.:Mi amor del pasado, mi amor eterno:.
Prólogo:
Pov. Len
Yo me encontraba en lo más profunado del infierno... pagando por pecados que había cometido hace varias decadas atrás. Recordaba a mi amor perdido… mientras otros condenados como yo nos dirijiamos a la sala del juez donde nos darian nuestra siguiente condena por nuestros pecados. Llegamos a la sala y fui el primero en pasar, el juez encapuchado desde el estrado alzó la voz ordenándome.
– Len Kagamine, ángel pecador, cuenta tu historia y nosotros decidiremos cual será tu próxima condena – pronunció grabemente el implacable juez, mientras que todos los que me redeaban murmuraban de una manera inquietante.
– Está bien... lo diré todo con detalle... ya nada puede salir peor – respondí levantando la mirada...
Recuerdo:
Un día cualquiera yo fui enviado a la tierra a investigar los pecados de los humanos... de algún modo yo había comenzado a pensar que esas criaturas… no tenían sentido de existir, se hacían daño unos a otros trayendo muy severas consecuencias. Llevaba un buen tiempo en ese mundo, hasta que llegó el día en el cual decidí tomar un descanso de ver tantas tragedias y fui a dar un paseo por el bosque, hasta que llegué a algo que parecía ser un pequeño santuario muy escondido. Todo estaba muy tranquilo en ese lugar, hasta que levante mi mirada y a lo lejos entre los árboles se podía ver un gran castillo galardonado, al parecer festejarían algo. A los minutos después tomé una siesta… la cual no duró mucho pues me pareció sentir que algo o alguien acariciaba gentilmente mi rostro, lentamente abrí los ojos y quedé realmente deslumbrado por lo que veía. Mi cuerpo se estremeció cuando vi frente a mí a una humana… pero no era como las que había visto antes… ella era… hermosa? Su cabello era de un exótico color turquesa que estaba recogido por un peinado excepcional con algo de trenzado, también traía un vestido negro con delicadas caídas. Por un momento creí… que era otro ángel, no podía asimilar que una humana deslumbrara tanta… perfección…?
– Lo siento? Estas bien? Creí que te había pasado algo… no siempre encuentro…– pronunciaba aquella humana… pero no pudo terminar su oración, cuando se percató de mis alas blancas…– quie…quien eres? – preguntó la chica muy sorprendida… pero en ningún momento se alejó de mi…
– S..soy… solo… dime Len – respondí perdido en los hermosos ojos de la chica…
– Eres un… ángel?... que estás haciendo aquí? – seguía preguntando ella… yo no tenía permitido tener contacto alguno con un humano, y mucho menos revelarle el por qué yo estaba en la tierra, pero aun así… me olvidé completamente de eso, ahí fue donde mis pecados comenzaron a manifestarse.
– S..si… y bueno, fui enviado aquí para investigar los pecados de los humanos – respondía, nervioso aun… en eso, ella sonrió hermosamente estrechó su mano y me ayudó a pararme.
– B..bueno, mi nombre es Miku, no puedo creer que esté hablando…con un ángel, tus ojos..– decía Miku… por un momento nuestras miradas se unieron y no podían despegarse… hasta que escuchamos una voz que llamaba a Miku.
– Miku? Querida estas por aquí? – preguntaba esa voz masculina… se escuchaba preocupado…
– S..si aquí estoy… Len rápido esconde tus alas lo mas que puedas – pronunció la bella humana mientras que yo obedecía instantáneamente colocándome mi elegante y larga capa blanca ocultando mis alas…
Y de pronto desde los arboles vi como un hombre vestido elegantemente de negro se acercaba preocupado… en seguida noté que a él pertenecía la voz de hace uno minutos atrás. Ese hombre se acercó a Miku sin mirarme ni prestarme la mas mínima atención, pero lo que hizo a continuación me perturbó bastante… él en seguida se acercó a la hermosa dama tomándole la mano y abrazándola fuertemente mientras que ella correspondía. En ese momento sentí algo muy doloroso en mi pecho, ¿una puñalada? No… era más que eso, un dolor cortante en mi corazón y garganta que hacía que me estremeciera… muchas emociones que jamás había sentido comenzaron a brotar en mí, ¿Qué era lo que me estaba pasando? (Pecado) No se supone que a los Ángeles nos pase esto al ver una pareja de humanos juntos… pero esto era… era… insoportable para mí, pero preferí guardar silencio y agachar mi cabeza para que no notaran la... ¿frustración? Que sentía en ese instante.
