Los personajes y el mundo de H.P. le pertenece a J.K. Rowling.
PERDIDA
Hermione
Sé que estoy despierta porque puedo ver la enfermería del colegio, las camas en hileras que se encuentran a un lado mío y enfrente, por la ventana se puede ver el atardecer, se escucha a Madame Pomfrey ordenando pociones y demás curaciones, escucho cómo se acerca y me repite lo que ha hecho hace días, hace semanas, o ¿quizá meses? No lo sé, no sé cuánto tiempo he estado aquí ni me interesa saberlo.
—Hermione te traje algo para comer — me dijo poniendo una bandeja con un caldo y unos panecillos, solo observé y regresé mi mirada hacia el atardecer — linda, tienes que comer algo, por favor, la poción que te doy te ayuda, pero mírate, estas muy delgada, vamos come — intentó poner la cuchara en mi boca, sólo moví la cabeza a la izquierda rechazando la comida.
Entró la profesora McGonagall con aires de tristeza en su rostro, sé que no puede concebir la imagen que ve día tras día, la alumna a quién ella vio crecer, la que creía que iba llegar lejos, convertida en un despojo, sin ánimos de vivir.
—¿Cómo vas Poppy? — preguntó la profesora.
—Nada directora, no quiere comer, tiene su mirada vacía, derrama algunas lágrimas en silencio por momentos, pero no quiere hablar... McGonagall tenemos que hacer algo, llama a alguien lo que sea, esta niña se quiere dejar morir.
—Mandare llamar a Potter, quizá pueda venir mañana por la mañana — dijo retirándose.
¡Harry! Harry, él me saco de ahí puedo recordarlo.
...
Estaba en la casa de mis padres, había ido a Australia por ellos, tardé unas semanas en localizar su clínica odontológica para enterarme que habían desaparecido, fui al departamento que habían rentado descubriendo que estaban todas sus cosas, me temí lo peor, cuando en el tocador de mamá, vi un frasquito con un líquido transparente azul, sabía lo que era y tenía que verlo cuanto antes. Me aparecí en Hogwarts y pedí el pensadero a la directora, sumergiéndome en él.
El recuerdo era de Bellatrix Lastrange, después de nuestra huida en la casa de los Malfoy y de haberla suplantado en Gringotts, esa mujer me odiaba a morir, había dado caza a mis padres, hasta dar con ellos, los sumergió dentro de un sótano y les torturó por bastante tiempo, pude ver su mirada de terror, al no saber qué ocurría, al no entender que cosa era esa mujer, e hizo lo peor: les devolvió la memoria y les dijo que estaba muerta, mi madre enloqueció de dolor, mi padre me reprochó haberles hecho el Obliviate y no permitirles despedirme de ellos, les mostró como me torturó en la casa de Lucius Malfoy y finalmente les mató... después de un sinfín de torturas, de mancillar el cuerpo de mi madre de la peor forma... quebrantó su espíritu y dejo ese recuerdo para trozar mi alma.
Salí del despacho corriendo, ignorando a la profesora McGonagall detrás de mí y desaparecí en los límites del castillo, llegué a mi casa, sumergiéndome en cada recuerdo, en las caricias de mi madre, en lo orgulloso que estaba papá de que fuera la mejor hechicera, en cómo me acompañaban al Callejón Diagon para mis útiles, me recosté en la cama matrimonial de mis padres, tratando se rescatar su aroma, su esencia y me desmayé... estuve así por días, sin moverme, llorando, recuerdo que al segundo día, puse un hechizo silenciador a la casa para que los vecinos no escucharan y destroce mi hogar, quería a la magia fuera de mí, era mi culpa, mis padres era todo lo que yo tenía y les había matado, grite, llore a alaridos hasta quedarme sin voz y me derrumbe en los destrozos de la cama... sollocé silenciosa... tomé la foto de mi madre... dormí... volvía a llorar... y así transcurrieron los días...
Escuche como alguien entraba a la casa, sabía que debía ser un mago, rogaba desde mi poca conciencia y con un profundo dolor que fuera uno de los mortifagos escondidos y me matara, me torturara para así reivindicar mi error con las personas que amaba, y así le vi: Harry...
—Hermione! Tranquila estamos aquí, todo estará bien, ¡Ron, está aquí, corre! — así que Ron también vino, sonreí irónicamente — ¿Quién fue Herms? ¿Qué mortifago hizo esto y porque te dejo viva? — No pude contestarle, sólo le miraba, cerré los ojos con fuerza para dejar de verle.
—No fue un mortifago Potter, no hay restos de magia oscura, sólo la suya — respondió una voz seria y calculadora, una voz que reconocía, abrí los ojos y vi Severus Snape, el hombre más valiente, pero yo le vi morir antes de que Harry viera sus recuerdos, vi como Nagini le mataba, después Harry nos mostró los recuerdos y fuimos por su cuerpo para que fuera honorado como era debido y no lo encontramos.
—Tenemos que sacarla de aquí, se ve muy mal — dijo Ron llegando.
—Tiene el pulso muy débil, ¿puedes levantarte Herms? — me preguntó Harry, al no responderle trato de tomarme la mano para levantarme y con mi última ración de fuerza trate de empujarlo — Herms todo estará bien, lo prometo, vimos el recuerdo que dejaste en el pensadero, lo siento tanto, yo también perdí a mis padres, y así como salí adelante, te sacare de aquí y te juro que volverás a sonreír — sentí como una lagrima resbalaba de mi mejilla, él me quería sacar de ahí y no podía hacer nada para evitarlo. Me tomó en sus brazos y aparecimos en la enfermería.
Me dieron muchas pociones para que recuperara fuerzas, intente irme en tres ocasiones hasta que decidí perderme en mi mundo.
...
Decidí dormir una vez más, y me preguntaba el porqué de las cosas, cuando decidí meterme en esa guerra, sabía lo que podía pasar, y no me arrepiento, sólo que lo había hecho por ellos, por mis padres, para que la guerra no les alcanzara, para que vivieran a mi lado, y no logre nada.
Desperté tarde, por el sol supongo que era medio día. Sentí a alguien sentarse a mi lado sobre la cama y esas orbes verdes me observaban con culpa y tristeza haciéndome daño cada vez más.
