¡Hola a todos! ¿Qué tal? Bueno, éste es mi primer UlquiHime y es una traducción. La historia original es inglesa y se llama "Almost lovers" de Enchantable y consta de 4 capítulos. Tengo pensado hacer bastantes más traducciones, así que espero que os gusten mucho. Un beso!

Capítulo 1

Orihime sentía mientras ellos luchaban, pese a estar medio dormida.

El verde y el negro se encontraron al naranja y al marrón, en un duelo en el que la chica creía tener clara su postura.

¿Corazón? Los humanos siempre habláis del corazón, como si lo tuvierais en vuestras manos. Pero mi ojo lo ve todo. Nada se le escapa.

Ichigo esquivó la espada de Ulquiorra con facilidad, mientras devolvía el ataque que el Espada le había mandado. Orihime apretó los puños contra su vestido blanco.

¿Qué veía cuando la miraba? Ya sabía lo que veían los demás, ¿pero él?

Lo que no se ve no existe. Así es como he luchado siempre.

No había nada más, tan sólo un simple y metódico análisis de los hechos. Le recordaba a un aburrido profesor de Ciencias del instituto, en cuyas clases la chica hacía inmensos esfuerzos por mantenerse despierta. Pero, a diferencia de lo que ocurría en la clase, Orihime estaba paralizada.

¿Qué es un corazón?

Dios. ¿Qué era un corazón? ¿Cómo se suponía que tenía que describir aquello que había movido su existencia desde siempre? Era aquello que le había hecho ir en busca de su hermano cuando sus padres discutían; aquello que le había dado poder pero, al mismo tiempo, se lo había arrebatado.

¿Podré verlo si te abro el pecho?

Tal vez.

¿Lo encontraré si te destrozo los huesos?

Deseó que así fuera. Sería mucho más fácil que ver al hombre que quería luchando… luchando contra alguien al que no entendía.

Aléjate de Inoue.

"Inoue" para el uno, "mujer" para el otro. ¿Por qué nadie le llamaba por su nombre? O-ri-hi-me no era difícil de pronunciar. Pero para Ichigo siempre sería Inoue, nunca Orihime y para Ulquiorra siempre sería "la mujer". Por algún extraño motivo, no pudo decidir acerca de qué nombre le dolía más.

Lo haré.

Orihime lo miró, horrorizada. "Lo haré" sonaba como un "ya no importas en absoluto". ¿De verdad podía llegar a ser tan frío? ¿Cómo era posible? ¿Por qué hacía que ella pensara en él a esas alturas, cuando estaba a punto de morir? Justo ahora que estaba dispuesta a sacar toda su fuerza para ayudar a Ichigo… No sabía qué hacer. Imaginarse a cualquiera de los dos muertos resultaba insoportable. Estaba paralizada.

- P… Parad- murmuró, aunque tan bajo que sólo ella pudo escucharse- Por favor, parad…- murmuró de nuevo, mientras apretaba su vestido en un desesperado intento por serenarse.

El temor aumentó cuando sintió el poder espiritual agrandarse. Las vibraciones de Ichigo le resultaban familiares, así que ya sabía lo que venía a continuación: en unos momentos su poder se haría inmenso, destrozándolo todo a su paso. Después de gritar algo heroico y maravilloso, Ichigo derrotaría a Ulquiorra de un solo ataque. Pero, esta vez, Orihime no tenía las mismas esperanzas de siempre; no esperaba que tal vez, y sólo tal vez, él la llamase "Orihime" e hiciese algo romántico, propio de las películas.

Era como la lucha que había mantenido con Grimmjow. Había llorado por Ichigo, suplicándole que no resultase herido. Pero cuando hirió a Grimmjow, tdo lo que pudo sentir fue dolor y tristeza. No por el hombre de pelo naranja, sino por el gracioso y burro Espada de pelo azul. Aquél que la había sacado de su habitación para curar a Ichigo y tener una lucha más justa con él, aquél que le había salvado de las garras de las dos arrancars, que le hubieran hecho cualquier cosa de no haber aparecido. Y, por último, aquél que había luchado con la misma fiereza que Ichigo. Sin embargo no fue el héroe, no hubo ningún ataque devastador, sino la simple una del arma de Nnoitra que se deslizó rápidamente por él.