– Mi querida Miku estaba preocupado… no te vayas sin decirme ¿bueno? – dijo el hombre separándose de ella.
– Claro… lo siento mucho no volverá a ocurrir… por cierto… él es… un viejo amigo con el que acabo de encontrarme, Len…– expresó Miku dirigiendo su hermosa mirada hacia mí… y pidiéndome que me acercara.
– Oh es un gusto Len… además Miku, la sorpresa que te tenía preparada está lista… volvamos para que la veas – dijo el hombre mirando de una manera muy apasionante a la bella joven… me sentí extraño… pero cuando ellos se alejaban ella volteó a verme y se acercó a mi tomando mi mano para que los acompañara… en el momento en que nuestras manos se tocaron en seguida nos miramos a los ojos… sentí que mi cara ardía, y ella tenía una expresión confusa en su rostro. Era difícil de explicar lo que sentí en ese momento… pero segundos después fui comprendiendo lo que sucedía, saqué mis propias deducciones ya que había estado largo tiempo observando el comportamiento de los seres que habitaban la tierra. No podía creerlo, jamás me hubiera imaginado que algún día sentiría algo como lo que estaba sintiendo, un sentimiento cálido, extraño, acogedor, excitante, en realidad casi indescriptible…era eso que los humanos llaman ¿Amor? Pero no cualquier amor… no como el amor que siente una madre por su hijo, este era un amor apasionado, con algo de lujuria (pecado capital)… la realidad era que me había enamorado de esa humana…¿Por qué? Esto no debería haber pasado… todo fue muy rápido (está prohibido), es un tabú, también considerado como una traición a Dios (completamente imposible)… uno de los peores pecados que un Ángel puede cometer… pero ya era tarde… ese sentimiento ya había brotado en mi interior, y ya no podía hacer nada para impedirlo.
Momentos después el hombre vestido de negro volvió a llamar a Miku por la tardanza… y eso había sido porque no nos habíamos dado cuenta de que estábamos perdidos el uno en la mirada del otro. Pero al reaccionar los dos nos separamos y nos dirigimos al castillo… al llegar, todas las mujeres que estaban ahí decorando y arreglando el jardín detuvieron su trabajo al verme y quedaron deslumbradas… (es normal que suceda esto, los Ángeles somos ejemplo de perfección, no es modestia pero así me crearon) yo solo las ignoré y continué siguiendo a Miku hasta que llegamos a una gran salón donde habían varias personas reunidas alrededor de lo que se veía como una prenda… parecían sastres que terminaban los últimos detalles.
– Bien… gracias a todos por su trabajo… pueden retirarse – pronunció el hombre de negro mientras tomaba la mano de Miku – tu vestido para nuestro matrimonio mañana en la tarde está listo… mi linda y amada Miku – fulminó aquél hombre arrodillándose sin soltar la mano de la joven… mientras que yo… observaba sorprendido y al mismo tiempo triste lo que sucedía. Miku… mi bella Miku… la preciosa humana de la que acababa de enamorarme… pertenecería a alguien más el día de mañana, en ese momento sentí que todo lo que yo conocía importante para mí se desplomaba. Me sentía verdaderamente devastado, sentí envidia e ira (mas pecados capitales) contra ese hombre. Sin darme cuenta había comenzado a pecar… momentos después ese hombre salió del gran salón dejándome a solas con la joven quien… aunque no quisiera demostrarlo, se veía algo triste… me acerqué lentamente a ella y coloqué mi mano sobre su hombro.
– No pareces estar muy feliz con tu matrimonio – opiné con la cabeza agachada.
– La verdad es que… esto solo es un matrimonio por conveniencia familiar… mis padres lo escogieron como mi esposo, yo solo debo aceptar esa decisión – respondió ella sin voltear a verme.
