canción de los Stones es sexo en su estado primitivo. Salvaje. Cuando vuela y el pelo le ondea al viento y se aferra a la escoba para no caer y frunce el ceño, es sexo en su estado más puro. Libre.
Sus andares, su boca depravada, su mirada gris y su sonrisa pícara, cada expresión y cada postura dice eh, mírame, eh voy a follarte. Lo que Sirius le hace al mundo, eso de doblegarle a su antojo, eso es sexo.
Todo en él lo es.
Cuando camina por la sala común medio vestido (o medio desnudo) o cuando camina por los pasillos completamente vestido. Da igual. Es Sirius y es sexo siempre. Y a veces es sexo clandestino y en corredores oscuros cuando arrastra a Remus a escondites recónditos del castillo que solo los merodeadores conocen y le lame la boca contra una pared y le lame el cuello y le lame la clavícula y le lame entre las piernas levantando la mirada y sonriéndole un ¿así Lunático?, ¿te gusta así?
Y también es sexo en esas otras ocasiones. Es el sexo más íntimo y personal, en la Sala Común repleta de gente, dos, tres sofás de distancia y una mirada, una sola mirada que lo dice todo, en silencio, allí, delante de un montón de personas inconscientes de que se puede compartir algo tan íntimo sin siquiera tocarse. Solo Remus lo ve, porque esa mira que le desnuda y grita sexo, contigo, solo contigo va codificada en un lenguaje que solo él comprende.
Siempre sexo, siempre Sirius.