Y ella lo había dejado ahí.

Ahora estaba observando otra pelea con el mismo sentimiento nauseabundo que la anterior, sólo que, esta vez, era diez veces peor. La chica sintió que en cualquier momento vomitaría o se desmayaría. Cuando el poder espiritual de Ichigo empezó a incrementarse, los mareos de Orihime lo hicieron a la par. Iba a matarlo. Iba a matar a Ulquiorra y ella no podía hacer nada para evitarlo. Se merecía morir; la había puesto en peligro y había conducido a sus amigos al mismísimo Infierno. Se merecía que Zangetsu lo partiera en dos.

El resplandor de Getsuga Tensho le hizo daño a la vista, pero no pudo dejar de observar cómo derribaba a Ulquiorra. Al aclararse, la joven vio al Cuarto Espada contra la pared, sangrando por todos y cada uno de los cortes. ¿Cuándo le habían herido tanto? Ichigo reapareció empuñando a Zangetsu, con el único propósito de clavarle la hoja al Espada.

- ¡Para!

Orihime se asutó al pronunciar aquel entrecortado grito. Los ojos de Ulquiorra permanecían cerrados ante la frialdad de Zangetsu. Orihime lo vio todo borroso cuando las lágrimas empezaron a deslizarse por sus mejillas, pero no podía parar. Antes de pensar por un momento lo que estaba a punto de hacer, echó a correr hasta situarse entre Ichigo y Ulquiorra. Incapaz de apuntarla, Ichigo bajó la hoja despacio.

- Orihime- murmuró, completamente confundido y temeroso. Entonces Orihime pudo escuchar a los demás corriendo hacia la habitación, pero le daba igual- ¿Qué estás haciendo? ¿Qué te ha hecho?

- ¡Me protegió!- chilló, sin dominar completamente su voz- Está herido, no es una amena…- Estaba diciendo incoherencias, pero no le importaba. Le daba igual que pensaran que estaba loca- No puedes matarlo.

- Mujer- la ronca voz hizo que la chica se girara para ver a Ulquiorra con los ojos abiertos e intentando ponerse en pie.

- ¡No!- lo paró con la mano, girándose hacia Ichigo- Me marcharé contigo pero no le mates, por favor. Se está muriendo de todos modos así que, por favor- continuó, juntando las manos como si rezase- no lo mates.

- No sé qué coño te ha hecho este cabrón, pero voy a matarlo- exclamó Ichigo, blandiendo a Zangetsu de nuevo- Apártate- Orihime negó con la cabeza- ¡Apártate, Orihime!

- ¡No!- chilló, separando los brazos. Sus Rikka se prepararon, esperando su orden- No me iré contigo si lo matas- se limpió las lágrimas con la manga, aunque rápidamente fueron sustituidas por otras- No me apartaré.

Ichigo la miró. Los ojos avellana de la chica reflejaban el miedo. Si no podía explicarle a Ulquiorra lo que era el corazón, entonces no tenía más remedio que mostrárselo.

- ¡Rukia!- gritó Ichigo, después de lanzar la zanpakutou de Ulquiorra al otro lado de la habitación- Atrápalo. Nos vamos.

Una ráfaga de hielo congeló a Ulquiorra. Orihime bajó las manos y aceptó marcharse. Ambos se reunieron con sus amigos, aquellos que habían arriesgado sus vidas para salvarla. Orihime les ofreció una débil sonrisa que ellos devolvieron, aunque sintiendo pena hacia ella. Orihime sabía que se merecía algo peor; se merecía el odio, la ira, el miedo de los ojos de Ichigo. Pero la guerra que tenían por delante debía de afrontarse y ganarse, y eso era lo único que importaba. Mientras el grupo se marchaba corriendo, los pasos de Orihime fueron ralentizándose, hasta que se giró para observar a Ulquiorra quien, a su vez, la miraba desde la barrera de hielo de Rukia.

Mi ojo puede verlo todo.

¿Pero qué ve cuando me mira a mí?

Fin del primer capítulo

Bueno, aquí está el primer capítulo. Qué os ha parecido? Qué verá Ulquiorra cuando la ve? Si queréis opinar o preguntarme cualquier cosa ya sabéis, reviews! Un beso!

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