– Es tu vida… tú decides lo que haces con ella – repetí usando más presión sobre su hombro… pero… ¿Qué era lo que estaba haciendo dándole ese tipo de consejo? Después de eso me di cuenta de que esas palabras habían salido involuntariamente de mi boca, como un pedido de que no se casara…
– Tal vez… pero ahora ya no puedo hacer nada, todos los preparativos están listos…debo aceptar mi destino – respondió ella sonriendo falsamente. Nos quedamos ahí por un rato… pero después ella me invitó a dar un paseo por los grandes jardines de ese castillo… y ella comenzó a contarme cosas sobre su vida y pensamientos… en verdad eran muy interesantes, no me cansaba de oír sus palabras, de ver sus hermosos ojos, de sentir su agradable aroma… todo en ella era perfecto y hermoso, sentía que me enamoraba cada vez mas… pero era extraño, recién nos habíamos conocido, pero había una conexión muy fuerte y natural entre nosotros, era imposible no sentirse a gusto mientras hablábamos… después cuando ya estaba anocheciendo Miku me había llevado a una linda habitación donde quería que me quedara esa noche, yo le había dicho que tenía donde quedarme ya que se me había otorgado una pequeña casa en lo más profundo del bosque donde podía quedarme mientras estaba cumpliendo mi misión en la tierra, pero Miku había insistido y fui incapaz de resistirme. Ella estaba mostrándome una exótica muñeca de porcelana que le encantaba y que había sido parte de su niñez, pero en un momento la muñeca se refaló de sus manos y terminó por caer al suelo. Afortunadamente no se quebró, pero yo me acerqué para recogerla, mientras que ella también lo hacía, cuando nuevamente nuestras manos se tocaron… levantamos nuestras miradas y otra vez éstas se cruzaron sin poder despegarse, lentamente nos levantamos simultáneamente y cuando ya estábamos derechos seguíamos mirándonos… ya no lo soportaba… quería sentir sus labios contra los míos… nunca lo había intentado, pero en realidad ese deseo se presentó de forma sorpresiva y no podía resistirme, por lo que lentamente con una mano tomé la cara de Miku y me acercaba a sus labios… ella no se resistía… pero cuando estábamos a punto de besarnos ella se separó de mi rápidamente alejándose varios pasos.
– M..Miku… porque…– dije nervioso y confundido…
– No… Len… no puedo… no podemos…tu, eres un ángel yo una humana, no podemos hacer esto, a demás… mañana voy a casarme, no sé qué fue lo que pasó ahora… solo sé que no podemos – respondió ella tapándose la boca con las manos y tratando de ahogar sus lagrimas. Pero esas palabras me hicieron reaccionar sobre mis acciones… no era capaz de seguir mirándola, por lo que me fui por la ventana y escapé hacia el oscuro y denso bosque.
Mientras me alejaba sentía frustración y también decepción. Mis sentimientos eran imposibles…a demás estaba seguro de que todos los demás Ángeles del cielo estaban enterados de lo que había pasado, ya sabían que yo… uno de los Ángeles mas leales… había traicionado a Dios. Ya no podía hacer nada contra eso, seguramente al volver al cielo sería castigado en el infierno por todos los pecados que cometí… pero yo no quería eso… lo único que quería era poder estar con Miku… aun que fuera solo por una vez, nada me haría más feliz que eso… pero ella no estará de acuerdo, porque seguía siendo un Ángel y ella una humana. La única solución posible… era que yo me transformara en humano… pero ¿Cómo podía hacer eso? … no en realidad si sabía cómo hacer eso… la verdadera pregunta era ¿estaba yo dispuesto a cometer una traición tan grande por amor?... mi respuesta es…si… la única forma de convertirme en humano… era llamando a un demonio y pedírselo, pero claro… no sería gratis, yo debería dar a cambio lo que el demonio me pidiera. Pero a esa altura estaba dispuesto a todo. Por lo que al llegar a la pequeña casa que se me había otorgado me las arreglé para llamar a un poderoso demonio para que cumpliera mi deseo. Él deslumbraba una gran oscuridad y maldad… no podía verle bien el rostro debido a esa oscuridad y aura negativa que lo rodeaba…
– Valla… pero si es el ángel Len… eres un travieso… te he estado observando… ya quiero saber que hará tu Dios cuando se entere de los grabes pecados que has cometido – mustió el agrio demonio con una voz escalofriante – para que te tomaste la molestia de llamarme?
– Se que algún día seré castigado… pero eso no me importa ahora, quiero que me conviertas en humano – respondí seriamente mientras que el demonio comenzaba a reír fuertemente – hablo en serio! que quieres a cambio?
– De acuerdo… creí que solo bromeabas… y sabes? Yo realmente envidio las hermosas y blancas alas de los ángeles… por esta vez, me gustaría una de tus alas… Len, estoy casi seguro de que volverás a pedirme otro favor y no lo dudes… cuando quieras podrás volver a ser un ángel, solo que con un ala menos , así que esperaré a ese día para obtener tu otra ala – explicó el demonio acercándose a mí y estrechando su mano para que cerráramos el trato…
– Como quieras -respondí y no dudé en corresponder para estrechar la mano de ese demonio, en seguida sentí un dolor agudo en la espala que hizo que me arrodillara por la intensidad de éste…
– Mañana cuando despiertes ya serás un humano completo… ahora yo me llevaré esta hermosa ala blanca conmigo – susurró ese demonio…pero no sé lo que sucedió después, ya que me desmallé.
