Disclaimer: Todos los personajes son propiedad de Stephenie Meyer.
Btw Este es mi primer fanfic 3
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Amor de mis entrañas, viva muerte,
en vano espero tu palabra escrita
y pienso, con la flor que se marchita,
que si vivo sin mí quiero perderte.
El aire es inmortal. La piedra inerte
ni conoce la sombra ni la evita.
Corazón interior no necesita
la miel helada que la luna vierte.
Pero yo te sufrí. Rasgué mis venas,
tigre y paloma, sobre tu cintura
en duelo de mordiscos y azucenas.
Llena pues de palabras mi locura
o déjame vivir en mi serena
noche del alma para siempre oscura.
El poeta pide a su amor que le escriba
- Federico García Lorca~
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"…Besé su mano con ternura, ella era todo lo que yo esperaba, todo lo que yo quería. Mi alma había esperado por ella más de mil años, ella, nada más y simplemente ella…"
La mujer misteriosa de mis sueños se disolvió en un vaivén de emociones confusas y colores dispersos, mi alma sufría por su pérdida, lo que más quería en ese momento era que se quedara. La brisa se llevo su recuerdo y su perfume, sentí el frío que me congelaba hasta los huesos y abrasaba sin piedad la soledad que yo sentía.
—Después del sueño siempre tienes que despertar y es hora de que tu lo hagas, Mayor —murmuró Nettie, sentándose al lado de mi cama.
— ¿Mayor?, ¿Desde hace cuanto te he pedido que dejes de llamarme Mayor? —exclamé sin alzar la voz, sentándome en el pequeño catre.
—Quizá unos 70 o 80 años —dijo divertida, viendo el techo, sin darle tanta importancia—. Pero tengo la mala costumbre de no recordar lo que se debe, hay hábitos humanos imposibles de olvidar.
—Ese nombre se lo llevo el viento hace mucho tiempo—murmuré tratando de volver a encerrar la nostalgia donde la había tenido a raya desde hacíamucho tiempo.
Me puse de pie, sin mirar a la mujer que estaba a mi lado, caminé al baño y me miré en el espejo. Pude ver al joven de veinte años, gracioso e inverosímil, con piel pálida y ojos rojos, incrustado en la eterna inmortalidad, pero también vi la cara del anciano milenario, con sus ojos cansados y deseosos de que sólo se metiera en la cama para no volverse a abrir jamás, ambos coexistían pacíficamente dentro de mí, tratando de ignorar la existencia del otro eligiendo el camino más fácil. Ese era yo, sólo que nadie parecía notarlo.
—Digas lo que digas, para mí siempre serás el Mayor Jasper Whitlock —dijo acercándose a mí y sin más besó mi mejilla—. Y apúrate que María quiere verte.
Nettie salió de la habitación, dejándome solo con una batalla dentro en mi interior, el joven y el anciano se destrozaban para obtener el control de mi ser, la tregua se había acabado. Y lo único que yo podía hacer era recordar con amargura mi antigua vida, viendo como aquel insignificante recuerdo humano había desequilibrado todo. Y esa mañana comprendí que hay ciertas cosas que el viento no se lleva, mientras resonaba en mis oídos mi antiguo nombre humano. Jasper Whitlock.