Desperté al día siguiente sobre la cama algo confundido… pero luego tomé conciencia de todo lo que había pasado. Y fue cuando me di cuenta de que mis alas ya no estaban, mi espalda se sentía ligera por eso, también mis ropas habían cambiado completamente… ahora vestía una camisa negra con detalles recogidos en la zona del pecho, y mis pantalones, botas y capa también eran ahora de un color oscuro. Pero cuando tomé más conciencia me percaté de que había dormido prácticamente todo el día y el sol ya se estaba ocultando. Debía darme prisa, si bien recordaba el matrimonio de Miku sería hoy mismo en la tarde… esperaba que no fuera demasiado tarde por lo que me apresuré, tomé mi capa y corrí en dirección al santuario en el cual había conocido a la hermosa humana para orientarme y ver donde quedaba el castillo. Llegué muy rápido a ese lugar y cuando me acercaba mas pude ver que al otro lado de ese lugar abierto entre los árboles se encontraba Miku observando ese lugar nostálgicamente… quedé inmediatamente deslumbrado y sorprendido… ella se veía realmente hermosa en su calado negro, pero su rostro tenía una expresión triste, ¿quizá había estado pensando en mi? O en el peor de los casos ¿ya se había casado?... no quería pensar demasiado en eso por lo que en seguida me acerqué a Miku. Cuando ella me vio se sorprendió bastante, abrió sus ojos de par en par mientras yo caminaba en su dirección.
– Len… tu…que estás haciendo aquí? – preguntó ella algo sonrojada en el ocaso.
– Vine a buscarte… ahora soy un humano Miku – respondí tocando gentilmente su rostro y mirándola con unos ojos muy esperanzados… ¿es que acaso había algo que pudiera interponerse entre nosotros ahora? Yo la amaba… y ella demostraba que sentía lo mismo por mi…
– ¿Cómo es eso posible?
– Eso no importa… yo te amo – comenté.
– Len… estoy a punto de casarme…yo…
– Escapemos juntos – interrumpí – como ya te había dicho… tú decides lo que haces con tu vida… ahora es tu decisión si quieres ir conmigo o quedarte aquí – agregue alejándome un poco de ella y estrechándole mi mano… se quedó unos segundos en silencio mirándome directamente a los ojos… hasta que sentí como ella tomaba mi mano y comenzaba a sonreír…
– Q...quiero ir contigo, no sé como… pero también te amo – respondió Miku… yo estaba muy feliz con esa respuesta… por lo que enseguida escapamos y yo la llevé hacia mi casa.
Cuando llegamos ya todo estaba oscuro, pero ahora ya no me sentía solo… tenia a mi preciosa Miku conmigo… pero ahora, quería hacerla mía, quería sentir su piel desnuda rosando con la mía, que sus hermosos labios bailaran una intensa danza sobre los míos por esa noche. Le propuse esta idea algo pervertida a mi quería Miku y se sorprendió, pero aceptó sin mucho más que decir. La cargué hasta la cama y comencé a quitarle su hermoso vestido mientras la besaba…
– L..Len… está bien si hacemos esto? – me preguntó ella en un el pequeño lapso de tiempo en el que nos separamos.
– Solo si tú sientes que está bien… te amo de todo corazón… si no quieres hacerlo entonces…– estaba diciendo hasta que ella me interrumpió besándome apasionadamente… en seguida correspondí, ya estaba decidido, no había vuelta atrás… queríamos unirnos, ya nada mas importaba, solo nosotros dos por esa noche, esa placentera noche que estuvo llena de pasión y lujuria por parte de los dos mientras la luz de la luna que entraba por la ventana nos cubría… lo que hicimos se sintió muy bien… demasiado bien… definitivamente esa fue la mejor noche de toda mi vida, eso era también lo mejor que había sentido también…
Al día siguiente desperté primero y vi que mi amada dormía placenteramente a mi lado enredada en las blancas sábanas de mi cama… en seguida se me vinieron a la mente las imágenes de lo que habíamos hecho anoche… y mi sonrisa no podía desaparecer de mi rostro. Después yo me levanté de la cama y me vestí…tenía pensado una sorpresa para ella cuando despertara. Me dirigí al pueblo porque quería comprar algo que seguramente le gustaría…
Después cuando regresé me encontré con ella despierta vistiéndose… cuando me vio llegar sus ojos se llenaron de felicidad al igual que los míos, los dos sonreímos y yo me acerqué a ella… me senté en la cama a su lado… para luego tomar su mano.
– Miku… Mi amada y única Miku… tu.. te casarías conmigo? – pregunté mostrándole un lindo anillo con forma de flor decorado con piedras exóticas. Ella en seguida me sonrió y me abrazó.
– Claro que si…– respondió Miku a lo cual enseguida puse el anillo en su dedo y los dos juntamos nuestras frentes comenzando a reír por la felicidad que sentíamos…
Así los días transcurrieron felizmente para nosotros… estábamos juntos, ¿Qué mas podríamos pedir? A demás hace poco los padres de Miku habían aceptado nuestro amor y nos habían obsequiado una mansión donde podíamos comenzar una vida juntos… la felicidad que sentíamos era casi indescriptible. El hecho de dormir y despertar al lado de la persona que amas es algo para sentirse en el paraíso… pero lo que ninguno de los dos se esperaba era lo que estaba a punto de ocurrir. Por unos días yo había olvidado completamente lo que había hecho anteriormente, el trato que había hecho con el demonio… mi traición…mis pecados…
Un día recuerdo que me había levantado temprano dejando a Miku… yo tenía que encargarme de preparar las cosas para el matrimonio que sería en un par de días más… y recién en éste momento estoy completamente seguro de lo que ocurrió en mi ausencia:
Mientras yo no estaba Miku se había encargado de ordenar algunas cosas… ella estaba verdaderamente feliz con nuestra boda, pero yo nunca… ni jamás me imagine de que Kaito… un Ángel que actualmente se sentía desdichado ya que hace tiempo atrás yo había tenido una estrecha amistad pero que había terminado mal ya que él había comenzado a sentir cosas por mi (y es porque entre los Ángeles no hay mucha definición en los sexos de cada uno, aunque algunos se vean como hombres o como mujeres), pero yo lo había rechazado ya que no sentía lo mismo… y cuando él se enteró de lo que yo estaba haciendo se puso furioso, y más aun cuando se enteró de que yo había decidido convertirme en humano para poder vivir el resto de mi vida junto a Miku… Kaito no lo soportó, él pensó que la culpable de todo lo que yo había hecho era ella, cuando en realidad esa había sido mi dedición… claramente el Ángel desdichado no iba a creer ninguna explicación ni escucharía a nadie…por lo que bajó a la tierra… y en mi ausencia se dirigió a la mansión en la que se encontraba mi amada… entró sorpresivamente rompiendo la puerta principal… él llevaba un arma… y comenzó a caminar a donde estaba Miku distraída ya que no había escuchado ningún alboroto. Y en eso… Kaito se le acercó por la espalda a mi amada, ella volteó y se percató tarde de su presencia y fue cuando él fríamente le disparó en el pecho… yo llegué momentos después de que eso había pasado, ya que tenía un mal presentimiento y quería asegurarme de que Miku estuviera bien… pero cuando pasé por la puerta me di cuenda de que estaba destrozada, por lo que me apresuré en buscarla y me dirigí al salón principal… lo que vi ahí me dejó sin aliento… completamente sorprendido, aterrado, desesperado, furioso… es difícil describir lo que sentí en el momento en el cual vi a mi querida Miku tirada en el piso ensangrentada y con apenas una pequeña luz de vida en sus ojos. Corrí hacia ella y la tomé entre mis brazos llorando desesperadamente… en un momento levanté la mirada hacia la gran ventana que ahí había y me percaté de que en el cielo se alejaba Kaito… con un arma en la mano y con algunas gotas de sangre en su blanca ropa. El maldito le había disparado a mi única razón de vivir… pronto me di cuenta que en realidad habíamos estado viviendo prácticamente una mentira? Todo había sido culpa mía, y ahora Miku había pagado las consecuencias de mis actos… ¡¿Por qué? Eso no era justo para ella… y como juré aquella noche encantadora en la que nos unimos… yo gastaré hasta mi última luz de vida por ti… yo debía pagar mis pecados con mi muerte… por lo que me apresuré y tomé fuerzas para volver a convertirme en ángel y me las arregle para llamar a aquel demonio con el que al principio había hecho el trato. Y el apareció frente a mí mientras que yo aun tenía Miku muriendo en mis brazos… él comenzó a mirar la escena y en seguida entendió lo que yo estaba a punto de pedir…
– Ya sabes que hacer demonio… llévate mi ala y salva la vida de mi amada, ella no tiene por qué pagar por lo que yo hice – dije entre lagrimas mirando tristemente a mi linda humana.
– Tienes claro el hecho de que si yo te quito la única ala que te queda desaparecerás y tu alama irá al infierno a pagar por todo lo que hiciste por el resto de la eternidad? – me preguntó…
– Lo tengo más que claro… solo hazlo y sálvala – fulminé y mi voz temblaba… otra vez sentí un dolor agudo en mi espalda… pero de pronto vi como Miku comenzaba a abrir lentamente sus hermosos ojos… yo solo me dediqué a sonreírle para que me recordara así… las lágrimas aun corrían incesables por mi rostro, de pronto mi amada se sentó de golpe y me miraba confundida y preocupada… hasta que sin aviso… yo desaparecí en frente de sus ojos. La verdad es que yo estaba cayendo en la obscuridad camino al infierno, pude ver mientras caía que una pluma negra se había manifestado frente a Miku y que ahora ella se encontraba llorando a gritos por que se había dado cuenta de todo lo que había pasado… me rompía el corazón el verla así, y en pensar en que ahora debería aprender a vivir sin mí, y yo sin ella. Ese fue nuestro final…
Fin del recuerdo.
– Y así fue como sucedieron las cosas señor juez, yo he pasado varios años pudriéndome y sufriendo las peores torturas aquí, en el infierno… sé que me lo merezco lo reconozco, y no ha sido nada fácil, lo único que se ahora, es que mis sentimientos por esa humana siguen intactos, y la extraño mucho. Ahora solo resisto con las esperanza de que algún día la volveré a ver y que podremos pasar el resto de la eternidad juntos… ya sé que es casi imposible… pero soy un Ángel pecador enamorado… que más se puede esperar?
–Está bien Len Ángel pecador… ahora que explicaste todo sal de aquí y ve a esperar junto a los otros condenados mientras nosotros deliberamos tu siguiente condena – dijo el juez sin inmutarse por mi triste historia… era normal, ya que él había condenado a seres más deplorables que yo.
Así que cuando se me dio la orden de abandonar esa sala solo obedecí y fui a ganarme junto a los demás condenados. Las horas pasaban y se podía ver que cada vez que el verdugo venía a decir el nombre de algún condenado se podía estar seguro de que el castigo no sería para nada agradable. Todos y cada uno de los condenados junto a mi después de contar su historia fueron llamados casi inmediatamente por el verdugo, hasta que solo quedé yo… y de pronto uno de los ayudantes del juez que había escuchado mi historia se acercó a mí y me dijo que había algo importante de lo que el juez quería hablarme… no sabía si estar feliz o preocupado… no importaba, si no tenía a Miku conmigo nada importaba entonces… no había peor condena que esa. Así que solo me dirigí de vuelta a la gran sala del juicio. Donde se me informó de algo que hizo que mis vagas esperanzas brotaran otra vez…?
"Aun caído en el fondo de la tierra, hay un voto de amor que entrelaza nuestro encuentro. Y vivo aun con la esperanza de que nos conoceremos otra vez" – mi amada Miku… solo espérame…
Natty: bien este es el primer capi jeje espero que les haya gustado este fic esta basado en la cancion alluring secret y será algo como una continuación de esa canción
Marce: y escribimos este prologo explicando la historia de la canción pero cambiamos algunas partes... y nos apuraremos en subir las siguientes partes
Natty: este fic es una colaboración entre marce y yo así que nos turnaremos cada capi!
Marce: exacto! ^^ Así que el prologo lo escribimos en conjunto... el próximo le corresponderá a Natty y el otro a mi...y así sucesivamente
Natty: si! el próximo me toca a mí a ver cómo me va...
Marce: te irá bien! ... ok espero que dejen reviews y no se preocupen! nosotras somos incapaces de escribir una historia triste de Len y Miku ... nos vemos el próximo capitulo !
Natty: sayonara espero que disfruten este fic! viva el LenxMiku!
¡SI NO DEJAN REVIEWS LEN Y MIKU SE LES APARECERAN EN LA NOCHE A PEGARLES CON UN PUERRO Y UNA BANANA! XD
